Hace 30 años, los planes que el presidente Donald Trump tenía de abrir el primer casino en Sídney se vieron frustrados debido a la preocupación que los legisladores manifestaron con respecto a sus supuestas “conexiones con la mafia”. Considerando que sería peligroso, la Dirección General del Departamento de Policía de Nueva Gales del Sur (NGS), Australia, aconsejó la no aprobación de la propuesta de este hombre de negocios de New York y un constructor local, de acuerdo a un artículo publicado en el diario El Australiano.
El ahora Presidente de los Estados Unidos, en unión a la Corporación Kern con base en Queensland, era uno de los cuatro grupos que estaban tras la licitación del lucrativo proyecto de Darling Harbour en Sídney. Sin embargo, el gobierno de Nueva Gales del Sur (NGS) rechazó la propuesta de este par en mayo de 1987 junto con otros dos proponentes. Para entonces, Trump era dueño de dos casinos en Atlantic City: Plaza Trump y Castillo Trump, y se proponía abrir un tercero con el nombre Taj Mahal Trump.
“El ejemplo de Atlantic city debería servirnos para nuestro juicio con respecto a Sídney. Las conexiones de Trump con la mafia debería hacernos excluir el consorcio Kern/Trump”, decía el resumen de la Dirección General de la Policía de NGS con fecha 4 de mayo de 1987.
Las preocupaciones del gobierno de NGS sobre la empresa conjunta de Trump no fueron hechas públicas en ese momento. No obstante, bajo las reglas de levantar el secreto de la documentación del gabinete de NGS, documentos y resúmenes de varios informes de la asociación Kern/Trump para la licitación se hicieron públicos. La organización Trump no estuvo disponible para comentar sobre el tema cuando fue contactada por el canal CNBC.
Esta vez, Sídney parece haber tomado la decisión correcta hace 30 años.
“En este siglo que se jacta de sus luces, la iglesia cristiana enfrenta un mundo que yace en las tinieblas de la medianoche, casi totalmente entregado a la idolatría. Un desprecio casi universal por la ley de Jehová está asemejando rápidamente al mundo a las ciudades de Sodoma y Gomorra. Como en los días anteriores al diluvio, la violencia llena la tierra. Los juegos de azar y el robo están llegando a ser males comunes. El uso de licores embriagantes está aumentando. Muchos que han seguido su propia voluntad no santificada tratarán de poner fin a su vida por el suicidio. La iniquidad y el crimen de toda clase se hallan en las altas esferas de la tierra, y los que consienten en estos errores están tratando de proteger del castigo a los culpables. Ni la centésima parte de la corrupción que existe es expuesta al mundo. Poco se conoce de la crueldad que hay en la tierra. La maldad de los hombres casi ha alcanzado su límite”. Testimonios para los Ministros, pág. 457.
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