Muerte y liberación
By Pastor Hal Mayer
Estimados amigos,
Bienvenidos una vez más al Ministerio Guardad la Fe. Hoy vamos a examinar los paralelos proféticos entre la liberación de Israel y la liberación del pueblo de Dios al final de los tiempos. Hay muchos paralelos y símbolos a la experiencia cristiana que debemos tener si queremos a ser salvos. Son ricos y vale la pena estudiarlos. Pero hoy vamos a ver el tipo y el anti-tipo de la profecía bíblica en la experiencia de Israel comparada con el final de los tiempos.
Oremos. Padre nuestro que estás en los cielos, necesitamos que tu Espíritu Santo venga a nosotros mientras estudiamos tu palabra. Por favor ayúdanos a ver y entender las profundidades del amor que Tú tienes por Tu pueblo y la gran liberación que viene para terminar con este mundo de pecado y liberar a Tu pueblo y llevar a Tus santos a casa. Por favor ilumínanos hoy y sé nuestro maestro. Te agradecemos en el nombre de Jesús, amén.
Vayan conmigo en sus Biblias a Éxodo 4:22, 23. Cuando Moisés vino por primera vez al faraón y exigió la liberación de Israel, se le dio una advertencia de la plaga final.
«Y dirás a Faraón: Así ha dicho Jehová: Israel es mi hijo, mi primogénito: Y yo te digo: Deja ir a mi hijo, para que me sirva; y si rehúsas dejarlo ir, he aquí que yo mataré a tu hijo, a tu primogénito.»
Pero Dios no ejecutó este juicio primero. Él es grande en misericordia y longanimidad y quiso dar al Faraón la oportunidad de arrepentirse. Si la destrucción económica de Egipto por las nueve plagas anteriores los hiciera arrepentirse, entonces Dios no ejecutaría este juicio. Ahora el Faraón fue advertido por última vez.
Éxodo 11:4-7, «Así ha dicho Jehová: Hacia la medianoche saldré en medio de Egipto: Y morirá todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito del Faraón que está sentado en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino; y todo primogénito de las bestias. Y habrá un gran clamor por toda la tierra de Egipto, como no lo hubo ni lo habrá jamás. Pero contra ninguno de los hijos de Israel moverá el perro su lengua, ni contra hombre ni contra animal; para que sepáis cómo el SEÑOR pone diferencia entre los egipcios e Israel.»
A los israelitas se les dieron instrucciones especiales para prepararse para la liberación y para protegerse del ángel destructor. Debían mostrar su fe en Dios mediante la obediencia. Debían degollar un cordero sin defecto, el gran símbolo de Jesús y de la liberación de la esclavitud del pecado, y con hisopo, símbolo de purificación, debían pintarlo en las jambas de las puertas de sus casas. Luego debían comer todo el cordero asado, sin dejar nada para después. También debían comerlo con la ropa puesta y listos para salir. No debían pensar en el mañana. El Dios que los sacó de la esclavitud los alimentaría.
Éxodo 12:13, «Y la sangre os será por señal sobre las casas donde estuviereis; y cuando viere la sangre, pasaré de vosotros, y no os alcanzará la plaga para destruiros, cuando hiriere la tierra de Egipto.»
Escuchen esto de Patriarcas y Profetas, página 285,
“Los israelitas obedecieron las instrucciones que Dios les había dado. Rápida y secretamente hicieron los preparativos para su partida. Las familias estaban reunidas, el cordero pascual muerto, la carne asada, el pan sin levadura y las hierbas amargas preparados. El padre y sacerdote de la casa roció con sangre los postes de la puerta, y se unió a su familia dentro de la casa. Con premura y en silencio se comió el cordero pascual. Con reverente temor el pueblo oró y aguardó; el corazón de todo primogénito, desde el hombre más fuerte hasta el niño, tembló con indescriptible miedo. Los padres y las madres estrechaban en sus brazos a sus queridos primogénitos, al pensar en el espantoso golpe que había de caer aquella noche. Pero a ningún hogar de Israel llegó el ángel exterminador. La señal de la sangre, garantía de la protección del Salvador, estaba sobre sus puertas, y el exterminador no entró.”
Esta experiencia fue una gran ilustración profética sobre el pueblo de Dios al final de los tiempos, mostrando su fe en Dios y Su liberación prometida. La marca de distinción entre el pueblo de Dios y el mundo es el sábado. El remanente se ha purificado y ha vencido al enemigo en todo momento por el poder de Dios. Durante el gran tiempo de angustia, huirán de sus enemigos. Serán grandemente atribulados y angustiados. Pero Dios les dará de comer. Y aunque los malvados los despreciaron y están empeñados en su destrucción, están protegidos por Dios. También están protegidos de las siete últimas plagas. Éstas hacen que los impíos se fijen especialmente en ellos.
