Yahoo!, por Barbie Latza Nadeau: Millones de personas en California se preparan para una batalla apocalíptica con la Madre Naturaleza en los próximos días, ya que una tormenta tropical amenaza con añadir una intensa humedad a la ya devastadora mezcla de calor excesivo e incendios forestales, provocados por las condiciones históricas de sequía, en muchas partes del estado.
El calor récord ha ejercido una presión extraordinaria sobre la red eléctrica del estado, ya que la gente intenta refrescarse, lo que ha hecho que las empresas de servicios públicos soliciten cortes voluntarios del servicio para asegurarse de que hay suficiente energía para las infraestructuras fundamentales.
Ahora, nuevos incendios forestales han producido espesas nubes de humo que han empezado a poner en peligro la red de energía solar al bloquear la luz del sol. Dos incendios -el de Fairview, en el sur de California, y el de Mosquito, en la Sierra- han sido especialmente difíciles de contener. Miles de personas han sido evacuadas y al menos dos han muerto al intentar escapar.
Como si el calor y los incendios no fueran suficiente desafío, la tormenta tropical Kay, que afortunadamente ha perdido su fuerza de huracán, tocará tierra en el norte de Baja California el viernes, lo que traerá humedad bienvenida, pero acompañando el caos en forma de fuertes vientos e inundaciones repentinas.
Se espera que la lluvia, a medida que la tormenta se abre paso a lo largo de la costa oeste, se disipe, pero los vientos podrían añadir nuevo y peligroso combustible a los incendios en el norte de California y Oregón.
Tras un fin de semana preocupante, se espera que el pronóstico cambie.
«La aparentemente interminable ola de calor que ha estado asolando California finalmente llegará a su fin en al menos el sur de California, pero no antes de dos días más de mucho calor y noches muy cálidas», tuiteó la estación del Servicio Meteorológico Nacional del área de Los Ángeles. Pero para muchos, el daño ya estará hecho.
Conexión Profética:
“El Espíritu refrenados de Dios se está retirando ahora mismo del mundo. Los huracanes, las tormentas, las tempestades, los incendios y las inundaciones, los desastres por tierra y mar, se siguen en rápida sucesión. La ciencia procura explicar todo esto. Menudean en derredor nuestro las señales que nos dicen que se acerca el Hijo de Dios, pero son atribuidas a cualquier causa menos la verdadera. Los hombres no pueden discernir a los ángeles que como centinelas refrenan los cuatro vientos para que no soplen hasta que estén sellados los siervos de Dios; pero cuando Dios ordene a sus ángeles que suelten los vientos, habrá una escena de contienda que ninguna pluma podrá describir.» Testimonios para la Iglesia, vol. 6, pág. 408.
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