La Monstruosa Tormenta
Por Pastor Hal Mayer
Queridos amigos:
Gracias por unirse a mí hoy en la edición de este incentivador mensaje espiritual del Ministerio Guardad la Fe para que se preparen para la venida de Jesús. Para dónde uno mire hay señales de que Jesús viene pronto. Las profecías están cumpliéndose en todas las formas. Y Jesús quiere que estén preparados. Nosotros no observamos las señales de los tiempos porque estamos temerosos. No estamos motivados por el temor al tener nuestras vidas de acuerdo con Dios. Es el cumplimiento de la profecía bíblica lo que confirma nuestra fe en Cristo, y nos ayuda a concentrarnos en el mayor evento en la historia terrenal y celestial, la segunda venida de Cristo en las nubes de gloria.
Al comenzar este nuevo año, es un momento muy propicio para reconsagrar vuestras vidas a Cristo. Las resoluciones del Año Nuevo no siempre son efectivas, pero hay una resolución que es vital para vuestra salvación y esa es la resolución de vivir con y para Jesús cada día, un día a la vez, momento a momento. Vuestras almas se refrescarán con cada oración por el Espíritu Santo de Dios y por Su protección. Vuestros corazones se van a fortalecer con cada victoria obtenida. Es una resolución que pueden hacer, pero tienen que continuar haciéndola, momento tras momento.
Guardad la Fe ha estado compartiendo fielmente el mensaje del pronto regreso de Jesús durante casi 19 años. Espero que estén compartiendo estos mensajes mensuales con amigos y conocidos que necesitan observar las señales de los tiempos y estar listos. Nosotros hasta podemos enviarles una cantidad extra de CDs cada mes, de manera que puedan dárselos a otros. Hágannos saber lo que necesitan.
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Hoy, vamos a analizar más profundamente el desastre que azotó a la ciudad de Nueva York y Nueva Jersey a fines de octubre. El huracán Sandy fue la mayor súper-tormenta registrada. Hizo más daño y causó más destrucción que las anteriores tormentas monstruosas. “Fue como si hubiese explotado una bomba”, dijo un conmocionado observador al mirar la devastación. Los despojos estaban diseminados por todas partes en las regiones afectadas por la súper-tormenta Sandy.
Pero antes de examinar este significativo evento del tiempo desde un punto de vista profético, inclinemos nuestras cabezas y pidamos la bendición del Espíritu Santo. Nuestro Padre celestial, hoy necesitamos tu Santo Espíritu como nunca antes, para vencer nuestros pecados, de manera que Jesús pueda terminar con esta noche oscura y pueda traer la justicia eterna. ¡Qué maravilloso lugar será el cielo! Pero tu pueblo no está listo. Y este es el problema. Todos los problemas terrenales continúan mientras que tantos de Tu pueblo aún se resisten a entregarse completamente a Jesucristo. Tú no quieres que nadie se pierda, sino que todos tengan la vida eterna. Eres tan paciente. Ayúdanos a ver nuestra necesidad de Jesús y a rendirnos a nosotros mismos a Ti, de tal manera que podamos estar bajo la total protección de Dios. Oh, Padre, por favor danos Tu presencia hoy mientras estudiamos. Ayúdanos a entender nuestros tiempos. Revélanos la causa y las consecuencias de la tremenda súper-tormenta que azotó la costa del Atlántico de los Estados Unidos. Lo pido en el nombre de Jesús. Amén.
Amigos, vayan conmigo en sus Biblias al libro de Apocalipsis, capítulo 16:17-21. Aquí hay una descripción resumida de lo que el apóstol y profeta Juan vio en visión en relación al futuro. Escuchen atentamente: “Y el séptimo ángel derramó su copa por el aire. Y del Santuario del cielo salió una gran voz desde el trono, que dijo: ‘¡Hecho está!’. Entonces hubo relámpagos, voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande como no lo hubo jamás desde que existen hombres sobre la tierra. Y la gran ciudad se partió en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron. Y Dios se acordó de la gran Babilonia, y le dio la copa llena del vino del furor de su ira. Entonces toda isla huyó, y los montes desaparecieron. Y del cielo cayó sobre los hombres una enorme granizada, con piedras de casi un talento de peso; Y los hombres blasfemaron a Dios por la plaga del granizo, porque la plaga fue muy grande”.
¿Pueden imaginarse la destrucción y la pérdida de vidas que se va a producir en este planeta justo después del cierre del tiempo de gracia? Es la consecuencia de la rebelión del hombre contra el cielo. Pero Dios le permite a Satanás causar el caos en la tierra como consecuencia de la desobediencia y de la rebelión del hombre aun antes del cierre de la gracia. Imaginen las grandes ciudades de la tierra aplanadas al nivel del suelo como una de esas comunidades de Queens. La poderosa súper-tormenta en Nueva Jersey y en Nueva York y en otros Estados costeros de los Estados Unidos, fue apenas un pálido reflejo de lo que aun va a sobrevenir a todo este planeta.
He aquí una declaración del Tomo 6 Testimonios para la Iglesia p.407. “El Espíritu refrenador de Dios se está retirando ahora mismo del mundo. Los huracanes, las tormentas, las tempestades, los incendios y las inundaciones, los desastres por tierra y mar, se siguen en rápida sucesión”.
Observen que es la mano refrenadora de Dios la que está sujetando los huracanes, las tormentas, el fuego y las inundaciones. Las fuerzas del mal están esperando para ser liberadas. Pero son sujetadas mientras el pueblo de Dios es sellado en sus frentes. ¿Están ustedes siendo sellados en sus frentes? ¿Están afirmándose en la verdad de manera que no puedan ser movidos?
Dios permite que Satanás juegue con la naturaleza, y que la use para efectuar inmensas destrucciones de una magnitud poderosa. ¿Continúo leyendo?
“La ciencia procura explicar todo esto. Menudean en derredor nuestro las señales que nos dicen que se acerca el Hijo de Dios, pero son atribuidas a cualquier causa menos la verdadera. Los hombres no pueden discernir a los ángeles que como centinelas refrenan los cuatro vientos…”.
Como vemos, los ángeles del cielo restringen a Satanás de modo que solo puede ocasionar desastres limitados en tamaño, por lo menos hasta ahora. Pero los hombres de ciencia, los meteorólogos, los pronosticadores del tiempo, los oceanógrafos, los científicos y otros limitan sus explicaciones de estos eventos desastrosos a meros fenómenos naturales. Ellos piensan que los elementos de la naturaleza es todo lo que interviene en los desastres que azotan a la raza humana. Ellos no reconocen la mano sobrenatural de Dios que guía los patrones de tiempo y a otros elementos naturales. Ellos no tienen ningún interés en entender si hay algo por detrás de los patrones, los cuales nosotros podemos ver y cuantificar en la naturaleza. Y ellos cuantifican, muy bien. Ellos buscan al culpable en todos los lugares equivocados. Ellos creen que las grandes tormentas son el resultado del calentamiento global, y que el hombre es el culpable debido a su falta de mayordomía con los recursos naturales de la tierra. Es cierto que el hombre es culpable, pero no exactamente de esa manera.
