La edición genética es un tema candente en la investigación en estos días y su auge sigue en aumento. Los científicos piensan que están a punto de descubrir maneras de acabar con ciertos mosquitos que son transmisores de la malaria, de hallar el tratamiento de enfermedades genéticas como la anemia falciforme y también poder evitar que los bebés hereden un trastorno potencialmente mortal.
El debate sobre los límites éticos de la edición del genoma recién comienza. ¿Cómo se realiza un experimento científico de genes con embriones humanos? China ya lo ha hecho y Gran Bretaña está a punto de hacer lo mismo.
¿Qué hay de los efectos ambientales que podría ocasionar la alteración de mosquitos, otros insectos y las plantas? ¿Podrían ser editados los genes humanos para que esas correcciones se pueden transmitir a las generaciones futuras? En otras palabras, ¿se podría alterar la herencia humana?
Un equipo de científicos cree que se puede hallar un equilibrio entre ellos. Así que están planeando una reunión en diciembre.
«Los laboratorios de todo el mundo están adoptando la tecnología para editar con precisión los genes dentro de las células vivas: apagarlos, repararlos o modificarlos; como si fuese un tipo de software biológico que permite cortar y pegar». Prácticamente, los científicos ahora pueden dirigirse a cualquier gen y alterarlo. Por ejemplo, las células falciformes son causadas por un solo gen defectuoso que sería fácil de modificar.
Todo comenzó en China, cuando los científicos informaron que habían editado embriones humanos para corregir el gen causante de una enfermedad mortal. A pesar de que no tuvo mucho éxito, sí creó un gran interés.
Y por supuesto, la pregunta que sigue es, si es ético utilizar la edición de genes para crear bebés diseñados, aparte de arreglar una enfermedad o anomalía.
«Pero si hubo un pecado por encima de los demás, que abogaba por la destrucción de la raza por el diluvio, fue el crimen de la amalgamación del hombre y bestia el cual desfiguró la imagen de Dios y causó confusión por todas partes”. Spiritual Gifts, vol. 3, pág. 64.
«Tal como ocurrió en los días de Noé…» Lucas 17:26, Biblia de las Américas.
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