Escenario de Guerra, Escenario de Paz
Por Pastor Hal Mayer
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Queridos amigos:
Bienvenidos al Ministerio Guardad la Fe. Gracias por estar con nosotros nuevamente hoy mientras estudiamos a la luz de la profecía bíblica los tiempos que nos toca vivir. La Biblia se refiere específicamente a nuestros tiempos como la última generación sobre la tierra. Aun cuando muchas personas piensan que en realidad no estamos viviendo en el fin del tiempo, y aunque muchos viven como si no fueran los últimos tiempos, seguimos viendo el cumplimiento dramático de las profecías en nuestros días. Espero que ustedes no sean de aquellos que piensan que aun tenemos muchos años todavía hasta que Jesús venga por segunda vez.
El Papa cree que va a pasar mucho tiempo antes que Jesús venga, pero él no está siguiendo la Biblia. Y él no cree que la Biblia es un libro en el cual se puede confiar para obtener toda la información necesaria para la salvación. Pero la Biblia es el único libro que nos muestra la verdad acerca del futuro y nos revela lo que va a suceder. ¡Y es impactante! Algunas cosas parecen imposibles en nuestras circunstancias actuales, pero amigos, las terribles predicciones del futuro reveladas por la inspiración de Dios ciertamente van a suceder. Esto va a hacer que mi corazón se llene de miedo si no tengo un entendimiento más profundo del amor de nuestro Dios, y de Su protección personal para con los justos. Los horribles eventos que van a suceder en el planeta tierra, son castigos para los impíos y rebeldes. Pero si ustedes están en Cristo, no tienen nada que temer. ¿No están agradecidos de que podemos colocar nuestra confianza en la Biblia y en el Dios de la Biblia? No necesitamos temer al futuro. Nuestra confianza en Dios es nuestra ancla en el caos, en la confusión y en el derramamiento de sangre, que solo irá en aumento, a medida que nos acerquemos al cierre del tiempo de gracia.
Muchos quieren entender el futuro debido a su curiosidad. Pero esta no es la motivación correcta. El estudio de la profecía es la clave para el entendimiento y la sabiduría que necesitamos en la preparación para la venida de Jesús. De modo que poco es lo que se nos comparte de las normales fuentes religiosas, en relación a las señales de los tiempos, y muchas almas hambrientas y sedientas desean ver la Biblia aplicada a los eventos actuales. Espero que ustedes sean de aquellos que desean ser animados regularmente, para tomar seriamente la vida y que deliberadamente dan los pasos necesarios para asegurarse la salvación. Si ustedes son uno de ellos, que Dios los bendiga mientras estudiamos hoy.
Antes de comenzar, permítanme decirles muchas gracias a aquellos que han ayudado al Ministerio Guardad la Fe y que nos han ayudado sistemáticamente para poder producir mensualmente nuestros CDs, que son varios miles, y que ávidamente son escuchados por aquellos que buscan la luz y la verdad en nuestros tiempos. Vuestras donaciones y oraciones significan mucho para nosotros. Estoy seguro que vuestras oraciones nos ayudan a permanecer equilibrados por los convincentes mensajes que no solo están repitiendo todo el material sensacional que hay en la página web. Cuando efectuamos un análisis profundo de nuestros tiempos a la luz de la Biblia, somos impresionados por la exactitud e inspiración de este sagrado libro. Espero que ustedes sientan lo mismo.
Muchos se han acercado a mí durante estos años y me han preguntado por qué no informo acerca de ciertas conspiraciones, como los dispositivos electromagnéticos, o acerca de lo que sucedió con las torres gemelas de Nueva York el 11/09, la desaparición del vuelo MH370 de la línea aérea de Malasia, o algún otro evento interesante. Les recuerdo que el Ministerio Guardad la Fe, primero y antes de nada, está comprometido con una fiel presentación del mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14 y del cuarto ángel de Apocalipsis 18, usando fuentes creíbles que pueden ser documentadas y verificadas. Nosotros no informamos cosas que no podemos verificar a través de fuentes creíbles. Hay cosas que hasta pueden ser ciertas, pero si no podemos conseguirlas de fuentes confiables, las evitamos. También tratamos de mantener todo nuestro análisis y nuestros informes proféticamente significativos. Si un asunto o un evento no es proféticamente significativo, no gastamos nuestro tiempo en eso. Después de todo, hay mucho que es significativo. Hoy, Guardad la Fe permanece como una de las organizaciones más creíbles en presentar las señales de los tiempos. Vuestras donaciones hacen posible que nosotros continuemos la obra de ganar almas en todo el mundo.
Quiero contarles que nuestra nueva página web está lista y funcionando. Ustedes la pueden encontrar en ktfnews.com. Por favor, visítenla frecuentemente para mantenerse actualizados de los últimos desarrollos en cumplimientos de profecías. El sitio es KTFNews.com. Y si ustedes quieren recibir nuestro Boletín Misionero Guardad la Fe, escríbanos su dirección de correo electrónico y así lo incluiremos en nuestra lista. Es gratis, como todas nuestras suscripciones.
Nuestra obra en Australia está avanzando muy bien. Estamos planificando otra gran renovación en diciembre, enero y febrero, y necesitamos de vuestra ayuda si es que poseen habilidades y están dispuestos a pasar algunas semanas o un par de meses con nosotros. El año pasado un gran grupo de voluntarios nos ayudó con las renovaciones de nuestro departamento de terapia y una gran parte de la redecoración. Ahora vamos a necesitar ayuda para renovar nuestras áreas de cocina y el área del comedor, nuestras oficinas y la entrada, y también para adicionar cinco nuevos baños privados a las piezas de nuestros huéspedes. Vamos a necesitar mucha ayuda. Así, si ustedes están dispuestos a unirse a nosotros en una aventura en el ministerio de la ayuda para que el Centro de Calidad de Vida de Highwood funcione mejor, nos encantaría tenerlos por aquí. Por favor, si están interesados, pónganse en contacto conmigo.
Ya tenemos a varias personas en la lista de voluntarios para ir a Highwood. Pero aun necesitamos ayudantes con o sin habilidades para este importante proyecto. Ustedes pueden enviarnos un correo electrónico a través de nuestra página web. O pueden llamarnos al (540) 672-3553. Este es el momento para planificar. Y para aquellos de ustedes que viven en regiones frías del hemisferio Norte, diciembre, enero y febrero son los meses de verano en Australia. Ustedes van a ver que es un lindo lugar para visitar. Esta es vuestra oportunidad para hacer algo valioso para el Señor, y al mismo tiempo visitar uno de esos países que siempre han querido visitar. El número telefónico es (540) 672-3553. Si ustedes viven en Australia, necesitamos especialmente vuestra ayuda para este proyecto. Albañiles, plomeros, maestros,… únanse a nosotros. Pasen sus vacaciones en Highwood este año.
