El Carruaje de Israel y su Gente de a Caballo
By Pastor Hal Mayer
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Mayo 2015
Queridos amigos:
Bienvenidos al Ministerio Guardad la Fe. Gracias una vez más por estar nuevamente junto a nosotros hoy para estudiar la Biblia. Queremos entender la verdad de Dios para estos últimos días, y especialmente queremos que el Espíritu Santo nos de Su sabiduría y poder para enfrentar los dardos del enemigo. Amigos, gracias por vuestras oraciones y apoyo. Sin esto no podríamos hacer la obra de ayudar a que las almas encuentren el camino al reino de los cielos.
Yo no sé en cuanto a ustedes, pero yo a menudo me he preguntado cómo sería vivir en los últimos días justo antes que Jesús vuelva nuevamente. Me he preguntado cómo sería vivir en el tiempo de angustia, cuando mi fe sería probada hasta lo extremo. ¿Cómo se desarrollarían los últimos eventos y qué características adoptarían?
Bueno, ahora estamos comenzando a ver como las profecías se están cumpliendo y todo está adquiriendo sentido. Cada día se desarrollan eventos importantes. Pero debemos concentrarnos en los asuntos espirituales. Es fácil ver como todos los eventos se desarrollan, pero al mismo tiempo pasar por alto las responsabilidades espirituales más profundas que Dios quiere que veamos. Asique escuchemos las lecciones que aprendemos de la Palabra de Dios.
¡Hoy, mis amigos, les voy a presentar una gran oportunidad! Una herramienta especial de testificación está siendo preparada para que ustedes lleven el Mensaje de los Tres Ángeles a vuestros vecinos y amigos. Como la ventana de “paz y prosperidad” para hacer nuestra obra se está cerrando, ustedes necesitan un buen recurso para ayudarles a decir por escrito lo que las personas necesitan escuchar.
Mi esposa y su equipo en la revista La Última Generación, van a volver a imprimir la muy popular edición de “Volviendo a las Bases”. Es sobre el Mensaje de los Tres Ángeles y la Ley de Dios. En un tiempo en que el caos y la impunidad están azotando el mundo, esta revista es perfecta para regalársela a las personas en todas partes. La revista trae un poderoso llamado para volver a los orígenes de los grandes principios del gobierno de Dios. Y a los oyentes de Guardad la Fe se les está ofreciendo una edición especial a granel. Los detalles están en el volante amarillo que ustedes debieran recibir este mes. He aquí vuestra oportunidad para ser un misionero de literatura.
Comuníquense con La Última Generación hasta el 5 de Junio y hagan su pedido, y recibirán la revista gratuitamente dentro de los Estados Unidos. Para nuestros oyentes de Australia y Nueva Zelanda, verifiquen vuestra oferta especial en vuestro CD. La Última Generación posee buenos precios para pedidos en grandes cantidades para esta edición especial. A medida que el Espíritu Santo está siendo gradualmente retirado, es tiempo para que tomemos seriamente la tarea de difundir el mensaje que Dios les ha comisionado compartir con vuestros vecinos. Esta bella revista es ideal justo ahora. Aprovechen esta oportunidad especial con precios especiales. Repito, ustedes van a encontrar todos los detalles acerca de esta oferta en el volante amarillo.
Ahora, voy a compartir con ustedes la última parte de la vida de Elías. Elías fue un hombre que representa a los justos que estén viviendo en el fin del tiempo. Su vida es un tipo de los tiempos en que nosotros vivimos y de las vidas que nosotros debemos vivir. Los asuntos que él enfrentó en sus días, también los va a enfrentar el pueblo de Dios. Su deseo de ver a Dios tiene que ser también el deseo de nuestros corazones. Su santo celo y justa indignación debido al abuso de la verdad de Dios y debido a la abierta idolatría y libertinaje entre el pueblo de Dios en sus días, es un modelo para nosotros. Tenemos mucho para aprender del estudio de los últimos años de la vida de Elías en la tierra. Espero que este mensaje de hoy pueda inspirarlos con fe y con una decisión voluntaria de entregarle vuestras vidas a Cristo.
Y tengo una pregunta para cualquier niño o joven que me esté escuchando hoy. ¿Cuántas veces pidió Elías que descendiera fuego del cielo? ¿Fue tan solo una vez en el Monte Carmelo? ¿O hubo otras veces donde él también lo hizo? Presten atención para escuchar la respuesta.
Antes de comenzar, vamos a orar. Nuestro Padre celestial, en el nombre de Jesús venimos a Ti hoy buscando una bendición especial del Espíritu Santo mientras estudiamos el capítulo final en la vida terrenal de Elías. Rogamos para que las lecciones que aprendamos de este hombre piadoso nos hagan amar más a Jesús, y ayúdanos a entender Tu voluntad en estos últimos días. También queremos entender los asuntos de nuestro tiempo. Por eso te suplicamos que nos bendigas, en el nombre de Jesús, amén.
Amigos, vayan conmigo en vuestras Biblias a 1ª Corintios 10:11. Quiero que piensen acerca del significado de la vida de Elías, especialmente en lo relacionado con nosotros, y este versículo nos da una pista. He aquí lo que dice: “Estas cosas les sucedieron por ejemplo, y fueron escritas para advertir a los que han llegado al fin de los siglos”.
En otras palabras, vemos aquí lecciones y principios de las vidas de estas personas de la antigüedad que vamos a ver nuevamente en los últimos días de la historia de la tierra, justo donde estamos ahora. Si ustedes quieren caminar de una forma más profunda con Dios, estudien las vidas de aquellos héroes de la Biblia. Ellos son tipos para nuestros tiempos. Lo que ellos enfrentaron, nosotros lo vamos a enfrentar. Lo que ellos hicieron, nosotros vamos a tener que hacerlo. Lo que estaba sucediendo detrás de las escenas, también va a suceder ahora. No existen diferencias significativas entre los asuntos de aquel entonces y los de ahora.
Escuchen esta interesante declaración de Profetas y Reyes pág.132. “A través de los largos siglos transcurridos desde el tiempo de Elías, el relato de su vida y de su obra comunicó inspiración y valor a aquellos que fueron llamados a ponerse de parte de la justicia en medio de la apostasía. Y para nosotros, ‘en quienes los fines de los siglos han llegado’ (1ª Cor. 10:11), tiene un significado especial”.
¿Estamos viviendo en medio de la apostasía? Ciertamente es así. Hacia donde ustedes miren, se ve que es obvio que el Espíritu de Dios se está retirando de los hombres, ya que han rechazado la ley de Dios por el escepticismo, la rebelión y la auto-adoración. ¿Y necesitamos el principio de Elías hoy en día? Ciertamente que sí. Elías llamó a las personas de vuelta hacia la ley de Dios. Él mismo, cuando estaba desanimado y huyó al desierto, deseaba volver a las bases, volver a la ley y al dador de la ley. Así, él se fue al monte Sinaí, donde la ley de Dios había sido dada por primera vez.
Ustedes pueden ver, mis amigos, que nuestra tarea como pueblo de Dios en estos últimos días, es advertir y animar a las personas a que vuelvan a la obediencia de la ley de Dios. La ley siempre ha estado en el centro del argumento entre Cristo y Satanás. Satanás dice que no se puede guardar, y hace el mayor esfuerzo para que las personas no la guarden, tentándolos con todo tipo de atracciones y argumentos, adicciones, sobornos, amenazas, coerción, y cualquier otra cosa que él y sus diablillos puedan imaginar. Cristo por otro lado, dice que el hombre puede obedecer la ley de Dios a través de Su gracia. Y Él hace todos los esfuerzos posibles y usa las huestes celestiales para hacer todo lo que ellas puedan para que los hombres y las mujeres elijan obedecer voluntariamente. Este es el asunto central. ¿Obedecerá el hombre a Dios, o va a obedecer a Satanás? Esta es la gran elección que todos enfrentamos en esta vida. Y no hay una tercera opción. Amigos, si ustedes aun no ha tomado esa decisión, por favor tómenla hoy.
