¡La Mega Tormenta!
Por Pastor Hal Mayer
Queridos amigos:
Bienvenidos al Ministerio Guarda la Fe. Gracias por unirse hoy a nuestro estudio. Hemos estudiado una buena parte del asombroso libro de Génesis durante el 2011. Y este mes vamos a ver la tercera parte de la vida de Noé. Para mí está cada vez más claro que estamos a un paso de la eternidad, pero muchos del pueblo de Dios no leen o no entienden sus Biblias. Los ángeles que están reteniendo los vientos del conflicto sólo están esperando el sellamiento del pueblo de Dios en sus frentes.
Pero antes de comenzar, quiero decirles que realmente aprecio lo que ustedes han aportado para el proyecto que estamos llevando a cabo en el Centro de Salud de Highwood, Australia, a través del Ministerio Guarda la Fe. Lo apreciamos muchísimo. Nos ha ayudado a avanzar cada nuevo día en el ministerio del Señor. En un futuro cercano, espero poder compartir con ustedes algo más acerca del progreso de este proyecto. Pero por ahora, creo que es suficiente comentar que estamos viendo maravillosos resultados del programa de salud. ¡Qué campo misionero tenemos en Melbourne! Pero eso no termina ahí. El Centro de Salud de Highwood tiene capacidad para servir a toda Australia, Nueva Zelanda, y el resto de Oceanía. Así que, gracias por compartir con el Ministerio Guarda la Fe. Eso significa mucho para nosotros. Y si alguno de ustedes aun quiere colaborar con la compra de una Van de segunda mano para el transporte de nuestras visitas, no dude en enviarnos su donación. Todavía están a tiempo para hacerlo.
Hay un nuevo avance del cual quiero hablarles. Guarda la Fe está ahora en Facebook y Twitter. ¡Imaginen eso! Por favor, vayan a esas redes sociales y sígannos, y cuéntenle a sus amigos. Hemos colocados nuestros comentarios proféticos, los vínculos para los sermones, los eventos, y otras informaciones importantes, para que ustedes y vuestros amigos, donde quiera que ellos puedan estar, pueden informarse sobre las últimas novedades de las profecías bíblicas. Nuestra página en Facebook posee mucho material. Y nuestra dirección en Twitter les dará los vínculos de nuestras más recientes publicaciones. Espero que les guste esta nueva posibilidad de comunicación social.
Los rápidos eventos en el mundo nos dicen que Jesús viene pronto y antes que Él venga, habrá un asombroso engaño y una asombrosa sorpresa, los cuales conducirán a muchas almas a la muerte eterna. Ahora es el tiempo para colocar vuestras almas de acuerdo con el cielo. Ahora es el tiempo para que la última generación del pueblo de Dios “encuentre gracia a los ojos del Señor”, así como la tuvo Noé en Génesis 6:8. Esto está hablando de usted y de mí. Somos llamados a ser Noés justos en esta generación vil. Vuestra vida puede ser “justa y perfecta” tal como lo fue la de Noé. Vuestras almas pueden caminar con Dios, tal como lo hizo Noé. Génesis 6:9.
Antes de comenzar mi mensaje de hoy, por favor si pueden, inclinen sus cabezas, en oración. Nuestro Padre celestial, ¡cuán grande es tu fidelidad! Eres un Dios grande y maravilloso, y estamos muy impresionados con lo que puedes hacer. Has salvado nuestras vidas. Nos has inspirado con Tu poder. Pero a menudo hemos fallado y nos hemos apartado de tus planes para nuestra vida. Por favor perdónanos, y condúcenos de vuelta al lugar donde podamos agradarte, y hallar gracia delante de Ti. Por favor ayúdanos a ser justos y perfectos en nuestra generación, tal como Noé lo fue en la suya. A medida que estudiemos el gran diluvio hoy, envía tu Espíritu Santo para que nos enseñe y nos muestre cómo vivir. En el nombre de Jesús, Amén.