Al comenzar nuestro estudio de hoy, inclinemos nuestras cabezas en oración. Nuestro maravilloso Padre celestial, es difícil para nosotros imaginar un mundo sin guerras, sin pestilencias, sin desastres y otras cosas perjudiciales. Es difícil imaginar un mundo sin temor, sin ansiedad o sin depresión. Pero, eso es lo que Tú le has prometido a Tú pueblo fiel. Tú nos has ofrecido, que pongamos nuestras vidas totalmente en Ti, un lugar que tiene paz absoluta, absoluta armonía, y absoluta alegría. En ese lugar, no habrá depresión, no habrá dolor ni sufrimiento de ningún tipo. Parece ser demasiado bueno como para ser cierto, pero es verdad. El problema es que no tomamos Tu ofrenda tan en serio como deberíamos. A veces dudamos de que harás lo que has prometido. Por favor, Padre celestial, ayúdanos a aprender a confiar en Ti completamente, y que Tú puedas satisfacer nuestras necesidades más básicas. Muy a menudo en este mundo, nuestras esperanzas y planes se hacen añicos. Quedamos desilusionados y nuestras esperanzas se rompen. Pero eso nunca sucede contigo. Por favor, al estudiar hoy, ayúdanos a entender que hay un mundo mejor que está viniendo y que coloquemos nuestra esperanza en Cristo, el cual nos va a conducir hasta aquel maravilloso país de paz. En el nombre de Jesús, amén.
¿Han notado cuánta violencia y guerra hay en el mundo de hoy? Se suponía que la globalización era para impedir las guerras, pero al parecer hay más guerras y derramamiento de sangre que nunca. Jesús dijo en Mateo 24:6 que habría guerras y rumores de guerras en el fin del tiempo. También dijo en Lucas 21:25 que habría “angustia en las naciones con perplejidad, por el bramido del mar y de las olas”. Él también dijo que eso era solamente “el comienzo de dolores”. Y hoy Su profecía se ha vuelto realidad con todos sus sangrientos detalles. Yo no se cómo lo ven ustedes, pero yo estoy casi aturdido. Todos los días uno escucha o lee sobre bombas que explotan, matando a tantos por acá y otros tantos por allá. Todos los días, al parecer, ustedes escuchan sobre alguna violencia terrible o derramamientos de sangre perpetrados en África, en el Medio Oriente, Asia o en algún otro lugar. Y en los Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Europa y en otros países desarrollados, leemos acerca de raptos, asesinatos y otros tipos de violencia en las fuentes noticiosas casi cada hora.
Mientras estoy preparando este sermón, ha estallado la guerra entre Israel y Hamas en los territorios Palestinos. No es que la guerra no estaba teniendo lugar. Las tensiones habían ido creciendo a un nivel tan malvado entre ellos durante mucho, mucho tiempo, pero ahora han estallado nuevamente en una guerra ardiente, violenta, con muerte y destrucción por ambos lados.
En Nigeria, el grupo terrorista Boko Haram ataca las aldeas, las quema, viola y mata a sus residentes. En Kenia, los terroristas somalíes atacan autobuses, poblados y hasta centros comerciales, quemando, violando, secuestrando y matando. La falta de respeto por la vida humana es terrible.
Actualmente hay 44 conflictos armados desarrollándose en el mundo. Algunos de ellos han provocado una increíble pérdida de vidas. En Afganistán ha habido una tremenda pérdida de vidas desde el surgimiento de los Talibanes en 1978. Entre 1,5 y 2 millones de personas han muerto desde entonces solamente en ese país.
En el conflicto de Somalia han muerto más de 500.000 personas desde 1991, cuando comenzó la guerra civil allí. Más de 250.000 personas han sido muertas en Siria desde el 2011. Más de 150.000 horribles muertes en México, debido a la guerra por las drogas, han llenado el país con víctimas. Y la terrible lista continúa, incluyendo Egipto, Irak, la República Central Africana, Sudan, Ucrania, Irán, Pakistán, Israel, los territorios Palestinos, Burma, Indonesia, Colombia, India, Las Filipinas, Perú, Uganda, Congo, Kenia, y la lista continúa más y más.
La guerra en Darfur, la cual no está particularmente activa en este momento, aun cuando ha habido muertes en el 2013 y 2014, ha elevado la pérdida de la vida de 460.000 personas. Y hace más de una década atrás, el genocidio en Ruanda mató a más de medio millón de personas.
Algunos conflictos alcanzan a múltiples naciones con sus víctimas. Por ejemplo, la insurgencia del Ejército de la Resistencia del Señor, en África, se ha diseminado por varios países y se ha llevado entre 200.000 y 500.000 vidas.
Artículo de Wikipedia: Guerras y conflictos actuales
Wikipedia Article: List of ongoing armed conflicts
Las víctimas de la guerra moderna, horribles como son, empequeñecen hasta la insignificancia con los campos de exterminio de algunos de los monstruos de la historia. Piensen en José Stalin, por ejemplo, el violento dictador Ruso, que estuvo en guerra con su propio pueblo. Él mató entre 20 y 60 millones de personas a través del hambre y de la inanición, las numerosas muertes del “GULAG” (campos de trabajos forzados), y a través de otros medios. Eso significó entre 1.800 y 5.500 muertes por día, o a 40.000 por semana durante sus 30 años de reinado del terror. Stalin dijo despreocupadamente: “La muerte es la solución para todos los problemas. Si no hay hombres, no hay problemas”.
How Many People Did Joseph Stalin Kill?
Artículo de Wikipedia: Iósif Stalin
Wikipedia Article: Joseph Stalin
Las víctimas siempre son variables y son debatidas, pero en la Primera Guerra Mundial murieron 18 millones de soldados y hubo un mínimo de 30 millones de heridos.
Wikipedia Article: World War I casualties
Adolfo Hitler tuvo poco respeto por la vida humana. Se estima que fue responsable por 60-85 millones de vidas, a través de batallas, campos de concentración y la muerte deliberada de civiles durante la Segunda Guerra Mundial, además de 3 millones de soldados Rusos dejados para morir. También están incluidos en ese número, las propias víctimas militares de Hitler, y también aquellos que murieron peleando en sus ejércitos. La asombrosa cantidad de muertos en la Segunda Guerra Mundial fue el 2,5% de toda la población mundial.
Aun cuando la Segunda Guerra Mundial ha sido la más mortal de todas las guerras, “no hubo en ninguno de los años, ni antes ni después, en que no hubiese violencia en gran escala en una o en otra parte del mundo”. Niall Ferguson, La Guerra del Mundo: El Conflicto del Siglo XX y el Descenso del Occidente, 2006.
Artículo de Wikipedia: Anexo:Víctimas de la Segunda Guerra Mundial
Wikipedia Article: World War II casualties
Considerándolo todo, el siglo XX fue el siglo de mayor cantidad de muertes desde el comienzo del registro de la historia humana. Aun cuando ese siglo es conocido por un gran progreso, incluyendo, entre otras cosas, el sufragio universal, la tecnología y la industrialización (la cual nos dio el automóvil, los aeroplanos, la televisión, las computadoras, Internet, y otras cosas asombrosas), el auto-interés radical condujo a la tumba entre 167 y 188 millones de personas. Durante el mismo siglo, de acuerdo con un libro titulado “Generocidio – La Guerra de las Niñas Pequeñas”, 100 millones de mujeres fueron eliminadas de la raza humana porque fueron consideradas menos valiosas que los varones.