Voy a continuar leyendo: “La historia se está repitiendo. El mundo de hoy tiene sus Acabes y sus Jezabeles”.
¿Escucharon esto? El mundo hoy posee sus rebeliones y sus decididos Acabes y Jezabeles. Y no es solo el mundo. Sucede lo mismo en la iglesia, tal como fue en los tiempos de Elías. Tenemos que recordar que somos el blanco del enemigo. Él ha pintado un gran círculo en nuestra espalda, con un punto en el centro. Él está apuntando hacia ustedes.
Permítanme continuar: “La época actual es tiempo de idolatría tan ciertamente como lo fue aquella en que vivió Elías. Tal vez no se vean santuarios materiales ni haya imágenes en que se detengan los ojos, y sin embargo millares van en pos de los dioses de este mundo: las riquezas, la fama, el placer, las fábulas agradables que permiten al hombre que siga las inclinaciones del corazón irregenerado. Multitudes tienen un concepto erróneo de Dios y de sus atributos, y están tan ciertamente sirviendo a un dios falso como lo servían los adoradores de Baal. Aun muchos de los que se llaman cristianos se han aliado con las influencias inalterablemente opuestas a Dios y su verdad. Así se ven inducidos a apartarse de lo divino y a exaltar lo humano”.
¡Wow! Ciertamente hoy vemos eso, ¿no es verdad? Consideren sus propias vidas. ¿Están ustedes sirviendo a algún dios falso? ¿Qué les parece Hollywood? ¿Qué les parece la industria de la música? ¿Qué les parece su estómago? Estos son apenas algunos.
Continúo leyendo: “El espíritu que prevalece en nuestro tiempo es de incredulidad y apostasía. Es un espíritu que se cree iluminado por el conocimiento de la verdad, cuando no es sino la más ciega presunción. Se exaltan las teorías humanas y se les hace reemplazar a Dios y a su ley. Satanás tienta a los hombres y mujeres a desobedecer al prometerles que en la desobediencia hallarán una libertad que los hará como dioses. Se manifiesta un espíritu de oposición a la sencilla palabra de Dios, un ensalzamiento idólatra de la sabiduría humana sobre la revelación divina. Los hombres permiten que sus mentes se llenen a tal punto de oscuridad y confusión por la conformidad con las costumbres e influencias humanas, que parecen haber perdido toda facultad de discriminar entre la luz y las tinieblas, entre la verdad y el error. Se han alejado tanto del camino recto que consideran las opiniones de algunos así llamados filósofos como más fidedignas que las verdades de la Biblia. Las súplicas y las promesas de la Palabra de Dios, sus amenazas contra la desobediencia y la idolatría, parecen carecer de poder para subyugar sus corazones. Una fe como la que impulsó a Pablo, Pedro y Juan es considerada anticuada, mística e indigna de la inteligencia de los pensadores modernos”.
Y Satanás ha ido tan lejos hoy que “Su golpe magistral fue la tentativa de cambiar la ley misma, de manera que pudiera inducir a los hombres a violar sus preceptos mientras profesaban obedecerlos”. Profetas y Reyes pág.133. Él menosprecia la ley. Él representa mal sus enseñanzas de tal manera que no parezcan importantes. Por ejemplo, Satanás posee muchas personas que piensan que está bien tener relaciones sexuales fuera del matrimonio. Él también ha cambiado el Sábado del séptimo día al primer día de la semana, y conduce a los hombres a que piensen que el Sábado de la ley no es importante. La desobediencia es justificada con argumentos endebles.
Y a medida que los hombres rechazan la Biblia y la ley de Dios, hay un correspondiente crecimiento de rechazo a toda ley y orden en la sociedad. ¿Han observado la violencia y el crimen hoy en día? Nunca hemos visto algo igual antes. Observen los extremistas Musulmanes, como el Estado Islámico, el cual opera en el nombre de Alá. ¿Han perdido ellos todo temor a Dios? ¿Han observado la profunda falta de respeto por la autoridad y por la policía en los países desarrollados? En algunos lugares existe un hirviente odio contra la ley, y los ataques y la muerte son el resultado.
Oh amigos, aprendamos a vivir por la gracia de Cristo, de tal manera que podamos obedecer todos los preceptos de Jehová. La obra de Elías fue la de restaurar el Sábado en el pueblo de Israel. Y el tercer Elías va a tener que hacer lo mismo en los últimos días juntamente con el resto de la ley.
Elías gritó en el monte Carmelo: “¿Durante cuánto tiempo mantendréis dos opiniones? Si el Señor es Dios, seguidlo; pero si es Baal, entonces seguidlo a él”. 1ª Reyes 18:21. Pero el mensaje de hoy es muy parecido. “Babilonia la grande ha caído, ha caído… Salid de ella pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados y para que no recibáis las plagas”. Apocalipsis 18:2, 4. Esta es una decisión que tiene que ser tomada. Y la prueba alcanzará a cada alma. En otras palabras, si usted es un seguidor de Cristo, tiene que salir de los falsos sistemas de adoración, y seguir a Cristo y guardar Su ley, y respetar especialmente Su Sábado.
En todo el mundo hay personas que no han doblado sus rodillas ante Baal. Son fieles a la luz que poseen. Y cuando las tinieblas totales cubran la tierra, y grandes oscuridades a las personas, ellas van a brillar como las estrellas del cielo. Ustedes no las van a ver hasta que llegue la prueba. Pero están ahí. Dios puede tener su obediencia y sinceridad oculta ante los ojos descubiertos. Pero cuando llegue el tiempo, ellas van a brillar entre las tinieblas morales de este mundo.
Elías tuvo más trabajo que hacer luego que escapó de Jezabel. Dios no había terminado con él. Tal vez él pensó que Dios no podía usarlo más, y en su depresión y desánimo le suplicó a Dios que terminara con su vida. Pero Dios tenía otros planes. Al bendecir y confortar a Elías, Dios volvió a encender su deseo de entender y apreciar nuevamente a Dios, así es que Elías fue hacia el Sinaí, donde Moisés recibió la ley. Cuando llegó al Sinaí, Dios le dio instrucciones para que lidiara con la apostasía de Israel. Y Elías entendió que debía fortalecer a los 7000 fieles y que tenía que trabajar para restaurar la verdad y la justicia durante algunos años más. También tenía que escoger y entrenar a su sucesor. ¿Cómo podría dejar la escena de la acción con una reforma incompleta y sin ningún sucesor listo para tomar su lugar? Dios quería cooperar con Elías en llevar a cabo estas tareas.
Aun había grandes problemas en Israel. La Biblia nos cuenta en 1ª Reyes 21:25 que “ninguno fue como Acab, que se vendiera a obrar lo malo a los ojos del Eterno, porque Jezabel su esposa lo incitaba”. En otras palabras, a pesar del manifiesto poder de Dios en el monte Carmelo, Acab y Jezabel continuaron cometiendo iniquidades. Jezabel fue la que incitaba a Acab desde el mismo comienzo de su relación. Y ahora ella continuaba hechizándolo, lo cual condujo a una violencia y opresión casi nunca igualada en la historia sagrada. Acab se volcó totalmente hacia el egoísmo. Eso es lo quiere decir cuando dice que se vendió a obrar lo malo.
