Los cambios que ha sufrido el mapa político desde los días del presidente Reagan han hecho que los demócratas tengan una posición muy débil para las próximas elecciones del 2018. Esto no solo se debe a que Donald Trump haya ganado la Casa Blanca a pesar de perder el voto popular.
El Senado no había tenido una inclinación tan fuerte a favor de los republicanos desde la ratificación de las elecciones directas del Senado en 1913. Incluso si en el 2018, los demócratas ganaran todas las bancas representativas para la Cámara y el Senado (aquellos que Hillary Clinton ganó o donde Trump obtuvo menos de los 3 puntos porcentuales), un promedio intermedio bastante bueno según los estándares históricos, aún no sería suficiente para tener una mayoría en la Cámara de Representantes, y además perderían cinco bancas en el Senado.
A pesar del hecho de que el Partido Republicano ha logrado manipular al electorado para su ventaja de una manera poderosa, uno de los problemas principales es el hecho de que los votantes demócratas se han agrupado en los distritos urbanos. Esto ha permitido que la línea media de la Cámara quede firmemente inclinada hacia la derecha. En parte, esta es una de las razones del mal momento de los demócratas en la actualidad. Para el 2018, ellos tendrán que defender 25 de sus 48 bancas mientras que los republicanos solo tendrán que preocuparse por 8 de sus 52.
Sin embargo, hay también una tendencia más grande en juego, la cual ha venido ocurriendo hace tiempo. En las últimas décadas, los demócratas han ganado más ventaja en los estados de California y Nueva York, estados con enormes centros urbanos que combinados le dieron a Clinton una ventaja de 6 millones de votos, más del doble de su margen nacional. No obstante, esos dos estados eligen solo el 4 por ciento del Senado. Mientras tanto, los republicanos han hecho grandes avances en pequeños estados rurales como Arkansas, Dakota del Norte y del Sur, Iowa, Louisiana, Montana y Virginia Occidental. De manera individual, estos estados tienen tanto poder en el Senado como California o Nueva York porque cada estado, sin importar su tamaño, envía dos representantes al Senado.
Hoy en día, la inclinación republicana en ambas cámaras del Congreso goza de unas cifras históricas. En el 2016, Trump perdió el voto popular nacional por 2.1 puntos porcentuales pero los republicanos ganaron la banca media de la Cámara por 3.4 puntos y la del Senado por 3.6 puntos. En al menos un siglo, esta ha sido la brecha más amplia en el Senado y empatada con la del 2012 como la disparidad más amplia de la Cámara en el último medio siglo.
Eso no significa que los demócratas no puedan ganar la Cámara y el Senado. Por ejemplo, ellos ganaron el control de ambas cámaras en el 2006 a pesar de existir un sesgo republicano ese año. Sin embargo, esta vez tienen que partir de una desventaja geográfica verdaderamente histórica, aunque tengan el viento a su favor.
Durante los últimos tres sucesivos ciclos electorales, lo que todos los partidos necesitaban hacer para obtener una mayoría en el Senado era ganar todas las 36 bancas de los estados amistosos, más un mínimo de 15 de las 28 bancas de los estados inestables. Sin embargo, actualmente los republicanos no necesitan ganar en ningún «estado fluctuante» a fin de tener la mayoría en el Senado: Ya tienen 52 bancas de los estados donde el margen presidencial del 2016 fue de por lo menos 5 puntos porcentuales a favor de los republicanos a comparación del resultado nacional. A diferencia de las 28 bancas de los estados donde el margen fue de por lo menos 5 puntos a favor de los demócratas y las 20 bancas de los estados fluctuantes.
La mayoría actual del Partido Republicano, con 52 bancas en el Senado, atormenta a la competencia. No obstante, una mirada al mapa revela que los demócratas tienen a la larga más bancas que los republicanos. En el Senado, el Partido Republicano no tiene una sola banca que corresponda a uno de los 14 estados más demócratas. Por su parte, los demócratas tienen 6 bancas en los 26 estados más republicanos. Para el 2018, estas 6 bancas estarán en riesgo.
Los republicanos podrían estar a punto de lograr tener una súper mayoría. Todo lo que tienen que hacer en el 2018 es ganar cada banca en los 30 estados que el Presidente Trump ganó en el 2016. No necesitan ningún estado donde ganó Clinton. En cambio, los demócratas no solo tienen que asegurar las 6 bancas que tienen en peligro sino ganar 4 bancas más a fin de por lo menos tener una pequeña mayoría. Pero es posible que para que eso ocurra, se llegue a requerir una serie de eventos catastróficos que logren cambiar radicalmente la dirección del pensamiento de los votantes, como una crisis del mercado bursátil, un enorme desastre natural o algún otro evento masivo.
Por supuesto que puede ser posible. De hecho, cuando hay equilibrio en el poder, es lo que a menudo mantiene los asuntos proféticos bajo control. Sin ese equilibrio, la nación iría a la deriva con el partido político que esté de turno en el poder. Si los republicanos obtienen una súper mayoría, lo cual es el resultado más probable al mantenerse el contorno básico de la geografía política de la nación en la próxima década, ¿qué irán a hacer ellos, especialmente bajo la presión de los evangélicos?
