Consumir carne de cerdo no es la manera de reducir el riesgo de contraer cáncer. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe sobre los peligros del consumo de carne procesada, como tocino, jamón, salchichas y cordero, los cuales son altamente carcinógenos para los seres humanos compartiendo la más alta posición junto con el alcohol, el asbesto, el arsénico y los cigarrillos. Incluso la carne roja fresca también ha sido considerada como perjudicial para su salud.
El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer (WCRF, por su sigla en inglés) lleva varios años diciendo que hay una «fuerte evidencia» que el comer mucha carne roja puede causar cáncer de intestino. Además, los estudios muestran que las personas que comen mucha carne roja tienden a comer menos alimentos de origen vegetal los cuales protegen contra el cáncer. También son personas propensas a ser menos activas, beber más y fumar. Los estudios han demostrado que entre más procesada sea la carne que la gente come, más probabilidades tendrán de morir prematuramente por cualquier causa. Un estudio vinculó el consumo de carne procesada a cada una de 30 muertes prematuras.
El WCRF aconseja disminuir el consumo de carnes procesadas como el jamón, tocino y salame tanto como sea posible. En otras palabras, es esencial cortar con el consumo de esos productos. Eso incluye hamburguesas, carne picada, salchichas, chuletas de cerdo y cordero asado, sin mencionar las carnes frías, como embutidos, mortadela, salame, pastrami, pepperoni, etc.
El nuevo informe hace eco de muchos estudios anteriores que han demostrado que la carne produce sustancias que causan cáncer, llamados «hidrocarburos poliaromáticos», y que su preservación a través del humo, curado, salazón o la adición de conservantes, pueden introducir carcinógenos. Las carnes procesadas se hacen a menudo empleando nitrito de sodio, un fijador de color para hacer que la carne se vea fresca. Esto ocasiona nitrosaminas en el cuerpo humano.
Los que comen una gran cantidad de carne vacuna y carnes procesadas aumentan en gran medida su riesgo de cáncer colorectal y cáncer de páncreas. También son personas más propensas a contraer enfermedades cardiovasculares y diabetes, dos de los asesinos más principales en todo el mundo.
WCRF completó una revisión detallada de 7000 estudios clínicos para examinar los vínculos entre la dieta y el cáncer. El análisis concluyó que «las carnes procesadas son demasiado peligrosas para el consumo humano.»
«Los cereales, las frutas carnosas, las oleaginosas y las legumbres constituyen el alimento escogido para nosotros por el Creador. Preparados del modo más sencillo y natural posible, son los comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un régimen alimenticio más complejo y estimulante”. El Ministerio de Curación, pág. 228.
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