El viernes 22 de julio de 2016 fue un día muy caliente. Se crearon condiciones muy peligrosas al alcanzar una temperatura de 110° F (43° C) con vientos sostenidos de 15 millas por hora (24 km/h) y rachas de hasta 25 millas por hora (40 km/h). Alrededor de las 14:10, se inició un incendio cerca de la intersección de los caminos Soledad Canyon y Sand Canyon. A las 22, a menos de ocho horas más tarde, el fuego había quemado por lo menos 3.300 acres (13km).
Para el sábado por la noche, el fuego había crecido hasta 20.000 acres (81km). Se hizo obligatoria la evacuación de Sand Canyon, Placerita Canyon y las áreas de Little Tujunga Canyon. Cientos de aves y animales, incluyendo leones, tigres y otros animales grandes, tuvieron que ser evacuados del santuario Estación de Paso de la Vida Silvestre en Little Tujunga Canyon. Una persona murió debido al incendio dentro de la zona de evacuación obligatoria. El rancho de Sable, un popular lugar de rodaje también fue destruido por el fuego.
Para el lunes por la noche el fuego había alcanzado un estimado de 35,155 acres (142.27km), hubo 3.379 bomberos asignados y 10.000 viviendas evacuadas. A la mayoría se les permitió regresar a su casa más tarde esa noche.
Para la mañana del miércoles 27 de julio, más de 38,000 acres se habían quemado, por lo menos 18 casas fueron destruidas, y se declaró el estado de emergencia. El fuego pudo ser contenido en un 40%. La neblina apocalíptica que ocasionó la quema de la maleza provocó advertencias por la calidad del aire hasta una distancia de Reno, Nevada. Ocho refugios para animales fueron abiertos para el cuidado de animales y mascotas desplazados, incluyendo 165 cabras, 111 pollos, 33 cerdos e incluso, un toro cebú, para un total de 770 animales. Los animales fueron atendidos por trabajadores del condado de Los Ángeles.
«Se está retirando el Espíritu de Dios. Se siguen unos a otros en rápida sucesión los desastres por mar y tierra. ¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de la destrucción producida por incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades! Aparentemente estas calamidades son estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas y desordenadas de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido del peligro que corren”. Profetas y Reyes, pág. 277.
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