Los dos estados de Carolina del Norte y del Sur experimentaron una implacable semana de fuertes lluvias que vertieron aproximadamente 11 billones de galones de agua causando inundaciones catastróficas y más de 12 muertes. Esa cantidad de agua hubiese sido suficiente para acabar con la sequía en California, de acuerdo con los cálculos de la NASA en diciembre pasado. Pero en cambio, la lluvia empapó las Carolinas. Carolina del Norte recibió un estimado de 5.2 billones de galones, mientras que Carolina del Sur recibió 5,8 billones de galones.
Sin embargo, recibir 11 billones de galones de agua de lluvia en un par de días, no resolvería el problema de la sequía que se ha venido desarrollando por varios años hasta llegar a la gravedad actual en California. Se necesitarían tormentas más grandes y muchos años para salir de una sequía tan fuerte como la que California experimenta actualmente.
Al momento de escribir este informe, las inundaciones en las Carolinas habían causado más de mil millones de dólares en daños.
«Al par que se hace pasar ante los hijos de los hombres como un gran médico que puede curar todas sus enfermedades, Satanás producirá enfermedades y desastres al punto que ciudades populosas sean reducidas a ruinas y desolación. Ahora mismo está obrando. Ejerce su poder en todos los lugares y bajo mil formas: en las desgracias y calamidades de mar y tierra, en las grandes conflagraciones, en los tremendos huracanes y en las terribles tempestades de granizo, en las inundaciones, en los ciclones, en las mareas extraordinarias y en los terremotos. Destruye las mieses casi maduras y a ello siguen la hambruna y la angustia; propaga por el aire emanaciones mefíticas y miles de seres perecen en la pestilencia. Estas plagas irán menudeando más y más y se harán más y más desastrosas. La destrucción caerá sobre hombres y animales. “La tierra se pone de luto y se marchita”, “desfallece la gente encumbrada de la tierra. La tierra también es profanada bajo sus habitantes; porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el pacto eterno”. Isaías 24:4, 5 (VM)». El Conflicto de los Siglos, página 647.
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