«Raúl y Fidel Castro fueron criados por una madre católica que rezaba el rosario. Ambos asistieron al Colegio Belén, una escuela secundaria dirigida por jesuitas, pero Raúl no terminó sus estudios. Con hipocresía o no, regularmente los Castro han manifestado respeto hacia la Iglesia Católica a pesar de declarar inicialmente a Cuba como un estado ateo. La visita de Fidel al Vaticano en 1996 sentó las bases para la histórica visita del Papa Juan Pablo II a Cuba en enero de 1998, oportunidad en la cual el Papa pidió la liberación de algunos presos políticos, hecho que se produjo pocos meses después».
El liderazgo del cardenal Jaime Ortega durante 35 años en la Iglesia Católica cubana ha logrado fortalecer la iglesia al no enfrentar a los Castro sino trabajando con ellos para ganar su confianza y obtener una mayor independencia para la iglesia. Como resultado, la Iglesia Católica se ha convertido en la única institución nacional que funciona de manera independiente al Estado.
«Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación.» Apocalipsis 17: 2.
Fuentes
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