Miles de personas quedaron atrapadas cuando un mortal terremoto de magnitud 7.8 sacudió la isla sureste de Nueva Zelanda el pasado 14 de noviembre. El epicentro fue cerca de Kaikoura, aproximadamente a dos horas de distancia en auto al norte de Christchurch. Ese lugar y la región Hurunui quedaron aislados del resto del país. Dos personas murieron por el terremoto ocurrido temprano en la mañana. Fueron enviados dos barcos para ayudar en los esfuerzos de rescate a medida que se implementaba un estado de emergencia en la región de Canterbury. También en la evacuación de turistas y residentes atrapados en la región se tuvo que utilizar helicópteros.
Tras las réplicas, una ola mortal golpeó la isla mientras se intentaba realizar rescates dejando entre 80.000 a 100.000 deslizamientos de tierra. Un buen número de carreteras tuvieron que ser cerradas de manera indefinida. Se espera que continúen así por un tiempo. La agencia informó que se han desplegado equipos de búsqueda y rescate, especialistas de terrenos e inspectores de edificios. Gradualmente, se está restableciendo el servicio de energía. No obstante, parte del país se encuentra bajo fuertes lluvias, efectos que agravan aún más la situación de las réplicas.
Las réplicas siguen sintiéndose en la región mientras los esfuerzos para salvar vidas continúan. Las autoridades expresan que proseguirán con el rescate que se inició con el primer terremoto, el cual ocurrió temprano el lunes y dejó dos personas muertas.
Kaikoura es un lugar bien conocido por sus hermosos escenarios y la excelente observación de las ballenas. Julian Wilcox, residente de Kaikoura, dijo que su tribu Maori abrirá las puertas de su lugar de reunión ceremonial para que sea usado como refugio para las personas. También hicieron una donación de 800 langostinos para aquellos en necesidad.
“Podemos afirmar algo con certeza: tendremos más terremotos en esta área”, dijo GeoNet, la fuente de noticias neozelandesa sobre riesgos geológicos.
“Es claro que las cosas no podrán volver a la normalidad rápidamente y tomará tiempo para restaurar todo como estaba antes”, dijo John Key, Primer Ministro del país. “Tendremos que invertir billones de dólares pero estamos enfocados en lo que estamos haciendo y haremos un buen trabajo”.
Mientras tanto, un predicador enfrenta una oleada de respuestas negativas por haber afirmado que la homosexualidad había causado el terremoto. Brian Tamaki, líder de la iglesia Destino en Auckland, publicó un sermón en Facebook afirmando que tales desastres ocurrían por el pecado e hizo referencia al matrimonio homosexual. Una petición en línea solicitando que se clasifique esa iglesia como grupo de odio y pierda su estatus de exención de impuestos ha recibido más de 100.000 firmas y fue entregada al primer ministro John Key.
El sermón fue predicado antes del terremoto y publicado después como una predicción.
“(El libro de) Levítico dice que la tierra convulsiona bajo el peso del pecado de los hombres. Esos son los desastres naturales”, afirmó Tamakie en el video. También habló de la ciudad de Christchurch, la cual sufrió un devastador terremoto en el año 2011 dejando 185 personas muertas. Expresó que la ciudad era “cualquier cosa menos la iglesia de Cristo [el nombre de la ciudad Christchuch significa en inglés Iglesia de Cristo]… La ciudad tiene los índices más altos de crimen y es un refugio para todos los que de alguna manera están en contra de Cristo. Es muy representativo que esa ciudad haya sido la primera en poner una moción a favor del matrimonio gay en este país”, dijo.
Key dijo que los comentarios de Tamaki eran “ridículos”. “Nueva Zelanda es un país con propensión sísmica y con un número de líneas de fallas muy bien identificadas. Nada tiene que ver con la sexualidad de las personas”, comentó en un programa radial.
El señor Tamaki defendió sus declaraciones culpando a la “exageración sensacionalista”. Expresó que no estaba atacando a las personas homosexuales sino a todo tipo de “pecado sexual”. Igualmente dijo que él aceptaba que factores humanos podían influir en la naturaleza pero que también había “otra conexión para los desastres naturales”. Tamaki lleva un buen tiempo oponiéndose al matrimonio homosexual.
“…Y habrá… terremotos en diferentes lugares”. Mateo 24:7.
“Está muy cerca el momento en que habrá en el mundo una tristeza que ningún bálsamo humano podrá disipar. Se está retirando el Espíritu de Dios. Se siguen unos a otros en rápida sucesión los desastres por mar y tierra. ¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de la destrucción producida por incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades! Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas y desordenadas de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido del peligro que corren”. Profetas y Reyes, pág. 207.
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