Es el pecado y la rebelión que se acumula en los registros del cielo lo que Dios tiene que verificar a través de una advertencia, de un desastre, para llamar la atención del hombre fuera de sí mismo, y que pueda ver y entender un poder que es mucho mayor que él mismo. A medida que los hombres observan el poder destructivo de inmensas tormentas monstruosas, es más fácil para él, si es que está dispuesto; entender que existe un poder mayor por detrás de todo esto. Dios está velado en la tormenta. Mientras el viento silba y puja, Él le está hablando a la raza humana. Mientras los árboles son sacados de raíz, Dios está llamando a los impíos. Mientras las lujosas casas son destruidas y los barcos de lujo son golpeados y varados en tierra, Dios está estirando Su mano de misericordia al perdido. Dios trabaja en las sombras. Sus caminos no siempre son obvios para el corazón no arrepentido. A menudo son misteriosos, y pueden ser fácilmente atribuidos a otras cosas. Tenemos que prestarle atención si es que queremos reconocer la voz de Dios en la violencia de la tormenta.
Dios autoriza a Sus santos ángeles a soltar la mano refrenadora y permite que Satanás ocasione climas muy malos y otros fenómenos naturales, como terremotos y tsunamis, como una advertencia hacia las personas debido a sus pecados. Después de la destrucción que tuvo lugar, las personas en Atlantic City que estaban apostando en los casinos, clubes nocturnos y otros hoteles pecaminosos, manifestaron su decisión de continuar en su vida pecaminosa… “Las Vegas, allá vamos nosotros”, dijo una persona. Cuando su mundo de juego se ha cerrado, ellos se mueven hacia otra ciudad y continúan pecando.
Voy a continuar leyendo: “Los hombres no pueden discernir a los ángeles que como centinelas refrenan los cuatro vientos para que no soplen hasta que estén sellados los siervos de Dios; pero cuando Dios ordene a sus ángeles que suelten los vientos, habrá una escena de contienda que ninguna pluma podrá describir”.
Así, una vez que los siervos de Dios son sellados, vamos a ver mucho más caos, destrucción y pérdida de vidas que la que hemos visto hasta ahora. ¿Se está produciendo en este momento el sellamiento? ¿Están ustedes procurando el sello Divino en sus vidas? ¿Saben lo que eso significa, no es verdad? Eso significa que están viviendo 100% del tiempo en armonía con el cielo. El sello de Dios no será puesto sobre ninguno que esté en rebelión. No será colocado sobre ninguno que esté viviendo para sí mismo y no esté viviendo para otros. El huracán Sandy fue apenas una vislumbre del poder que hay en la naturaleza. Fue una pequeña manifestación del desagrado de Dios hacia un mundo pecador.
Oh amigos, nuestro planeta está en problemas. Sandy fue una tormenta masiva. El sistema de la tormenta incluyó a todos los ítems de la lista que acabo de leerles al comienzo. Hubo un huracán, una tormenta tropical, una tempestad, fuegos, inundación con desastres tanto en la tierra como en el mar, y todas acontecieron en rápida sucesión. Pero antes que Sandy alcanzase el Océano Atlántico en Nueva Jersey y Nueva York, ya había azotado a Jamaica, Haití, Cuba, y Las Bahamas.
Sandy comenzó en el Océano Occidental del Caribe como una depresión tropical el 22 de octubre. Al moverse hacia el Norte, rápidamente se convirtió en una tormenta organizada, desarrollando un ojo y el típico movimiento circular contrario a las manecillas del reloj. Al adquirir fuerza de las aguas calientes de la superficie del Mar del Caribe, se formó la estructura de la tormenta, y rápidamente creció hasta transformarse en un huracán. Sandy pasó primero por Kingston, Jamaica, cobrando su primera víctima humana. Este fue el primer golpe directo en Jamaica desde el huracán Gilberto hace 24 años.
Después de un par de horas de haber dejado Jamaica, la tormenta obtuvo más fuerza y se convirtió en un huracán categoría 2, antes de golpear Haití, donde, debido a las condiciones precarias de las casas, mató por lo menos a 54 personas. Haití aun está tratando de recuperarse del terremoto que la azotó a comienzos de 2010, el cual destruyó la ciudad de Puerto Príncipe, dejando 316.000 personas y cientos de miles sin hogar, muchos de los cuales aun viven en desordenados campos de refugiados. Las calles, los hogares y los ríos fueron inundados en medio de un brote de cólera, debido a problemas sanitarios anteriores. Sandy también destruyó las cosechas que se necesitaban desesperadamente en Haití, lo cual provocó la falta de alimentos. También dejó a más de 200.000 personas sin hogar.
Para Haití, este fue el segundo huracán en el 2012. El huracán Isaac azotó la isla en agosto, dejando un rastro de muerte y de destrucción. Ahora otro golpeó a la desventurada isla con todo su vudú, hechicería, magia blanca y crimen.
Sandy pasó entonces por la República Dominicana y Puerto Rico, matando otras 3 personas y ocasionando billones de dólares en daños.
Entonces Sandy se fue hacia Cuba, destruyendo 15.000 hogares y cobrándose la vida de 11 personas más, la cantidad más alta desde el 2005, cuando 16 personas murieron durante el huracán Dennis.
Después de salir de Cuba, la súper-tormenta bajó hasta la categoría 1 para huracanes, y se dirigió a Las Bahamas, matando a dos personas más y ocasionando bastante daño.
Entonces la tempestad descendió hasta convertirse, por poco tiempo, en una tormenta tropical, mientras subía hacia la costa de los Estados Unidos, y ahí volvió a adquirir su fuerza de huracán en las inusuales aguas calientes del Océano Atlántico. Al Oeste subiendo a lo largo de la costa, había un canal de alta presión en una rápida corriente, la cual a menudo desciende de Canadá hacia la parte Sur de Estados Unidos y que después vuelve por la costa Este. Este canal de alta presión estaba posicionado de tal manera que impidió que Sandy tocase tierra en las regiones del Sur de los Estados Unidos, y la envió más hacia el Norte. Eventualmente, la tormenta fue bloqueada por otro frente climático, una enorme área de alta presión que estaba sobre Groenlandia y que se estaba extendiendo sobre el Océano Atlántico. Esta acción de bloqueo impidió que esta poderosa tormenta, que se movía lentamente, continuase hacia el Norte y no tuvo otra opción que girar hacia la izquierda y entrar en las zonas densamente pobladas de Nueva Jersey y Nueva York. Al girar hacia el Oeste, ganó un poco de aceleración y llegó a Atlantic City, Nueva Jersey.
¿Creen ustedes que los encuentros de estos sistemas climáticos fue mera casualidad, o había algo más detrás de todo ello? Escuchen esto de El Conflicto de los Siglos p.646. “Satanás obra asimismo por medio de los elementos para cosechar muchedumbres de almas aún no preparadas. Tiene estudiados los secretos de los laboratorios de la naturaleza y emplea todo su poder para dirigir los elementos en cuanto Dios se lo permita”.