¿Por qué fue el siglo XX el más sangriento de todos? Hubo muchas razones. Por ejemplo: “El periodo más violento de cualquier imperio, país o ideología es durante su batalla a muerte”. Surgen las rebeliones, y son reconocidas por la “brutalidad ejemplar”, o por la elite gobernante castigando la rebelión como ejemplo. A medida que un imperio se desmorona, el orden social se vuelve disfuncional y surge el caos. Las personas sacan ventaja del caos para apoderarse de lo que quieren. Así, el soborno, la corrupción y la violencia se convierten en la norma. La Primera Guerra Mundial fue una consecuencia directa de la muerte de un imperio. Los poderes imperiales lucharon hasta que quedaron exhaustos. Mataron a una generación de jóvenes y condujeron a su economía a la bancarrota.
El siglo XX también vio conflictos de lucha ideológica por la supremacía, lo cual condujo a la Segunda Guerra Mundial. Y de las cenizas, emergieron regímenes brutales, como los diversos estados comunistas en Europa del Este. La tecnología había desarrollado armas letales, incluyendo armas de guerra, aeroplanos más rápidos, tanques y gases venenosos, bombas nucleares, y todo eso produjo un remolino de carnicería y muerte.
Tercero, mucha sangre resultó de conflictos tribales, religiosos y culturales, mientras las elites gobernantes competían por el poder y la riqueza. De acuerdo con algunos historiadores hubo 200 guerras en el siglo XX, y que la mitad sucedió en los últimos diez años del siglo”. Niall Ferguson, La Guerra del Mundo: Los Conflictos del Siglo XX y el Descenso del Occidente, 2006.
El planeta es el escenario de la guerra. Y el siglo XXI se ha iniciado con terribles guerras, violencia y muerte en diversos conflictos. Cada día escuchamos informes de algún terrorista que se explotó a sí mismo, o de coches bombas matando o lisiando a espectadores inocentes. Escuchamos de asesinatos por todos lados, los engaños políticos permiten que los poderosos impongan su voluntad sobre los impotentes. Así es la trastienda del siglo XXI en el cual vivimos. Estamos tan paralizados que nos encogemos de hombros. Muchas personas ya no son capaces de sentirse apenadas debido a las víctimas inocentes, a menos que los afecte directamente.
Y hay muchos más ejemplos de horribles pérdidas de vida. El rey Leopoldo II de Bélgica mató a 8 millones de esclavos en el Congo durante los tiempos de la colonia. Hideki Tojo, dictador militar de Japón, fue responsable por las vidas de 5 millones de japoneses muertos durante la Segunda Guerra Mundial, bajo su reinado de 1941-1945. Y también estuvo Ismael Enver Pasha, dictador militar de la Turquía Otomana, que mató 2 millones de Armenios, Griegos y Asirios. Ustedes pueden haber escuchado sobre Pol Pot, dictador del Khmer Rouge en Camboya, el cual mató 1,7 millones de su propio pueblo, especialmente a la clase educada. Ustedes también pueden haber escuchado sobre Kim Il Sung, brutal dictador de Corea del Norte desde 1948-1994, que mató 1,6 millones de sus propios ciudadanos por diversas razones. Y la espantosa lista tampoco termina ahí.
From Stalin to Hitler, the most murderous regimes in the world
Los peores genocidas de la historia
A Satanás le gusta la guerra. Escuchen esto: “Complace a su satánica majestad ver que sobre la superficie de la tierra ocurren muerte y carnicería. Le agrada ver caer a los soldados cuando son segados como el heno”. Tomo 1 de Testimonios para la Iglesia p. 327.
He aquí otra declaración. “Estamos en el umbral de grandes y solemnes acontecimientos. Las profecías se están cumpliendo. Una historia extraordinaria y memorable se está registrando en los libros del cielo. Todo en nuestro mundo está en agitación. Hay guerras y rumores de guerra. Las naciones están airadas y ha llegado el tiempo en que deben ser juzgados los muertos. Los acontecimientos están cambiando para no demorar la llegada del día de Dios, que se vendrá prestamente. Queda, por así decirlo, solamente un poco de tiempo. Pero aunque ya se levanta nación contra nación, y reino contra reino, no existe todavía una conflagración general. Los cuatro vientos serán retenidos hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes. Entonces las potencias de la tierra dispondrán sus fuerzas para la última gran batalla”. Tomo 6 de Testimonios para la Iglesia p. 23.
Esto fue escrito mucho antes de la Primera Guerra Mundial. Desde entonces hemos tenido dos Guerras Mundiales, y cientos de otras guerras pequeñas, pero fueron conflictos no menos brutales.
¿Por qué la paz es tan evasiva? ¿Y por qué nuestros tiempos son los más sangrientos de todos los tiempos? De este lado de la segunda venida de Cristo, no tenemos otra cosa que esperar, excepto métodos más eficientes para matarse unos a otros.
Omar Bradley, un general de cinco estrellas altamente condecorado de la Segunda Guerra Mundial, dijo en un discurso en el Día del Armisticio en 1948: “Tenemos hombres de ciencia, pero muy pocos hombres de Dios. Hemos descubierto el misterio del átomo y hemos rechazado el Sermón del Monte. El mundo ha conseguido esplendor sin conciencia. El nuestro es un mundo de gigantes nucleares y de infantes en ética. Sabemos más sobre la guerra que sobre la paz, más sobre matar que de vivir. Si continuamos desarrollando nuestra tecnología sin sabiduría o prudencia, nuestro sirviente se convertirá en nuestro verdugo”.
Wikiquote Article: Omar Bradley
¿No es esto inteligente? Este general, que fue unos de los principales comandantes del Ejército de los Estados Unidos en el Norte de África y en Europa consiguió entender el asunto. Hay algo errado con la raza humana, algo errado con nuestra manera de pensar y con nuestra manera de mirar. Nosotros suprimimos nuestra conciencia. Podemos alcanzar alturas increíbles de inteligencia y tecnología, pero descendemos al abismo moral. Sin un equilibrio moral, sin un sistema supranacional de navegación construido sobre leyes universales inmutables, jamás vamos a usar nuestros dones al servicio del bien. En vez de ello, siempre los vamos a usar al servicio del mal.
Y el General Douglas McArthur dijo: “El problema básicamente, es teológico y envuelve una recrudescencia espiritual y una mejora del carácter humano, que se va a sincronizar con nuestros ilimitados avances en la ciencia, el arte, la literatura, y todo desarrollo material y cultural de los últimos 200 años pasados. Tiene que ser del espíritu si queremos salvar la carne”.
McArthur vio que el corazón carnal del hombre está en el centro de la guerra. Su punto de vista de que el carácter humano tiene que ser mejorado, si es que alguna vez vamos a vencer nuestra proclividad hacia la guerra, es especialmente perceptivo.