Escuchen de El Conflicto de los Siglos, pág. 688,
“El pueblo de Dios no quedará libre de padecimientos; pero aunque perseguido y acongojado y aunque sufra privaciones y falta de alimento, no será abandonado para perecer. El Dios que cuidó de Elías no abandonará a ninguno de sus abnegados hijos. El que cuenta los cabellos de sus cabezas, cuidará de ellos y los atenderá en tiempos de hambruna. Mientras los malvados estén muriéndose de hambre y pestilencia, los ángeles protegerán a los justos y suplirán sus necesidades. Escrito está del que «camina en justicia» que «se le dará pan y sus aguas serán ciertas.» «Cuando los pobres y los menesterosos buscan agua y no la hay, y la lengua se les seca de sed, yo, Jehová, les escucharé; yo, el Dios de Israel, no los abandonará.» (Isaías 33: 16; 41: 17, V.M.)
Muchos de los egipcios habían sido inducidos a reconocer al Dios de los hebreos como el único Dios verdadero. Y buscaron refugio de los egipcios y se comprometieron a adorar al Dios del cielo. Fueron acogidos con gusto en los hogares de los israelitas.
Durante el último reinado, muchos del mundo buscarán unirse al pueblo remanente de Dios y buscarán de ellos un entendimiento y conocimiento de Dios, y se unirán a ellos.
Escuche esto de El Conflicto de los Siglos, pág. 671,
“El mensaje no será llevado adelante tanto con argumentos como por medio de la convicción profunda inspirada por el Espíritu de Dios. Los argumentos ya fueron presentados. Sembrada está la semilla, y brotará y dará frutos. Las publicaciones distribuídas por los misioneros han ejercido su influencia; sin embargo, muchos cuyo espíritu fue impresionado han sido impedidos de entender la verdad por completo o de obedecerla. Pero entonces los rayos de luz penetrarán por todas partes, la verdad aparecerá en toda su claridad, y los sinceros hijos de Dios romperán las ligaduras que los tenían sujetos. Los lazos de familia y las relaciones de la iglesia serán impotentes para detenerlos. La verdad les será más preciosa que cualquier otra cosa. A pesar de los poderes coligados contra la verdad, un sinnúmero de personas se alistará en las filas del Señor.”
La ira de Dios se derramará sobre la malvada Babilonia por su idolatría y porque trató de obligar a todos a adorar a la bestia y a su imagen, y doblemente por su persecución de los justos que guardan el sábado y son leales a Dios. Apocalipsis 18:6-8 lo expresa de esta manera.
«Recompensadla como ella os ha recompensado, y dobladle el doble conforme a sus obras; en la copa que ha colmado, llenadle el doble. Cuanto ella se ha glorificado, y ha vivido deliciosamente, tanto tormento y dolor le deis; porque dice en su corazón: Reina soy, y no soy viuda, y no veré dolor. Por tanto, vendrán en un día sus plagas, muerte, llanto y hambre; y será consumida por el fuego; porque fuerte es el Señor Dios que la juzga.»
En Egipto, las plagas fueron derramadas justo antes de la liberación de Israel. Así será al final de los tiempos. Las plagas caerán sobre el mundo justo antes de la liberación del pueblo de Dios.
Escuche esto de El Conflicto de los Siglos, pág. 687,
“Las plagas que cayeron sobre Egipto cuando Dios estaba por libertar a Israel fueron de índole análoga a los juicios más terribles y extensos que caerán sobre el mundo inmediatamente antes de la liberación final del pueblo de Dios.”
Las plagas de Egipto fueron de corta duración, probablemente todas en un año. Pero fueron cada vez más devastadoras, acabando con la economía de Egipto. Las plagas finales serán igualmente devastadoras, pero en todo el mundo y no sólo en un país. También serán de corta duración.
Apocalipsis 18:8 nos dice esto. «Por tanto, sus plagas vendrán en un solo día: muerte, llanto y hambre; y será totalmente quemada con fuego; porque fuerte es el Señor Dios que la juzga».
Y Mateo 24:22 nos dice. «Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva; pero por causa de los escogidos aquellos días serán acortados.»
Las plagas sobre Roma la afectarán especialmente por su apostasía e idolatría, pero también serán mucho más generalizadas porque Roma ha hecho que las naciones de todo el mundo adoren a la bestia y a su imagen. Sin duda, golpearán algunos de los lugares más importantes para el control de Roma sobre el mundo religioso. Traerá devastación económica, especialmente en las grandes ciudades, y desgarrará las sociedades.
“Se acerca el tiempo cuando grandes ciudades serán arrasadas, y a todos se debe dar advertencia acerca de esos juicios venideros.” El Hogar Cristiano, pág. 121.