Si pueden, por favor abran sus Biblias, en Isaías 30:26. Quiero especialmente que los jóvenes escuchen lo que dice aquí, porque a muchos jóvenes les gusta la ciencia, y este versículo está lleno de ciencia. Hablando de la tierra nueva, el profeta dice: “La luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que el Eterno sane la herida de su pueblo, y cure la llaga de su herida”.
Este es un versículo muy interesante. ¡Está lleno de información científica! ¿Sabían ustedes que este versículo está hablando del diluvio a través del cual pasó Noé y que también está hablando de la tierra nueva? Pensemos en esto durante un minuto. ¿Observaron que el versículo dice que el sol va a calentar siete veces más que ahora? ¡Eso es increíble! ¿Cómo podrían ustedes sobrevivir si el sol calentara y brillara siete veces más que ahora? Dios ciertamente debe tener alguna manera para llevar a cabo eso sin destruirlos, ¿no es verdad? Y hoy ustedes van a comprobarlo.
Además, ¿observaron que dice que la “luz de la luna será como la del sol”? En otras palabras, la luna estará produciendo energía tal como lo hace hoy el sol. Si, es verdad. ¿Percibieron eso? “La luz de la luna será como la luz del sol”. ¡Eso es increíble! La luna será una masa ardiente, una bola de fuego que producirá luz y calor, así como lo hace el sol ahora. En este momento, la luna es un planeta polvoriento. Pero un día va a entrar en ebullición.
Esta cita está en Joyas de los Testimonios T 3 p. 225. “Toda la naturaleza, con belleza insuperable, ofrecerá a Dios un constante tributo de alabanza y adoración. El mundo quedará inundado por la luz del cielo. Los años transcurrirán en alegría. La luz de la luna será como la del sol, y la del sol será siete veces mayor que ahora”. Está tan claro que me pregunto por qué tantos han pasado por alto este punto y sus implicaciones.
Pero hay algo más que es realmente importante en este versículo de Isaías 30, que debiera llamar vuestra atención. ¿Han escuchado aquella parte que dice que el Señor “vendará la herida de su pueblo” y que “curará la llaga que él causó”? Es muy importante que no perdamos eso, mis amigos, porque nos dice algo acerca del sistema solar después que Dios creó el mundo. ¿Lo ven? Piensen cuidadosamente. Si algo o alguien es sanado, eso significa que son restaurados a como estaban antes. En otras palabras, el sol alguna vez fue siete veces más caliente de lo que lo es hoy, y la luna alguna vez fue como es el sol hoy. Cuando Dios “vendará la herida de su pueblo”, Él estará colocando de vuelta a su lugar las cosas que una vez fueron perturbadas y cambiadas. ¿No es este un pensamiento impresionante? ¿Qué nos dice esto sobre el sol y la luna antes de la herida? Sí, es verdad, el sol era siete veces más brillante y más caliente de lo que es hoy, y la luna era un planeta ardiente, emitiendo luz y calor tal como lo hace hoy el sol. En otras palabras, lo que el profeta dice es que el sol y la luna van a ser en el futuro, como eran en el pasado. ¿Pero qué sucedió, que el sol y la luna están tan cambiados hoy?
Mire nuevamente el versículo. Hay algo aun más interesante. Existe una conexión directa entre el sol y la luna y la “herida”. Eso es lo que este versículo nos está diciendo. En otras palabras, algo le sucedió al sol y a la luna y que fue lo que le causó la “herida” a la tierra y a la humanidad. En algún tiempo había un sol siete veces más caliente y más brillante que el de ahora, y la luna era como es el sol ahora. Pero entonces, el sol pasó a calentar solo un séptimo de lo que calentaba antes, y la luna se extinguió. Entonces, cuando se haga la tierra nueva, el sol será restaurado a su plena fuerza y la luna será nuevamente una bola de fuego. Eso es asombroso.
