Por Betsy Mayer
Un gran impacto se sintió en el mercado mundial de basura en 2018 cuando China, el principal reciclador de residuos plásticos, cerró sus puertas para no aceptar residuos importados. Esto dejó a los países exportadores de basura luchando para redirigir sus desechos a otros lugares porque es más barato para los países desarrollados subcontratar su reciclaje que reciclarlo en casa.
La basura no deseada apareció en partes del sudeste asiático, donde países como Malasia informaron un aumento de cinco veces en la basura, y Filipinas un aumento de tres veces. Gran parte de la basura contenía contaminantes que habían sido enviados ilegalmente y según el derecho internacional, no se pueden incinerar ni depositar en vertederos. Los contenedores de basura atascados han filtrado toxinas a ambientes locales, lo que hace que las zonas agrícolas no sean fértiles. Donde los desechos contaminados se quemaron ilegalmente, las aldeas cercanas han registrado niveles peligrosos de zinc, hierro y plomo en su suelo y en cuerpos de agua cercanos.
Durante demasiado tiempo, las naciones ricas se han aprovechado de una regulación ambiental laxa en los países en desarrollo, pero que ahora estos países están rechazando. Filipinas envió 51 contenedores de basura a Corea del Sur en enero de 2019. Malasia devolvió 5 contenedores a España, con planes de devolver 3.000 toneladas más.
El problema es lo suficientemente grave como para desencadenar disputas diplomáticas entre países. Cuando los canadienses se estancaron en las promesas de hacer frente a su basura contaminada enviada ilegalmente a Filipinas, el presidente Duterte finalmente envió la basura a Canadá en 69 barcos de carga y amenazó con arrojarla en aguas canadienses si la rechazaban.
La única forma de frenar este problema global de la basura es producir menos basura, especialmente de plástico. Y obligar a las naciones ricas a enfrentar sus propios problemas de basura probablemente será la única motivación para hacerlo.
Conexión Profética:
Dios se entristece cuando los fuertes se aprovechan de los débiles o cuando el planeta es destruido con materiales peligrosos. Un día, Dios recreará la tierra sin la plaga del pecado, las toxinas o las personas tóxicas. Apocalipsis 21: 5. Hasta entonces, podemos buscar las mejores alternativas disponibles, teniendo en cuenta que esta tierra no es nuestro hogar. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; Romanos 8:22.
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