El presidente ruandés Paul Kagame se reunió brevemente con el Papa Francisco, quien expresó su tristeza por los miembros de la Iglesia que participaron en el genocidio de 1994, pidiendo perdón e incluyendo en su oración a los que todavía sufren. El Papa «transmitió su profunda tristeza, la de la Santa Sede y la de la Iglesia por el genocidio contra los tutsis».
«Expresó su solidaridad con las víctimas y con los que siguen sufriendo las consecuencias de ese trágico acontecimiento», dijo un comunicado del Vaticano. Francisco imploró el perdón de Dios «por los pecados y fracasos de la Iglesia y sus miembros, entre los cuales sacerdotes, hombres y mujeres religiosos que sucumbieron al odio y a la violencia, traicionando su propia misión evangélica».
El genocidio comenzó el 7 de abril de 1994, después de la controversia sobre el accidente de avión que mató al presidente de Ruanda, un hutu. Como consecuencia del accidente, los extremistas hutus mataron a más de 800.000 tutsis étnicos y hutus moderados. Alrededor del 57% de Ruanda es católica y un 37% son protestantes o adventistas del séptimo día. Las iglesias han trabajado también para lograr la sanación y la reconciliación.
La reunión del Papa con el presidente Kagame duró alrededor de 25 minutos y tuvo lugar dentro del palacio apostólico del Vaticano.
Durante el «cordial» diálogo, se habló también sobre las buenas relaciones entre la Iglesia y el Estado en Ruanda. Se hizo una apreciación específica sobre «el camino de la recuperación hacia la estabilización social, política y económica del país». Asimismo se hizo mención de la colaboración entre el Estado y la Iglesia local para trabajar por la «reconciliación nacional y la consolidación de la paz» en todo el país.
Después de la reunión, el Papa Francisco saludó a la delegación presidencial de 9 personas, entregándole a cada uno un rosario, antes de intercambiar regalos. Francisco le dio a Kagame tres libros: su exhortación apostólica Evangelii Gaudium, su encíclica ambiental Laudato Si, y su exhortación post-sinodal Amoris Laetitia. También le entregó una medalla al Presidente.
Por su parte, el presidente Kagame le dio al Papa una caja con un pentagrama blanco y negro, explicando que «es una vara usada para convocar al pueblo», como una especie de gancho «pastoral».
Después de reunirse con el Papa, el presidente de Ruanda se reunió con el Secretario del Estado del Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin y el Arzobispo Paul R. Gallagher, Secretario de Relaciones con los Estados del Vaticano.
«Y se maravilló toda la tierra en pos de…» Apocalipsis 13: 3.
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