Una enorme crisis se está gestando en Venezuela, una nación con más de 30 millones de personas y con la reserva de petróleo más grande del mundo. El país se encuentra al borde del colapso y la guerra civil. Y las implicaciones para América podrían ser profundas y peligrosas.
La crisis se puede rastrear hasta la elección a presidente de Hugo Chávez en 1998. Chávez inventó un sistema político socialista que a menudo aprovechaba los altos precios del petróleo para sobornar a las masas y recibir su apoyo. Sin embargo, su sucesor, Nicolás Maduro, carece de su carisma y capacidad para hacer maniobras. Los precios del petróleo siguen siendo demasiado bajos como para darle a Maduro algún tipo de estabilización financiera. Ahora su oposición se ha unido para detenerlo en su intento de reescribir la constitución con el cual busca otorgarse el control final sobre los tribunales y la legislatura, y hacerse presidente de por vida.
En los últimos cinco meses, más de 100 manifestantes han sido asesinados y cientos de miles de personas han marchado por las calles. Un piloto de la oposición bombardeó la Corte Suprema y la Organización de los Estados Americanos (OEA) condenó el régimen. Incluso antes de la crisis, Venezuela ya era uno de los países más violentos de América, semejante a México y El Salvador, los cuales están en medio de las guerras de la droga.
Se observa el potencial de un desastre debido a la posibilidad de un número masivo de refugiados y el drenaje de los recursos de otras naciones obligadas a ayudar a la población desplazada y en peligro. El estrago también podría abrir oportunidades para los contrabandistas de drogas.
Recientemente, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dijo que «una opción militar» estaba sobre la mesa, y que la mezcla era más que inflamable, era explosiva. Cada nación en América tiene interés en un asentamiento pacífico en Venezuela. El liderazgo de los Estados Unidos no debe faltar pero debería ser sutil y moderado. El final de la república está cerca. Estemos listos para lo que venga a continuación.
«Y oiréis de guerras y rumores de guerras…» Mateo 24:6.
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