La bebita Cassidy tenía dos agujeros en su corazón, síndrome de Down, problemas oculares y complicaciones auditivas. Su familia viajó a Roma para ver al Papa Francisco en persona durante la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII. Se les dijo que esperaran de pie al lado de una barricada en la Plaza de San Pedro donde el «Papa-móvil» iba a pasar.
Esperaron durante horas y cuando la caravana dobló hacia la plaza, Scott Cassidy levantó a su hijita. Un agente del servicio secreto tomó a la bebita y se la dio al Papa. Él la besó y puso su mano sobre su corazón.
Luego, al volver al cardiólogo para un chequeo, se enteraron que uno de los agujeros se había cerrado completamente y el otro estaba por la mitad del tamaño original».
Lynn Cassidy, la madre de la criatura cree que ha sido la intervención divina. «Quiero decir que es posible que el agujero se cierre con el tiempo», dijo. «Pero cuando ves la imagen que el fotógrafo profesional tomó, la mano del Papa está sobre su corazón y él es un siervo de Dios», dijo Lynn.
La Iglesia Católica puede convertir en santos a los Papas y a otros después que haya dos milagros atribuidos a ellos. Quizás el Papa Francisco está en camino de ser un santo. La canonización es un medio por el cual el Papado gana el apoyo de las masas quienes ven al santo como alguien legítimo. Asimismo, se refuerza el atractivo religioso de la Iglesia Católica Romana.
«Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso”. Apocalipsis 16:13, 14.
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