El general Douglas MacArthur – discurso de despedida al Congreso
MacArthur’s Speeches: “Old Soldiers Never Die…”
¿De dónde proviene la guerra? Observen que los Generales McArthur y Bradley dijeron que había un aspecto espiritual para la guerra. Está involucrada la conciencia y los principios morales, que a veces se lo nombra como ética. La guerra se origina en el corazón. La envidia, los celos, el deseo de poder, o dinero, todas estas cosas y otras más conducen a la guerra.
Mis amigos, ¿parará esto alguna vez? Mientras algunas organizaciones humanas trabajan para conseguir la paz, las Escrituras nos dicen que van a fallar. La Biblia dice en Jeremías 6:14 que: “Curan la herida de mi pueblo con liviandad. Dicen: ‘Paz, paz’, cuando no hay paz”. ¿No suena eso a lo que dicen los gobernantes de hoy? Ellos hablan de paz, pero planean la guerra. Ustedes no pueden planificar la guerra y la paz al mismo tiempo.
La guerra es el resultado de la mente carnal. Los hombres malos están poseídos por demonios. Sus mentes son una imagen de la mente de Satanás. Han perdido su sentido de respeto por Dios, y consecuentemente pierden el respeto por su creación, incluyendo la vida humana. Todos los esfuerzos del hombre para unir el mundo e impedir la guerra y mantener la paz, han fallado. Los grandes dictadores de la historia fallaron en impedir la guerra de los grandes imperios. La Liga de las Naciones, que fue la primera organización internacional o globalista, falló en impedir la Segunda Guerra Mundial. Los esfuerzos de las Naciones Unidas para impedir la guerra tampoco dieron resultados. Siempre hay más de lo mismo, más guerras, más violencia, más derramamiento de sangre. Los armamentos no han resuelto el problema. La Primera Guerra Mundial, por ejemplo, supuestamente fue la “guerra para terminar con todas las guerras”. La ciencia no ha resuelto el problema. Cada vez tenemos más armas que son más letales. No podemos colocar nuestras ciudades debajo de la tierra, en un bunker. Entonces, ¿cuál es la solución?
La solución, mis amigos, es la ley y el orden. Sí, la ley y el orden. Los que hacen la guerra no tienen la ley y son desordenados. Ellos no se van a someter a las grandes leyes del universo. No se van a someter a la ley de Dios. Esa es la única solución. Los Diez Mandamientos, si fuesen seguidos por todos, terminaría con todas las guerras. Las naciones y grupos de naciones tratan de solucionar el problema de la guerra y de la violencia con mecanismos humanos y maquinaria política, en un intento de calmar las cosas. Tan pronto como termina un conflicto, o se acerca s su fin, surge otro para ocupar su lugar. No hay paz ni esperanza de conseguirla. Sin embargo es lo que las personas de este mundo exigen.
En lugar de mecanismos políticos o seculares, el Papa dice que el mundo debería mirar hacia el Vaticano como el dador de la paz. Y que si la riqueza es redistribuida de acuerdo con los principios papales, todos estarán en paz. Pero históricamente, está comprobado que también fue un desastre. Los Papas y sacerdotes son tan carnales como cualquier otro. Miren la inquisición, las cruzadas, que fueron las guerras de la religión en la Edad Media.
Tiene que haber un cambio fundamental de pensamiento, si es que alguna vez va a haber paz. Eso significa un nuevo corazón. En vez de competencia y batalla por la supremacía, tiene que haber espíritu de cooperación y colaboración. Tal vez debiera señalar, que los deportes son un mecanismo controlador de la guerra. Los deportes son total supremacía sobre el oponente. La Copa Mundial es una guerra. El Súper Bowl es una guerra. Tienen el espíritu de la guerra.
Muchas personas jamás van a desear hacer algo para estar en armonía con la ley de Dios. De modo que hasta que Jesús venga en las nubes de gloria, se nos dice que siempre habrá otra guerra, más acumulación de material nuclear, artillería más pesada, más aviones de guerra que cuestan billones de dólares cada uno. Habrá una inseguridad total.
Somos incapaces, como seres humanos, de efectuar este cambio esencial, para conseguir una paz duradera.
La Biblia nos dice que la primera guerra ocurrió en el cielo, antes que el hombre fuese creado. Apocalipsis 12:7-9 dice así: “Y hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles, pero no prevalecieron, ni fue hallado más su lugar en el cielo. Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, quien engaña a todo el mundo; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.”
La violencia en el cielo fue iniciada por Lucifer, él pensó que podía ser igual a Cristo. Porque dijo en su corazón: “Subiré al cielo. Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios y me sentaré sobre el monte de la congregación, hacia los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré; seré semejante al Altísimo”. Isaías 14:13-14.
Así ustedes pueden ver, Lucifer estaba celoso de Cristo y codició lo que no era suyo. Él escogió un corazón carnal y pecó. Entonces sigilosamente inició una guerra, para que los ángeles se le unieran en su rebelión. Eventualmente, un tercio de ellos simpatizaron y se le unieron. Una vez que todos pudieron ver lo que Satanás estaba haciendo, no se pudo esconder más y surgió abiertamente la guerra violenta. Satanás y sus ángeles fueron arrojados del cielo, dice la Biblia.
Isaías 14:12 dice: “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucifer, hijo de la mañana! Derribado fuiste a tierra, tú que debilitabas a las naciones”.
Ahora había un gran conflicto, una guerra entre Cristo y Satanás. Satanás odia a Cristo con mortal pasión. Él demostró eso en la cruz. Satanás trata de gobernar sobre nuestras mentes y controlar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Quiere convertirnos en sus esclavos y eventualmente destruirnos.
Dios gobierna sobre sus súbditos a través de su libre elección. Cada uno de nosotros puede elegir ser leal a Cristo o servir a Su enemigo. Ese principio es la clave para entender la guerra del universo. Si el universo va a ser seguro alguna vez, si alguna vez va a haber paz, paz absoluta nuevamente, todos tienen que ser capaces de elegir, basados sobre suficiente información, de qué lado se van a colocar. Y para que todos puedan realizar una elección basados en la adecuada información, se le tiene que permitir a Satanás manifestarse plenamente a sí mismo en la sociedad humana, de tal manera que todos puedan tomar su decisión.
Esta guerra entre Cristo y Satanás y sus respectivos seguidores, emigró a la tierra, donde Satanás tuvo éxito en tentar a Adán y Eva a pecar y a unírsele en la rebelión. Fue una guerra de conquista. Él arrebató el control de la tierra y de la raza humana a Cristo. Pero la muerte de Cristo en la cruz le quitó el control a Satanás. Ahora estamos en el final de esa controversia. La batalla final va a aparecer muy pronto. La batalla del Armagedón, una continuación de la guerra espiritual, va a colocar a Cristo y a Sus seguidores frente a todo el ataque violento del enemigo y sus seguidores.
Pero permítanme hacerles nuevamente la pregunta: ¿De dónde proviene realmente la guerra?
Después que los Estados Unidos lanzaron la bomba atómica sobre Hiroshima, Albert Einstein dijo: “Es más fácil desnaturalizar el plutonio que desnaturalizar el mal espíritu del hombre”.
