La policía de Shanghái cuenta ahora con el apoyo de la alta tecnología para atrapar a los delincuentes. Se trata de un sistema de inteligencia artificial que puede identificar instantáneamente a cualquiera de las casi 2 millones de caras en su base de datos.
El algoritmo de inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés) llamado Dragon Eye, utiliza la base de datos nacional de China que contiene 1.3 billones de personas, junto con 500 millones más de las que han ingresado al país en los últimos años.
«Es un desafío para el gobierno [en Shanghái] vigilar una población tan grande. De hecho, sería imposible sin la tecnología. A pesar de tener muchas cámaras instaladas, es una tarea difícil. No se pueden ver todos los videos y cada búsqueda consume mucho tiempo y requiere demasiados recursos para obtener resultados significativos entre una gran cantidad de datos», dijo Zhu Long, director ejecutivo y cofundador de Yitu, la compañía que desarrolló el software. «No obstante, la inteligencia artificial puede hacerlo fácilmente al mismo tiempo que se aprovecha la infraestructura existente».
Dragon Eye comenzó a marcar caras en el Metro de Shanghái en enero de 2017, ayudando a atrapar a 567 presuntos delincuentes en sus primeros tres meses en el trabajo. Desde entonces, 150 policías municipales y 20 policías provinciales han comenzado a usar el sistema, con un marcado descenso en la tasa de criminalidad en esas áreas, agregó Long.
«Nuestro algoritmo es más preciso que la revisión que realiza un oficial de aduanas para saber si dos imágenes muestran a la misma persona. Incluso puede encontrar un sujeto entre millones de personas que usan una imagen de 25 o 30 años atrás. En los últimos dos años, el rendimiento de las máquinas ha aumentado 1.000 veces», dijo Long. «Nuestras máquinas pueden reconocer a alguien fácilmente entre al menos 2 mil millones de personas en cuestión de segundos, lo que hubiera sido increíble hace solo tres años».
Sin embargo, algunos no son tan entusiastas con la nueva tecnología. Los defensores de la privacidad y los derechos humanos sostienen que Dragon Eye y otros algoritmos similares podrían ser mal utilizados por los gobiernos totalitarios para llevar a cabo una supervisión integral de una sociedad.
La organización Human Rights Watch (HRW) criticó severamente a Dragon Eye y expresó que está «diseñado para rastrear y predecir las actividades de activistas, disidentes y minorías étnicas, incluidas todas aquellas que las autoridades consideren que tienen pensamientos extremos, entre otros».
«Las autoridades chinas están recabando y centralizando cada vez más información sobre cientos de millones de personas comunes, identificando a las personas que se apartan de lo que determinan como ‘pensamiento normal’ para luego vigilarlas», dijo la directora de HRW en China, Sophie Richardson, al [diario chino] SCMP.
«Creo que en la vida de las personas, hay situaciones con su seguridad y con su privacidad. Y creo que cuando estas dos cosas entran en conflicto, los chinos tal vez se preocupen más por la seguridad», dijo el experto en reconocimiento facial Wang Shengjin, profesor en el Departamento de Ingeniería Electrónica en la Universidad de Tsinghua.
China invirtió $6.4 billones en vigilancia este año, número que se halla en crecimiento constante a un 12 por ciento anual. El país ahora usa 176 millones de cámaras de vigilancia activa, las cuales se esperan que alcancen los 626 millones de cámaras en el 2020, según la firma de investigación IHS Market.
Aunque la República Popular ha recibido una mala reputación por sus controles sociales, hay otros países que están buscando sistemas como Dragon Eye. Por ejemplo, Alemania anunció en agosto que probaría un sistema de reconocimiento biométrico para el metro de Berlín.
La nación más vigilada del mundo sigue siendo el Reino Unido, la cual posee el 20 por ciento de las cámaras de vigilancia del mundo para monitorear a sus 65.6 millones de habitantes, menos del 1 por ciento de la población mundial.
Se están desarrollando tecnologías que harán que sea imposible esconderse en cualquier lugar. Aquellos que sean fieles a Jesucristo, fácilmente podrían ser etiquetados como desviados y extremistas y ser atrapados simplemente por enseñar la verdad bíblica.
El enemigo se está preparando para cortar por completo la presentación de la verdad. Los mensajeros de Dios que darán la última advertencia no podrán escapar de la detección y el encarcelamiento, excepto a través de la intervención del poder de Dios. La vigilancia con AI se usará para rastrear y detener a aquellos que no hayan hecho nada más que predicar la Palabra de Dios.
“Mientras los hombres están durmiendo, Satanás arregla activamente los asuntos de tal manera que el pueblo de Dios no obtenga misericordia ni justicia”. Testimonios para la Iglesia, vol. 5, pág. 427.
«Los protestantes eran considerados como fuera de la ley; sus cabezas eran puestas a precio y se les cazaba como a fieras». El Conflicto de los Siglos, pág. 314.
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