El Papa Francisco es un radical poderoso. Él es tan radical que dice y hace cosas que sorprenden a muchos. Él las dice de una manera tan positiva que millones están encantados con su estilo, especialmente con sus invitaciones para alterar el statu quo social y político. Continuamente sorprende al mundo con declaraciones que reflejan su gran determinación de conseguir alinear el mundo entero para que colabore con Roma, y si puede hará que participen en su culto también.
Por ejemplo, recientemente, mientras realizaba su viaje de una semana a América Latina, durante la misa ofrecida al aire libre en una reunión de jóvenes, se desvió del discurso que llevaba preparado y dijo entre aplausos y gritos de la audiencia ubicada a las afueras de la capital del país, Asunción, lo siguiente: «Había escrito un texto para ustedes pero los discursos son aburridos”. Luego Francisco instó a los jóvenes para que “hagan un lío” [alboroto, bulla]. “Sigan haciendo lío…, «organicen el lío de modo que no destruya nada”.
La apelación improvisada fue el discurso final de su viaje por tres países.
Puso fin al discurso con una oración, que sonaba más como un pastor pentecostal que como un monarca papal. «Señor Jesús, te doy gracias por estar aquí. Te doy gracias porque me diste hermanos como Liz, Manuel y Orlando (tres jóvenes que compartieron sus testimonios). Te doy gracias porque nos diste muchos hermanos que son como ellos. Que te encontraron, Jesús. Que te conocen, Jesús. Que saben que Vos, su Dios, eres su fortaleza. Jesús, te pido por los chicos y chicas que no saben que Vos sos su fortaleza y que tienen miedo de vivir, miedo de ser felices, tienen miedo de soñar. Jesús, enseñános a soñar, a soñar cosas grandes, cosas lindas, cosas que aunque parezcan cotidianas, son cosas que engrandecen el corazón. Señor Jesús, danos fortaleza, danos un corazón libre, danos esperanza, danos amor y enseñános a servir. Amén».
Obviamente, sus palabras lograron conectarse con los jóvenes presentes. Francisco no es un gobernante papal serio. Él es amable, cálido, atractivo, accesible y carismático. Esto hace que su llamado a unirse con Roma sea más poderoso que el que mundo ha visto en mucho tiempo, tal vez incluso más poderoso que el del Papa Juan Pablo II. Tenga en cuenta que los pentecostales, conocidos en América Latina como evangélicos, han sacado a millones de miembros de la Iglesia Católica. Si el Papa Francisco quiere apelar a los evangélicos y persuadirlos para que regresen, él tiene que hablar como ellos. Tiene que hacerlo usando un lenguaje que esté en sintonía con su forma de pensar. Esto lo hace muy bien. El Papa Francisco es el Papa perfecto para el movimiento ecuménico y recuperar el terreno perdido en América Latina.
Pero, ¿de qué se trató el mensaje de Francisco a los jóvenes en el Paraguay y en toda América Latina, en especial esa parte de hacer un lío? Probablemente, el Papa Francisco les estaba hablando a algunos de los futuros líderes de América Latina que se hallaban mezclados en esa muchedumbre. A lo largo de su discurso, habló de la «solidaridad». Y en toda América Latina ha estado golpeando al capitalismo como «excremento del diablo», que «esclaviza a los hombres y mujeres» en una «codicia sistémica por el dinero». Ahora invita a la juventud para que se deshaga del capitalismo salvaje en el nombre de Cristo.
Tenga en cuenta que mientras es cierto que hay aspectos inaceptables del capitalismo, él no se está limitando a confrontar solamente a estos. El Papa Francisco está decidido a hacer lo que pueda con tal de reformar radicalmente el mundo en términos de la economía, sociedad e incluso la religión. A través de su participación en la política mundial, sus llamados a la redistribución de la riqueza por medio de instituciones internacionalistas (como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, los bancos centrales y otras instituciones económicas), busca llevar la riqueza de los países económicamente poderosos para dársela a los países pobres. Su nueva encíclica hábilmente vincula la desigualdad económica, la globalización y el medio ambiente.
Su mensaje a los jóvenes del Paraguay fue sin duda muy significativo también para los jóvenes de todos los países capitalistas. A menudo, los Papas hacen llamados por todas esas cosas en un esfuerzo por crear más centralización en el gobierno y controlar la educación, la atención de la salud, el bienestar y otros programas colectivos para ponerlos bajo la influencia moral de Roma.
El llamado público del Papa tiene efectos poderosos en el liderazgo político, a través de sus ciudadanos. Y no se necesita mirar muy lejos. Observe la cantidad de control que ha tomado la socialización en los países desarrollados occidentales estos días. De hecho, en todas partes. En todo el mundo se está dando un cambio radical para alinearse con Roma. Y se está dando lugar a una socialización de la religión, en la cual todos terminarán ofreciendo su adoración de la manera que lo prescriba Roma.
Los vítores y el entusiasmo en Paraguay reflejan el poderoso atractivo de un Papa carismático que habla con gran poder a todas las personas a través de las Iglesias romanas y sus 1.2 billones de católicos.
«Y se maravilló toda la tierra en pos de…» Apocalipsis 13: 3.
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