Ustedes ven mis amigos, el mal espíritu es el que causa las guerras. Es el espíritu de competencia, de conquista. Y eso es mortal. Millones de personas inocentes han sido asesinadas debido a eso. Origina disputas entre esposos y esposas, argumentos entre los hijos, poderosas batallas en la oficina, animosidad entre las personas en la iglesia, batallas entre razas y guerra entre naciones. Ese espíritu causa genocidios, fratricidios, infanticidios y homicidios. El mal en el corazón del hombre, implantado allí por su propia elección trae caos, carnicería y catástrofe. Conduce a matanzas, asesinatos, masacres y otras atrocidades. ¿Cuándo va a terminar?
Jesús entendió este espíritu malo cuando dijo que al final del tiempo habría guerras y rumores de guerra. Él conocía el corazón del hombre, que era semejante al de su maestro Satanás. Satanás inició una guerra en el cielo. Y él instigó ese mismo espíritu en sus agentes humanos. Su deseo de supremacía está ahora implantado en el corazón carnal del hombre y conduce a terribles resultados de guerra y derramamiento de sangre.
Jesús también experimentó el mal espíritu cuando fue golpeado, abofeteado, escupido, burlado, despreciado y crucificado. Y muchos de sus seguidores han experimentado lo mismo en las manos de sus perseguidores. Lo mismo ha ocurrido con los Valdenses, Albigenses, Hugonotes y una hueste de adventistas del séptimo día, guardadores del Sábado durante las edades. Ese espíritu malo aun está aquí. Se manifiesta a sí mismo en la muerte deliberada de personas inocentes con veneno, con ataques de gas, explotando vehículos con bombas y aviones de pasajeros en los aires.
El apóstol Santiago también refleja este mal espíritu de una manera muy práctica. Escuchen lo que él dice en Santiago 4:1-4. “¿De dónde vienen las guerras y contiendas entre vosotros? ¿No surgen de vuestras pasiones, que combaten en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis, matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar. Combatís y lucháis, y no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. ¡Adúlteros! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad con Dios? El que quiere ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios”.
Eso significa guerra, mis amigos. Los discípulos disputaron entre ellos mismos, y cuando Jesús les preguntó acerca de eso, tuvieron que admitir que estaban argumentando acerca de quién era el mayor. Este era el mismo espíritu de guerra.
Es el mismo espíritu que hubo en Caín, que mató a su hermano por celos. La Biblia lo llama “el camino de Caín”. Judas 11. El camino de Caín es contienda, derramamiento de sangre y guerra.
Y todo el mundo siguió el “camino de Caín”, hasta que se volvió tan impío, tan cruel y tan violento, que Dios dijo que borraría al hombre de la faz de la tierra. Pero Dios sabía que el diluvio no cambiaría el corazón del hombre. Él sabía que la “inclinación del corazón del hombre es mala desde su juventud”. Génesis 8:21.
Nimrod también tuvo este espíritu, porque él también estuvo en rebeldía con Dios. Él estableció Babel, la ancestral de Babilonia, y el tipo literal de la Babilonia espiritual del fin del tiempo. Todas ellas están en armonía. Y han estado en guerra contra Dios. La Babilonia espiritual ha inventado una adoración sustituta en oposición a la expresa voluntad de Dios en los Diez Mandamientos. Eso es guerra. La rebelión contra Dios es guerra. La adoración en domingo comenzó con Nimrod, pero Roma la introdujo en la iglesia cristiana y convirtió su verdadera y humilde adoración, en una pompa orgullosa de falsa piedad. Eso es guerra, mis amigos. Y ese sistema papal también tuvo el mismo espíritu de guerra y de lucha. Roma le hizo la guerra a aquellos que guardaban el cuarto mandamiento de Dios y a cualquiera que discordara con cualquiera de los dogmas de Roma. Ella los lisió y los mató. Ella destruyó ciudades enteras para encontrar a los herejes y matarlos a sangre fría.
Y ahora, cuando Roma vuelve a ganar popularidad en nuestra era moderna, ella también volverá a ganar su orgullo, y su mal espíritu de persecución. La gran Babilonia espiritual del fin del tiempo está en guerra contra Dios. En el nombre de la paz, ella le hace la guerra al Todopoderoso. “…Se levantará contra el Príncipe de los príncipes”, dicen las Escrituras en Daniel 8:25.
La guerra está incrustada en el corazón carnal. Cualquiera que tolere un corazón carnal en sí mismo, está literalmente en guerra contra Dios. Ustedes no pueden escapar a este hecho. Romanos 8:7 dice que: “Porque la inclinación de la carne es contraria a Dios, y no se sujeta a la Ley de Dios, ni tampoco puede”.
Las Escrituras dicen en Efesios 6:12 que: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra dominadores de este mundo de tinieblas, contra malos espíritus de los aires”.
Pero esa guerra espiritual tiene consecuencias reales en la vida de este planeta tierra. La Biblia nos cuenta acerca de aquella terrible batalla llamada Armagedón. Se encuentra en Apocalipsis 19:19. Escuchen lo que sucedió: “Y vi a la bestia, y a los reyes de la tierra con sus ejércitos, reunidos para combatir al que montaba el caballo y a su ejército”.
Piensen en esto por un instante. ¿Quién va a estar en aquella muchedumbre que quiere atacar a Cristo, el caballero, y derrocar el cielo? Observen, dice que es la bestia. ¿Creen ustedes que el Papa Francisco estará en esa multitud, tal vez, liderando el camino? Observen también que dice que los reyes de la tierra estarán allí. ¿Qué sucederá con los gobernantes de hoy, como Angela Merkel, Canciller de Alemania, Herman Van Rompuy el Presidente del Concilio Europeo, El Presidente de los Estados Unidos Barak Obama, el Primer Ministro Steven Harper de Canadá, el Primer Ministro del Reino Unido David Cameron, o el Primer Ministro Tony Abbot de Australia? Yo no sé qué piensan ustedes, porque no estoy acostumbrado a pensar de esa manera. Pero esto es lo que dice la Biblia. Si esta guerra global sucediera hoy, estas son las personas que estarían envueltas en tratar de derrocar a Cristo, y muchos más que podríamos nombrar. No estoy juzgando los motivos de estas personas. Tan solo estoy aplicando las Escrituras a nuestras circunstancias. No puedo entender cómo un genuino seguidor de Cristo pudiera llegar a ser el Presidente de los Estados Unidos, o Primer Ministro de cualquier otro país, sabiendo lo que la Biblia dice acerca de ellos. La Biblia declara que estos gobernantes de la tierra, o sus sucesores, estarán allí, juntamente con sus ejércitos.
De manera que esto significa que estarán dispuestos a pelear. En vez de pelear los unos contra los otros, tal como lo han hecho durante tantos milenios, estos guerreros, liderados por sus reyes, o presidentes, primeros ministros y monarcas, se van a unir en una extraña coalición, un extraño tipo de unión, todos supervisados por el Papa y los cardenales de la curia. Ellos van a querer derrocar a Cristo y a cualquier vestigio de lealtad a Su ley y van a querer instalar su propio reino, bajo los principios de violencia de Satanás. Van a tratar de eliminar a todos aquellos que guardan los Diez Mandamientos. Este será un tiempo de angustia cual nunca ha habido, dijo Cristo en Mateo 24:21.