“Estas plagas no serán universales, pues de lo contrario los habitantes de la tierra serían enteramente destruídos. Sin embargo serán los azotes más terribles que hayan sufrido jamás los hombres. Todos los juicios que cayeron sobre los hombres antes del fin del tiempo de gracia fueron mitigados con misericordia. La sangre propiciatoria de Cristo impidió que el pecador recibiese el pleno castigo de su culpa; pero en el juicio final la ira de Dios se derramará sin mezcla de misericordia.” El Conflicto de los Siglos, pág.688.
Las grandes ciudades serán barridas. Esto significa que probablemente varios millones de personas morirán. Y las orgullosas obras del hombre en las grandes ciudades serán destruidas. Las plagas de Egipto fueron mezcladas con misericordia. Pero las plagas al final de los tiempos serán aún más devastadoras en una escala más amplia. Dios va a mostrar Su poder y Su autoridad por medio de estas plagas contra los malvados porque ellos persistentemente rompen Su ley y lo desafían.
Las plagas de Egipto convencieron a muchos de los egipcios de que el Faraón, que era adorado como representante de su dios, se oponía a Aquel que hizo de todos los poderes de la naturaleza los ministros de Su voluntad. Y también demostraron al Faraón que los dioses egipcios eran falsos, y que Jehová era el único Dios verdadero.
Las siete últimas plagas convencerán a los malvados de que el Dios del remanente es el único Dios verdadero y que su ley es sagrada y debe ser cumplida. Ezequiel nos da una imagen de lo que Dios pretende hacer para demostrar que Él es el único Dios verdadero.
Ezequiel 38:16, 18-23, 39:1-8, «Y subirás contra mi pueblo de Israel, como nube que cubra la tierra; será en los postreros días, y te traeré contra mi tierra, para que me conozcan las naciones, cuando yo sea santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.»
El pueblo de Dios se enfrentará a una fuerza abrumadora.
«Y sucederá al mismo tiempo cuando Gog venga contra la tierra de Israel, dice el Señor DIOS, que mi furia subirá a mi rostro. Porque en mi celo y en el fuego de mi ira he hablado, ciertamente en aquel día habrá un gran temblor en la tierra de Israel; de modo que los peces del mar, y las aves del cielo, y las bestias del campo, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra, temblarán a mi presencia, y las montañas serán derribadas, y los lugares escarpados caerán, y todo muro caerá a tierra. Y llamaré contra él espada por todos mis montes, dice Jehová el Señor: la espada de cada uno será contra su hermano. Y pleitearé contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, y sobre sus escuadrones, y sobre los muchos pueblos que están con él, lluvia torrencial, y grandes piedras de granizo, fuego y azufre. Así me engrandeceré y me santificaré; y seré conocido a los ojos de muchas naciones, y sabrán que yo soy Jehová.»
Así, Dios va a hacer caer grandes plagas sobre los malvados que los sacudirán terriblemente y llamarán la atención sobre el pueblo de Dios y su adoración. Dios se magnificará y mostrará su verdadera adoración. Se verá que la adoración dominical es adoración de criaturas. Él golpeará a los enemigos del pueblo de Dios y los herirá, dejando sólo una sexta parte de ellos.
«Por tanto, tú, hijo de hombre, profetiza contra Gog, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Gog, príncipe principal de Mesec y Tubal: Y te haré retroceder, y no dejaré sino la sexta parte de ti, y te haré subir de las partes del norte, y te traeré sobre los montes de Israel: Y heriré tu arco de tu mano izquierda, y haré caer tus saetas de tu mano derecha.»
Estimados, está hablando de Roma. Roma utiliza a los malvados para venir contra el pequeño remanente del pueblo de Dios con una gran variedad de dispositivos y recursos, incluyendo leyes opresivas, vigilancia omnipresente, armamento militar, confusas operaciones psicológicas, tortura, trabajos forzados, etc., una fuerza abrumadora que los persigue. Pero Dios interviene asombrosamente y engrandece Su nombre. El propósito de las siete últimas plagas, como las de Egipto, es exponer el pecado de la adoración de las criaturas y demostrar a todos que el Creador es el único Dios verdadero. Las plagas hacen que toda rodilla se doble y toda lengua confiese al Dios verdadero a quien los santos perseguidos han adorado ‘hasta la muerte’.
Confesarán su culpa, como el Faraón hizo con Moisés y Aarón en Éxodo 9:27. «Y envió Faraón, y llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos».
También confesó su malvado proceder en Éxodo 10:16 y 17. «Entonces Faraón llamó apresuradamente a Moisés y a Aarón, y dijo: He pecado contra Jehová vuestro Dios, y contra vosotros. Ahora, pues, te ruego que perdones mi pecado sólo esta vez, y que ruegues al SEÑOR tu Dios que quite de mí esta muerte.»
Incluso los magos reconocieron que «Éste es el dedo de Dios». (Ex 8:19) Las siete últimas plagas humillarán a los malvados y harán que confiesen su culpa y reconozcan que Dios está con el despreciado remanente.
