Los aceites parcialmente hidrogenados contienen grasas trans y que han sido utilizados durante décadas para preservar la vida útil de los alimentos envasados, recientemente se ha demostrado que afectan la memoria. La Asociación Americana de Salud realizó un estudio a 690 hombres jóvenes y de mediana edad a través del cual se pudo identificar que quienes comían más grasas trans recordaban 11 palabras menos de las 104 que lograban recordar quienes las consumían menos.
“Las grasas trans podrán extender la vida útil de los alimentos pero reducen la vida útil de las personas”, dijo la doctora Beatrice Golomb, profesora de la Escuela de Medicina de San Diego en la Universidad de California. Estas grasas “son un veneno para el metabolismo y no son buenas para la salud”, dijo. “Ellas no proporcionan nada de lo que el cuerpo necesita.”
También se ha demostrado una relación entre las grasas trans y la obesidad, la agresividad, las enfermedades del corazón y la diabetes.
El estudio se suma a la creciente evidencia de que lo que comemos afecta nuestra forma de pensar, dijo el doctor Patrick T. O’Gara, presidente del Colegio Americano de Cardiología. “El suministro de nutrientes en la sangre que va al cerebro puede realmente afectar su función.”
Si bien la ley de causa y efecto no ha sido demostrada en su totalidad, el efecto tiene sentido. “Estas grasas artificiales penetran cada célula en el cuerpo y pueden interrumpir las funciones celulares básicas”, dijo el doctor Walter Willett, presidente del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard.
El uso de grasas trans se ha reducido drásticamente desde el 2006, cuando se les pidió a los fabricantes que informaran sobre las grasas trans en las etiquetas. Por ejemplo, la mayoría de los productos de panadería y margarina fueron modificadas en su fórmula y ya no las incluyen. Particularmente, el efecto ha sido una reducción en las enfermedades del corazón y diabetes en aquellos lugares donde estas grasas están prohibidas. Sin embargo, las regulaciones gubernamentales permiten que cualquier producto que tenga menos de medio gramo de grasas trans pueda ser etiquetado como libre de grasas trans. Así que todavía hay productos que las contienen.
La mejor manera de neutralizar el efecto de las grasas trans es vivir de la manera más saludable posible. Los alimentos preparados de una manera sencilla y a partir de ingredientes frescos son los más saludables, como las frutas y verduras frescas. Deben evitarse en su gran mayoría, los productos comercializados que son altos en grasas tales como galletas, tortas, etc.
“Los cereales, las frutas carnosas, las oleaginosas y las legumbres constituyen el alimento escogido para nosotros por el Creador. Preparados del modo más sencillo y natural posible, son los comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un régimen alimenticio más complejo y estimulante”. Consejos sobre el Régimen Alimenticio, pág. 370.
¡La naturaleza sabe mejor!
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