La bestia (o el Papado), los reyes de la tierra, y los espíritus de demonios estarán todos juntos para una guerra final, antes que Jesús venga. Esta guerra ciertamente posee muchos aspectos, pero será un tiempo de gran angustia y de prueba para el fiel pueblo de Dios que guarda Sus mandamientos. Será un tiempo de persecución de aquellos que no concuerdan con las leyes religiosas que serán impuestas a una escala global. También va a incluir una guerra mundial general. Recuerden, Satanás siempre trata de engañar y de distraer a las masas humanas de los verdaderos asuntos, los asuntos espirituales. Así, una guerra mundial general sería una crisis global que fácilmente puede precipitar la crisis espiritual para el pueblo de Dios. Es posible que sea un intento de consolidar el poder en un intento final de globalización en el nombre de la religión. Mi estimación es que el aspecto físico va a tener algo que ver con el control del Islam. No tengo ninguna prueba para eso, es tan solo una corazonada. No está precisamente claro en las Escrituras de cómo va a ser la batalla espiritual por las mentes y los corazones del pueblo de Dios, cómo van a interactuar con la guerra general literal que se va a desatar en ese tiempo, pero está quedando claro a medida que pasa el tiempo, por lo menos para aquellos que están observando cuidadosamente y en oración los movimientos y los contra movimientos que están sucediendo en los importantes centros de influencia de este mundo.
En los días de Cristo los Fariseos y Saduceos, los cuales no concordaban entre sí, juntamente con otras diversas facciones entre los Judíos, se unieron en una extraña unión para guerrear contra Cristo, cesando sus hostilidades de los unos contra los otros, durante un tiempo suficiente como para librarse de la amenaza de un hombre tan puro y santo como Jesús. De la misma manera, en el conflicto final, aquellos que han servido a sus propios intereses durante tantos años, aquellos que han peleado los unos contra los otros, ahora se unen en otra extraña unión y cesan sus guerras lo suficiente como para deshacerse de los puros y santos seguidores de Jesús, que están en esta tierra. La pureza de Jesús fue una amenaza para el corrupto sistema Judío. De la misma manera, en el conflicto final, la pureza de Sus seguidores va a ser un contraste muy fuerte con las malas intenciones y propósitos de las clases gobernantes de las naciones del mundo. Ese contraste va a exponer y va a amenazar sus propias luchas por la supremacía y por lo tanto no pueden tenerlos alrededor y aun mantener la lealtad de las masas. Así que se unirán para eliminarlos.
Piensen en esto, mis amigos, el espíritu de impiedad y de guerra reina en los corazones de los hombres carnales, pero el espíritu de justicia y de paz reina en los corazones de los verdaderos seguidores de Cristo. Esta diferencia coloca a los dos grupos en un fuerte contraste delante de las masas de personas que viven en el planeta. Ellos tienen entonces que tomar una decisión final en cuanto a quién van a servir.
Los gobernantes impíos de este mundo entienden que están expuestos y se mueven para eliminar de la tierra cualquier vestigio de un testimonio contrario a ellos. Este es el fundamento y la motivación de la prueba final del pueblo de Dios. Ellos guardan Su séptimo día sábado, pero los reyes de la tierra unidos con Roma, colocan un falso día de reposo y de adoración y le exigen a toda la humanidad que lo sigan. Ellos se colocan una prueba final de lealtad para sí mismos. Ellos se exaltan a sí mismos como si fuesen Dios, así como su gobernante satánico lo hizo en el cielo. Ellos copian a su majestad satánica en su propia esfera.
La Biblia describe entonces con detalles gráficos la terrible escena. Esta guerra final, este último intento para derrocar a Cristo y a Sus seguidores, va a terminar en un desastre para los impíos. Escuchen esto de Apocalipsis 19:20-21. “Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho las señales ante ella. Con esas señales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia y adoraron su imagen. Los dos fueron lanzados vivos en el lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que estaba sentado sobre el caballo. Y todas las aves se hartaron de su carne”.
Aun cuando Cristo le da un fin a la batalla del Armagedón, en realidad no es la última guerra. Solo es la última guerra antes del cierre de la gracia. Aun hay otra guerra, o por lo menos otro intento de guerra.
Después de la segunda venida de Cristo, hay un milenio en el cual los impíos son juzgados. Ustedes pueden encontrar esto en Apocalipsis 20:12. Esto se lleva a cabo para que toda duda, o falta de claridad acerca de por qué Dios actuó de la manera en que lo hizo para con los impíos, pueda ser resuelta. Ese milenio será asombroso, y va a aclarar muchas preguntas que nuestras mentes finitas no pueden comprender. Pero al final del milenio, la Biblia nos dice que habrá una guerra final, una batalla final. Los impíos muertos son resucitados para que enfrenten su juicio final. Satanás los conduce al frenesí, una masiva coalición, y los engaña haciéndoles creer que pueden vencer a Cristo y la Nueva Jerusalén, la cual ha descendido del cielo a la tierra. Esto se encuentra en Apocalipsis 20:7-10.
Dice así: “Cuando se cumplan los mil años, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están sobre los cuatro ángulos de la tierra – a Gog y a Magog – a fin de reunirlos para la batalla. Su número es como la arena del mar. Subieron a través de la ancha tierra, y cercaron el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo, y los devoró. Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde están también la bestia y el falso profeta. Y serán atormentados día y noche para siempre jamás”.
Aquí en el versículo 9 se predice una increíble unidad que se desarrolla entre aquellos que no están dentro de la Santa Ciudad con Cristo. Como nunca antes, hay una globalización de naciones, tribus, lenguas y pueblos. Hay todo tipo de líderes religiosos en una asombrosa y ecuménica unidad global, todos inspirados por el propio Satanás, el cual los insta a entrar al campo de batalla.
He aquí la descripción de ese tiempo en El Conflicto de los Siglos p.721-728. Permítanme leerles algunos párrafos.
“Entonces Satanás se prepara para la última tremenda lucha por la supremacía. Mientras estaba despojado de su poder e imposibilitado para hacer su obra de engaño, el príncipe del mal se sentía abatido y desgraciado; pero cuando resucitan los impíos y ve las grandes multitudes que tiene al lado suyo, sus esperanzas reviven y resuelve no rendirse en el gran conflicto. Alistará bajo su bandera a todos los ejércitos de los perdidos y por medio de ellos tratará de ejecutar sus planes. Los impíos son sus cautivos. Al rechazar a Cristo aceptaron la autoridad del jefe de los rebeldes. Están listos para aceptar sus sugestiones y ejecutar sus órdenes. No obstante, fiel a su antigua astucia, no se da por Satanás. Pretende ser el príncipe que tiene derecho a la posesión de la tierra y cuya herencia le ha sido arrebatada injustamente. Se presenta ante sus súbditos engañados como redentor, asegurándoles que su poder los ha sacado de sus tumbas y que está a punto de librarlos de la más cruel tiranía. Habiendo desaparecido Cristo, Satanás obra milagros para sostener sus pretensiones. Fortalece a los débiles y a todos les infunde su propio espíritu y energía. Propone dirigirlos contra el real de los santos y tomar posesión de la ciudad de Dios. En un arrebato belicoso señala los innumerables millones que han sido resucitados de entre los muertos, y declara que como jefe de ellos es muy capaz de destruir la ciudad y recuperar su trono y su reino.