Isaías 60:14 y 15 dice lo siguiente. «También los hijos de los que te afligieron se inclinarán a ti; y todos los que te despreciaron se postrarán a las plantas de tus pies; y te llamarán: Ciudad de Jehová, Sión del Santo de Israel. En tanto que has sido abandonada y aborrecida, de modo que nadie pasaba por ti, yo haré de ti una excelencia eterna, un gozo de muchas generaciones.»
Filipenses 2:10 y 11 también nos dice esto. «Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.»
El Conflicto de los Siglos nos da más detalles. En la página 714 dice,
“Los hombres a quienes el mundo idolatró por sus talentos y elocuencia, ven ahora las cosas en su luz verdadera. Se dan cuenta de lo que perdieron por la transgresión, y caen a los pies de aquellos a quienes despreciaron y ridiculizaron a causa de su fidelidad, y confiesan que Dios los amaba.”
Primeros Escritos en la página 125 da más detalles,
“Vi que los sacerdotes que conducían a su grey a la muerte serán pronto detenidos en su terrible carrera. Se acercan las plagas de Dios, pero no bastará que los falsos pastores sean atormentados por una o dos de esas plagas. En aquel tiempo la mano de Dios será extendida con ira y justicia y no se retirará hasta que los propósitos de él se hayan cumplido plenamente, hasta que los sacerdotes asalariados sean inducidos a adorar a los pies de los santos, y a reconocer que Dios los amó porque se aferraron a la verdad y guardaron los mandamientos de Dios, y hasta que todos los injustos sean destruidos de la tierra.”
El antiguo Israel escapó a las siete últimas de las 10 plagas. El verdadero pueblo de Dios al final de los tiempos, que le es fiel y guarda todos los mandamientos, también escapará a las siete últimas plagas cuando caigan sobre la moderna Babilonia y sus aliados en todo el mundo.
En el Salmo 91:10 Dios hace una promesa que tiene la intención de cumplir.
«No te sobrevendrá mal alguno, ni plaga alguna se acercará a tu morada».
El término «siete últimas plagas» implica explícitamente que hay otras plagas antes de estas siete. Aunque no sabemos cuántas habrá, son de carácter más universal. El pueblo de Dios puede estar sujeto a ellas también. Por ejemplo, el virus COVID-19 fue una plaga mundial. La guerra en Ucrania también puede ser clasificada con estas plagas. Algunos de los fieles de Dios, sin duda, se han visto afectados por ellos. Pero las siete últimas plagas sólo caerán sobre los impíos.
La sangre rociada en los postes de las puertas de los israelitas en Egipto era el sello o marca de lealtad y obediencia a Dios. Para la última generación, el sello es el Sábado y es una señal de su lealtad y obediencia al creador, o el verdadero Dios. También es un signo de redención y santificación. La observancia del sábado es la señal externa de un carácter que ha sido limpiado de todo pecado por la sangre de Cristo. Aunque no es una marca física, es sin embargo el sello o marca que protege a los fieles de las armas de los ángeles asesinos que representan la ira de Dios y garantiza su seguridad.
En Ezequiel 9:4-6 la Biblia nos da algunos detalles sobre la secuencia. «Y Jehová le dijo: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y pon una marca en la frente de los hombres que gimen y que claman por todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. Y a los otros dijo a mis oídos: Id en pos de él por la ciudad, y herid; no perdone vuestro ojo, ni tengáis piedad: Matad del todo a viejos y mozos, doncellas, niños y mujeres; pero no os acerquéis a ninguno en quien esté la marca, y comenzad por mi santuario. Entonces comenzaron por los ancianos que estaban delante de la casa».
Este es un tiempo terrible para la iglesia de Dios. No quiero que estas plagas caigan sobre mí. Por lo tanto, debo redimir el tiempo, y suplicar a Dios que ponga mi vida en armonía con el cielo. Tú tampoco quieres esto. Para algunos puede parecer tan extremo que no pueden creerlo. Pero yo lo creo porque la Biblia lo dice. La Biblia es proféticamente exacta. Aunque a menudo no queremos pensar en el mal que viene sobre el mundo, debemos hacerlo porque también debemos prepararnos. Así que asegúrese de que su vida está bajo la sangre. Asegúrate de que la sangre está en el dintel de tu puerta y que Jesús reina en tu corazón, para que realmente puedas guardar Su Sábado.
El ángel que marca en la visión de Ezequiel es seguido por los ángeles de la muerte, quienes pasarán sobre aquellos que tienen la marca protectora, pero no pasarán sobre aquellos que no la tienen, de hecho, destruirán a muchos de los malvados. Solo ir a la iglesia en Sábado no es suficiente. Usted tiene que guardarlo como la Inspiración le dice para recibir la marca de Dios y evitar la pena de muerte que Dios infligirá sobre los malvados.
