Durante el Segundo Concilio Vaticano, 1962-1965, hubo un cambio en la relación entre los católicos con los judíos. El Consejo dijo que «la muerte de Cristo no podía atribuirse a los judíos en su totalidad, reconoció el patrimonio espiritual común entre cristianos y judíos y condenó todas las formas de antisemitismo». Esta postura cambió radicalmente las relaciones entre las dos naciones. Desde entonces, los Papas manifiestan más aprecio por los judíos. En su momento, Juan Pablo II los llamó «hermanos mayores» de los cristianos.
Al cumplirse el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II, el Papa Francisco pidió una mayor colaboración interreligiosa para enfrentar el extremismo religioso. Para su audiencia general, ubicó en asientos VIP a judíos, musulmanes, hindúes y budistas mientras explicaba la importancia de la declaración «Nostra Aetate» del Concilio, la cual revolucionó las relaciones de la iglesia con los judíos. Dijo que la declaración transformó las relaciones entre católicos y judíos de «la indiferencia y la oposición a la colaboración y buena voluntad. De enemigos y extraños nos hicimos amigos y hermanos.»
«Podemos caminar juntos, cuidando unos de otros y de la creación», dijo Francisco.
Durante siglos, la relación entre judíos y católicos fue una las peores debido a la demonización de los judíos por parte de los católicos. El Holocausto fue una consecuencia de esta demonización. La iglesia católica ha pedido disculpas a judíos por su actitud y acciones.
Ahora la relación entre los católicos y los judíos es muy buena. Las disculpas y la amistad de Roma han sido muy eficaces para atraer las religiones hacia ella. Roma busca reconciliarse con todas las religiones para contar con su colaboración y amistad. Una religión mundial requiere la reconciliación global.
«Y la adoraron todos los moradores de la tierra». Apocalipsis 13: 8.
«La Iglesia Católica le pone actualmente al mundo una cara apacible, y presenta disculpas por sus horribles crueldades. Se ha puesto vestiduras como las de Cristo; pero en realidad no ha cambiado. Todos los principios formulados por el papismo en edades pasadas subsisten en nuestros días. Las doctrinas inventadas en los siglos más tenebrosos siguen profesándose aún. Nadie se engañe. El papado que los protestantes están ahora tan dispuestos a honrar, es el mismo que gobernaba al mundo en tiempos de la Reforma, cuando se levantaron hombres de Dios con peligro de sus vidas para denunciar la iniquidad de él. El romanismo sostiene las mismas orgullosas pretensiones con que supo dominar sobre reyes y príncipes y arrogarse las prerrogativas de Dios. Su espíritu no es hoy menos cruel ni despótico que cuando destruía la libertad humana y mataba a los santos del Altísimo”. El Conflicto de los Siglos, página 571.
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Glenn Hollier
11 de noviembre de 2015 at 13:17 01Wed, 11 Nov 2015 13:17:43 +000043.Once a snake always a snake