CNB News, por Talia Wise: Un biólogo computacional de la Universidad de Washington pide que los cursos y títulos creacionistas se etiqueten en el expediente académico de los estudiantes para mantener las «normas nacionales».
El Dr. Joshua Swamidass afirma que esta «solución constructiva» haría que las instituciones cristianas tuvieran un mayor nivel académico.
«Los créditos de los cursos que incluyen la ciencia de la creación no deberían utilizarse para obtener títulos científicos», escribió en un artículo de opinión del Wall Street Journal. «Tampoco deberían poder ser transferidos a instituciones seculares».
«Pero las desviaciones de las normas nacionales en un plan de estudios de ciencias deben ser reveladas, rastreadas e informadas de manera prominente», añadió.
Swamidass ofrece esta respuesta al Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (CHEA), que recientemente debatió si debería seguir considerando a la Asociación Transnacional de Colegios y Escuelas Cristianas (Tracs) como agencia de acreditación.
Entre las escuelas que forman parte de Tracs se encuentra la Universidad Bob Jones, que se adhiere a la creencia de que la vida fue creada por Dios y no por procesos naturales como la evolución.
«Esto podría parecer un ejemplo clásico de la tensión entre religión y ciencia», escribe Swamidass. «Pero la verdadera cuestión es si los estadounidenses pueden convivir mientras no están de acuerdo en las cuestiones más importantes».
David Klinghoffer, investigador principal del Discovery Institute, advierte que la sugerencia de Swamidass es preocupante.
«Los pensamientos creacionistas y los que los piensan, están efectivamente penalizados en su sistema», escribe Klinghoffer en Evolution News & Science Today. «El etiquetado injusto tiene que ver con la recompensa y el castigo…. y éste es un concepto muy peligroso».
Steve Pettit, presidente de la Universidad Bob Jones, critica las afirmaciones de Swamidass calificándolas de engañosas.
«Nuestros estudiantes, al tiempo que se adhieren a los puntos de vista bíblicos sobre el origen y la diversidad de la vida, deben estar plenamente familiarizados con ambos modelos y ser capaces de pensar críticamente sobre ellos», explicó. El «compromiso» del Dr. Swamidass -excluir el crédito de los cursos que presenten pruebas de múltiples modelos- marginaría a destacados científicos con puntos de vista bíblicos sobre los orígenes», continuó.
Klinghoffer añade que la sugerencia de Swamidass es también un movimiento hacia una censura más estricta.
«No veo ninguna razón por la que el concepto de etiquetado o de «othering» (crítica por ser diferente) no deba ampliarse para abarcar áreas de la educación en las que se discutan otras ideas ajenas al grupo, ya sean políticas, culturales o filosóficas», escribe. ¿Adónde iría a parar?».
«Con una censura cada vez más agresiva por parte de las grandes tecnológicas, el adoctrinamiento racial en el lugar de trabajo y los cierres impuestos por el Estado que se acercan a un año, se ha sentido, cada vez más, como si viviéramos en China. Si se acepta la propuesta de Swamidass, sería un paso más en esa dirección», añadió.
Nuestro comentario:
Los hombres de ciencia ven sus teorías especulativas como superiores a las simples revelaciones de las escrituras. No pueden humillarse para aceptarlas.
Conexión Profética:
“Para muchos, las investigaciones científicas se han vuelto maldición. Al permitir todo género de descubrimientos en las ciencias y en las artes, Dios ha derramado sobre el mundo raudales de luz; pero aun los espíritus más poderosos, si no son guiados en sus investigaciones por la Palabra de Dios, se extravían en sus esfuerzos por encontrar las relaciones existentes entre la ciencia y la revelación.” El Conflicto de los Siglos, pág. 576.
“Los conocimientos humanos, tanto en lo que se refiere a las cosas materiales como a las espirituales, son limitados e imperfectos; de aquí que muchos sean incapaces de hacer armonizar sus nociones científicas con las declaraciones de las Sagradas Escrituras. Son muchos los que dan por hechos científicos lo que no pasa de ser meras teorías y elucubraciones, y piensan que la Palabra de Dios debe ser probada por las enseñanzas de «la falsamente llamada ciencia.» (1 Timoteo 6: 20.) El Creador y sus obras les resultan incomprensibles; y como no pueden explicarlos por las leyes naturales, consideran la historia bíblica como sí no mereciese fe. Los que dudan de la verdad de las narraciones del Antiguo Testamento y del Nuevo, dan a menudo un paso más y dudan de la existencia de Dios y atribuye poder infinito a la naturaleza. Habiendo perdido su ancla son arrastrados hacia las rocas de la incredulidad.” El Conflicto de los Siglos, pág. 576, 577.
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