Les puedo asegurar que ningún científico ateo puede entender esto. Ellos comienzan con presuposiciones que las aceptan por fe. Ellos miden lo que pueden ver y tratan de entender lo que no pueden ver a través de puras especulaciones que están basadas en esas presuposiciones, las cuales sostienen firmemente con su decidida fe – pero es una fe basada en una falsedad. Oh si, ellos dicen que poseen evidencia. Pero su evidencia está basada sólo en un raciocinio inductivo, del cual extraen conclusiones acerca del pasado, a través de los detalles que consiguen ver ahora. En otras palabras, ellos razonan en relación con lo que no pueden ver a través de la evidencia de lo que creen entender del mundo, tal como éste está hoy. Creen que la manera en que el mundo está hoy, es la manera como siempre ha estado, por lo menos en cuanto a sus principios. Y se rehúsan a aceptar que hubo un gran cambio donde hubo fuerzas sobrenaturales. Ellos miran el sistema solar existente, y dicen: “oh, debido a lo que podemos observar ahora en este instante, podemos asumir que tomó millones de millones de años para que todo esto viniera a existir.
El creyente en la Biblia, por otro lado, comienza con lo que él no puede ver, pero que está revelado en las Escrituras. Lo acepta por fe como la verdad, y a partir de ahí sigue adelante. Posee un principio divinamente revelado sobre el cual él basa su estudio, y entonces puede verdaderamente entender lo que sucedió en el pasado, estudiando el mundo natural tal como éste se encuentra ahora.
Los no-creyentes no poseen ninguna habilidad para discernir la obra de Dios, porque ellos no aceptan la existencia de un ser sobrenatural en el universo. Dios es tan grande, que puede esconderse en las complejidades de la naturaleza, de tal manera que solo aquellos que creen en Su Palabra lo entenderán realmente y también entenderán Sus obras.
Ahora, este versículo en Isaías 30 está totalmente cargado de información. Cualquier profesor de ciencia de una escuela debiera haber memorizado este versículo y debiera haber pensado en sus implicaciones, para que sus alumnos puedan entender la verdad científica acerca de la creación y del diluvio di-rectamente de la Biblia.
Hagamos de cuenta que estamos en una clase de ciencias, y que entendemos la física básica y la hidrodinámica – esto es la dinámica del agua. Ahora, veamos lo que Dios dice acerca de cómo fueron creados la tierra, la luna y el sol. Vamos a Génesis 1. Pero esperen un poco. ¿Qué tiene que ver todo esto con el diluvio? Esperen un poquito y lo verán. Primero tenemos que entender cómo fue que Dios creó la tierra. Tal vez ustedes ya pensaron en esto antes, pero nunca analizaron las leyes físicas de la naturaleza en sus mentes para entender cómo Dios con su poderosa Palabra, hizo las cosas que existen. Él creó esas leyes de la naturaleza. Y Él las puede usar para llevar a cabo sus propósitos.
Génesis 1:2. “Y la tierra era sin forma, y vacía; y había tinieblas sobre la faz del abismo. Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”.
Pensemos en esto durante un momento. ¿Qué existía antes que hubiese un planeta viviente? Había una gran bola de agua. ¿De dónde vino? No se nos informa, probablemente porque no es necesario. Pero obviamente estaba ahí. Las aguas rodeaban lo que iba a ser la tierra. Y eran muy profundas. No había tierra seca, no había montañas, nada que sobresaliera de las aguas.
Ahora, miren los versículos 6-7. “Después dijo Dios: “Haya un espacio entre las aguas, que separe un agua de la otra. Y Dios hizo el espacio que separó el agua que quedó encima del espacio, de la que quedó debajo de él. Y así sucedió.”