Escuche Apocalipsis 7:1-3. «Y después de estas cosas vi a cuatro ángeles que estaban sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que el viento no soplase sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Y vi a otro ángel que subía del oriente, teniendo el sello del Dios viviente; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes les fue dado hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado a los siervos de nuestro Dios en sus frentes.»
Ezequiel 20:12 y 20 confirma el sello o marca de Dios. «Además también les di mis sábados, para que fuesen señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico… Y santificad mis sábados; y serán por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios.»
La liberación del antiguo Israel de Egipto fue a medianoche.
En Éxodo 11:4 Moisés nos dice que: «Así ha dicho Jehová: A medianoche saldré por en medio de Egipto: Y morirá todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito del Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino; y todo primogénito de las bestias.»
La preparación necesaria era tener la sangre rociada en los postes de las puertas y tener todo empacado y listo para moverse. Debían vestirse con las sandalias en los pies y los bastones en las manos. El ángel de la muerte para los egipcios era el ángel de la liberación para los israelitas. Cuando atravesó la tierra a medianoche, se levantó un gemido de angustia por parte de los egipcios y un grito de liberación por parte del pueblo de Dios. Y comenzó la marcha hacia la libertad.
Hay dos fases en la liberación de Israel. La liberación de Israel de Egipto no fue completa hasta que atravesaron el Mar Rojo y salieron del dominio de Egipto. En el Mar Rojo fueron liberados de la sentencia de muerte que era el acto final en el drama de su peregrinaje egipcio. El decreto del faraón era que volvieran a la esclavitud o fueran destruidos.
Leamos Éxodo 15:9. «El enemigo dijo: Perseguiré, alcanzaré, repartiré el botín; mi codicia se saciará en ellos; desenvainaré mi espada, mi mano los destruirá».
Israel estaba en una trampa sin posibilidad aparente de escapar. La perspectiva desde su punto de vista parecía desesperada. Debían regresar a Egipto a una esclavitud más cruel o enfrentarse a la sentencia de muerte. Era una prueba de fe y confianza en Dios. Y la liberación fue repentina e inesperada.
Algunos han calculado que el tiempo que tardaron los israelitas en atravesar el Mar Rojo y los egipcios en seguirlos con un gran ejército de soldados y 600 carros de guerra, que se encontraban en medio del paso durante la guardia de la mañana, que el Mar Rojo se abrió hacia la medianoche. Así pues, la segunda fase de la liberación de Israel también tuvo lugar, al parecer, a medianoche.
El precioso pueblo de Dios, que ha sido fiel en las buenas y en las malas, también pasa por una liberación en dos fases del poder y la ira de la Babilonia moderna y de Satanás. La primera liberación es de la sentencia de muerte. Los ángeles de Dios los protegen.
Escuchen de Primeros Escritos, pág. 283,
“Vi a los santos abandonar las ciudades y los pueblos y juntarse en grupos para vivir en los lugares más apartados. Los ángeles los proveían de comida y agua, mientras que los impíos sufrían hambre y sed. Vi después que los magnates de la tierra consultaban entre sí, y Satanás y sus ángeles estaban atareados en torno de ellos. Vi un edicto del que se repartieron ejemplares por distintas partes de la tierra, el cual ordenaba que si dentro de determinado plazo no renunciaban los santos a su fe peculiar y prescindían del sábado para observar el primer día de la semana, quedaría la gente en libertad para matarlos. Pero en aquella hora de prueba estaban los santos tranquilos y serenos, esperando en Dios y apoyados en su promesa de que se les abriría un camino de salvación. En algunos puntos los malvados se precipitaron contra los santos para matarlos antes de que venciese el plazo señalado en el edicto; pero ángeles en la persona de guerreros pelearon por ellos. Satanás quería tener el privilegio de exterminar a los santos del Altísimo; pero Jesús ordenó a sus ángeles que velaran por ellos. Dios tendría a honra hacer un pacto con quienes habían guardado su ley a la vista de los paganos circundantes; y Jesús recibiría honra al trasladar sin que vieran la muerte a los fieles expectantes que durante tanto tiempo le habían aguardado.”
Dios magnificará Su ley y Su santo nombre protegiendo notablemente a Sus santos a la vista de todos sus enemigos. Será tan obvio que Él los está protegiendo que no habrá duda de quién es Su pueblo fiel.
La segunda fase de su liberación será del mundo terriblemente corrompido y destruido en la segunda venida de Cristo. Los sistemas globales avanzados, especialmente en los países desarrollados caerán en disfunción. Las carreteras y las calles se volverán inutilizables. Las comunicaciones se volverán muy difíciles a medida que la tecnología moderna colapse. La atención médica será limitada porque las pestilencias mortales harán estragos. Las cadenas de suministro se interrumpirán una y otra vez. Toda la infraestructura sobre la que se construye una sociedad se verá muy cuestionada por las plagas. Las cosas en las que la humanidad ha confiado ya no servirán para sus necesidades. Los malvados realmente lucharán día a día, consiguiendo comida, agua pura y necesidades básicas. Cuando las personas que han estado acostumbradas a ser autoindulgentes tengan hambre e incluso se mueran de hambre, se volverán violentas, como en la antigua Jerusalén durante su asedio y destrucción.