Acab vio la linda viña de Nabot, un hombre de Jezreel, y la codició. No soportaba el hecho de solo contemplarla. Estaba junto a su palacio en Jezreel. La Biblia nos relata esto en 1ª Reyes 21:1. Él le ofreció a Nabot comprársela o cambiársela, pero la viña de Nabot era altamente apreciada, porque había pertenecido a sus padres. Era su herencia y sin lugar a dudas él planeaba dársela a sus hijos. De acuerdo con la ley, “cada Israelita quede ligado a la herencia de sus padres”. Números 36:7. Así, Nabot rehusó la oferta de Acab.
Acab se enojó con la negativa de Nabot. Estaba decepcionado que Nabot le negara sus deseos y eso le dolió en el corazón. Fue y se acostó en su cama y no comió nada. Su espíritu vengativo quería la revancha debido a la ingratitud de haber sido rehusado. Él pensó que la conciencia de Nabot en relación con su herencia era tan solo una conjetura sin valor, y que Nabot había pretendido consultar su conciencia como una excusa para rechazar su oferta.
El descontento es un pecado. Pablo estuvo contento en su celda en la prisión, pero Acab estaba descontento en su palacio. Tenía todo lo que su corazón podía desear. Tenía los honores y los placeres de la corte y el poder y la gloria de un trono. Pero todo eso no significaba nada para él, sin la viña de Nabot. Qué maravilloso jardín sería ese. Amigos, el contentamiento no está relacionado al estado de vuestras circunstancias, sino que es un asunto de vuestra mente y corazón. Ustedes tienen que estar contentos en cualquier circunstancia en que Dios os haya colocado. El descontento produce irritación con el lugar que Dios os ha ordenado. Y por lo tanto se convierte en un pecado contra Dios. Aun cuando somos abusados o perseguidos, no debemos estar descontentos. Oh amigos, ¿no debemos practicar estar contentos cuando las cosas no están yendo bien?
Acab le contó a Jezabel lo que había sucedido, pero representó a Nabot como un obstinado, no concienzudo. Él ocultó cuidadosamente la razón por la cual Nabot no había querido hacer un trato con él. Lean esto en 1ª Reyes 21:6. Acab no tenía conciencia y no podía imaginar que alguien la tuviera.
Cuando Jezabel descubrió lo que estaba preocupando a Acab, entró en acción. Cada vez que Jezabel se involucraba en algo, se podía esperar algo malo. Ella se divertía con el corazón carnal de Acab. “¿No eres tú el rey de Israel? Levántate, come y alégrate. Yo te daré la viña de Nabot de Jezreel”. 1ª Reyes 21:7. Jezabel sugirió que como rey, él tenía todo el poder y podía hacer lo que quisiera por la fuerza, si es que no podía conseguirlo por la persuasión o a través de una negociación honesta. Es algo terrible que un gobernante tenga a su alrededor gente que lo animan a ser un tirano y que lo incitan a abusar de su poder. Yo creo que algunos gobernantes prominentes de hoy poseen este problema, ¿no lo creen ustedes?
Jezabel odiaba las leyes de Dios y deseaba especialmente la sangre de Nabot, porque él se adhería a las leyes que Dios le había dado a Israel. Ella impíamente envió un mensaje a los magistrados de Jezreel para que hicieran un juicio fraudulento contra Nabot y que lo sellaran con el sello de Acab. Eso lo llamamos un “tribunal ilegal”. Ella encontró buenos cómplices entre los líderes de la ciudad de Jezreel, los ancianos y los nobles, los ricos, los respetados. Sin duda que Jezabel los había usado antes para llevar a cabo sus propósitos, tal vez para ordenar la muerte de los profetas del Señor antes de la sequía. Tal vez la riqueza de los nobles y magistrados podía ser rastreada y conectada a su colaboración con Jezabel, porque cualquier gobernante impío necesita cómplices en posiciones importantes y con suficiente influencia para conseguir su poder. Jezabel no era la excepción.
La manera por la cual Jezabel trató a Nabot fue profética, acerca de cómo será tratado el pueblo de Dios cuando se pongan al lado del Sábado del cuarto mandamiento. Piensen en esto. La viña de Nabot y su fruto era su herencia, y su justicia lo puso en problemas con el poder espiritual apóstata establecido. La santidad de carácter y la justicia de Cristo son la herencia de la última generación del fiel pueblo de Dios. Y debido a ello, también van a tener problemas con el poder espiritual apóstata establecido.
Ahora amigos, ¿creen ustedes que en los últimos días las personas inocentes van a ser condenadas a muerte por la Jezabel espiritual y sus magistrados de estado, debido a que adhieren a la ley de Dios? ¿Tendrán sus enemigos deseos de derramar su sangre? Jezabel pudo haberse meramente apropiado del campo de Nabot por la fuerza, tal vez a través de un falso título para poder confiscarlo o algo así. Al igual que Amán, que persiguió a todos los Judíos en el tiempo de Mardoqueo y Ester, Jezabel tuvo que ir más allá de confiscar el campo. Nabot tenía que morir como un malhechor para satisfacer su venganza y hostilidad hacia el Dios del cielo.
¿Creen ustedes que va a haber falsas acusaciones contra el pueblo de Dios en los últimos días? Claro que las habrá. ¿Va a haber un fracaso de la justicia? Claro que sí. Esta y otras historias están en la Biblia, de tal manera que entendamos lo que está sucediendo en los últimos días. El pueblo de Dios tiene que estar preparado para esperar las mismas cosas.
La orden de Jezabel tenía que ser ejecutada bajo la cobertura de un crimen religioso. Jezabel instruyó a los ancianos de Jezreel: “Proclamad ayuno, y poned a Nabot frente al pueblo. Poned dos hombres perversos que atestigüen contra él y digan: ‘Tú has blasfemado a Dios y al rey’. Y entonces sacadlo y apedreadlo hasta que muera». 1ª Reyes 21:9-10.
Estos ancianos y nobles pretenderían que una gran mal o calamidad tenía que ser evitado y que Nabot era la causa de ello, y que a menos que él fuese muerto, toda la ciudad estaría bajo la maldición de Dios. Esa es la razón para la acusación de blasfemar a Dios. Es interesante que, la misma cosa por la cual Jezabel era culpable, ella se lo adjudicó a Nabot. ¿Tendrá que enfrentar el pueblo de Dios las mismas acusaciones de las cuales sus acusadores son culpables, durante la crisis final? Jezabel sabía que el pueblo solo aceptaría la muerte de Nabot si es que pudiesen ser engañados y llevados a pensar que él había cometido un crimen religioso capital.
Créanlo o no, los líderes y los ricos oficiales de Jezreel hicieron exactamente lo que ella les había dicho que hicieran. Observen que Jezabel sabía que ella estaba haciendo que los hombres mintieran acerca de Nabot. Ella hasta les dijo que encontraran “hijos de Belial”, o en otras palabras, hijos del mismo Satanás; engañadores, mentirosos y falsos acusadores.
El acto también tenía que aparecer como si tuviese las formalidades de la justicia, de un proceso legal. Si hubiese sido asesinado durante la noche en alguna calle, habría sido terrible. Pero Jezabel quería hacer un ejemplo público con Nabot con un juicio público y una ejecución a través de un proceso legal. Se supone que el sistema legal debe proteger al inocente. Pero cuando está en las manos de tiranos al servicio de la religión, se pervierte y la justicia es pisoteada en el polvo.
