Es probable que la Unión Europea cambie. Como todas las instituciones políticas, ella es temporal y un día quizás tendrá que desaparecer para ser sustituida por otras entidades o continuar con su nombre pero internamente diferente mientras otros poderes más fuertes la reemplazan. La profecía bíblica nos dice que la UE, una vez madura, finalmente dará paso al reino de Cristo.
Mientras que la política de libre circulación de personas por el bloque y la gran afluencia de musulmanes desencadenó el Brexit, estos no son los únicos problemas que amenazan la estabilidad de la unión. Ella no es uniforme. Las condiciones económicas también desempeñan un papel. Muchos países del norte de Europa tienen fuertes partidos nacionalistas que están ganando actualmente la tracción y el poder político. Ellos quieren recuperar al menos parte de su autodeterminación y soberanía a fin de evitar que su riqueza nacional sea desviada para ayudar a las naciones que luchan en el Sur. Los países sureños apoyan más a la UE y la zona euro ya que reciben subsidios de la UE para apoyar sus inestables economías. Así que si un miembro de la zona euro abandona la UE, el efecto será mucho más profundo e inmediato en comparación a si un país no miembro se fuese, aunque ambos causarán un impacto significativo en Europa.
El apoyo a las instituciones de la UE varía de país a país. Mientras que el 72 por ciento de los polacos apoyan la Unión Europea, sólo el 38 por ciento de los franceses lo hace. La confianza en las instituciones de la EU es de un 82 por ciento en Luxemburgo pero en Italia es de solo el 54 por ciento. Aunque el euroescepticismo se extiende por el continente, éste no es uniforme. Algunos partidos políticos euroescépticos quieren salir, otros sólo quieren liberarse de la política de libre movimiento de los trabajadores y restablecer los controles fronterizos y algunos otros quieren salir de la unión monetaria.
En cualquier caso, se debe recordar que la Unión Europea es un intento de resucitar el Santo Imperio Romano. En cierto momento, los países más ricos en el Norte eran fuertemente protestantes y esto les dio su riqueza. Por su parte, los países del Sur eran católicos y el sistema feudal-católico drenó su riqueza. Por lo tanto, las naciones del Norte tienen una herencia residual protestante y un modelo económico que las hace propensas a estar menos inclinadas en apoyar las normas de Roma (las cuales están dormidas en el momento).
Los Estados de Europa central, como Polonia y Hungría, los cuales pueden ser católicos u ortodoxos tienden a ser más débiles económicamente tras años de estar en la órbita soviética. Su economía es inestable y necesitan la ayuda de la UE. Sin embargo, se resisten a una mayor integración con la UE. Estados como la República Checa, Rumania y Bulgaria reciben apoyo financiero de la UE pero siguen siendo escépticos de la zona euro y las propuestas para incrementar la autoridad de Bruselas.
Mientras tanto, los Estados periféricos, como Grecia, Portugal y España, continúan apoyando la integración de la UE ya que obtienen subsidios y fondos de desarrollo para mantenerse a flote. Son débiles como la arcilla en comparación con Alemania, Francia e Italia, descritos en la Biblia como el hierro.
«Los países del Norte de Europa tienden a coordinar sus movimientos con sus vecinos y con poderes más grandes. Son mucho más propensos a empujar colectivamente hacia la reforma continental o la creación de bloques regionales que ponen en riesgo su propio aislamiento actuando unilateralmente… Hablar de la formación de una «zona euro norte» o un «Schengen del norte» se ha vuelto común en esta parte del Europa».
Alemania, Francia e Italia estarán a la vanguardia de la próxima transformación de la Unión Europea. Cada amenaza que surja contra la unidad del bloque será más peligrosa que la anterior. No obstante, Alemania y Francia, en particular, pueden muy bien mantener la unión mientras Roma les guía detrás del telón. Aunque Francia pueda solicitar una reorganización de la UE, Alemania tiene sus propios intereses nacionales y le será difícil arriesgar a Francia para lograrlo.
«En este momento, lograr llegar a un consenso sobre el camino a seguir ha pasado a ser casi un imposible para los miembros de la Unión Europea”. Una integración más profunda podría requerir demasiado compromiso. Sin embargo, revertir la integración es igualmente desagradable para muchos miembros. La elección de mantener las cosas como están podría significar también pagar un precio muy elevado, “trayendo aún mayores problemas futuros para el ya alterado bloque».
«Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro”. Daniel 2: 41-43.
Comments