Los justos también estarán estresados, pero de una manera diferente. Aunque el pueblo de Dios estará estresado, tendrá comida y agua. Cuando los malvados estén muriendo a su alrededor, ellos tendrán sus necesidades cubiertas. La promesa bíblica en Isaías 33:16 nos da la seguridad de que los justos durante este tiempo de angustia serán alimentados.
«Habitará en las alturas; su lugar de defensa serán las municiones de las rocas; se le dará pan; sus aguas serán seguras».
La pena de muerte será impuesta a los justos por su lealtad a Dios. Su lealtad será vista como traición a los gobiernos humanos. Se difundirá información errónea y desinformación sobre ellos. Como Israel de antaño, la última generación estará aparentemente atrapada, y no verá forma de escapar de la pena de muerte. Les parecerá que o tienen que comprometer su fe y su lealtad a Dios y regresar a Babilonia, por así decirlo, o ser asesinados.
Note esta declaración de Primeros Escritos, página 284,
“Fue una hora de tremenda y espantosa angustia para los santos. Día y noche clamaban a Dios para pedirle que los librase. A juzgar por las apariencias no había posibilidad de escapar.”
Piensen en esto de El Conflicto de los Siglos, pág. 694,
“Cuando los que honran la ley de Dios hayan sido privados de la protección de las leyes humanas, empezará en varios países un movimiento simultáneo para destruirlos. Conforme vaya acercándose el tiempo señalado en el decreto, el pueblo conspirará para extirpar la secta aborrecida. Se convendrá en dar una noche el golpe decisivo, que reducirá completamente al silencio la voz disidente y reprensora.”
Los israelitas fueron protegidos por una compañía de poderosos ángeles que montaron guardia entre ellos y los egipcios durante toda la noche de su prueba y liberación. La última generación de almas fieles mientras esté bajo la sentencia de muerte será protegida por poderosos mensajeros angélicos.
Escuche este asombroso pasaje de Isaías 4:4-6. «Cuando Jehová hubiere lavado la inmundicia de las hijas de Sion, y hubiere purgado la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de incendio. Y Jehová creará sobre toda morada del monte de Sion, y sobre sus asambleas, nube y humo de día, y resplandor de llama de fuego de noche. Y habrá un tabernáculo para sombra de día contra el calor, y para lugar de refugio, y para amparo contra la tempestad y contra la lluvia.»
Dios va a proteger a Su pueblo de la tormenta de problemas que vendrá sobre el mundo y sobre ellos. Creará, por así decirlo, una nube y humo durante el día, y una columna de fuego por la noche, tal como experimentó el antiguo Israel. El pueblo de Dios puede no ser capaz de ver esto, pero mantendrá a los malvados en jaque de sus propósitos destructivos y malvados. Dios atenderá sobrenaturalmente a su precioso pueblo tal como lo hizo con el antiguo Israel.
Esto hace realidad lo que dice El Conflicto de los Siglos, pág. 689,
“Si los hombres tuviesen la visión del cielo, verían compañías de ángeles poderosos en fuerza estacionados en torno de los que han guardado la palabra de la paciencia de Cristo. Con ternura y simpatía, los ángeles han presenciado la angustia de ellos y han escuchado sus oraciones. Aguardan la orden de su jefe para arrancarlos al peligro. Pero tienen que esperar un poco más. El pueblo de Dios tiene que beber de la copa y ser bautizado con el bautismo. La misma dilación que es tan penosa para ellos, es la mejor respuesta a sus oraciones. Mientras procuran esperar con confianza que el Señor obre, son inducidos a ejercitar su fe, esperanza y paciencia como no lo hicieron durante su experiencia religiosa anterior. Sin embargo, el tiempo de angustia será acortado por amor de los elegidos. «¿Y acaso Dios no defenderá la causa de sus escogidos, que claman a él día y noche? . . . Os digo que defenderá su causa presto.» (S. Lucas 18: 7, 8, V.M.) El fin vendrá más pronto de lo que los hombres esperan. El trigo será recogido y atado en gavillas para el granero de Dios; la cizaña será amarrada en haces para los fuegos destructores.”
Todas las leyes entran en vigor a medianoche. La pena de muerte también se impondrá a medianoche. Por lo tanto, la liberación del pueblo de Dios de la ira y el poder de la moderna Babilonia y Satanás tendrá lugar a medianoche.
El Conflicto de los Siglos, pág. 695,
“Es a medianoche cuando Dios manifiesta su poder para librar a su pueblo.”