La alegación de Jezabel contra Nabot poseía dos argumentos principales, siendo ambos abiertamente falsos. “Has blasfemado a Dios y al rey”. La primera alegación, que había blasfemado a Dios, era la base para la sentencia de muerte. Este es el argumento religioso basado en la ley Judía. Jezabel no tenía ningún respeto por las leyes de Dios. La adúltera las violaba con toda impunidad ella misma. Pero ella lo acusó con su propia religión para conseguir sus propios fines inmorales. Este cargo de blasfemar a Dios, sin embargo, no requeriría la pérdida de su estado. Sus hijos y descendientes aun heredarían su viña. El segundo alegato era que había blasfemado al rey, estaba diseñado para remover el título legal de sus descendientes. Esto era traición y era la base para la confiscación de su propiedad, de tal manera que Acab pudiese tener su viña.
Observen lo siguiente, a Nabot no se le permite hablar en su propia defensa. Ni tampoco se le permite examinar a los testigos ni de recibir un consejo legal. No hubo ningún jurado y no hubo ninguna oportunidad de poder apelar. Él es llevado inmediatamente afuera y es apedreado hasta la muerte por un crimen que no cometió. Este es un ejemplo profético de cómo el pueblo de Dios va a ser tratado en los últimos días.
Cuando Nabot murió, Jezabel se lo dijo a Acab, y este entonces fue a confiscar la viña. Los gobiernos y los gobernantes siempre tratan de confiscar los bienes de aquellos que han sido acusados de un crimen, ya sea verdadero o falso. Debemos tener esto en cuenta. Esta es también la práctica hoy en día. ¿Creen ustedes que sería una buena idea tener bienes extras en el tiempo de angustia? Yo no creo. Ahora es el tiempo para colocarlos al servicio de Dios.
Pero la cosa fue aun peor. Nabot tenía hijos que tenían derecho a heredar la viña. Ellos, aparentemente también fueron asesinados, tal vez secretamente, de tal manera que no pudieran reclamar el título de la viña ni de quejarse por lo que había sucedido. 2ª Reyes 9:26 nos dice que el Señor dijo de Acab; “Ciertamente he visto ayer la sangre de Nabot, la sangre de sus hijos…”.
Amigos, esta triste historia revela la iniquidad de los impíos y el poder de Satanás sobre los hijos de la desobediencia. ¿Habrá justicia para los justos? No cuando las pasiones religiosas son agitadas contra ellos. En el tiempo de angustia, los enemigos apóstatas del pueblo de Dios, que quieren destruirlo, los van a acusar de crímenes religiosos y de traición civil. Y no tendrán sus derechos básicos ni un proceso legal correspondiente. Eventualmente serán colocados para que mueran por sostener los principios ordenados por el cielo.
Escuchen esta declaración de El Conflicto de los Siglos pág. 647, 648. Observen que las calamidades naturales y los desastres hacen pensar a las personas que Dios está disgustado y echan la culpa sobre los siervos de Dios, que observan el cuarto mandamiento.
“Y luego el gran engañador persuadirá a los hombres de que son los que sirven a Dios los que causan esos males. La parte de la humanidad que haya provocado el desagrado de Dios lo cargará a la cuenta de aquellos cuya obediencia a los mandamientos divinos es una reconvención perpetua para los transgresores. Se declarará que los hombres ofenden a Dios al violar el descanso del domingo; que este pecado ha atraído calamidades que no concluirán hasta que la observancia del domingo no sea estrictamente obligatoria; y que los que proclaman la vigencia del cuarto mandamiento, haciendo con ello que se pierda el respeto debido al domingo y rechazando el favor divino, turban al pueblo y alejan la prosperidad temporal… Cuando con falsos cargos se haya despertado la ira del pueblo, éste seguirá con los embajadores de Dios una conducta muy parecida a la que siguió el apóstata Israel con Elías”.
Y entonces en la página 649 leemos lo siguiente: “Los que honran el sábado de la Biblia serán denunciados como enemigos de la ley y del orden, como quebrantadores de las restricciones morales de la sociedad, y por lo tanto causantes de anarquía y corrupción que atraen sobre la tierra los altos juicios de Dios. Sus escrúpulos de conciencia serán presentados como obstinación, terquedad y rebeldía contra la autoridad. Serán acusados de deslealtad hacia el gobierno”. Esto y más, es en esencia lo que Jezabel le hizo a Nabot.
Pero, ¡Elías aun estaba en el país! Él era el patriarca de los profetas. Él era el mayor de los profetas del Señor. Un profeta menor le fue enviado a Acab llevándole buenas nuevas. Solamente Elías le podía llevar las malas noticias. Y lo último que Acab quería era que Elías apareciera en su nueva viña. Pero allí estaba él, con justa indignación escrita en todo su rostro. Dios mismo le había dicho a Elías lo que había sucedido.
“Entonces vino palabra del Eterno a Elías tisbita: ‘Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria, en la viña de Nabot, donde fue a tomar posesión de ella’”. 1ª Reyes 21:17-18. Dios también le dio las palabras que debía decirle a Acab.
Cuando Acab lo vio, se llenó de ira y apasionadamente le dijo a Elías: “¿Me has hallado, enemigo mío?” Acab odiaba a Elías y quería evitarlo tanto cuanto pudiese. Pero Elías lo encontró. Ver a Elías era como ver la mano que escribió en la pared en la fiesta de Belsasar. Él tembló delante de Elías. La palabra de Dios se había convertido en un terror para Acab, así como la palabra del Señor en el tiempo de la lluvia tardía va a ser un terror para los impíos. Y Elías tenía un mensaje del Señor para Acab, justo cuando él estaba tomando posesión de su mal obtenida ganancia. Elías reprendió frecuentemente a Acab. Pero, eso era lo que tenía que hacerse. Cuán misericordioso es Dios para enviar tantas reprensiones y advertencias. Pero el corazón de Acab era malo y egoísta y se rehusó a entregarse a Dios. Acab temía a Elías.
¡Aquellos que pecan ciertamente serán encontrados! “Te he encontrado”, dijo Elías, versículo 20, “porque te has vendido a obrar el mal ante el Eterno. Traigo mal sobre ti. Barreré tu posteridad y talaré de Acab todo varón, al siervo y al libre en Israel”. Versículo 21.
Elías no duda en enfrentar al malvado rey. “¿No mataste y tomaste posesión?” Versículo 19. Elías lo conduce al juicio ahí mismo en la viña. Esa viña posee un gravamen, y es la sangre de Nabot. Acab ha tomado posesión de la tierra y de su gravamen. No puede escapar con endebles excusas de que no sabía nada al respecto ni que eso había sido hecho por otro. El tomar posesión colocó la culpa sobre sí mismo, porque al hacerlo estaba aprobando su acción.
Y observen también que Elías no dice que Dios va a traer el mal sobre el rey por haberse distanciado de los juicios de Dios. Oh no, Elías habla en términos personales como si él mismo fuese el que va a traer el mal sobre la casa de Acab. Pero Elías está hablando por Dios. Es como si la boca de Elías hubiese sido tomada por el Espíritu Santo y le está diciendo las mismas palabras de Dios a Acab. Es Dios el que dice: “Yo te encontré”. Es Dios el que dice, a través de la boca del profeta: “Traeré mal sobre ti, y te voy a quitar tu prosperidad”. Es Dios el que dice que Acab y sus padres “hicieron que Israel pecase”, versículo 22.