En otras palabras, Dios separó algo del agua y la colocó en la atmósfera, como vapor de agua. Ciertamente eso sucedió cuando creó el aire, el cual sostuvo el vapor de agua. Él retiró una gran parte del agua que estaba en la faz del abismo, la levantó y la suspendió sobre el globo de agua y la rodeó con atmósfera, o como lo llama la Biblia, “el firmamento”. Esa es una enorme cantidad de agua que estaba vaporizada. Realmente, Dios estaba en el proceso de crear el perfecto medio ambiente para que el hombre pueda vivir. La atmósfera proveería un medio ambiente cálido y seguro, de modo que el hombre pudiera disfrutar de las mejores cosas de la tierra.
Pero una vez que Dios hizo el firmamento, ¿cómo fue que lo mantuvo allí? El agua se mantiene suspendida en el aire a través del calor. Mientras más caliente esté el aire, más agua puede contener. Mientras más frío esté el aire, menos agua puede contener. Así que, en el cuarto día Dios hizo algo para mantener el vapor de agua con la densidad adecuada, a la altura adecuada, y a la temperatura adecuada.
Leamos los versículos 14-16. “Entonces dijo Dios: “Haya lumbreras en la expansión del cielo para separar el día de la noche, y sirvan de señales para marcar las estaciones, los días y los años; y sirvan de lumbreras en la expansión del cielo para alumbrar la tierra. Y así sucedió. Y Dios hizo las dos grandes lumbreras. La lumbrera mayor para alumbrar de día, y la lumbrera menor para alumbrar de noche. Hizo también las estrellas”.
Ambas lumbreras, que nosotros llamamos sol y luna, tenían que dar luz. Sí, la luna también tenía que generar luz, y no ser apenas un dispositivo que reflejara la luz. No tenía que ser tan brillante como el sol, sino que tenía que ser una luz menor. El sol, de acuerdo con Isaías 30:26, era siete veces más brillante y caliente que el que tenemos ahora, y la luna era como el sol. El sol era realmente brillante y caliente; tan caliente, que habría quemado la tierra, si no fuera por una gruesa capa de vapor de agua que colgaba en el firmamento para absorber y disipar tanto el calor como la luz.
De acuerdo con el versículo que acabamos de leer, existe una relación entre estas luces, el sol y la luna, y la atmósfera de la tierra. Esa relación es una ley o un control. A estas luces se les asignó una función que cumplir, que incluía mucho más que meramente iluminar. El sol y la luna tenían que influenciar y controlar la atmósfera. Y nosotros sabemos cómo funciona eso. Es fácil de entender. Cuando el sol, con toda su séptuple gloria, iluminaba la tierra, era día, y la temperatura era ligeramente cálida. Esto significa que cualquier neblina o condensación en las plantas y sobre la tierra, que no era absorbida por las plantas, se evaporaba y se iba a la atmósfera nuevamente, porque la temperatura durante el día era más cálida que durante la noche. Pero cuando la luna estaba brillando sobre la tierra, no era tan brillante, y tal vez debido al espesor de la atmósfera y a la densidad de sus moléculas de agua, podría haber aparecido más oscura que lo que es el sol hoy. La temperatura era un poco más fría, lo cual causaba una condensación sobre las hojas de los árboles y de las plantas, y de esta manera conseguían agua para crecer y florecer.
Pero hay algo más que este versículo nos está diciendo. Si el sol era siete veces más caliente que lo que es ahora, y la luna era una bola de fuego así como lo es el sol hoy, eso generaría una enorme cantidad de calor, lo cual significa que la atmósfera o el firmamento podría contener mucho más agua que lo que contiene hoy en día. A cuánto ascendía el manto de la atmósfera alrededor de la tierra, no se nos informa en las Escrituras. Pero era como una capa protectora o abrigo que impedía que el calor del sol quemara la tierra. La humedad en el manto protector protegería también a la tierra de los rayos cósmicos, y proveía los requerimientos exactos para una tierra que florecía en cada centímetro de su superficie, ya sea que fuese tierra o agua. El manto estaba a la altura adecuada como para crear el adecuado equilibrio entre el calor del sol y la humedad del aire, de manera que los animales, las plantes y el hombre estaban perfectamente confortables, con la humedad y temperatura adecuada y con una buena oxigenación durante el día y la noche.