Y la liberación del pueblo fiel de Dios será tan dramática y sobrenatural como lo fue la liberación del antiguo Israel de Egipto. Escuchen.
“Sale el sol en todo su esplendor. Sucédense señales y prodigios con rapidez. Los malos miran la escena con terror y asombro, mientras los justos contemplan con gozo las señales de su liberación. La naturaleza entera parece trastornada. Los ríos dejan de correr. Nubes negras y pesadas se levantan y chocan unas con otras. En medio de los cielos conmovidos hay un claro de gloria indescriptible, de donde baja la voz de Dios semejante al ruido de muchas aguas, diciendo: «Hecho es.» (Apocalipsis 16: 17.)
“Esa misma voz sacude los cielos y la tierra. Síguese un gran terremoto, «cual no fue jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.» (Vers. 18.) El firmamento parece abrirse y cerrarse. La gloria del trono de Dios parece cruzar la atmósfera. Los montes son movidos como una caña al soplo del viento, y las rocas quebrantadas se esparcen por todos lados. Se oye un estruendo como de cercana tempestad. El mar es azotado con furor. Se oye el silbido del huracán, como voz de demonios en misión de destrucción. Toda la tierra se alborota e hincha como las olas del mar. Su superficie se raja. Sus mismos fundamentos parecen ceder. Se hunden cordilleras. Desaparecen islas habitadas. Los puertos marítimos que se volvieron como Sodoma por su corrupción, son tragados por las enfurecidas olas. «La grande Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su ira.» (Vers. 19.) Pedrisco grande, cada piedra, «como del peso de un talento» (vers. 21), hace su obra de destrucción. Las más soberbias ciudades de la tierra son arrasadas. Los palacios suntuosos en que los magnates han malgastado sus riquezas en provecho de su gloria personal, caen en ruinas ante su vista. Los muros de las cárceles se parten de arriba abajo, y son libertados los hijos de Dios que habían sido apresados por su fe.”
La sentencia de muerte sobre el pueblo de Dios será revocada. A los impíos nunca se les permitirá ejecutar su sentencia de muerte. Pero en cambio, Dios ejecutará Su sentencia de muerte sobre los impíos.
Apocalipsis 18:8 habla de Babilonia y de su dominio. “Por tanto, sus plagas vendrán en un día, muerte, llanto y hambre; y ella será completamente quemada con fuego, porque fuerte es el Señor Dios que la juzga.”
Al igual que los antiguos israelitas que presenciaron la destrucción de sus enemigos en el Mar Rojo, la última generación de la tierra, los fieles santos de Dios, podrán ser testigos de la venganza de Dios sobre sus perseguidores y verlos recompensados con la misma sentencia de muerte que ellos había esperado ejecutar sobre los justos.
Me gustaría repasar lo que sucedió en el Mar Rojo después de que los israelitas lo atravesaran.
Leamos de Éxodo 14:23 y 24. “Los egipcios los persiguieron y entraron en pos de ellos hasta en medio del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. Y aconteció que en la vigilia de la mañana Jehová miró al ejército de los egipcios a través de la columna de fuego y de la nube, y turbó al ejército de los egipcios.”
¿Qué quiere decir la escritura con “turbaron al ejército de los egipcios”? Los egipcios los siguieron y como lo hicieron de repente hubo un cambio. Se encuentra en las escrituras pero hay un resumen en Patriarcas y Profetas que es muy descriptivo. Leamos de la página 292,
“La misteriosa nube se trocó en una columna de fuego ante sus ojos atónitos. Los truenos retumbaron, y los relámpagos centellearon. «Las nubes echaron inundaciones de aguas; tronaron los cielos, y discurrieron tus rayos. Anduvo en derredor el sonido de tus truenos; los relámpagos alumbraron el mundo; estremecióse y tembló la tierra.» (Sal. 77: 17, 18.)
“La confusión y la consternación se apoderaron de los egipcios. En medio de la ira de los elementos, en la cual oyeron la voz de un Dios airado, trataron de desandar su camino y huir hacia la orilla que habían dejado. Pero Moisés extendió su vara, y las aguas amontonadas, silbando y bramando, hambrientas de su presa, se precipitaron sobre ellos, y tragaron al ejército egipcio en sus negras profundidades.”
Sin duda, las miradas de sorpresa en sus rostros revelaron su terror. Asimismo, al final de los tiempos habrá una tormenta increíble que está mucho más allá de lo que la gente ha visto en los tiempos modernos. Sorprenderá a miles de millones de personas. Será una gran tormenta con granizo, truenos, relámpagos y un gran terremoto.
