El miércoles 30 de noviembre mientras los incendios avanzaban sobre Gatlinburg, docenas de tornados azotaron lugares de Louisiana, Mississippi, Alabama y Tennessee. Algunos de ellos causaron la muerte de por lo menos cinco personas y dejaron una docena de heridos. Muchas casas y negocios fueron destruidos. Uno de los tornados destruyó una guardería.
Cientos de árboles fueron derribados en Tullahoma, Tennessee mientras la alarma de tornado se extendía hasta Georgia.
El mes de noviembre no es una época usual de tornados para el Suroeste de los Estados Unidos. Patrick Marsh, meteorólogo del Centro de Predicción de Tormentas del Servicio Nacional del Clima expresó que “aunque no se considera noviembre como un tiempo para tornados, podríamos tener bastantes a fines de este año”, dijo. “Podrían tener importancia si ocasionan pérdidas humanas”.
Marsh dijo que el martes por la tarde se desarrollaron fuertes tormentas en Louisiana. Algunas de ellas eran del tipo super-célula, que pueden producir granizo, vientos peligrosos y tornados. Las tormentas se fueron fortaleciendo a medida que se dirigían hacia el Oeste-Noroeste… “El miércoles temprano, la tormenta ya se había convertido en una fuerza demoledora, desgarrando Alabama y Tennessee, dejando a su paso árboles arrancados, redes eléctricas cortadas y edificios destrozados.
Frecuentemente oímos hablar de terremotos y tornados, acompañados de truenos y rayos. Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de fuerzas consideradas como desorganizadas y sin control pero en ellas se puede leer el propósito de Dios. Son algunos de los medios por los cuales Él procura despertar la razón de hombres y mujeres. A través de las obras inusuales de la naturaleza, Dios expresa a los incrédulos agentes humanos lo que Él claramente ha revelado en su Palabra. Él responde la pregunta: “¿Quién encerró los vientos en sus puños?” Él se revelará a sí mismo como Aquel que “pone las nubes por su carroza, el que anda sobre las alas del viento”; “saca de sus depósitos los vientos”. Jehová preside en el diluvio, y se sienta Jehová como rey para siempre”. Cuando ponía al mar su estatuto, para que las aguas no traspasasen Su mandamiento; cuando establecía los fundamentos de la tierra”. “Él mira a la tierra, y ella tiembla; toca los montes, y humean”. Manuscript Releases, Vol. 19, páginas 279 y 280.
Comments