La arquidiócesis Católica Romana de San Pablo-Minneapolis, enfrenta cargos criminales «por fallar en proteger a los niños.» Los seis cargos están relacionados con un caso en el cual el ex-sacerdote Curtis Wehmeyer abusó de tres víctimas. En noviembre de 2012, él se declaró culpable de tres cargos criminales por conducta sexual contra dos menores de edad y 17 cargos de delito grave por posesión de pornografía infantil.
El fiscal del Condado de Ramsey, John Choi, dijo: «Hoy, estamos presentando un litigio contra un patrón de conducta a nivel institucional y sistémico practicado por los más altos niveles de liderazgo de la Arquidiócesis de Saint Paul y Minneapolis a lo largo de décadas”. Choi dijo que la arquidiócesis falló «en actuar con responsabilidad y de manera significativa ante las numerosas y reiteradas denuncias de conducta problemática, y agregó que «no fue sólo Curtis Wehmeyer quién causó daño a los niños sino también la Arquidiócesis».
El obispo auxiliar, Andrew Cozzens, reconoció los cargos, y dijo: «Lamentamos profundamente el abuso que tuvieron que sufrir las víctimas de Curtis Wehmeyer y nos sentimos afligidos por todas las víctimas de abuso sexual. Vamos a seguir cooperando con la Oficina del Fiscal del Condado de Ramsey. Todos nosotros compartimos el mismo objetivo: proporcionar un ambiente seguro para todos los niños en nuestras iglesias y en nuestras comunidades».
Después que se presentaron los cargos, el arzobispo John Nienstedt y uno de sus principales colaboradores, el obispo auxiliar, Lee Anthony Piche, renunciaron a sus oficios.
En un comunicado, Nienstedt dijo: «Lamentablemente mi liderazgo no ha llamado la atención por las buenas obras de su Iglesia y de aquellos que las realizan. Por lo tanto, mi decisión es dimitir”.
«La abogada en derecho canónico, Jennifer Haselberger, denunció que la Iglesia utiliza un caótico sistema de mantenimiento de registros el cual ha ayudado a ocultar los antecedentes de los sacerdotes culpables que permanecían asignados. Ella dice haberle advertido, en repetidas ocasiones, a Nienstedt y sus ayudantes sobre el riesgo de mantener a los sacerdotes acusados de abuso en el ministerio, pero no se tomaron medidas sino sólo en un caso. Como resultado del aumento de las alarmas, ella dijo que finalmente fue excluida de las reuniones sobre el mal comportamiento de los sacerdotes y más tarde renunció».
Pero al parecer, el problema es más profundo que eso. La Radio Pública de Minnesota informó que Nienstedt interfirió con una investigación, la cual él mismo había autorizado con la esperanza de limpiar su nombre. Algunos de sus principales asesores acusaron a Nienstedt de una conducta inapropiada incluyendo avances sexuales hacia los sacerdotes. Sin embargo, su Obispo auxiliar, Lee Piche, se limitó a investigar acusaciones sobre crímenes y “pecados graves”. Detalles de cómo Nienstedt trató de limitar la investigación provino de cuatro personas que prestaron declaraciones juramentadas a los investigadores, así como funcionarios actuales y anteriores de la arquidiócesis, entre otros.
«Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA”. Apocalipsis 17: 4, 5.
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