El gobierno británico reconoció su derrota tras intentar flexibilizar las leyes que limitan el horario comercial el día domingo. El gobierno quería lograr que se otorgase un tiempo mayor a las seis horas que actualmente se le permite abrir cada domingo a los negocios pero sus intentos fueron frustrados por 31 votos, entre los cuales se incluye miembros del propio partido del primer ministro David Cameron. Los parlamentarios argumentaron que era necesario «hacer del domingo un día especial» y proteger el tiempo familiar para los trabajadores de la tienda. Ya Escocia había logrado flexibilizar sus leyes comerciales.
El plan posibilitaba que cada administración local decidiera si le permitiría a los grandes almacenes permanecer abiertos más tiempo los domingos y así beneficiar a la economía.
David Burrowes, miembro del Parlamento y quien dirigió la oposición a la legislación del gobierno dijo: «Si escuchamos a nuestros constituyentes… Tengo a muchos empleados de los almacenes, muchos grupos religiosos y muchos otros diciendo: ¿por qué estamos haciendo esto? ¿Por qué estamos tratando de deshacer algo que ya está resuelto?»
Ángela Eagle, Ministra del Tesoro, dijo: «Apoyamos las disposiciones actuales, las cuales funcionan bien pues los minoristas pueden vender, los clientes pueden comprar y los empleados de los almacenes pueden pasar tiempo con sus familias».
El gobierno ya lo había intentado antes. De hecho, esta es la tercera vez que falla en tratar de liberar la actividad comercial los domingos.
La idea de que el domingo es especial está muy arraigada en la sociedad británica. Limitar las compras es parte de las intenciones que tiene a mano el Papa para establecer finalmente el domingo como un día de descanso y de adoración.
Source Reference
Comments