El masivo incendio que azota el centro y norte del estado Washington es el más grande que jamás se haya conocido en su historia. El conjunto de incendios de Okanogan alcanzó durante la noche algo más de 400 millas cuadradas. Los bomberos dicen que el fuego podría seguir ardiendo hasta que llegue la temporada de lluvia y nieve.
Dos de los cinco incendios individuales del conjunto se juntaron y provocaron un incendio que ha superado más de 108.000 acres. Al momento de editar esta nota, sólo se había podido controlar en un 10%.
«Aunque vemos algo de progreso, la única manera de lidiar con estos incendios es como tratar de comer un elefante, sólo se puede un bocado a la vez», dijo Todd Pechota, comandante del incidente.
El noroeste está en llamas y los incendios forestales no muestran señales de disminuir. ¿Cuántas viviendas y otras estructuras han sido destruidas por el conjunto de incendios Okanogan? Aún no hay claridad en este aspecto.
Aproximadamente 1.250 personas se encuentran luchando contra el incendio forestal, incluyendo un equipo de 70 bomberos de Australia y Nueva Zelanda.
Aproximadamente 700 soldados de la Guardia Nacional se encuentran combatiendo al menos 16 grandes incendios forestales que abarcan 920 millas cuadradas a lo largo de Washington. Más de 200 casas han sido destruidas y más de 12.000 viviendas y miles de otras estructuras permanecen amenazadas.
El denso humo ha causado problemas de visibilidad e impedido que los aviones puedan apoyar los esfuerzos que se hacen por tierra. El Servicio Meteorológico Nacional mantiene a Idaho, Montana, Oregón y Washington bajo notificaciones de alerta por la calidad del aire debido al denso humo.
La semana pasada, tres bomberos murieron y cuatro resultaron heridos mientras trataban de escapar de las llamas.
«En el mundo todo es agitación. Las señales de los tiempos son alarmantes. Los acontecimientos venideros proyectan ya sus sombras delante de sí. El Espíritu de Dios se está retirando de la tierra, y una calamidad sigue a otra por tierra y mar. Hay tempestades, terremotos, incendios, inundaciones, homicidios de toda magnitud. ¿Quién puede leer lo futuro? ¿Dónde hay seguridad? No hay seguridad en nada que sea humano o terrenal. Rápidamente los hombres se están colocando bajo la bandera que han escogido. Inquietos, están aguardando y mirando los movimientos de sus caudillos. Hay quienes están aguardando, velando y trabajando por la aparición de nuestro Señor. Otra clase se está colocando bajo la dirección del primer gran apóstata. Pocos creen de todo corazón y alma que tenemos un infierno que rehuir y un cielo que ganar». El Deseado de Todas las Gentes, página 590.
Source Reference
Comments