El jefe republicano del Comité Judicial del Senado ha retirado uno de los últimos límites legislativos que controlaba el poder del Presidente para modificar los tribunales federales. Ahora Donald Trump, más que cualquier otro presidente estadounidense de la época moderna, va a tener la libertad de nombrar a los jueces de su elección, dijeron expertos legales.
La semana pasada, el senador republicano por Iowa, Chuck Grassley, le puso freno a la tradición que facultaba a los senadores poder bloquear a los candidatos para la corte de apelaciones federales de su estado natal. Su decisión se produjo cuatro años después de que los demócratas eliminaran una norma del Senado que requería que el partido mayoritario sumara 60 votos para avanzar al voto de confirmación para un nominado con la excusa del obstruccionismo de los republicanos hacia los nominados para el tribunal por el presidente Barack Obama. En la actualidad, solo se requiere el 51%, lo cual, en esencia, ha eliminado la posibilidad de obstruir la aceptación de los candidatos a la corte.
El obstruccionismo y la táctica dilatoria de los senadores de los estados de origen, evitaba los nombramientos vitalicios de nominados con ideologías muy alejadas de la corriente principal pero ahora al eliminar tales amenazas, el señor Trump y los futuros presidentes tendrán un mayor poder para lograr la aprobación de sus nominados por parte de la bancada federal. Ahora el partido minoritario ya no podrá detener las nominaciones con fines partidistas.
Los republicanos controlan el Comité Judicial del Senado y este actualmente ya ha aprobado dos candidatos que el Colegio de Abogados de Estados Unidos (ABA) consideró no aptos para prestar servicios. Uno de ellos es un abogado del Departamento de Justicia que nunca ha presentado una moción ante un tribunal federal y cuya esposa es jefe de personal del mejor abogado de la Casa Blanca. «Si los republicanos del Senado lo confirman, ya no habrá un sentido real de control y equilibrio», dijo Christopher Kang, quien trabajó en las nominaciones judiciales durante la administración de Obama.
En otras palabras, el Senador Grassley le ha dado al señor Trump un enorme poder sobre la elección de los jueces federales. Si los nominados son escogidos en base a las recomendaciones de los fuertes consejeros evangélicos, los tribunales fácilmente podrían volverse tan orientados a la derecha que terminaría socavando las protecciones religiosas de las religiones minoritarias, incluyendo a los guardadores del sábado.
Después de su reciente movida, el señor Grassley dijo que la respuesta negativa de un senador del estado sería un «factor importante» para ser considerado por el comité pero no impediría una audiencia. Esto también rompe con la práctica que han tenido los presidentes del Comité Judicial del Senado desde por lo menos el 2005. Él culpó a los demócratas de haber abusado de la Regla del Senado después de que eliminaran el obstruccionismo. «Los demócratas lamentan seriamente haber abolido el obstruccionismo tal como les advertí que lo harían». Pero no pueden esperar usar la [práctica de bloqueo] en su lugar», dijo en el Senado la semana pasada.
El señor Grassley también se alejó de la práctica común y presentó dos candidatos a la vez para el tribunal de circuito en una única audiencia de confirmación, reduciendo el tiempo para la preparación y las preguntas, y celebrando audiencias incluso antes de que la ABA finalice sus evaluaciones judiciales.
«El conjunto de todo nos deja claro que los republicanos quieren cambiar nuestras cortes con los nominados del presidente Trump lo más rápido posible», dijo en un comunicado enviado por correo electrónico, Dianne Feinstein, senadora demócrata por California, y la persona de mayor rango del Comité Judicial del Senado.
El tiempo promedio que hay entre la nominación hasta la confirmación por parte del Senado para los candidatos a un tribunal de circuito fue de menos de un mes en las administraciones de los presidentes Lyndon Johnson y Richard Nixon, dijo Russell Wheeler, un investigador visitante de la Brookings Institution la cual estudia a los tribunales federales. Ese número aumentó en las décadas de los ochenta y noventa y se disparó a 229 días durante los dos mandatos del presidente Barack Obama, agregó.
«No es ahora el momento de permitir que nuestras mentes se enfrasquen en cosas de menor importancia. Mientras los hombres están durmiendo, Satanás arregla activamente los asuntos de tal manera que el pueblo de Dios no obtenga misericordia ni justicia. El movimiento dominical se está abriendo paso en las tinieblas. Los dirigentes están ocultando el fin verdadero, y muchos de los que se unen al movimiento no ven hacia dónde tiende la corriente que se hace sentir por debajo. Los fines que profesan son benignos y aparentemente cristianos; pero cuando hablen, se revelará el espíritu del dragón». Testimonios para la Iglesia, vol. 5, página 427.
Comments
Mike Bisson
26 de noviembre de 2017 at 06:18 06Sun, 26 Nov 2017 06:18:24 +000024.I agree confirming these judges with pure majority only will be a problem when liberal progressives are back in charge. Because liberal progressive judges, the type democrats appoint, have a track record of rewriting the law in the bench and ignoring the constitution which they say is out of date and should be replaced. Fortunately, the kind of judges President Trump have and will appoint will be proponent of textualism in statutory interpretation and originalism in interpreting the U.S. Constitution.
GC-442 And the statement that the beast with two horns “causeth the earth and them which dwell therein to worship the first beast” indicates that the authority of this nation is to be exercised in enforcing some observance which shall be an act of homage to the papacy. Such action would be directly contrary to the principles of this government, to the genius of its free institutions, to the direct and solemn avowals of the Declaration of Independence, and to the Constitution.