Mientras muchos europeos planificaban la protesta para el 17 de septiembre contra el tratado de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP), el cardenal Reinhard Marx de Munich-Freising, presidente de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea, dijo que el acuerdo podría «contribuir a un mundo con un orden económico más justo», sobre todo si se abría a los países más pobres.
«Un orden económico mundial justo requiere normas comunes, y el TTIP podría ser una manera de lograrlo», dijo. «Dados los enormes retos sociales y medioambientales de hoy en día, no voy a tener una buena sensación si Europa se retira de la conformación de la globalización y deja los temas y acciones a otros», agregó el cardenal.
«Necesitamos un sistema de comercio justo en el marco de una economía de mercado social y mundial; los responsables deben seguir negociando y no simplemente renunciar a la ligera», expresó.
Los negociadores de los Estados Unidos y la UE dijeron que esperan concluir el tratado a fines de 2016, el cual ha estado en negociación desde 2013, y afirman que este promovería el empleo y salarios más altos.
En una «posición común» y sin precedentes, publicada a mediados de junio, la COMECE y la Conferencia Episcopal de Estados Unidos se comprometieron a trabajar juntos durante las negociaciones. Agregaron que en lugar de la búsqueda de beneficios, un tratado debe asegurar el desarrollo sostenible, el cuidado de la creación y la participación de los ciudadanos así como la defensa de las normas laborales acordadas a nivel internacional dando prioridad a prevenir daños a las generaciones actuales o futuras.
No hay duda de que van a trabajar juntos y coordinarán sus esfuerzos con los políticos de ambos lados del océano Atlántico para conseguir que el acuerdo sea aprobado.
«Las políticas comerciales deben basarse en criterios éticos centrados en las personas, en la búsqueda del bien común para nuestros países y para todas las personas en todo el mundo», dijo el comunicado.
La centralización del poder comienza con los acuerdos comerciales. Esos tratados comerciales conducen a organizaciones supranacionales que los regulen. Esto conlleva a la convergencia económica y más entidades supranacionales que regulen las naciones en el acuerdo. La Unión Europea, la cual comenzó con un acuerdo comercial, es un ejemplo clásico de este proceso. Los acuerdos de libre comercio no son libres. Ellos están regulados y controlados.
El Vaticano es una organización globalista y quiere ver el surgimiento de organizaciones supranacionales centralizadas para poder estar implicada en la regulación de ellas y prepararles para una religión global. Roma trabaja detrás del telón con los comerciantes y reyes de la tierra para conseguir sus acuerdos comerciales, los cuales a su vez le dan más prestigio y poder.
Los Estados Unidos y el Vaticano, así como los eurócratas de Bruselas, están trabajando juntos para organizar un gobierno global. Todos ellos están trabajando en el interés de Roma.
Hablando del castigo de Roma, la Biblia dice: » Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: !Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas». Apocalipsis 18: 15–17.
Comments
Neo ollie
13 de octubre de 2016 at 23:46 11Thu, 13 Oct 2016 23:46:24 +000024.Im a glad all this things are happening.after all the bible said it and because of that im holding my peace.soon and very soon this earth’s final destination we’ll be reached.the Good thing is that now we are at the sim-finals and we are like to see it happening.