Leamos nuevamente de El Conflicto de los Siglos, pág. 695-696m
“Síguese un gran terremoto, «cual no fue jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.» (Vers. 18.) El firmamento parece abrirse y cerrarse. La gloria del trono de Dios parece cruzar la atmósfera. Los montes son movidos como una caña al soplo del viento, y las rocas quebrantadas se esparcen por todos lados. Se oye un estruendo como de cercana tempestad. El mar es azotado con furor. Se oye el silbido del huracán, como voz de demonios en misión de destrucción. Toda la tierra se alborota e hincha como las olas del mar. Su superficie se raja. Sus mismos fundamentos parecen ceder. Se hunden cordilleras. Desaparecen islas habitadas. Los puertos marítimos que se volvieron como Sodoma por su corrupción, son tragados por las enfurecidas olas. «La grande Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su ira.» (Vers. 19.) Pedrisco grande, cada piedra, «como del peso de un talento» (vers. 21), hace su obra de destrucción. Las más soberbias ciudades de la tierra son arrasadas. Los palacios suntuosos en que los magnates han malgastado sus riquezas en provecho de su gloria personal, caen en ruinas ante su vista. Los muros de las cárceles se parten de arriba abajo, y son libertados los hijos de Dios que habían sido apresados por su fe.
Los sepulcros se abren y «muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.» (Daniel 12: 2.) Todos los que murieron en la fe del mensaje del tercer ángel, salen glorificados de la tumba, para oír el pacto de paz que Dios hace con los que guardaron su ley.
«Los que le traspasa ron» (Apocalipsis 1: 7), los que se mofaron y se rieron de la agonía de Cristo y los enemigos más acérrimos de su verdad y de su pueblo, son resucitados para mirarle en su gloria y para ver el honor con que serán recompensados los fieles y obedientes. Densas nubes cubren aún el firmamento; sin embargo el sol se abre paso de vez en cuando, como si fuese el ojo vengador de Jehová. Fieros relámpagos rasgan el cielo con fragor, envolviendo a la tierra en claridad de llamaradas. Por encima del ruido aterrador de los truenos, se oyen voces misteriosas y terribles que anuncian la condenación de los impíos.”
Pongámoslo en relación con Jeremías 4:24-27. «Miré los montes, y he aquí que temblaban, y todos los collados se movían ligeramente. Miré, y he aquí que no había hombre, y todas las aves de los cielos habían huido. Miré, y he aquí que el lugar fértil era un desierto, y todas sus ciudades fueron destruidas por la presencia de Jehová y por el ardor de su ira. Porque así ha dicho Jehová: Toda la tierra será asolada; mas no acabaré del todo».
El Israel triunfante, a orillas del Mar Rojo, celebró su liberación con cánticos.
El pueblo de Dios, después de la liberación de la última generación cantará la misma canción porque ha pasado por la misma experiencia. Se llama el cántico de Moisés y del Cordero.
Esencialmente, se utilizan los mismos términos para describir la liberación de Israel y la liberación de la última generación. Miriam, la profetisa, dirigió el cántico del antiguo Israel. ¿Podría ser que la profetisa del Movimiento Adventista dirigiera el cántico de los redimidos?
El canto del triunfo es el canto del Cordero. Jesús, el Cordero de Dios, obtuvo su victoria en el huerto de Getsemaní hacia la medianoche. Su victoria de medianoche hizo posible nuestra liberación de medianoche.
Es imposible que Israel supiera la profundidad de la experiencia por la que pasaría en su liberación de Egipto. De la misma manera, el pueblo de Dios en la última generación encontrará imposible comprender la profundidad de la prueba que experimentarán durante el tiempo de angustia al final de los tiempos.
Escuchen de El Conflicto de los Siglos, pág. 681,
“El «tiempo de angustia, cual nunca fue después que hubo gente» se iniciará pronto; y para entonces necesitaremos tener una experiencia que hoy por hoy no poseemos y que muchos no pueden lograr debido a su indolencia. Sucede muchas veces que los peligros que se esperan no resultan tan grandes como uno se los había imaginado; pero éste no es el caso respecto de la crisis que nos espera. La imaginación más fecunda no alcanza a darse cuenta de la magnitud de tan dolorosa prueba. En aquel tiempo de tribulación, cada alma deberá sostenerse por sí sola ante Dios.”
Espero que anhelen estar del lado del Señor en esta gran controversia. Y cuando llegue a su fin, debemos tener una experiencia que supere con creces nuestra experiencia pasada o incluso presente. Espero que seáis fieles hasta el final.
Oremos. Querido Padre nuestro que estás en los cielos, la liberación de tu pueblo será tan asombrosa que es difícil imaginar cómo será. Tenemos descripciones a nuestra disposición, pero parece que palidecen hasta la insignificancia cuando realmente vemos estas cosas. Tu poder es grande. Pero Tu amor también es grande. Por favor, ayúdanos a ser leales a Cristo. Por favor, haznos puros y santos, y haz que experimentemos la verdadera victoria en Cristo sobre el enemigo. Y cantaremos la canción de Moisés y el Cordero en la tierra nueva. En el nombre de Jesús, amén.
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