Después que el huracán María azotara Puerto Rico, la isla quedó sin electricidad, con deslizamientos de tierra e inundaciones. Los rescatistas se desplegaron el jueves con el fin de llegar hasta las aturdidas víctimas. Aún no se ha podido conocer la extensión del daño dado que no hay comunicación con docenas de municipios después de que María golpeara la isla el miércoles por la mañana. La tormenta de Categoría 4, con vientos de 155 mph, 248 km/h, ha sido el huracán más fuerte que ha golpeado Puerto Rico en por lo menos 80 años.
A lo largo de la isla de 3.4 millones de habitantes, muchas autopistas y calles quedaron bloqueadas por árboles arrancados de raíz y extensas inundaciones. Este laberinto obligó a los conductores a ir en contra del tráfico pasando los coches de la policía que advertían por altavoz que se debía respetar el toque de queda de 6 p.m. a 6 a.m. impuesto por el gobernador para garantizar la seguridad de todos. La gente recurrió a balsas y kayaks para moverse a través de las inundaciones ya que muchas carreteras quedaron intransitables.
«Esto va a convertirse en un evento histórico para Puerto Rico», dijo Abner Gómez, director del manejo de emergencias de la isla. El Presidente Donald Trump aprobó la declaración federal de zona de desastre para Puerto Rico.
María, la peligrosa tormenta que alcanzó a ser categoría 5 con vientos de 175 mph (281 kph), golpeó Puerto Rico convirtiéndose en la tercera tormenta fuerte que tocó tierra de los EUA. Fue aún más fuerte que el huracán Irma, tormenta que rugió sobre los Cayos de la Florida a principios de este mes.
En San Juan, la capital, grandes árboles de eucalipto cayeron sobre una carretera principal poblada de populares bares, restaurantes y cafeterías, algunos de los cuales fueron averiados.
El huracán Irma pasó por un lado de Puerto Rico el 6 de septiembre, dejando a más de 1 millón de personas sin electricidad pero no hubo pérdidas humanas ni daños generalizados como sí lo hizo en las islas cercanas. Sin embargo, María hizo volar las ventanas de algunos hospitales y estaciones de policía, convirtió algunas calles en rugientes ríos y destruyó cientos de hogares en toda la isla. El 80% de las casas de una pequeña comunidad pesquera cerca de la Bahía de San Juan quedaron destruidas tras soportar una oleada de más de 4 pies generada por la tormenta.
«Van a pasar meses y meses y meses y meses antes de que podamos recuperarnos de esto», dijo Félix Delgado, alcalde de la ciudad costera de Catano.
María ha causado por lo menos 19 muertes en todo el Caribe, incluyendo más de 15 en la imponente isla de Dominica y dos en el territorio caribeño francés de Guadalupe. El Primer Ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, gritó mientras hablaba con un periodista en la cercana isla de Antigua. «Hemos enterrado a más de 15 personas», dijo. «Es un milagro que no haya habido cientos de muertes».
Un hombre murió en Puerto Rico tras ser golpeado por escombros voladores. María se debilitó brevemente a la categoría 2 antes de volver a fortalecerse como tormenta de categoría 3 el jueves con vientos máximos sostenidos de 120 mph (195 km/h).
El miércoles por la noche aún caía la lluvia causada por el huracán. Se veían pedazos de tejas rojas esparcidos por muchos caminos mientras curiosos residentes esquivaban y se agachaban bajo docenas de líneas eléctricas negras que todavía se balanceaban con los fuertes vientos.
“El día de la prueba y la purificación está muy cerca de nosotros. Señales de un carácter sumamente alarmante aparecen en forma de inundaciones, huracanes, tornados, turbiones, desastres por mar y tierra, que proclama la proximidad del fin de todas las cosas. Los juicios de Dios están cayendo sobre el mundo para que los hombres puedan despertarse ante la realidad de que Cristo vendrá rápidamente”. The Review and Herald, 8 de noviembre de 1892.
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