Así que a Satanás se le ha dado el control de los elementos, por lo menos hasta cierto punto. Esto incluye los elementos del clima. Él es capaz de mezclar los elementos como para producir un clima mortal, y así poder quitarles la vida a sus sujetos humanos. Ningún científico tiene acceso al laboratorio que Satanás usa. Ellos pueden observar los elementos de la naturaleza, pero no pueden manipularlos tal como él lo hace. El hombre puede, hasta cierto punto, manipular los elementos de la naturaleza con algún éxito, pero el hombre es muy débil comparado con Satanás. Solamente Dios conoce realmente el poder de Satanás. Satanás ha estado jugando con los patrones del clima global durante mucho tiempo, hasta por siglos. Él entiende, no solamente el flujo del aire, sino que también entiende el flujo de las corrientes oceánicas y los efectos que ellas producen. Él entiende el campo magnético, y el efecto de la gravedad, y el poder del sol, y la capa de ozono, y muchos otros principios de la naturaleza. Los científicos no conocen a Dios. Ellos no pueden entender el verdadero poder que está detrás de estos desastres.
He aquí una declaración interesante de Consejos Para Maestros, Padres y Alumnos p.426. “Cuando están en dificultad, los filósofos y los hombres de ciencia procuran satisfacer su mente sin apelar a Dios. Ventilan su filosofía acerca de los cielos y de la tierra, explicando plagas, pestilencias, epidemias, terremotos y hambres, por sus supuestas ciencias. Las cuestiones relativas a la creación y la providencia procuran resolverlas diciendo: Es la ley de la naturaleza”.
Por donde Sandy pasó, quedó una gran estela de muerte, tinieblas y destrucción. El giro en sentido contrario a las agujas del reloj del huracán afectó a más de 24 Estados de los Estados Unidos y a varias provincias de Canadá.
La monstruosa tormenta no solo destruyó secciones de la línea costera en Atlantic City, sino que el fuerte giro contrario a las agujas del reloj atacó Nueva York y arrojó las aguas del Atlántico hacia el Norte, justo hacia el Río del Este entre Manhattan y Brooklyn, anegando el Bajo Manhattan con una cantidad récord de agua en forma repentina.
Más de 5,2 millones de personas usan el Metro o Subterráneo en Nueva York todos los días. La tormenta hizo que el antiguo sistema de 108 años de existencia, fuese suspendido. Sandy inundó siete túneles del Metro que pasan por debajo del Río del Este con agua salada corrosiva, la cual, a diferencia del agua no salada de la lluvia, carcomió el sistema eléctrico. Durante un periodo de tiempo, habrá que hacer un gran trabajo para evitar problemas en el sistema eléctrico del Metro. Además, la línea Norte del Metro y los rieles hacia Long Island fueron desactivados.
De hecho, todo el sistema de tránsito de la ciudad de Nueva York, incluyendo sus buses y taxis fueron suspendidos durante varios días. Este fue el evento más debilitador que jamás haya golpeado el sistema de transporte masivo de Nueva York. Todas las principales líneas del Metro fueron inundadas. Sandy interrumpió el fluido eléctrico hacia las estaciones, inundó las líneas de rieles y los depósitos de buses y de taxis. Imagínense tener que remplazar o reparar todos esos equipos, las lectoras de boletos del Metro, los molinetes, los señalizadores, los cambiadores de líneas, señales, taxis y buses inundados, etc.
Todos los puentes hacia y desde la ciudad fueron cerrados debido a los fuertes vientos. El túnel Brooklyn-Battery fue inundado de un extremo al otro apenas un par de horas después que el Gobernador del Estado, Andrew Cuomo ordenara su cierre al tráfico. El túnel Holland también fue cerrado, aun cuando el túnel Lincoln, que queda mucho más al Norte en el Río Hudson, permaneció abierto. Llevó varios días restaurar el estropeado sistema de tránsito hasta que el agua fue sacada mediante bombeo de los túneles, y las calles y los edificios fueron limpiados y reabiertos.
Debo añadir que los sistemas de tránsito de la ciudad desde Philadelphia a Boston también fueron suspendidos, y también los trenes, los aviones y partes de las carreteras entre ellas.
Las aerolíneas cancelaron más de 20.000 vuelos a más de 35 aeropuertos afectados, todo un récord para un evento climático. Los pasajeros quedaron desamparados en todo el mundo, a medida que las Aerolíneas en Europa, en el Medio Oriente y en África, y también algunas Aerolíneas de Asia, cancelaron sus vuelos hacia Nueva York, Washington y hacia las otras ciudades de la Costa Este.
Los hospitales cancelaron todas las cirugías y los procedimientos médicos, excepto las emergencias. Por lo menos un hospital en Nueva York perdió sus generadores de emergencia y tuvo que evacuar a cientos de pacientes hacia otros hospitales, incluyendo a aquellos que estaban en unidades de terapia intensiva.
Los oficiales de la ciudad de Nueva York ordenaron evacuaciones obligatorias en todas las áreas de la costa de la ciudad y en Long Island, incluyendo el Bajo Manhattan, Coney Island, Brighton Beach y las áreas de Red Hook de Brooklyn, toda la península de Rockaways, la mayor parte de Staten Island y las áreas de City Island/Throg’s Neck del Bronx. Decenas de miles de personas fueron desplazadas y ahora un buen número de ellas están sin hogar.
Más de 8 millones de personas quedaron sin energía eléctrica en 17 regiones estatales, algunas casi por dos semanas; siendo este otro récord. Fue la “mayor tormenta con corte de electricidad registrada en la historia”, dijo Con Edison, portavoz de Sara Banda. El récord de corte de energía eléctrica también se registró en Nueva York, Pennsylvania y Nueva Jersey.
Imaginen a la ciudad de Nueva York con sus rascacielos. Pero en lugar de todas las luces que hacen atractiva a una ciudad de noche, ahora todo estaba oscuro. La “ciudad que nunca duerme” fue obligada a detenerse y a tomar un descanso.
¿Qué es lo que las personas estuvieron pensando, mientras esperaban en sus departamentos y en sus hogares, a que volviera la energía eléctrica? No podían ir a trabajar porque no podían llegar hasta sus lugares de trabajo. Muchos de sus empleadores tampoco tenían energía eléctrica. Millones de ellos tuvieron que tomar locomoción colectiva para poder llegar a sus lugares de trabajo. ¿Qué fue lo que pensaron cuando no pudieron hacer las cosas que normalmente hacían, teniendo que agacharse y sentarse y esperar hasta que pasara el poderoso huracán?
