My Modern Met, por Arnesia Young: En una cultura cada vez más centrada en el trabajo, puede ser bastante difícil desconectar y dejar el estrés en la oficina. Especialmente en una sociedad que está siempre encendida y conectada a nuestros dispositivos, la delimitación entre el trabajo y la vida personal puede volverse bastante turbia. Si a esto le añadimos una pandemia que ha cambiado por completo cómo, cuándo y dónde trabajamos, la separación de ambas cosas se hace casi imposible. Pero encontrar un equilibrio adecuado entre la vida laboral y la personal es esencial para nuestra salud y bienestar general, tanto físico como mental.
Reconociendo este hecho, en 2016 el gobierno francés aprobó una ley que protege el «derecho a la desconexión» de los empleados. Parte de una ley laboral francesa más amplia que entró en vigor en 2017, estipula que los empleadores no pueden exigir a sus empleados que estén disponibles para la comunicación en el lugar de trabajo, como llamadas o correos electrónicos, fuera del horario de trabajo habitual o durante su tiempo libre. Ya entonces era evidente que esta conectividad constante se estaba convirtiendo en un perjuicio para la salud de los empleados, y muchos estudios han respaldado esa teoría.
«Todos los estudios demuestran que hoy en día hay mucho más estrés laboral que antes, y que el estrés es constante», afirma el diputado socialista Benoit Hamon. «Los empleados abandonan físicamente la oficina, pero no dejan su trabajo. Permanecen unidos por una especie de correa electrónica, como un perro. Los textos, los mensajes, los correos electrónicos… colonizan la vida del individuo hasta el punto de que acaba por desmoronarse».
Aunque la ley laboral más amplia a la que pertenece esta cláusula fue muy controvertida cuando se aprobó, el «derecho a la desconexión» fue lo único en lo que la mayoría estuvo de acuerdo. Sin embargo, no hay reglas rígidas en cuanto a su aplicación. En cambio, en las empresas de 50 personas o más, se deja que los empleados y los empresarios determinen las políticas y los acuerdos que mejor se adaptan a sus necesidades individuales en función de los sectores en los que trabajan. E incluso con el inicio del trabajo a distancia generalizado, se sigue exigiendo que «la distinción entre tiempo de trabajo y tiempo de ocio debe ser clara y garantizar el derecho de los empleados a desconectar».
En el tiempo transcurrido desde que Francia aprobó esta ley, varios otros países han promulgado una legislación similar para proteger los derechos de los trabajadores y la salud de los empleados. Sin embargo, aún está lejos de ser una medida generalizada.
Nuestro comentario:
La Iglesia Católica Romana defiende el equilibrio entre el trabajo y la vida privada para apoyar su programa de descanso dominical. ¿Es esto una puesta en escena para preparar las leyes dominicales?
Conexión Profética:
“Tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo se le tributará homenaje al papado por medio del honor que se conferirá a la institución del domingo, la cual descansa únicamente sobre la autoridad de la iglesia romana.” El Conflicto de los Siglos, pág. 636.
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