Si esto no lo alienta a hacer ejercicio hoy en día, nada lo hará. Un nuevo estudio de Suecia muestra que las mujeres que tenían un buen estado físico en la mitad de su vida, tienen casi 90% menos probabilidades de contraer demencia décadas más tarde. Después de las pruebas iniciales de ejercicio en la mediana edad, los investigadores siguieron a las mujeres durante 44 años. Ambos grupos vivieron el mismo tiempo, pero los que pudieron andar en bicicleta de forma acelerada durante 6 minutos en la prueba inicial, tuvieron más tarde un riesgo mucho menor de demencia que aquellos que no pudieron completar el entrenamiento.
Hace tiempo que se sabe que existe una correlación entre el ejercicio y la disminución de la posibilidad de sufrir de demencia pero los resultados han sido muy evidentes. El estudio encontró que aproximadamente solo el 5% de las mujeres que lograron la mayor actividad física (andar en bicicleta vigorosamente durante 6 minutos), desarrollaron demencia. Esto contrasta con el 25% de las personas que tuvieron una actividad física promedio y el 45% que no estuvo en condiciones de finalizar la prueba. En general, las mujeres que estaban en buena forma física en comparación con las que solo pudieron hacer una actividad moderada disminuyeron su riesgo de demencia en un 88%. Las pocas mujeres con buen desempeño físico que sí desarrollaron demencia se volvieron sintomáticas a la edad de 90 años en promedio, 11 años más tarde que las moderadas.
«Estoy muy sorprendido de que el hallazgo haya sido tan claro», dijo Ingmar Skoog, autor principal del artículo y profesor de psiquiatría en la Universidad de Gotemburgo en Suecia. «Realmente se evidencia la importancia del ejercicio».
Se cree que el Alzheimer y otras demencias comienzan entre 15 y 20 años antes de que aparezcan los síntomas. Por ello, tiene sentido que el ejercicio en la mitad de la vida pueda reducir el riesgo, dijo Skoog. Aunque no es probable que el ejercicio por sí solo prevenga el Alzheimer, el estudio muestra que las personas no están del todo indefensas frente a una de las enfermedades más temidas, costosas y comunes de la vejez, agregó.
Además dijo que el mismo estilo de vida que ayuda a prevenir el Alzheimer, como evitar fumar, hacer ejercicio, dormir bien y llevar una dieta saludable, también previenen las enfermedades cardiovasculares, lo cual lo hace más valioso. «Usted puede hacer algo por sí mismo para disminuir la probabilidad», agregó Skoog.
Tiene sentido mantener un estilo de vida saludable en la mitad de la vida, décadas antes de la aparición de la enfermedad, dijo David Knopman, miembro de la Academia Estadounidense de Neurología, que no participó en el estudio. «Sospecho que es como una dosis», dijo. «Comenzar en la última etapa de la vida es mejor que no comenzar en absoluto, pero si se hace a partir de la mitad de la vida, ésto parece conferir un beneficio mayor».
«(Cuando) el cerebro es más saludable desde el punto de vista vascular, puede absorber más patología de Alzheimer que antes que las personas se vuelvan sintomáticas», dijo Knopman. El mensaje no es que todo el mundo necesite correr maratones en la mediana edad, añadió, pero un estilo de vida saludable da sus frutos.
«La literatura aún no se ha centrado en una cantidad o tipo de ejercicio que sean claves pero la mayor parte de la literatura ha sugerido que se necesita realizar ejercicio aeróbico», dijo. Eso no significa que tenga que competir en triatlones pero «una caminata de más de 10 minutos» sería una buena idea, dijo Keith Fargo, director de programas científicos y alcance de la organización no lucrativa Alzheimer’s Association.
Ya es bastante claro que ejercitarse en cualquier punto de la vida es mejor para su cerebro que no ejercitarse en absoluto, dijo Fargo. «Si no quiere tener demencia cuando tenga 80 años, ahora es el momento de empezar a ponerse en forma», dijo. «Puede que no necesariamente le brinde una vida más larga pero existe un convincente conjunto de evidencias que dicen que tendrá años mejores».
Si bien el estudio se basó en el seguimiento realizado a mujeres, el ejercicio, sin duda, beneficia a los hombres de manera similar.
“El apropiado ejercicio de la mente y del cuerpo desarrollará y fortalecerá todas las facultades. La mente y el cuerpo serán preservados y podrán hacer una variedad de trabajo”. La Educación Cristiana, pág. 343.
¡La Naturaleza Es Sabia!
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