¿Qué pensarían cuando estaban en la oscuridad, cuando no podían ver los programas de televisión, ni fútbol, ni ningún otro entretenimiento? Todo debe haber estado inquietantemente tranquilo. No había autos en las calles, ni buses, ni bocinazos, ni aviones sobre sus cabezas, nada más que apenas alguna sirena ocasional a la distancia, ninguna señal del acostumbrado ruido del tránsito en las calles. El único ruido era el del viento de la tempestad aullando afuera, por lo menos durante algún momento. Y después, solo había silencio. Eso debe haber sido extremadamente desconfortante para algunos que les gusta el ruido; el ajetreo y el bullicio.
¿Qué pensarían esas personas cuando no tenían nada que los distrajera ni que llamara su atención? ¿Creen ustedes que ellos pensaron en Dios, y que tal vez en el silencio Dios estaba tratando de hablarles con aquella pequeña voz suave? Lo dudo. Recuerden que Dios no está ni en el viento ni en la tempestad. Él no está en el fuego, ni en la tormenta. Él está en aquella pequeña voz suave, en la quietud. Pero las personas en las grandes ciudades viven con un ruido de fondo durante todo el tiempo, así que es difícil para ellos escuchar esa pequeña voz, ¿no es verdad?
Aun cuando debe haber habido algunos que pensaron en Dios, la mayoría probablemente estaban frustrados por no poder llevar a cabo sus maneras habituales de pecar. No había bares, ni teatros, no había programas de Broadway, no había ningún lugar para ir de compras, no se podía salir con los amigos, no había restaurantes. Debe haber sido toda una experiencia. Me pregunto qué habrá pasado por sus mentes. Tuvieron simplemente que parar y permanecer quietos por un buen tiempo.
Y todo esto estaba sucediendo en la ciudad con sus grandes edificios de departamentos, algunos con 50 y hasta 100 pisos de altura. Sin energía eléctrica, no había luces, ni calefacción, no había refrigeradores, no había televisión, no había música, no había ascensores, no había escaleras automáticas; todo estaba detenido. Tampoco había electricidad como para bombear agua fresca hacia los departamentos. No podían tomar siquiera una ducha. No podían vaciar el baño. No tenían agua para cocinar, a menos que tuviesen algunas botellas almacenadas en la despensa. No tenían agua para beber. Para una ciudad que nunca duerme, esto era significativo. Imaginen el peligro en que habrían estado miles de personas, si el desastre hubiese durado más tiempo que solo unos pocos días.
Si los ascensores no funcionan en esos edificios antiguos, miles de personas de edad quedan confinadas a sus departamentos, hasta que vuelva la electricidad. La mayoría de las farmacias estaban cerradas, y si alguien necesitaba comprar medicamentos, no era nada fácil conseguirlos. Nadie iba a traerles algo, por lo menos durante algún tiempo. Y si lo hacían, tendrían que subir por las escaleras y no por los ascensores. Estas personas no podían ir a ninguna parte, y no podrían llegar a ninguna parte si lo intentaban. La FEMA (la Agencia Federal de Administración de Emergencias) envió un millón de platos de comida y botellas con agua para ayudar a los sobrevivientes después de la tormenta. Pero entregárselas a aquellos que vivían en los pisos superiores debe haber sido todo un desafío.
“No hay ningún precedente con relación a Sandy”, dijo el Alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg. El Gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo dijo, enigmáticamente: “Ahora tenemos una inundación de cien años cada dos años”.
Sandy fue un fenómeno climático muy grande. Fue el huracán más grande del Atlántico registrado y superó todas las tormentas anteriores. Su diámetro de agitación del vendaval llegó a los 1.600 Km (1.000 millas), casi del tamaño de Europa.
Pero permítanme recordarles que aun cuando fue el mayor huracán jamás registrado (un nuevo récord), fue apenas un huracán categoría 1. Este huracán no es muy poderoso si lo comparamos con aquellos que Dios dice que van a venir. ¿Se acuerdan de lo que leímos antes? Habrá escenas de destrucción debido a desastres naturales que “ninguna pluma puede describir”. Así que, lo relacionado con Sandy, es insignificante comparado con lo que Dios dice que va a venir.
Escuchen esta declaración del libro Joyas de los Testimonios Tomo 3 p.114-115. “Se acerca el tiempo cuando las grandes ciudades serán visitadas por los juicios de Dios. Antes de mucho, esas ciudades serán sacudidas con violencia. Cualesquiera que sean las dimensiones y la solidez de los edificios, cualesquiera que sean las precauciones tomadas contra el incendio, si el dedo de Dios toca esas casas, en algunos minutos o algunas horas quedarán reducidas a escombros”.
Imaginen lo que puede suceder con los firmes edificios de Manhattan si un huracán mucho más fuerte golpea la ciudad. No tomaría mucho tiempo para que haya una catastrófica y completa destrucción de toda la ciudad, si Dios así lo permite.
He aquí otra declaración de Testimonios para la Iglesia Tomo 7 p.83. “Las impías ciudades de nuestro mundo serán destruidas. Mediante las catástrofes que ocasionan actualmente la ruina de grandes edificios y de barrios enteros, Dios nos muestra lo que acontecerá en toda la tierra”.
De modo que hay una destrucción que va a barrer las grandes ciudades. Esa es la escoba de Dios, mis amigos. Es una manera de decir que las grandes ciudades de esta tierra son apenas como polvo para el Todopoderoso. También son apenas polvo para Satanás. Puede permitírsele que las arrolle, así como Dios puede instruir a sus ángeles a que las barran con Su escoba.
¿Creen ustedes que las personas en Nueva York estaban pensando en ello durante ese feriado divinamente señalado y climáticamente obligatorio? Aun entre los del pueblo de Dios, que viven en esas ciudades, me atrevo a decir que la mayoría de ellos tampoco pensó en ello, aun cuando escucharon aullar el viento del lado de afuera de sus ventanas.
Ustedes saben, las personas se envalentonan. Cuando pasan a través de tormentas, terremotos y otros desastres naturales y sobreviven, piensan que pueden enfrentar lo próximo y también lo que venga después. Se ponen más audaces en el pecado. Son más osados en sus estilos de vida. Se ponen más atrevidos en su inmoralidad. Todo porque piensan que pueden enfrentar el próximo desastre. O porque piensan que el gobierno va a protegerlos adecuadamente. También poseen seguros, así que la mayoría de los daños de sus hogares serán cubiertos por los seguros. Creen que están a salvo. Piensan que están seguros. Pero viene un tiempo donde no estarán seguros de ninguna manera. Sus hogares estarán en ruinas. Sus barcos y autos serán hierros retorcidos y fibra de vidrio desintegrada. Sus familias estarán muertas y sus vidas estarán destruidas. ¿Qué harán entonces?
Acuérdense de lo que ocurrió durante el terremoto y el tsunami en Japón no hace mucho tiempo. Miles y miles de personas que vivían en la costa y a varios kilómetros en el interior, en algunos casos, fueron muertos por las olas que entraron rápidamente en sus comunidades y que barrieron todo.
Oh amigos, jamás podemos confiar en el gobierno. Jamás podemos confiar en los recursos humanos. Solo podemos confiar en el Dios del cielo. Tenemos que vivir humildemente delante de Dios y del hombre, o también nos alcanzará algún desastre.
