The Guardian, por Kim Willsher: Francia declarará un estado de desastre natural después de la lluvia y las tormentas de granizo que el sábado azotaron una franja del sureste devastando las cosechas.
Las tormentas repentinas que trajeron granizos tan grandes como pelotas de ping-pong en algunas áreas, mataron a dos personas en Francia y Suiza, e hirieron a al menos a otras 10.
La zona más afectada, la región de Auvergne-Rhône-Alps, se encuentra en el corazón de la producción de alimentos de Francia y se conoce como el «huerto de Francia.»
Didier Guillaume, el ministro de agricultura, dijo que el gobierno organizará una «movilización general» e introducirá medidas de emergencia para hacer frente a lo que describió como una catástrofe para los agricultores.
“Se hará todo para ayudar. Será declarado el estado de desastre natural», dijo Guillaume a la televisión francesa. «El objetivo es que ningún agricultor tenga que cerrar sus negocios.»
Nueve departamentos franceses fueron puestos en alerta el fin de semana luego de las advertencias de tormentas violentas, granizo y vientos. Cuando azotaron las tormentas, fueron breves pero catastróficas, particularmente en Drôme e Isère.
«Duró 10 minutos, pero 10 minutos de tormenta de granizo… hay mucho daño en una zona de 10 km en Drôme», agregó el ministro.
Guillaume dijo que muchos agricultores habían perdido desde el 80-100% de sus cultivos. Añadió que el estado de desastre se declararía cuando se conociera el alcance de la devastación en «uno o dos días.»
Una turista alemana de 51 años perdió la vida el sábado por la tarde después de que un árbol aplastara su campamento en un lugar de vacaciones en Tanninges en la Haute-Savoie.
Las tormentas también azotaron el oeste de Suiza con vientos que alcanzaron hasta 110 km/h, según el meteorólogo nacional MeteoSwiss.
Una mujer se ahogó en el lago de Ginebra cuando su bote se hundió, dijo la policía. Un hombre en el mismo bote pudo nadar hasta otro barco y disparó dos bengalas, pero cuando llegaron los rescatistas no pudieron encontrar a la mujer. Su cuerpo fue recuperado más tarde por buceadores.
La tormenta también dañó 465 embarcaciones que participaban en una regata anual en el lago.
Grégory Chardon, un productor de frutas de La Roche-de-Glun ubicado en el centro de la tormenta, dijo que la mayoría de sus albaricoques, melocotones y cerezas habían sido destruidos.
Chardon, presidente del sindicato local de agricultores dijo que nunca antes había presenciado un clima así. «El daño es enorme en un área muy amplia: los cereales, los invernaderos, los cultivos de hortalizas y los viñedos han sido afectados», dijo.
El granizo destrozó los parabrisas de los automóviles y también dañó casas, escuelas y edificios públicos. Varios árboles cayeron en las vías del tren y los servicios de bomberos y emergencias lucharon para lidiar con los techos destrozados. Más de 2.000 viviendas quedaron sin electricidad el domingo.
Marie-Hélène Thoravaldes, alcaldesa de Romans-sur-Isère, que también fue muy afectada, dijo: «La tormenta era apocalíptica».
FranceInfo publicó fotografías que muestran árboles arrancados de raíz, inundaciones y destrucción por las tormentas.
Los videos en las redes sociales muestran la magnitud del desastre. El prefecto local twitteó fotografías de una escuela con sus ventanas rotas y de la reunión de los bomberos con el Ministro de Agricultura para hacer frente a las inundaciones y los daños.
Conexión Profética:
“Ahora mismo está obrando. Ejerce su poder en todos los lugares y bajo mil formas: en las desgracias y calamidades de mar y tierra, en las grandes conflagraciones, en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en los terremotos. Destruye las mieses casi maduras y a ello siguen la hambruna y la angustia; propaga por el aire emanaciones mefíticas y miles de seres perecen en la pestilencia. Estas plagas irán menudeando más y más y se harán más y más desastrosas. La destrucción caerá sobre hombres y animales.” El Conflicto de los Siglos, pág. 647.
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