Elías es tan valiente y confidente en Dios, que confronta a Acab con poder y coraje. Es como si él ya estuviese montado en “el carruaje del Señor” y con “los jinetes”. La hueste angélica estaba con Elías para darle fuerza y firmeza. Sus palabras fueron como la espada del Señor cuando proclamó la muerte de Acab, Jezabel y de sus hijos.
Hablando de la impía reina y de sus hijos él continuó: “De Jezabel también dice el Eterno: Los perros comerán a Jezabel junto al muro de Jezreel. El que de Acab muera en la ciudad, lo comerán los perros y el que muera en el campo, lo comerán las aves del cielo». Esto está en 1ª Reyes 21:23-24. En otras palabras, ni siquiera iban a recibir un entierro real y digno. Serían comidos por las bestias. Habían actuado como bestias cuando gobernaron sobre el pueblo. Ahora serían comidos por las bestias y aves cuando muriesen. Y los perros también lamerían del mismo Acab en el mismo lugar en que lamieron la sangre de Nabot, tal como dice en el capítulo 22:38.
Estas no eran buenas nuevas para Acab. Y él sintió la aguda disciplina del Señor. Él sabía que estaba errado y que había continuado en rebelión aun cuando se le habían dado muchas oportunidades para arrepentirse. “Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado.” Versículo 27.
Este fue un arrepentimiento externo, más debido a las consecuencias que debido al pecado. No fue un arrepentimiento genuino, tal como ustedes pueden leerlo en los últimos capítulos. Pero Dios lo vio y se lo señaló a Elías. Dios lo usó para magnificar Su bondad y misericordia, tal vez dándole a Acab aun otra oportunidad para arrepentirse verdaderamente. Dios vino a Elías y le dijo que iba a retrasar la prometida retribución sobre la casa de Acab, versículos 28-29.
La casa de Acab tenía que ser totalmente destruida, porque hizo que Israel pecara. Tres años después, Acab fue muerto bajo las manos de los Sirios. Y su hijo Ocozías gobernó en su lugar e hizo más “mal a la vista del Señor, y anduvo en el camino de su padre, y en el camino de su madre, y en el camino de Jeroboam el hijo de Nabat, el cual hizo que Israel pecara”. 1ª Reyes 22:52. El hijo de Acab no aprendió la lección.
Yo les digo, mis amigos, cuando la rebelión se ha arraigado, es muy difícil sacarla. Cuando el desafío a Dios ha vencido a los líderes, Dios tiene que intervenir, y tiene que actuar fuertemente, y aun así es muy difícil. Es peligroso rebelarse contra el profeta del Señor. Oh, yo ruego en oración para que el pueblo de Dios de hoy no ande por este mismo camino. ¿Tenemos este tipo de problemas hoy?
Ocozías también fue impío. Un día se cayó por la ventana de su cuarto, y quedó gravemente herido. Él se preguntó se iría a sobrevivir a esto. Así, “envió mensajeros, y les dijo: Id y consultad a Baal-zebub dios de Ecrón, si he de sanar de esta mi enfermedad”. Los sacerdotes de Ecrón eran médiums de los dioses de los espíritus. Se suponía que podían obtener información de ellos. Pero la información no era otra que la del príncipe de las tinieblas, el enemigo de las almas. Ocozías había visto todo lo que había sucedido en Israel bajo el gobierno de su madre y de su padre. Él conocía las obras de Dios durante el reinado de su padre Acab. Pero, él “obró como si estas tremendas realidades, y aun el terrible fin de su propio padre hubiesen sido un cuento”. Tomo 2 de Joyas de los Testimonios pág. 50-51. Aun así decidió rebelarse contra Dios en vez de humillar su corazón.
Dios envió a Elías para interceptar a los siervos de Ocozías en su camino hacia Ecrón. “¿No hay Dios en Israel, que vosotros vais a consultar a Baal Zebub, dios de Ecrón?” les preguntó. “Por tanto, así dice el Eterno: Del lecho en que subiste no descenderás. De cierto morirás”. Los mensajeros no sabían que este era Elías, así es que cuando regresaron a Ocozías y le dijeron lo que “el hombre de Dios había dicho”, él les preguntó acerca de ese hombre. Lean 2ª Reyes 1:7-8. “¿Qué aspecto tenía el varón que encontrasteis, y os dijo esas palabras? Respondieron: ‘Un varón vestido de un manto de pelo y un cinto de cuero’. Entonces él dijo: ‘Es Elías tisbita’”. Así es que sabemos que Elías tenía mucho pelo, y cómo era su apariencia. Ocozías sabía quién era ese hombre. Había visto a Elías antes, y su vívido recuerdo reconoció la imagen que se le estaba describiendo.
La terrible sentencia golpeó a Ocozías y lo perturbó. Tontamente pensó que podría intimidar a Elías para que revirtiera la terrible sentencia. Audazmente envió a 50 hombres de guerra y a su capitán. Vean el versículo 9. “Entonces Ocozías envió a él un capitán de cincuenta con sus cincuenta, que subió adonde él estaba sentado en la cumbre del monte, y le dijo: ‘Varón de Dios, el rey ha dicho que desciendas’”, como si Elías fuese un soldado.
“Elías respondió: ‘Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta’. Y descendió fuego del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta”.
Elías hace descender fuego del cielo por segunda vez. Ocozías debe haber pensado que esto era algo inusual. Así, tontamente envió a otro capitán con sus cincuenta para exigirle a Elías que descendiera hacia él. Elías no era tonto. Sospechó que algo iba a suceder. Tal vez fue la manera en que los capitanes estaban actuando. Tal vez fue algo sutil de ellos que lo molestó. Tal vez el Espíritu Santo lo hizo sentir inquieto con toda esta situación. Ustedes saben, el Espíritu Santo hace esto. Él les advierte con sentimientos e intuición. Él les habla a ustedes en lo más profundo de vuestra mente y les señala cosas que los hacen sentir inquietos o incómodos. Su presencia les enseña en quién confiar y en quién no confiar. Él les advierte sobre circunstancias que les pueden causar daño.
Ustedes se acuerdan de lo que dice la Biblia en Isaías 30:21, ¿no es verdad? “Si te desvías a la derecha o a la izquierda, oirás una voz detrás de ti que te dirá: ‘Este es el camino, andad por él’”. Este es sin duda un ejemplo de esta sensibilidad que necesitamos tener para escuchar la voz del Espíritu Santo. Amigos, ¿no desean tener ese tipo de experiencia con Dios? Ustedes pueden tener una experiencia tan sensible que hasta las cosas más simples los van a guiar en lo que hacen. ¿Creen ustedes que vamos a tener que aprender a prestarle atención al Espíritu Santo en el tiempo de angustia? Para entonces será demasiado tarde.
Elías sospechó que si descendía con esos hombres, una vez que lo tuviesen bajo su control, probablemente lo matarían. El segundo capitán le dijo: “Oh hombre de Dios, así ha dicho el rey: desciende rápidamente”. Y Elías dijo: “Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y consúmate con tus cincuenta». Y descendió fuego del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta”.
Elías hizo descender fuego del cielo por tercera vez. ¿No es de asombrarse que en los últimos días Satanás hará descender fuego del cielo para engañar a las personas para que piensen que sus obras son las obras de Dios? Escuchen lo que dice Apocalipsis 13:13-14. “Realizaba grandes señales, hasta hacía descender fuego del cielo a la tierra ante los hombres. Con las señales que se le permitió realizar en presencia de la primera bestia, engaña a los habitantes de la tierra, y les manda que hagan una imagen de la bestia que tuvo la herida de espada y vivió”.