Sandy también fue el más fuerte huracán que haya tenido una recalada hasta el Norte del Cabo Hatteras, en Carolina del Norte. Sandy tuvo una baja presión barométrica récord, lo cual ayudó a que aumentara mucho el poder del viento. El huracán Gladys en 1977 tuvo una presión apenas un poquito menor, pero nunca tuvo una recalada. La dirección sin precedente de Sandy hacia el Oeste, al descender sobre Nueva Jersey y Nueva York, le dio un empuje muy grande.
Sandy causó un récord al hacer subir las aguas del océano e inundar sótanos, túneles y calles en Manhattan. La marea de la tormenta Sandy se esperaba que fuese entre 2,5 – 3 metros (entre 8 – 10 pies), pero cuando llegó, en el Parque Battery llegó a 4 metros (13,88 pies). Superó un récord establecido en 1821. Además, el Río del Este sobrepasó sus orillas e inundó partes de la Villa del Este en Manhattan, mientras que el Río Hudson en el Oeste, llenó las calles del bajo Manhattan.
La razón para esto fue el inusual ángulo de ataque de la tormenta. La agitación hacia el Norte del viento en el lado derecho del huracán empujó el agua fuertemente hacia la ciudad de Nueva York, mientras el huracán hacía una recalada en Nueva Jersey. Sandy también estableció un récord con la mayor ola registrada en el Puerto de Nueva York, midiendo casi 10 metros (32,5 pies). El huracán Irene tenía el récord anterior en el 2011. Esa ola alcanzó 7,5 metros (25 pies). Los instrumentos fijados en las boyas de la bahía miden la altura de las olas.
Sandy también alcanzó la mayor cantidad de energía eléctrica interrumpida, dejando a unos 8 millones de personas asombradas sin energía eléctrica. El huracán Ike fue el más cercano dejando a 7,5 millones de personas sin energía. Sandy también causó el doble de cortes de energía eléctrica que el huracán Irene el año pasado. Y en cuanto a Nueva York, fue el mayor corte de energía en toda su historia.
Las aguas servidas de una planta de tratamiento en Howard County, Maryland, fueron arrojadas al Río Little Patuxent, a un promedio de 2 millones de galones por hora (7.570.000.000 litros por hora), debido a los cortes de energía eléctrica. No está claro cuánta agua servida fue derramada en el río. Tal vez hasta eso establezca un nuevo récord. Sandy descargó 6-7 pulgadas de lluvia (152 – 178 mm de agua caída) en muchos lugares de la región, y así la capacidad de los sistemas de tratamiento como éste fueron sobrepasados.
De paso, el huracán Sandy no estaba solo en su trabajo de destrucción. Tuvo la colaboración de otros sistemas climáticos. Sandy se encontró con un frente frío que venía del Noroeste, el cual originó una ventisca en algunos lugares elevados cuando los dos sistemas chocaron. La ventisca hizo caer cerca de tres pies de nieve (un metro) en algunas partes de Virginia, Virginia del Oeste, Maryland y la parte Este de Ohio, cuando el frente frío chocó con Sandy cuando éste llegó a la costa, haciendo caer una enorme cantidad de nieve a lo largo de la parte frontal del mismo. El frente frío comenzó a empujar el curso de Sandy hacia el Norte. La tormenta de nieve, que habría sido una de esas famosas “Norestes” si no hubiese chocado con el huracán, dejó al tráfico en un caos en las carreteras, con los autos deslizándose dentro de las acequias, provocando choques accidentales, incluyendo un accidente en cadena de camiones que bloqueó los carriles rápidos de la autopista 68.
Debido al viento, las olas al Sur del Lago Míchigan alcanzaron un récord de 20,3 pies (6 metros). La bolsa de Nueva York estuvo cerrada durante dos días, el primer cierre de dos días desde 1888, debido a las condiciones climáticas.
En total, 185 personas perdieron la vida por el huracán Sandy, 113 de ellas en los Estados Unidos, 54 en Haití, 11 en Cuba, y el resto en Las Bahamas, Canadá, República Dominicana y Jamaica.
La devastación sin embargo, no está limitada a la inundación ni al daño del viento. El Bounty, un barco velero de 180 pies (55 m), se hundió a 90 millas (145 km) de la costa de Carolina del Norte. Su tripulación trató de evitar ser atrapada por la tormenta, pero tuvo que abandonar el barco porque sucumbió ante el viento y las olas. Dos tripulantes murieron. Significativamente, la tormenta barrenó al Bounty, el cual había sido usado en varias películas de Hollywood. Tal vez este sea un mensaje de advertencia para aquellos que están dispuestos a escuchar.
La tormenta también dañó el sistema de distribución de combustible. Se formaban largas colas en las estaciones de servicios, llegaban a casi 20 cuadras de largo cuando las personas trataron de obtener aunque sea un poco de combustible. Obtener combustible diesel fue aun más difícil. La gasolina fue racionada en Nueva Jersey y en Nueva York. La gente necesitaba la gasolina para sus generadores, para poder mantener la calefacción. Recuerden que había una corriente polar que también ingresó en esa área y que eventualmente se combinó con Sandy produciendo un frío Ártico y también nieve. Y así las personas quedaron sin electricidad para calentar sus hogares. La falta de combustible duró varios días. Aun cuando muchas de las estaciones de servicios no tenían electricidad para bombear combustible, también había dificultades para que los camiones que lo transportaban llegaran hasta las estaciones que sí tenían electricidad. Había mucho combustible en los tanques de almacenamiento esperando ser transportado. Y había empresarios esperando para descargar su carga y cobrar el transporte. “Es como si un drenaje estuviese obstruido”, dijo un analista. El perjuicio en el sistema de distribución causó la falta en las estaciones de distribución, situación que duró semanas.
Pero algunas de las mayores tragedias ocurrieron en lugares como Breezy Point, un pueblito costero en el distrito de Rockaway de Queens. Esta era la misma comunidad que fue golpeada por un tornado extremadamente raro en Septiembre, el mes anterior. Los hogares allí se inundaron, fueron arrancados por el viento desde sus fundamentos y después fueron lanzados los unos contra los otros, mientras 111 casas en una parte del pueblo fueron quemadas hasta sus cimientos durante la tormenta. Durante la tempestad, una marea récord causó una espectacular explosión en una planta de electricidad, lo cual originó un devastador incendio que destruyó los hogares de Breezy Point. Durante la tormenta y el fuego, los residentes tuvieron que ser rescatados por un barco debido a las inundaciones de las calles, que impedía que los bomberos llegaran con sus equipos hasta donde estaban los hogares incendiados. Muchos creen que la destrucción de Breezy Point es más devastadora que la que el huracán Katrina ocasionó en Nueva Orleans.
Los residentes de muchas comunidades costeras permanecieron sitiados durante muchos días, hasta varias semanas. Y la destrucción va a llevar meses y más meses para ser reparada y reconstruida. “La recuperación es una obra gigantesca”, dijo el Alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg. Él dijo que Sandy es uno de los “peores desastres naturales que ha golpeado la más populosa ciudad de la nación”. El costo oficial oscila entre los US$50 billones, solamente en los Estados Unidos.
