Mientras Suecia es el país que más ha avanzado hacia una sociedad sin dinero en efectivo, Estados Unidos, aunque bastante retrasado, también se está moviendo hacia esa dirección. Un número creciente de restaurantes y tiendas están despreciando los modestos billetes de un dólar. Sweetgreen, una empresa que vende ensaladas, por ejemplo, se negó a recibir efectivo y dijo a los clientes que sólo pueden hacer pagos con teléfonos móviles o tarjetas. Además, algunas máquinas expendedoras nuevas sólo aceptan tarjetas o pagos móviles.
Aunque el departamento del tesoro de los EE.UU. acepta muy bien que hagan pagos sin dinero en efectivo, permite a las empresas establecer sus propias políticas. No obstante, hay algunos estados, como Massachusetts, que todavía requieren que las empresas acepten dinero en efectivo.
«Lo que hemos visto es un impulso hacia los pagos electrónicos debido a la comodidad que brindan, especialmente para las generaciones X, Y, en adelante,» dijo Greg Burch, vicepresidente de iniciativas estratégicas para el Grupo Ingenico, el cual crea sistemas de pago para los comerciantes. «El teléfono se ha convertido más personal que la billetera».
Aunque en los EE.UU. los pagos sin dinero en efectivo aún se encuentran en un «nivel experimental», hay más tiendas que están habilitando opciones de pago móvil y aplicaciones para realizar pagos. A los comerciantes les favorece las transacciones sin dinero en efectivo ya que evitan el costo de almacenamiento y transporte de billetes y monedas. Y por supuesto, también se reduce el riesgo de robo físico. No obstante, el principal inconveniente es la pérdida del anonimato de los consumidores. Las transacciones con dinero en efectivo no dejan un rastro documental. Dado que uno de cada 13 estadounidenses no tiene una cuenta bancaria, las tiendas que lleguen a rechazar los pagos con dinero en efectivo, podrían excluir efectivamente a muchos clientes con pocos ingresos y que dependan del dinero en efectivo.
A pesar de que el dinero en efectivo no va a desaparecer en el corto plazo, algunas personas piensan que los EE.UU. deberían deshacerse de él. Mantener el efectivo en circulación, le cuesta a los contribuyentes de EE.UU. $200 mil millones de dólares cada año de acuerdo con un estudio de la Universidad de Tufts. Aunque el país se encuentra «digitalmente listo» para convertirse en una sociedad sin dinero en efectivo, hay quizás algo en la mente de los estadounidenses que los hace estar menos dispuestos a renunciar a su dinero en efectivo. Después de todo, vendrá un tiempo cuando se cumplirá la profecía de la Biblia acerca de las leyes religiosas que impedirán la compra y la venta. No hay otra forma mejor de evitar que alguien pueda comprar o vender de una manera total que eliminando el dinero en efectivo.
«Y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.» Apocalipsis 13:17.
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