A los venezolanos les está resultando difícil encontrar alimentos para sus familias. Esta crisis proviene del comunismo, el cual crea evidente escasez de todo tipo.
El presidente Nicolás Maduro relató cómo él y su esposa cultivaron calabazas en su patio para una sopa que tenía “sabor a cielo».
«Él que aprende a cultivar en su ciudad, su escuela, su universidad, su fábrica, en su espacio común… cultiva otra forma de fe en la vida», dijo el señor Maduro al promover la «Gran Misión Agro Venezuela», especialmente aplicada en las huertas de la ciudad. «Necesitamos sembrar para garantizar la soberanía alimentaria», agregó.
El cultivo de alimentos en la ciudad no es fácil. Sin embargo, los agricultores citadinos expresan que el tiempo dedicado a sus cultivos es menor al tiempo que tienen que invertir haciendo filas para adquirir comestibles en la calle. Y que además mejora su alimentación, por lo menos un poco.
Pero como suele suceder, el programa de «cultive lo suyo» en la ciudad, ha sido sofocado por la falta de apoyo del gobierno y la poca disponibilidad de terrenos cultivables. Mientras, el gobierno ignora la raíz de sus problemas económicos.
Los mensajes en redes sociales publican fotografías de la vida en Caracas, donde los alimentos escasean y se han disparado los precios del mercado negro. Se ha vuelto común ver en esa ciudad a hombres y perros buscar algo para comer en la basura.
El gobierno se había comprometido a plantar 4.600 millas cuadradas de tierra en los primeros 100 días y producir 3.500 toneladas métricas de frutas, verduras y hierbas este año. Se sugirió que los ciudadanos podrían producir 20 kilos (casi 45 libras) de frutas y verduras en un solo metro de tierra.
Pero eso no sucedió, 135.000 venezolanos sólo produjeron 273 toneladas métricas en entornos urbanos, de acuerdo al propio informe del gobierno.
A la escasez de alimentos y la inflación, se le suma también cortes en los servicios de agua y electricidad haciendo que la situación se agrave aún más.
Todo esto es el resultado de muchos factores que pueden atribuirse directamente al comunismo y al socialismo, incluyendo «la disminución del poder adquisitivo debido a que el costo de los alimentos sube más rápidamente que los salarios, los años de políticas que mantenían un precio bajo en los alimentos, la reducción de incentivos para la producción privada, etc.»
«Sin embargo, las decisiones políticas han agravado la situación, dicen los observadores. El gobierno le dio prioridad al pago de la deuda externa sacrificando su compromiso con compañías farmacéuticas y otras industrias para importaciones de vital importancia y la inversión en la producción nacional de alimentos. Esto ha ocurrido en la última década sumándose a los controles de precios y expropiaciones».
Para empeorar aún más la situación, el gobierno de Maduro se niega a reconocer que Venezuela tenga una crisis de alimentos. Esto impide que algún tipo de ayuda internacional o multilateral pueda llegar para aliviar un poco la situación. Además, la caída del precio del petróleo ha exacerbado los problemas de la nación.
Constantemente se oye de disturbios y saqueos, del mercado negro de alimentos y la preocupación por la desnutrición, especialmente de los niños. La delincuencia se ha incrementado. Y la creciente tensión podría estallar en protestas y violencia.
«Cuando un país tiene a su pueblo comiendo de la basura, entonces están listos para escuchar otras opciones», dijo el economista Ángel García Banch.
Este escenario sirve de presagio para lo que está por venir a medida que se acerca el tiempo del fin. Esta es una escasez ocasionada por el hombre debido a sus decisiones políticas pero hay otras formas de escasez ocasionadas por el clima, actividad militar, etc.
«Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes y hambres, y terremotos en diferentes lugares». Mateo 24:7.
Es un problema vivir en la ciudad durante una escasez de alimentos. La vida en un lugar adecuado en el campo le brinda a su familia tierras cultivables, agua y otros beneficios. Vivir en el campo es la mejor manera de poder abastecerse a sí mismo cuando la escasez de alimentos azote su ciudad o pueblo en el tiempo de angustia.
«Veo la necesidad de que las familias del pueblo de Dios se trasladen fuera de las ciudades, a lugares apartados del campo, donde puedan cultivar la tierra y cosechar los productos que ellas mismas siembren. De este modo podrán criar a sus hijos con hábitos sencillos y saludables. Veo la necesidad de apresurarse a fin de tener todas las cosas dispuestas para la crisis”. De la Ciudad al Campo, pág. 20.
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