Nueva Jersey fue el Estado más destruido. Una de las ciudades más golpeada por la inundación fue Hoboken. Cerca de 20.000 personas quedaron desamparadas en sus hogares. Camiones militares con inmensas ruedas fueron enviados para alcanzar los hogares azotados y los departamentos. Botes de paseo, que los más adinerados poseen en esta área, fueron lanzados a las calles durante la tormenta y tuvieron que ser sacados cuando las aguas se estabilizaron, para que los vehículos se pudieran movilizar. Cerca de 1,8 millones de personas estaban sin electricidad solamente en Nueva Jersey, y después de la tormenta los cortes de energía fueron críticos, con filas de autos que tenían casi dos kilómetros de largo, y largas filas de personas con bidones de 5 galones en las estaciones de gasolina que tenían electricidad en el Estado y que podían llenarlos. La mayoría no tenía electricidad para bombear el combustible que tenían en sus tanques.
La costa de Jersey fue devastada a lo largo de la costa del Atlántico. El parque de diversiones FunTown Pier está ahora en ruinas, su montaña rusa está toda retorcida y sumergida en las olas, su plataforma fue arrancada de su base. Los edificios en esta área quedaron tan dañados que tendrán que ser demolidos. Pubs y tabernas históricas fueron inundadas sin mucha esperanza de poder ser reparadas, a menos que sean completamente reconstruidas. Atlantic City, la famosa ciudad de juego de la Costa Este, con sus grandes casinos, sufrió mucho daño, pero los casinos aun están intactos. Los caminos y los letreros fueron destruidos, los paseos marítimos fueron hechos trizas, hay escombros y basura esparcidos por todas partes.
En una crisis, las personas pueden llegar a hacer cosas que son peligrosas. Por ejemplo, docenas de personas fueron admitidas en hospitales debido a la intoxicación con monóxido de carbono, porque usaron sus parrillas para cocinar dentro de sus casas o garajes, o usaron sus generadores dentro de sus hogares para hacer funcionar sus calefactores, refrigeradores y otros aparatos.
Wikipedia Article on Hurricane Sandy
Articulo de Wikipedia sobre el Huracán Sandy
Sandy: Flight cancellations top 20,000, but start to ease
Families return to Breezy Point after devastating fire during Hurricane Sandy destroys 111 houses
Fuego destruye medio centenar de casas al paso de “Sandy”
Sandy’s destruction no match for Katrina
Death and destruction: US begins clean-up after Sandy causes chaos
Sandy responsible for at least 50 U.S. deaths so far
At least 80 flooded houses destroyed by NYC fire
Transit systems struggling to restart
Cuomo: ‘Extreme weather’ needs new reality
Post Sandy recovery efforts frustratingly slow
Transit systems struggling to restart
In Sandy’s wake, can Jersey Shore be saved?
5 Records Set By Sandy, And What They Mean
9 Records Blown Away by Superstorm Sandy
Hurricane Sandy Fuel Shortage Spurs Sex For Gas Ads On Craigslist
Ahora pensemos en los aspectos espirituales y proféticos de la terrible tormenta que atacó Nueva York y Nueva Jersey. Hay una declaración que quiero leer del libro El Evangelismo p.24. Escuchen atentamente. “Se me pide que declare el mensaje de que las ciudades llenas de transgresión y pecaminosas en extremo, serán destruidas por terremotos, incendios e inundaciones. Todo el mundo será advertido de que existe un Dios que hará notoria su autoridad como Dios. Sus agentes invisibles causarán destrucción, devastación y muerte. Todas las riquezas acumuladas serán como la nada…”.
¿Creen ustedes que esto fue lo que sucedió en Nueva York y en Nueva Jersey? Ahora, ¿por qué la monstruosa tormenta atacó esos lugares? Fue debido a su impiedad. ¿Es Nueva York impía? Claro que lo es. Es la ciudad más populosa de los Estados Unidos. Y hay iniquidad concentrada. Piensen en todos esos edificios y rascacielos. La impiedad está apilada en todos ellos. La impiedad que no sucede en el primer piso, está en el 2° piso. La impiedad que no sucede en el 2° piso, está en el 3°, 4°, 5°, 50º piso. Y así sucesivamente. Y si no sucede en hogares privados, sucede en los bares y en los clubes nocturnos, en los teatros de Broadway y en los callejones interiores todas las noches.
En las ciudades grandes como Nueva York y Newark, Nueva Jersey, existe el crimen organizado, hay bandas, barones de la droga, redes de prostitución, sórdidos distritos de luz roja, bares de homosexuales… y la lista continúa y continúa. También hay robos, asesinatos, guerras entre pandillas, tiroteos, raptos, y otros tipos de violencia. Las ciudades son extremadamente impías, ¿no es así? Es peligroso vivir en ellas. Todos tienen que proteger con rejas sus puertas y sus ventanas, y cerrarlas con un doble candado e instalar sistemas de seguridad, y colocar cercas con alambres de púa. Las cárceles están abarrotadas de criminales. Las cortes están atascadas tratando de lidiar con ellos, mientras que por debajo todo sigue igual; hay un enconado odio y amargura que se agita bajo la superficie. No hay ningún lugar seguro. No hay ningún lugar de paz y de tranquilidad. Hasta los parques de las ciudades están llenos de crimen y de violencia en las grandes ciudades. No se puede encontrar paz en ninguna parte. Siempre hay que mirar alrededor de uno para estar seguro que no es vulnerable.
¿Creen ustedes que las personas que viven en las grandes ciudades piensan que son impíos? Yo no lo creo. ¿Se acuerdan de Sodoma? Los ciudadanos de Sodoma no pensaban que ellos eran impíos. Estaban más bien enojados con Lot porque los acusaba de ser impíos. Lo iban a matar por sugerirles que eran malos.
¿Creen ustedes que Nueva York y Nueva Jersey son tan impías como Sodoma? Yo creo que sí. ¿Creen ustedes que merecen la ira de Dios? Claro que la merecen, ¿pero saben ustedes cuán misericordioso es Dios? Piensen en Su bondad para con ellos. Cuando ellos merecían un huracán categoría 5, Él permitió que solo un huracán de categoría 1 cayera sobre ellos. Y observen lo que les sucedió.
¿Qué creen ustedes que les habría hecho un huracán categoría 5 a estas ciudades y pueblos? ¿Creen ustedes que esos hogares, negocios y rascacielos podrían haber soportado una tormenta de esa magnitud? ¿Qué habrían hecho millones de personas si sus ciudades y pueblos hubiesen sido hecho añicos debido a una súper-tormenta categoría 5? ¿Cómo habrían salido millones de personas de Nueva York si no tenían ningún otro lugar adonde vivir? ¿Adónde habrían ido? Habrían quedado atrapadas. Las ciudades, mis amigos, son trampas mortales.