Las implicaciones que van más allá del Congreso, especialmente las relacionadas con la Corte Suprema, probablemente mantienen a los demócratas sin poder conciliar el sueño en la noche. Incluso si un demócrata llegase a ocupar la Casa Blanca para el 2021, sería mucho más difícil que los candidatos que ese Presidente postule, obtengan la requerida confirmación de la mayoría del Senado en comparación con las pasadas décadas.
¿Cuáles son las implicaciones proféticas? Un congreso sesgado hacia el lado republicano podría llevar a la nación significativamente a la derecha; de hecho una derecha religiosa, particularmente si los líderes evangélicos aumentan su control sobre el Congreso y el Poder Ejecutivo. Si el Partido Republicano cuenta con una súper mayoría en el Senado, tendría un potencial casi ilimitado para confirmar las nominaciones de la Corte Suprema y obtener la aprobación de cualquier ley que ellos quieran sin problema alguno. Se podrían incluir leyes de adoración e incluso orquestar una convención constitucional (aunque es poco probable). En conclusión, podrían controlar la dirección del país durante muchos años en el futuro. Esto podría ser muy difícil para aquellos que están emocionalmente vinculados con la agenda progresista que había logrado avances en los últimos 50 años, y de manera más agresiva en los últimos diez o quince años. No es de extrañar que la izquierda esté tan desesperada por derrocar a la derecha, incluyendo a la actual administración, si pudieran.
Una vez que el Partido Republicano tenga un poder sólido, podrá hacer lo que quiera. Y si la derecha religiosa está involucrada en la toma de decisiones políticas, podría presionar al Congreso para imponer las leyes de adoración profetizadas en Apocalipsis 13. Especialmente esto podría ocurrir si desastres naturales de gran alcance hacen pensar que Dios está castigando a la nación por su declive moral.
Todos los esfuerzos del presidente Obama y de un Congreso controlado por los demócratas a fin de empujar hacia la izquierda a la nación, bien podrían haber creado una monstruosa reacción de la derecha. La agenda del presidente Obama podría quedar desbaratada solo por las estadísticas demográficas.
De lograrse la súper mayoría, todo este poder probablemente se usará para aumentar el poder de los Estados Unidos al punto de estar en capacidad de imponer las leyes de adoración global predichas en Apocalipsis 13:12. Ya Estados Unidos está trabajando con el Vaticano. Cuando las circunstancias sean las correctas, las leyes de adoración dominicales serán impuestas. Estemos atentos.
«Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada».
Comments
Tom Wilson
31 de agosto de 2017 at 17:56 05Thu, 31 Aug 2017 17:56:26 +000026.I believe I see your bias. You would rather see acceptance of non-biblical sexual morality as normal in our culture with all of it’s paganism practices then face the possibility of voting from a moral,scriptural perspective. We would at least be on scriptural ground regardless as to how it is used.
There is no right way here for a SDA. It really bothers me to listen to so many of our minister’s lean emotionally to the left. Why do you think the Republicans are getting stronger politically? It is the far left agenda of Obama’s presidency and the Democratic Party that publicly in there convention voted to take God out of there platform. It remained only by an inappropriate parliamentary procedure.
Do you really think those of us that «bitterly» cling to our bibles and guns are deplorables?
admin
01 de septiembre de 2017 at 06:35 06Fri, 01 Sep 2017 06:35:17 +000017.You completely misunderstand us. We are not politically biased at all. We are no more happy with the left than the evangelicals. Our bias is prophetic. We link the current events with the prophetic issues. Has nothing to do with politics, left or right. I have people on the left telling me the same thing about our articles from sources on the right. Our issue has everything to do with Prophecy. Think more deeply. The enemy sent us the left, so that conservatives would be so anxious and determined to bring it back to the right, that they will take it too far to the right. Then what are you going to say when they press for Sunday laws, just as prophecy has declared they would. Its the old hegelian dialectic in play here. When left and right get to reacting to each other, which has been the aim of the enemy all along, he can get them to do things that they would never have done under more bi-lateral cooperation. Admin.
Tom
07 de septiembre de 2017 at 08:35 08Thu, 07 Sep 2017 08:35:15 +000015.Your response is just what I said. My concern is voiced in your reply. It sounds like we are attempting to help prevent prophecy’s out come by accepting a lesser of two evil’s, i e, don’t vote for the right because they will bring in the Sunday Law’s (which are already on the books), and accept or tolerate the pre atedeluvian culture and the freedom of the French Revolution.
I would rather vote against the evil’s of the culture and have faith in God’s promises of His protection by remaining true to His will. Can He, will He protect us if we condone the practices on the left just to prevent our going through the final phase of His prophecies.
In P &P, the chapter on the flood is insightful as is pages 120-122 in Thoughts From Mount Of Blessings.
I think we may be saying the same thing, yet I am concerned the way it struck me, therefore, others will understand that they should avoid at all costs, the GOP because they will bring the Sunday Law upon us and all the time we accept the «sins» of the left in order to prevent the other sin. Where will that leave us in the day of judgement?
I will vote my conscience, and let our Lord handle the rest.
admin
07 de septiembre de 2017 at 16:56 04Thu, 07 Sep 2017 16:56:54 +000054.We do not condone the sins of either side (or any side). We simply report on the fulfillments of bible prophecy. The enemy pushes so hard in one direction that the reaction looks like a savior. But in the end it is part of the hegelian dialectic which is so prevalent today in politics. Keep in mind that the Jesuits have a considerable amount of influence on both sides. Neither side is clean. Also note the wise counsel in FE 475… Admin