Un tercer grupo de 50 soldados y su capitán vino hasta donde estaba Elías, pero esta vez se humillaron a sí mismos delante de Dios y de Elías. Y 2ª Reyes 1:15 dice que: “Entonces el Ángel del Eterno dijo a Elías: ‘Desciende con él. No le temas’. Y él se levantó, y descendió con él al rey”. Elías descendió para ver al rey.
Ahora estaba claro para el rey que no debió haber actuado sutilmente con Elías. Y Elías no fue sutil con el rey. Si Ocozías pensó que tal vez Elías iba a cambiar la terrible sentencia de muerte sobre él, iba a quedar decepcionado. Elías le dio el mismo mensaje que les había dado a los mensajeros que habían ido a Ecrón.
Ocozías murió, justo como Elías había profetizado, y su hermano Joram tomó su lugar en el trono y reinó 12 años. Jezabel, su madre, aun estaba viva durante este tiempo y Elías aun no había sido trasladado. Elías aun tenía una obra que hacer. Él estaba ocupado re-estableciendo y alimentando las escuelas de los profetas. También estaba entrenando a su sucesor. Pero Jezabel continuaba ejerciendo su influencia en la nación.
Otro Joram gobernó en Judá a la muerte de Ocozías y posteriormente. Se había casado con una hija de Jezabel y también siguió a Baal. Esto sucedió algunos años después del monte Carmelo. Uno se pregunta si Elías no hubiese huido al desierto, si podría haber capitalizado la situación en Israel, darle un golpe fatal a la adoración de Baal y neutralizar el brutal entusiasmo de Jezabel. Ahora parecía que la rebelión se profundizaba aun más y que iba a infectar aun a Judá.
Pero Elías entendió que no podía permanecer en silencio. Le envió una carta escrita a Joram de Judá. Se encuentra en 2ª Crónicas 21:12-15. Esto es lo que decía la carta: “El Eterno, el Dios de David tu padre, ha dicho así: Por cuanto no has andado en los caminos de Asa, rey de Judá, antes has andado en el camino de los reyes de Israel, y has incitado a Judá y los habitantes de Jerusalén a la idolatría, como la idolatría de la casa de Acab; además has muerto a tus hermanos, a la familia de tu padre, que eran mejores que tú, el Eterno herirá a tu pueblo de una gran plaga, a tus hijos, a tus esposas, y a toda tu hacienda. A ti te heriré con muchas enfermedades, y con una enfermedad persistente en tus entrañas, hasta que se te salgan los intestinos”. Las Escrituras nos dicen en 2ª Crónicas 21:16-19 que: “Entonces el Eterno despertó contra Joram la ira de los filisteos y de los árabes que estaban junto a los etíopes”… Ellos atacaron Judá y mataron a todos los hijos de Joram, excepto Joacaz, su hijo menor. Y entonces “Después, el Eterno lo hirió de una enfermedad incurable de las entrañas. Al cabo de muchos días, al fin de dos años, se le salieron los intestinos, y murió de esa enfermedad muy penosa”.
No sabemos que tipo de enfermedad tuvo Joram, pero debe haber sido miserable. Y murió y fue enterrado sin la ceremonia usual para un rey. Tal vez tuvieron miedo de algún contagio. Eventualmente, todos los descendientes y parientes de Acab y de la casa de Acab y Jezabel llegaron a un fin. ¡Qué tragedia! Acab hizo más para provocar al Señor que todos los reyes antes de él. Y sus descendientes hicieron lo mismo. Aun cuando Jezabel todavía estaba viva, trató de hacer todo lo posible para contrarrestar la obra de reforma de Elías. Ustedes pueden haber pensado que después del Carmelo, la apostasía debió haber terminado. Pero no fue así. Llevó mucho tiempo.
¿Creen ustedes que las reformas pueden suceder rápidamente? Amigos, ¡es una batalla y una marcha! Ustedes tienen que permanecer en eso y no desanimarse. Ya sea si es una reforma de salud, una reforma espiritual, una reforma de recreación, una reforma del vestido, etc., lleva su trabajo, un duro trabajo. Porque nuestros corazones son carnales vendidos al pecado. Y si no nos arrepentimos, Dios no puede colocar a Su iglesia en la posición que Él desea que esté.
Aun cuando todo esto estaba sucediendo en Israel y Judá, Elías tenía otra obra que hacer. Tenía que preparar la sustentación de la reforma durante un largo periodo de tiempo. Dios le había dicho que ungiera a Eliseo en el monte Sinaí, el hijo de Safat, para que tomara su lugar. Ahora que la lluvia había retornado, el trabajo de plantar y de cosechar estaba de vuelta a todo vapor. En todas partes, el verde estaba volviendo a los campos y florestas. Estuvo en la misericordia de Dios que la lluvia volviera nuevamente a Israel. La rebelión continuó por algún tiempo, pero no tan mal como antes. Dios necesitaba otro profeta para continuar la obra que Elías había comenzado.
El padre de Eliseo era un agricultor rico que poseía siervos y tierra. Esta familia no había doblado su rodilla a Baal y había permanecido fiel a la antigua verdad de la fe de Israel. Ellos amaban y adoraban a Dios. Eliseo creció en un ambiente natural que le enseñaría respecto del Dios de sus padres. Él aprendió las labores humildes del hogar y de la vida en el campo y trabajó juntamente con los siervos y los condujo en sus tareas. Él no estaba por sobre ellos, sino que hacía las mismas cosas que ellos hacían.
Amigos, si ustedes no están dispuestos a hacer el trabajo humilde de la vida, ¿cómo van a tener el respeto de los hombres o de los ángeles? Si van a guiar a otros en el camino de lo recto, ustedes también tienen que llevar a cabo los deberes del correcto vivir. La fidelidad en las cosas pequeñas los prepara para un llamado más alto. Muchos piensan que las cosas pequeñas no tienen ninguna consecuencia. Ellos piensan que no están al servicio de Dios si no están predicando la palabra, o no están haciendo algún gran trabajo misionero. Pero en verdad, mis amigos, Dios ve vuestra fidelidad. En los últimos días, Él va a mostrarle una gran obra a aquellos que han sido fieles en sus humildes obras.
Escuchen esta poderosa declaración de Maranata pág. 216. “En todos los campos, cercanos y lejanos, habrá hombres que serán llamados a dejar el arado y los negocios que ocupan de costumbre el pensamiento, para prepararse junto a hombres de experiencia. A medida que aprendan a trabajar con éxito, anunciarán la verdad con poder”.
Y hay otra cita que creo que ustedes van a encontrar muy interesante. Está en Cada Día Con Dios pág. 115. “Algunas personas consideradas sin educación serán llamadas al servicio del Maestro, así como los humildes e ignorantes pescadores fueron llamados por el Salvador. A otros se los invitará a dejar el arado, como en el caso de Eliseo, y se sentirán impelidos a asumir la obra que Dios les ha señalado. Comenzarán a trabajar con sencillez y serenidad, para leer y explicar las Escrituras a los demás. Sus humildes esfuerzos alcanzarán el éxito”.
Así, no piensen que por no estar haciendo algo grande para Dios, no se están preparando para que Dios los use. Continúen trabajando. Dios los necesita justo allí donde están ahora. Y cuando Él ve que los necesita en algún otro lugar, Él va a tomar su “talento inesperado” y sorprendentemente los va a transformar en un mensajero para Él. Él puede colocarlos en conexión con alguna persona de más experiencia y ellos les van a enseñar a cómo trabajar, y después los van a enviar a trabajar para el Maestro. Pero si eso no sucede y ustedes son llamados a continuar sus labores tal como están hasta ahora, dejen con Dios sus preocupaciones. Tan solo sean fieles.