Escuchen lo que dijo una persona después de la tormenta. “Las señales de la buena vida que fueron definidos por los ricos enclaves costeros de Jersey, tales como Bayhead y Mantoloking, están esparcidos y destruidos”. Casi todos los hogares fueron seriamente dañados, así como los jacuzzis, las piletas de natación y las barbacoas de $3000.
¿Qué se quiere decir con “buena vida?”. Esto está hablando de cómo vive la gente rica. Las personas ricas quieren vivir frente al Océano o en las orillas de los ríos, en lindas mansiones con piscinas, jacuzzis, autos de lujo, pesca y lanchas de gran velocidad, y muchos otros juguetes. Pero cuando vienen los vientos del cielo y aparecen las inundaciones, el fuego y la tormenta, ellos piensan que han perdido su “buena vida”. Se quedan terriblemente desilusionados. Han perdido lo que les llevó toda una vida para acumular. Pero Dios lo hizo para hacerlos despertar y para que vean que están viviendo vidas artificiales. Y lo más importante, Él quiere que vean que le están dando la espalda a Dios.
Y todo esto sucedió justo antes de Halloween, uno de los días festivos de Satanás. Tal vez Satanás se deleita en manifestar su poder (con el permiso de Dios, desde luego) en la conducción a la noche impía y mala.
Es importante observar, que al igual que el huracán Katrina que azotó Nueva Orleans con una poderosa devastación, Sandy golpeó a otro pueblo con sus casinos, paseos marítimos y parques de diversiones. Ver esa montaña rusa tirada en el océano hace un punto espiritual más bien conmovedor, ¿no es verdad? Tal vez los ángeles, que retienen los vientos de conflicto y las tormentas, pudieran contarnos algo sobre el desagrado de Dios para con esos lugares.
Y de paso, la montaña rusa destruida es una clara imagen del destino que le aguarda a los que llevan una vida de esa naturaleza.
¿Creen ustedes que Dios está disgustado con estos lugares? ¿Creen ustedes que la tormenta es un juicio de Dios sobre estos lugares impíos de diversión? Amigos, la monstruosa tormenta fue una advertencia.
Escuchen esta declaración de El Evangelismo p.24. “Acontecerán calamidades, calamidades de lo más pavorosas, de lo más inesperadas; y estas destrucciones se seguirán la una a la otra. Si se presta atención a las amonestaciones que Dios ha dado, y si las iglesias se arrepienten y regresan a la lealtad, entonces otras ciudades serán perdonadas por un tiempo. Pero si los hombres que han sido engañados continúan en el mismo camino en el cual han estado andando, sin prestar atención a la ley de Dios y presentando falsedades ante el pueblo, Dios les permite sufrir calamidades, para que sus sentidos sean despertados…”.
Piensen en Sandy por un momento. Muchas cosas estaban sucediendo rápidamente durante la tormenta y después de ella. La tormenta chocó con otra tormenta, lo cual aumentó el efecto. Luego después de la tormenta hubo un pequeño terremoto en la región. Una semana después hubo otra tormenta de viento, con bajas temperaturas y nieve sobre las mismas personas que todavía estaban tratando de calentarse y de recuperarse de la destrucción de Sandy.
He aquí otra declaración de El Evangelismo p.24-25. “El Señor no desechará repentinamente a los transgresores o destruirá a naciones enteras; sino que castigará a ciudades y lugares donde los hombres se han prestado para ser poseídos por los agentes satánicos. Las ciudades de las naciones serán tratadas con estrictez, y sin embargo, no serán visitadas con la extrema indignación de Dios, porque algunas almas renunciarán a los engaños del enemigo, y se arrepentirán y convertirán, mientras que las masas estarán atesorando ira para el día de la ira (Manuscrito 35, 1906)”.
¿Creen ustedes que hay algunas almas que están abiertas al llamado de Dios en las grandes ciudades del mundo? Yo creo que sí. Hay muchos de ellos. Pero buscan las respuestas en los lugares equivocados. Aun cuando van a la iglesia, no reciben el mensaje verdadero. Ellos solo obtienen alimento liviano. Papilla espiritual para bebés. Son puestos a dormir por sus pastores. Ustedes pueden ver, que muchos pastores están de acuerdo con los científicos. Los científicos quieren que ustedes piensen que Sandy fue solo una coincidencia natural y que no posee ninguna implicación sobrenatural o espiritual posterior. Cuando azota un desastre, si las personas piensan en Dios, los científicos las tranquilizan con reportes que no mencionan a Dios o no llevan a Dios en consideración. Lo llaman la “madre naturaleza”, y no la advertencia de Dios. Los noticieros las bombardean con información, pero nadie analiza realmente el lado sobrenatural del desastre. Poseen suficiente información científica como para hacerles creer que la tormenta no provino de Dios.
Pero la mayoría de los pastores tampoco quieren que ustedes piensen en el lado sobrenatural. Quieren que piensen que todo es natural y que no debieran preocuparse que este tipo de desastres son una advertencia de los juicios de Dios que van a caer sobre ellos. Si alguien sugiere que Dios está castigando a Nueva York y a Nueva Jersey debido a su impiedad, ellos piensan que son fanáticos, que están engañados y con las mentes desequilibradas. Ellos dicen que Dios es tan amoroso que no va a destruir a los pecadores. Enseñan que solo los más impíos van a quemarse en el infierno. De esto modo, ellos argumentan que un desastre natural no proviene de Dios, o que Dios no está soltando los vientos de conflicto y que le ha permitido a Satanás ocasionar tal catástrofe. Eso socavaría el concepto de “pecar y vivir” que ellos han invertido tanto en enseñar. Ustedes pueden vivir como quieran. No necesitan hacer ninguna reforma. Sus vidas están bien, dicen ellos.
Los científicos dan las razones físicas para calmar los nervios de las masas, y los pastores dan las razones espirituales para anestesiarlos y volverlos a colocar en el sueño espiritual. Los pastores pueden creer que no están trabajando juntamente con los científicos, pero sí lo están.
Y, si no asisten a la iglesia, son distraídos y calmados por sus amigos y sus familias, por los compañeros de trabajo, y por otros que proveen un adecuado substituto para sus pastores. Ustedes ven, mis amigos, que las personas van a creer lo que quieren creer, aun cuando sea una total mentira. Muy pocos quieren pensar en sus pecados. Muy pocos quieren entender el propósito de Dios al permitir una tormenta así.
Pero amigos, ¿creen ustedes que hay más monstruosas tormentas que van a venir? ¡Claro que sí! Y las monstruosas tormentas que vengan serán mayores y más poderosas que Sandy.
Piensen en lo que sucede cuando hay un enorme desastre en una gran ciudad. Primero, todo se cierra. En un desastre catastrófico no hay escape. Las ciudades pueden ser fácilmente cerradas, y a los gobiernos y a la policía no les interesa si ustedes quieren salir de la ciudad o no. Ustedes están atrapados.