Entre aquella inmensa muchedumbre se cuentan numerosos representantes de la raza longeva que existía antes del diluvio; hombres de estatura elevada y de capacidad intelectual gigantesca, que habiendo cedido al dominio de los ángeles caídos, consagraron toda su habilidad y todos sus conocimientos a la exaltación de sí mismos… Allí hay reyes y generales que conquistaron naciones, hombres valientes que nunca perdieron una batalla, guerreros soberbios y ambiciosos cuya venida hacía temblar reinos.
Satanás consulta con sus ángeles, y luego con esos reyes, conquistadores y hombres poderosos. Consideran la fuerza y el número de los suyos, y declaran que el ejército que está dentro de la ciudad es pequeño, comparado con el de ellos, y que se lo puede vencer. Preparan sus planes para apoderarse de las riquezas y gloria de la nueva Jerusalén. En el acto todos se disponen para la batalla. Hábiles artífices fabrican armas de guerra. Renombrados caudillos organizan en compañías y divisiones las muchedumbres de guerreros”.
Todo esto lleva tiempo, mis amigos. Tienen que reconstruir un complejo industrial militar. Posiblemente van a crear armas nucleares nuevamente, aviones militares con misiles guiados por láser, bombas, tanques, armamento de guerra, aeroplanos a control remoto de última generación. Lo que ustedes quieran, ellos probablemente lo tendrán.
Continúo leyendo: “Al fin se da la orden de marcha, y las huestes innumerables se ponen en movimiento -un ejército cual no fue jamás reunido por conquistadores terrenales ni podría ser igualado por las fuerzas combinadas de todas las edades desde que empezaron las guerras en la tierra. Satanás, el más poderoso guerrero, marcha al frente, y sus ángeles unen sus fuerzas para esta batalla final. Hay reyes y guerreros en su comitiva, y las multitudes siguen en grandes compañías, cada cual bajo su correspondiente jefe. Con precisión militar las columnas cerradas avanzan sobre la superficie desgarrada y escabrosa de la tierra hacia la ciudad de Dios. Por orden de Jesús, se cierran las puertas de la nueva Jerusalén, y los ejércitos de Satanás circundan la ciudad y se preparan para el asalto”.
Escuchen lo que sucede ahora. “Entonces Cristo reaparece a la vista de sus enemigos. Muy por encima de la ciudad, sobre un fundamento de oro bruñido, hay un trono alto y encumbrado. En el trono está sentado el Hijo de Dios, y en torno suyo están los súbditos de su reino. Ningún lenguaje, ninguna pluma pueden expresar ni describir el poder y la majestad de Cristo. La gloria del Padre Eterno envuelve a su Hijo. El esplendor de su presencia llena la ciudad de Dios, rebosando más allá de las puertas e inundando toda la tierra con su brillo…
En presencia de los habitantes de la tierra y del cielo reunidos, se efectúa la coronación final del Hijo de Dios. Y entonces, revestido de suprema majestad y poder, el Rey de reyes falla el juicio de aquellos que se rebelaron contra su gobierno, y ejecuta justicia contra los que transgredieron su ley y oprimieron a su pueblo…
Todos los impíos del mundo están de pie ante el tribunal de Dios, acusados de alta traición contra el gobierno del cielo. No hay quien sostenga ni defienda la causa de ellos; no tienen disculpa; y se pronuncia contra ellos la sentencia de la muerte eterna…
Como fuera de sí, los impíos han contemplado la coronación del Hijo de Dios. Ven en las manos de él las tablas de la ley divina, los estatutos que ellos despreciaron y transgredieron…
Satanás parece paralizado al contemplar la gloria y majestad de Cristo. El que en otro tiempo fuera uno de los querubines cubridores recuerda de dónde cayó… Recuerda la mansión de su inocencia y pureza, la paz y el contentamiento de que gozaba hasta que se entregó a murmurar contra Dios y a envidiar a Cristo… Echa una mirada retrospectiva sobre la obra que realizó entre los hombres y sobre sus resultados: la enemistad del hombre para con sus semejantes, la terrible destrucción de vidas, el ascenso y la caída de los reinos, el derrocamiento de tronos, la larga serie de tumultos, conflictos y revoluciones. Recuerda los esfuerzos constantes que hizo para oponerse a la obra de Cristo y para hundir a los hombres en degradación siempre mayor…
Durante miles de años este jefe de conspiraciones hizo pasar la mentira por verdad. Pero llegó el momento en que la rebelión debe ser sofocada finalmente y puestos en evidencia la historia y el carácter de Satanás. El archiengañador ha sido desenmascarado por completo en su último gran esfuerzo para destronar a Cristo, destruir a su pueblo y apoderarse de la ciudad de Dios. Los que se han unido a él, se dan cuenta del fracaso total de su causa”.
Ustedes ven mis amigos, que la guerra y la violencia es el resultado directo del rechazo de los divinos Diez Mandamientos. “La historia del pecado atestiguará durante toda la eternidad que con la existencia de la ley de Dios se vincula la dicha de todos los seres creados por él”. El Conflicto de los Siglos p.729. Esa felicidad y esa paz solo pueden ser nuestras cuando nuestras vidas están en armonía con la santa ley de Dios. Toda rebelión tiene que ser expulsada de nuestros corazones. Toda lucha por la supremacía tiene que ser desterrada. Todo clamor por posición, u honor tiene que ser subyugado. Toda defensa y auto-interés tiene que ser quebrado, de tal manera que Cristo se pueda manifestar en nuestras vidas.
Permítanme continuar leyendo de El Conflicto de los Siglos p.730. “Ha llegado la hora de intentar un último y desesperado esfuerzo contra el Rey del cielo. Se lanza en medio de sus súbditos, y trata de inspirarlos con su propio furor y de moverlos a dar inmediata batalla. Pero entre todos los innumerables millones a quienes indujo engañosamente a la rebelión, no hay ahora ninguno que reconozca su supremacía. Su poder ha concluido. Los impíos están llenos del mismo odio contra Dios que el que inspira a Satanás; pero ven que su caso es desesperado, que no pueden prevalecer contra Jehová. Se enardecen contra Satanás y contra los que fueron sus agentes para engañar, y con furia demoníaca se vuelven contra ellos”.
