Debido al terremoto, muchas personas de la ciudad de Juchitán han tenido que mudarse a la calle. Se ha declarado como inhabitables a un tercio de las casas y las repetidas réplicas mantienen alejadas a las personas de muchas estructuras que todavía se mantienen en pie. La ciudad ha quedado llena de escombros tras ser azotada la noche del jueves 7 de septiembre por un terremoto de magnitud 8.1. Por lo menos, hubo 90 personas muertas en el sur de México, de las cuales al menos tres docenas fallecieron en Juchitán. El terremoto es descrito como el terremoto de un siglo y fue sentido por 50 millones de personas.
Funcionarios de los estados de Oaxaca y Chiapas dijeron que miles de casas y cientos de escuelas fueron dañadas o destruidas. Se informó que cientos de miles de personas carecían de servicio de agua. Muchas personas han continuado durmiendo afuera, temerosas por más colapsos, mientras fuertes réplicas seguían sacudiendo la ciudad, incluyendo una sacudida de magnitud de 5.2 en horas tempranas del domingo. El hospital general se ha instalado temporalmente en un gimnasio de una escuela, con las camillas estacionadas encima de la cancha de baloncesto.
«No hay nadie que pueda decir: ‘A mí nada me pasó por mi dinero, por mi fuerza o mi juventud o mi prestigio o mi fama'», dijo el Obispo Campos durante una misa al aire libre. «Todos somos frágiles».
Desde el gran terremoto, los funcionarios locales han informado sobre casi 800 réplicas de todos los tamaños. El Servicio Geológico de los Estados Unidos expresó que casi 60 réplicas tuvieron una magnitud de 4,5 o más. El gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, dijo el domingo que el número de muertos en su estado había aumentado a 71, mientras que las autoridades han reportado 19 muertos en Chiapas y Tabasco. El secretario de Educación de México, Aurelio Nuno, anunció que las escuelas permanecerán cerradas el lunes en Oaxaca y Chiapas.
Las calles del centro de Juchitán se fueron congestionando el domingo a medida que equipos de transporte pesado trasladaban deshechos y empujaban pequeños montones de restos para formar montañas de escombros. Equipos de soldados y policías federales armados con palas y martillos se desplegaron por los vecindarios para ayudar a demoler los edificios dañados. También llegaron voluntarios, muchos adolescentes de grupos religiosos o comunitarios desde ciudades cercanas que no fueron tan severamente golpeadas. Ellos se constituyeron en una fuerza para distribuir agua y ropa o para dar una mano. En la Unión Hidalgo, una ciudad de alrededor de 20.000 personas, a unos 30 minutos al este, se derrumbaron casas y barrios enteros. La ciudad carecía de electricidad, agua y servicio de telefonía celular.
El epicentro del terremoto se produjo en el Océano Pacífico, a unas 600 millas (1000 kilómetros) al sureste de la capital mexicana y a unas 74 millas (120 kilómetros) de la costa. Se confirmó un tsunami en México, con una onda que llegó a los 5.8 pies (1.75 metros), según el Centro de Alertas de Tsunami del Pacífico. Las advertencias de tsunami fueron emitidas para regiones tan lejanas como Nueva Zelanda y Vanuatu.
El presidente Enrique Peña Nieto dijo que el ejército mexicano, la fuerza naval y la policía federal se han movilizado para responder.
El terremoto se produjo cuando los efectos del huracán Katia comenzaban a sentirse en el este de México.
Eduardo Mendoza, gerente general de Direct Relief México, expresó que el huracán Katia podría complicar los esfuerzos de socorro y contribuir con enfermedades transmitidas por el agua. También dijo que los grandes camiones estaban teniendo dificultades para llegar a las zonas afectadas por lo que hay individuos trayendo suministros en sus carros personales. «Lo que realmente se necesita ahora son suministros médicos básicos para el cuidado de heridas y otros tratamientos de trauma», dijo Mendoza.
Y habrá… terremotos en diversos lugares. Mateo 24:7.
Comments
Jeff
12 de septiembre de 2017 at 04:36 04Tue, 12 Sep 2017 04:36:40 +000040.This is a wake-up call to the whole world along with the hurricanes in the Caribbean sea. God is giving the world a chance to repent from their sins in order to be ready when he returns, soon and very soon.