Cuando Elías encontró a Eliseo, él estaba arando el campo detrás de un par de bueyes. No estaba en la escuela, no estaba leyendo, orando o sacrificando. Estaba arando. Estaba trabajando. Eso es importante. Estaba haciendo el trabajo que estaba más cercano. Aun cuando necesitamos tiempo para estudiar y orar, también debiéramos estar arando. Trabajen en lo que sus manos encuentren para hacer. Y el Señor los tomará de ahí. Eliseo tenía un espíritu tranquilo y gentil, muy diferente de Elías y no tenía ninguna esperanza de ser llamado al oficio profético. Al cooperar con su padre, también estaba aprendiendo a cooperar con Dios.
Elías tomó su manto y lo colocó sobre las espaldas de Eliseo y se fue. Eliseo sabía algo de Elías, y ahora el Espíritu Santo se puso sobre él, y comprendió el significado de lo que Elías había hecho. Esta era una señal para él de que Dios lo había llamado a ser el sucesor de Elías. Imaginen, mis amigos, qué sentimientos deben haber pasado por el corazón de Eliseo. ¡Qué tremenda sorpresa debe haber sido! ¡Qué privilegio, debe haber pensado, el servir al más famoso profeta del Señor! Qué humildad.
Al colocar su manto a Eliseo, Elías le estaba diciendo simbólicamente que lo tomaría en su amistad, instrucción y cuidado espiritual. Los dos serían uno en su obra de reforma, uno en el mismo Espíritu, uno en la misma misión. Llevarían las mismas cargas, llevarían el mismo peso, experimentarían los mismos inconvenientes y sufrirían los mismos problemas. Serían como uno. Y después que Elías se fue al cielo, Eliseo se quedaría con todo el manto solo, bajo la guía del cielo. El colocar su manto sobre Eliseo significaba que Elías estaba colocando parte de su honor sobre Eliseo. ¡Y qué honor era eso!
Escuchen lo que dice el escritor sagrado sobre lo que hizo Eliseo. 1ª Reyes 19:20. “Entonces él dejó los bueyes, fue corriendo en pos de Elías, y le dijo: ‘Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre, y en seguida te seguiré’. Elías replicó: ‘Ve, vuelve, pero recuerda lo que hice contigo’”.
Con un profundo sentido de responsabilidad y propósito, Eliseo corrió tras Elías. No caminó. No se preocupó de adónde se irían los bueyes. No le hizo ninguna pregunta acerca de su llamado para con el rol profético, adónde viviría, o qué se le ordenaría hacer. Simplemente lo aceptó. La única pregunta que le hizo fue si podía besar a sus padres y despedirse como un hijo responsable.
El comentario de Elías no fue como para rechazarlo, sino que para probarlo, para ver si había resuelto seguirlo. Tenía que volver y pensar en ello, evaluar el costo y decidir si aceptaba el llamado. Recuerden, Eliseo venía de una familia adinerada. Tenía que dejar todo eso atrás, su herencia, sus propiedades, sus bienes. Pero había más. Tendría que enfrentar los rigores de un ministerio itinerante. También estaría expuesto a la malignidad de “aquella mujer Jezabel”, como la Biblia se refiere a ella en Apocalipsis 2:20. La decisión de Eliseo tenía que ser suya.
La Biblia dice en 1ª Reyes 19:21 lo siguiente: “Eliseo se volvió de en pos de Elías. Tomó un par de bueyes, y los mató. Con el arado de los bueyes coció la carne, y la dio al pueblo que comiese. Después se levantó, fue tras Elías y le servía”.
Es interesante que Eliseo haya hecho una linda fiesta de despedida para todos. Tal vez todos los vecinos se enteraron del llamado de Eliseo y fueron a la fiesta. Pero este era un símbolo de la obra que él iba a hacer, en vez de trabajar el suelo, sembraría la semilla de la palabra. Ya no necesitaría los bueyes, así es que hizo una fiesta con ellos para las personas, como un tipo de los apóstoles, los cuales dejaron sus redes para ser pescadores de hombres.
Al principio Eliseo tuvo pequeños deberes con Elías. Él le “ministraba” a Elías. En 2ª Reyes 3:11, se nos dice que “derramaba agua en las manos de Elías”. Eso quiere decir que realizaba muchas cosas pequeñas, las cuales hacían más fácil la vida del profeta. Tal vez le lavaba sus ropas, le preparaba sus comidas y limpiaba el lugar.
Durante varios años trabajaron juntos y Eliseo ganaba más experiencia y confianza en Dios. También se estaba preparando para su obra. Ellos trabajaron para restaurar las escuelas de los profetas; aquellos seminarios de religión y virtud que Samuel había fundado y que habían caído en el desuso durante el poder de Jezabel. No eran como los seminarios en el tiempo de Cristo; las escuelas de los rabinos eran especulativas y teóricas. Oh no, aquí se enseñaba la piedad práctica. Cómo escuchar el Espíritu Santo; cómo hacer la obra de un profeta; cómo enseñarles a las personas el camino del Señor; eso era lo que se enseñaba en esas santas escuelas. Por lo menos habría tres de esas escuelas, una en Gilgal, una en Betel y una en Jericó. Puede que haya habido otras, pero no son mencionadas en las Escrituras.
A medida que hacían las rondas por las escuelas, Elías le dio a Eliseo la oportunidad de volver. “Quédate aquí, porque el Eterno me envía a Betel”, le dijo en 2ª Reyes 2:2. Pero Eliseo rehusó abandonar al profeta. “Eliseo respondió: ‘Vive el Señor y vive tú, que no te dejaré’”. Así es que fueron a Betel. Entonces en Betel, Elías le dijo: “Eliseo, quédate aquí, porque el Eterno me envía a Jericó”. Pero nuevamente Eliseo le dijo: “Vive el Señor y vive tú, que no te dejaré. Fueron, pues, a Jericó”. Y por tercera vez, Elías le dijo: “Te ruego que te quedes aquí, porque el Eterno me envía al Jordán”. Pero por tercera vez Eliseo le dijo: “Vive el Señor y vive tú, que no te dejaré”. Eliseo no se separaría de Elías, mientras que pudiera aprender algo de él o que estuviera mejor preparado para su obra.
Elías no sabía que el Espíritu Santo le había revelado a algunos estudiantes y al mismo Eliseo que él iba a ser trasladado al cielo. Consecuentemente, Eliseo estaba ansioso de estar con Elías durante tanto tiempo como él estuviese en la tierra para aprender tanto cuanto fuese posible de él. Y mientras Elías y Eliseo se dirigían hacia el Jordán, cerca de 50 de los jóvenes los siguieron desde lejos. Querían presenciar la ascensión de Elías si podían. (Ver 2ª Reyes 2:7)
Dios le había dicho a Elías que cruzara el Jordán. El cruzar el Jordán ha sido un símbolo del pueblo de Dios al pasar por esta tierra e ir hacia el hogar celestial, desde los tiempos antiguos. También es un símbolo de muerte y de la primera resurrección, cuando los muertos en Cristo resucitarán para encontrarse con Él en el aire. Pero más que todo, es un maravilloso tipo profético de la última generación de Dios en la tierra, el tercer Elías, de quien el profeta Elías es un tipo. Ellos van a cruzar por las profundas aguas de la tribulación, por el tiempo de angustia, y serán llevados a la gloria en la otra ribera.