Ustedes ven, que nuevamente han vuelto a la guerra los unos contra los otros. Pero en lugar de que se destruyan mutuamente: “Desde el cielo desciende fuego de Dios. Se quebranta la tierra. Se extraen las armas ocultas en sus profundidades. Llamas consumidoras irrumpen desde cada abismo abierto. Las mismas rocas arden. Ha venido el día que arderá como un horno. Los elementos se fundirán con hirviente calor, también la tierra y las obras que hay en ella serán consumidas. Malaquías 4:1; 2ª Pedro 3:10. Los impíos ‘serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos’. Se los castigará a todos ‘según sus obras’”. “Porque es día de venganza de Jehová, año de retribuciones en el pleito de Sion.” Isaías 34:8.
En lugar del antiguo y destruido mundo habrá un nuevo mundo, un mundo con una maravillosa y total paz. Escuchen lo que dice el profeta Isaías acerca de esta nueva tierra. Está en Isaías 32:18. “Y mi pueblo habitará en albergue de paz, en habitaciones seguras y en residencias tranquilas”. Y en Isaías 60:18 dice: “Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebranto, sino que a tus murallas llamarás Salud, y a tus puertas Alabanza”.
¡No más guerra, mis amigos! ¡No más luchas! Hasta “el lobo habitará con el cordero”. Isaías 11:6. “Y el leopardo con el cabrito se acostará. El becerro, el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará”. Oh amigos, ¿no quieren estar ahí? Qué lugar más pacífico y glorioso. Y aquí hay otro versículo de Isaías 11. Está en el versículo 9. “No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte”.
Los cosas que nos han causado tanta agonía, las cosas que nos han hecho temer y temblar, las cosas que nos han torturado y que han desgarrado nuestros corazones, las cosas que han producido ríos de lágrimas en nuestros ojos, todas no existirán más, porque “…las cosas antiguas ya pasaron”. Apocalipsis 21:4. El escenario de la guerra se habrá convertido en escenario de paz.
“El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación de armonía y de gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor”. El Conflicto de los Siglos p.737.
Volvamos ahora al presente. He aquí una declaración de A Fin de Conocerle p.357. “El Espíritu de Dios está siendo retirado de la tierra. Cuando el ángel de la misericordia pliegue sus alas y se aleje, Satanás ejecutará las malas obras que ha querido realizar durante mucho tiempo. Tormentas y tempestades, guerras y derramamiento de sangre: en estas cosas se deleita y eso reúne en su cosecha. Y los hombres serán engañados tan completamente por él, que declararán que esas calamidades son el resultado de la transgresión del primer día de la semana. Desde los púlpitos de las iglesias populares se proclamará la declaración de que el mundo está siendo castigado porque no se honra el domingo como se debiera…”.
¿Y cuán popular será este púlpito? ¿Será ese el púlpito de Joel Osteen? ¿Será el púlpito de T. D. Jakes, Benny Hin, Kenneth Copeland? ¿Y que sucederá con el púlpito de Rick Warren y Bill Hybels, o tal vez el propio púlpito papal?
Voy a continuar leyendo: “Y no se requiere mucha imaginación para que los hombres crean esto. Ellos son guiados por el enemigo, y por lo tanto ellos llegan a conclusiones que son totalmente falsas”.
Mientras aun exista Satanás, mientras aun pueda desarrollar una liga de fuerzas humanas que se coloquen a su lado, jamás habrá una solución para el crimen y para el derramamiento de sangre que inunda este mundo. Amigos, hay un tiempo de angustia que aparecerá muy pronto. Todavía no hay un alistamiento militar generalizado, pero está a camino. Tal vez se le de el nombre de Tercera Guerra Mundial. Pero mientras haya una paz relativa, este es el tiempo para prepararnos siguiendo el consejo de Dios de salir de las ciudades. Ellas son el blanco de hostilidades en cualquier guerra. Pero ellas también sufren consecuencias colaterales durante la guerra, aun si no son atacadas. Si hay un corte de suministro en los combustibles, las personas en las ciudades sufren mucho más. Si hay un corte en el flujo de los alimentos, las personas concentradas en las ciudades sufren mucho más. Esto es porque son las más dependientes del sistema de transportes y del sistema de almacenamiento de alimentos. También son las más dependientes de los servicios del gobierno. Si esos servicios son inutilizados, no quedará otra a no ser procurar nuestros propios recursos. Piensen en el pánico y en la violencia que va a surgir en las ciudades cuando el Espíritu de Dios sea retirado de ellas, y se le permita a las fuerzas del mal hacer estragos. Oh, mis amigos, ¿no creen que el consejo de Dios está perfectamente adecuado para el tiempo de angustia que se avecina?
La preparación es la única cosa que ustedes pueden hacer. Y eso significa entregarse a Cristo de tal manera que Él pueda cumplir su promesa de: “Pondré mi Ley en sus mentes, y la escribiré en sus corazones. Y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.” Jeremías 31:33.
Los arqueólogos pueden contarnos mucho acerca de antiguas sociedades a través de las herramientas que ellos usaban. Si ellos encuentran muchos implementos de agricultura, saben que la sociedad era una sociedad de agricultores y una sociedad pacífica. Hasta nos pueden contra cómo realizaban sus cultivos, sus métodos de cosecha, etc. Si encuentran espadas, puntas de flechas, lanzas y otros artefactos de guerra, entonces saben que esa sociedad estaba compuesta por guerreros o por cazadores. La Biblia dice que cuando se haya peleado la última batalla, nuestras armas de batalla serán reemplazadas con implementos de agricultura. Escuchen esto, que está en Isaías 2:4. “Juzgará entre las naciones, reprenderá a muchos pueblos. Y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra”.
Así que, viene un día mis amigos, donde no habrá más guerra, no más asesinatos en masa, no más genocidios. Ese día va a traer paz al planeta. Y será una paz absoluta. No será un acto de las Naciones Unidas, sino un acto de Dios para terminar el conflicto con Satanás. No será el resultado de una globalización ni centralización de autoridad. Esa es la manera en que los hombres piensan que pueden resolver sus disputas. Vendrá solo por la intervención del Dios del cielo. Será la obra del cielo.
Así como están las cosas ahora, uno por uno, corazón por corazón, Cristo trabaja para cambiar nuestra naturaleza. Él retira el corazón de guerra, el mal espíritu de guerra, y lo reemplaza por un corazón de amor y paz. Ustedes no pueden esperar hasta que el cielo cambie su espada por rejas de arado, o sus lanzas por hoces. Ustedes tienen que permitir que Cristo lo haga ahora. Y Él va a hacer eso en ustedes hoy, si se lo permiten.
“Y el resultado de la justicia será paz; y el efecto de la rectitud, reposo y seguridad para siempre. Y mi pueblo habitará en albergue de paz, en habitaciones seguras y en residencias tranquilas”. Isaías 32:17-18.
Oremos. Nuestro Padre celestial, gracias por Tu promesa de perdonarnos y de limpiarnos de la guerra en nuestra naturaleza. Por favor, haz eso por nosotros hoy. Queremos estar en el escenario de la paz hoy, para que podamos estar en el escenario de la paz cuando Jesús vuelva a crear la tierra nuevamente. Cambia nuestros corazones, lo rogamos en el nombre de Jesús, amén.
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