Si el desastre ocasiona problemas de infraestructura, eso no puede ser resuelto fácilmente ni rápidamente, y esto hace que las personas corran a buscar alimentos y a satisfacer sus necesidades básicas. Las personas que están acostumbradas a depender del gobierno para los caminos y el transporte que les trae alimentos y combustibles, servicios para calefacción y cocina, u otros servicios, van a entrar en pánico cuando éstos sean cortados. Esto puede conducir a la violencia y al crimen, si la situación se vuelve suficientemente desesperante. Para más detalles al respecto, busquen nuestro sermón sobre la destrucción de Jerusalén. Los gobiernos pueden evitar la desesperación trayendo alimentos por vía aérea con helicópteros. Pero si el daño es suficientemente serio, eso también puede ocasionar una serie de complicaciones. El huracán Sandy fue un pequeño desastre, comparativamente hablando, y fue relativamente fácil solucionar los problemas.
Hay otros asuntos de infraestructura que pueden tornar la vida muy difícil en las grandes ciudades cuando hay un desastre muy serio. Si la energía eléctrica se interrumpe, como sucedió con el huracán Sandy, los habitantes de las ciudades pueden quedar sin esta energía durante días o semanas. Sin electricidad, las estaciones de servicios no pueden despachar combustibles. Sin combustible, las personas ni siquiera pueden recargar sus celulares usando un generador. Las torres que conectan los celulares, no funcionan, las comunicaciones desaparecen, las personas no consiguen calefacción para sus casas, y la lista continúa y continúa.
La mayoría de las personas que viven en grandes bloques de departamentos no poseen ningún generador, y no pueden conseguir alguna energía adicional en un desastre mayor. Además, ¿cómo conseguirían hacer funcionar un generador en un departamento de un piso elevado?
Supongamos que hay un ataque terrorista en una ciudad grande. A los terroristas les gusta atacar la infraestructura y les gusta atacar a las ciudades porque allí viven muchas personas. Y es relativamente fácil interrumpir la vida normal atacando sistemas claves, de los cuales las personas dependen, tales como fuentes de agua, redes eléctricas, puentes, túneles y otros lugares vulnerables.
He aquí otro problema. Cuando hay una inundación, el agua produce moho en los edificios. Y no es solo en la superficie donde ustedes pueden limpiar y sanear. El moho penetra en las paredes y en los sistemas de ventilación. Puede entrar en lugares donde es virtualmente imposible removerlo sin tener que derribar el edificio y reconstruirlo.
Sin embargo, aún hay otro problema; durante los grandes desastres, los hospitales comienzan a funcionar en el modo emergencia. No pueden ofrecer los servicios normales de los cuales dependen muchas personas. Si el desastre causa muchos heridos, esto puede rápidamente hacer colapsar los sistemas médicos y las personas van a morir por no poder conseguir ayuda médica.
Debido a la gran masa de personas, es difícil durante un desastre que todos consigan ayuda. Solo unos pocos son atendidos por los sistemas de emergencia provistos por las autoridades del gobierno. Cuando el desastre es relativamente pequeño, es más fácil de manejar. Pero si es una crisis substancial, es posible que las agencias gubernamentales puedan ser sobrepasadas también, dejando a muchas personas desamparadas.
Amigos, no es de admirarse que Dios nos haya dicho que vivamos en el campo. No es para solo salvarnos de las dificultades de los desastres que vienen. Dios quiere que vivamos en áreas campestres donde podamos estar a salvo de las terribles cosas que les van a suceder a las ciudades. Yo no sé en cuanto a ustedes, pero a medida que nos acercamos al fin del tiempo, y a medida que las ciudades se vuelven cada vez más impías, tenemos que salir de ellas, cambiando nuestro estilo de vida y teniendo la certeza que estamos viviendo en armonía con la voluntad de Dios.
Pero, es más que evitar un desastre natural. Dios nos dice que hay asuntos espirituales involucrados. No necesitamos colocar a nuestros hijos y a nuestras familias en ciudades que están contaminadas con toda la impiedad concentrada que allí existe.
He aquí una declaración del libro Ministerio de Curación p.281-282. “En el mundo entero, las ciudades se vuelven semilleros del vicio. Por doquiera se ve y se oye el mal. En todas partes se encuentran incentivos a la sensualidad y a la disipación. La marea de la corrupción y del crimen sube de continuo. Cada día se registran actos de violencia: robos, asesinatos, suicidios y crímenes indecibles.
La vida en las ciudades es falsa y artificial. La intensa pasión por el dinero, el torbellino y el afán de los placeres, la fiebre de la ostentación, el lujo y la prodigalidad son otras tantas fuerzas que impiden a la mayoría de la humanidad que cumpla el verdadero fin de la vida. Abren la puerta a una infinidad de males y ejercen sobre la juventud un poder casi irresistible.
No era el propósito de Dios que los hombres vivieran hacinados en las ciudades, confinados promiscuamente en estrechos alojamientos. Al principio Dios puso a nuestros primeros padres entre las bellezas naturales en medio de las cuales quisiera que nos deleitásemos hoy. Cuanto mejor armonicemos con el plan original de Dios, más fácil nos será asegurar la salud del cuerpo, de la mente y del alma”.
Como ustedes pueden ver mis amigos, el plan de Dios para ustedes y para mí es que nos vayamos a los lugares naturales, tanto cuanto sea posible. Mientras más rodeados estemos de las bellezas de la naturaleza, menos glorificaremos al hombre, y estaremos más listos para recibir a Jesús en nuestros corazones y para glorificarlo a Él. La vida en la ciudad puede insensibilizar con respecto a las cosas de Dios. La vida en la ciudad puede impedirles vencer sus pecados, porque no ven tan fácilmente lo espantoso que es el pecado.
Amigos, yo quiero a Cristo en mi corazón. Yo lo necesito todos los días. Quiero seguir Su consejo y vivir donde Él pueda impresionarme de la forma más fácil con Su carácter y amor. Oro para que ustedes conozcan la voluntad de Dios y que la sigan todos los días de sus vidas. Que Dios lo bendiga.
Oremos. Nuestro justo Padre celestial, necesitamos Tu dulce Espíritu en nuestras vidas para vencer al maligno. No queremos que la ciudad nos influencie contra los principios del cielo. Queremos vivir en forma justa en este mundo actual, pero no queremos ser manchados por él. Oro para que Tu Espíritu Santo entre en nuestras vidas, para que podamos aprender a escuchar y a obedecer Su voz. Esto es muy importante para nosotros. Si estamos viviendo en la ciudad, por favor ayúdanos a encontrar algún lugar en el campo. Y si hemos llevado la ciudad al campo a través de la televisión o la radio, o Internet, te pedimos que nos des Tu gracia, de manera que podamos abandonar todo eso, y podamos vivir para Jesús. Te suplico que podamos poner en práctica las lecciones que aprendimos hoy del huracán Sandy. Muéstranos, te pedimos, cómo ser vencedores a través de la sangre de Jesús, la cual fue derramada por nosotros. Oro en Su precioso nombre, Amén.
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