Cuando ellos llegaron al Jordán, Elías tomó su manto y lo dobló y abrió las aguas. Éstas se dividieron y ellos pasaron juntos por terreno seco. Es como si el Señor quisiera que entendamos que si le somos fieles, ya sea que muramos o seamos trasladados al cielo, será un pasaje seguro hacia nuestro hogar eternal, algunos esperando la resurrección y otros siendo encontrados en el aire en la segunda venida.
Cuando llegaron a la otra ribera, Elías le dijo a Eliseo: “Pide lo que quieras que haga por ti, antes que sea quitado de tu lado”. Elías demuestra que orar a los santos no tiene valor. Si habría un hombre santo de Dios, ese sería Elías. Pero no da ninguna base para orarle a él después que se hubo ido.
Eliseo no dudó ningún momento. Escuchen lo que dice el libro Profetas y Reyes pág.169. “Eliseo no solicitó honores mundanales ni algún puesto elevado entre los grandes de la tierra. Lo que él anhelaba era una gran medida del Espíritu que Dios había otorgado tan liberalmente al que estaba a punto de ser honrado por la traslación. Sabía que nada que no fuese el Espíritu que había descansado sobre Elías podría hacerle idóneo para ocupar en Israel el lugar al cual Dios le había llamado; de modo que pidió: ‘Ruégote que tenga yo… una doble porción de tu espíritu’”. 2ª Reyes 2:9. Eliseo estaba sinceramente deseando el mejor don. 1ª Corintios 12:31.
“Cosa difícil has pedido”, respondió Elías, “Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será así hecho; mas si no, no”. Fue difícil, no para Dios, sino para Eliseo esperar de Dios tanto poder. Elías también quería que Eliseo valorara algo que era difícil de ser alcanzado.
Pronto después mientras caminaban y hablaban juntos, repentinamente hubo un ruido como un torbellino, y allí, entre ellos había un carruaje de fuego y caballos de fuego. Y para los asombrados ojos de Eliseo, Elías se subió al carruaje y se fue al cielo.
¿Por qué simplemente no aparecieron los ángeles y se lo llevaron en sus brazos? Amigos, eso habría sido como llevar a un niño, ellos aparecieron como un carruaje y caballos de fuego. Elías tenía que cabalgar en triunfo, como un príncipe y un conquistador. Piensen en esto por un momento. ¿En qué consistía ese carruaje y los caballos? La palabra Serafín significa “ardientes”. Isaías 6 explica esto en la visión de Isaías. Y el Salmo 104:4 dice: “Haces a tus ángeles espíritus, y a tus ministros llamas de fuego”. Estos son Serafines.
Los querubines son descritos como carruajes. El Salmo 68:17 dice: “Los carruajes de Dios son… miles de ángeles…” y el Salmo 18:10 dice que Dios “cabalgó sobre un querubín y voló”. Así, ustedes juntan al Serafín con el Querubín y tienen un carruaje de llamas de fuego. Eso nos dice quién vino a buscar a Elías, un Serafín y un Querubín.
http://www.biblestudytools.com/dictionaries/hitchcocks-bible-names/seraphim.html
http://www.biblestudytools.com/dictionaries/smiths-bible-dictionary/seraphim.html
http://www.biblestudytools.com/dictionaries/eastons-bible-dictionary/seraphim.html
Elías había ardido con santo celo por Dios y Su honor. Él tenía un fuego celestial en sus huesos, para defender la verdadera adoración de Dios. Él hizo descender fuego del cielo en el altar del monte Carmelo y sobre los ofensores capitanes del rey y sobre sus hombres. Ahora, él iba a dejar triunfalmente este mundo en un torbellino de fuego celestial, cabalgando como un honrado dignatario, sobre el cual la gravedad no tenía ningún poder.
Asombrado, Eliseo exclamó: “¡Padre mío, padre mío! ¡Carro de Israel y su gente de a caballo!”. Elías desapareció, pero su manto cayó de él como para darle a Eliseo el cumplimiento de su petición de una doble porción del mismo Espíritu que estuvo con Elías. Él tomó el manto y volvió a las aguas del Jordán.
Como si hubiese querido probar al Señor para ver si el mismo Espíritu estaba sobre él, golpeó las aguas del Jordán. Ellas se separaron, y él pasó al otro lado. Ahora tenía que trabajar solo, pero no completamente solo. Dios estaba a su lado tal como lo había estado con Elías.
Mis amigos, escuchen esta poderosa declaración que nos revela la razón de por qué la historia de Elías está en la Biblia. Se encuentra en Profetas y Reyes pág.169-170. “Elías fue un símbolo de los santos que vivirán en la tierra en ocasión del segundo advenimiento de Cristo, y que serán ‘transformados, en un momento, en un abrir de ojo, a la final trompeta’ (1ª Cor. 15:51-52), sin pasar por la muerte. Como representante de los que serán así trasladados, Elías, cuando se acercaba el fin del ministerio de Cristo en la tierra, tuvo ocasión de estar con Moisés al lado del Salvador sobre el monte de la transfiguración”.
Ustedes pueden ver, mis amigos, que las cosas que leemos en la historia de Elías se repetirán, en esencia en los últimos días. Del gobierno de la Babilonia espiritual, hasta la sociedad de vigilancia, la persecución, la falsa adoración, la pena de muerte por desobedecer las leyes de los hombres, las cuales están en conflicto con la ley de Dios, la confrontación con los poderes de la tierra con respecto a la verdadera adoración, la lluvia tardía, las tiernas misericordias de Dios, y la traslación de los 144.000, todo esto fue predicho, y más, en la maravillosa historia de Elías. No tenemos que temer que no vamos a tener a Dios de nuestro lado en el tiempo de angustia. Cuando es necesario confrontar reyes y gobernantes, estadistas y burócratas, el Espíritu y el poder de Elías está listo para ser derramado sobre el pueblo de Dios. ¿No desean eso? Yo sí. Si vuestra vida es pura y santa, tendréis el Espíritu de Dios en vuestra alma. Es el poder de la lluvia tardía. Denle su vida a Él ahora. Supliquen por Su Espíritu para que purifique vuestros corazones y vuestras vidas, de tal manera que puedan ser parte del tercer Elías.
Las últimas palabras del Antiguo Testamento son para nosotros, porque se refieren a nuestros tiempos. Escuchen atentamente Malaquías 4:5-6. “Mirad, yo os envío al profeta Elías, antes que venga el grande y terrible día del Eterno. Él convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres. No sea que yo venga, y hiera el país con maldición”.
Que Dios los bendiga y que los mantenga en Su gracia. Entréguenle sus vidas a Cristo, mis amigos. Vuestra sobrevivencia depende de eso. Que Él purifique vuestras almas y haga madurar vuestro carácter. Y que el Espíritu y el poder de Elías sea vuestro. Oremos. Nuestro Padre celestial, gracias por la historia de Elías. ¡Qué hombre de oración y de fe! ¡Qué hombre de poder! Padre, necesitamos el espíritu y el poder de Elías. Necesitamos una doble porción de su espíritu sobre nosotros en estos últimos días. Deseamos ser justos y vivir vidas piadosas. Deseamos tener un sentido de la santidad de Dios y de la pecaminosidad del hombre. Oh Padre, ayúdanos a odiar el pecado, y a despreciarlo con todo nuestro corazón. Que nosotros también, si es Tu voluntad, seamos trasladados tal como él lo fue. Purifícanos. Crea en nosotros el santo anhelo de vivir tal como él vivió. En el nombre de Jesús, amén.
Pr. Hal Mayer
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