Además, los registros fósiles en o alrededor de los polos de la tierra, revelan que antes del diluvio existían las mismas formas de vida que en otras partes de la tierra. Esto nos dice que aun en los polos, las temperaturas eran similarmente cálidas, muy diferentes a lo que son hoy. El grueso firmamento de vapor de agua aparentemente distribuía el aire caliente y la temperatura desde un polo al otro, de tal manera que el extremo del Polo Norte y el extremo del Polo Sur tenían el mismo clima, o uno muy similar. Como no había áreas de alta y baja presión que colisionaran, tal como lo tenemos hoy, no existían serias variaciones en la temperatura de un lugar a otro en el globo. De este modo, el tiempo era estable y consistente. No existían las tormentas violentas. Tampoco el eje de la tierra estaba inclinado en relación al sol, como lo está hoy. Esto probablemente ayudó a mantener todo en equilibrio y estabilidad.
La Biblia dice en Génesis 1:4 que después que Dios separó las aguas de las aguas, reunió las aguas que cubrían la tierra en mares e hizo tierra seca y todas las plantas en el tercer día. ¿Cómo hizo la tierra seca? Sin lugar a dudas tuvo que cambiar la forma y los contornos de la tierra, o simplemente crear la masa de tierra y su forma y su contorno, de tal manera que hubiese tierra seca y mares. Dios es grande y poderoso. Eso no fue un problema para Él.
Una vez que la tierra fue formada, las plantas, los animales y el hombre, estos podían permanecer en una atmósfera con denso vapor de agua. Probablemente la presión barométrica era mucho mayor que la que tenemos hoy. Los árboles y las plantas eran mucho más grandes que los que hay hoy. Y hasta el hombre era substancialmente más alto que lo que es hoy. La atmósfera hiperbárica, o una alta presión atmosférica oxigenaba la sangre de los animales y de los humanos en una forma mucho más efectiva, y sin duda, incrementaba la fotosíntesis, la cual hace florecer a las plantas. Las corrientes de convección creaban suaves brisas, las cuales hacían que la tierra fuese un lugar agradable para vivir. ¿No les gustaría vivir allí? ¿Han entrado alguna vez en un invernadero cuando afuera la temperatura es baja y está seco? ¿Cómo es la temperatura y la humedad en el interior? Es cálido y agradablemente húmedo, ¿verdad? Bien, toda la tierra era como un invernadero, muy agradable y confortable.
Existe otro aspecto entre la relación del sol, la luna y una tierra esférica. Dios hizo que el sol y la luna interactuaran con el núcleo fundido de la tierra, el cual está compuesto de hierro y níquel, para crear un campo magnético. Tal vez debido a que la luna era una bola de fuego, tal como lo es el sol hoy, existían dos campos, los cuales mantenían todo en equilibrio. Ese campo magnético también ayudaba a proteger de los rayos cósmicos del sol, y establecía patrones climáticos, y estabilizaba la superficie de la corteza terrestre, para que no se quebrara o no se moviera.
Como el campo magnético hoy cambia, puede ocasionar cambios climáticos severos en algunas partes de la tierra, los cuales ahora están siendo documentados científicamente. Pero esto no había sucedido antes del diluvio. También, el campo magnético está directamente relacionado con el núcleo fundido de la tierra, y de ahí provienen las erupciones volcánicas, las cuales lanzan rocas derretidas a la atmósfera. La conexión entre el campo magnético y los terremotos está comenzando a ser entendida, pero al parecer, si el campo magnético es desplazado lo suficiente, puede contribuir a una violenta actividad sísmica. Pero volvamos antes del diluvio, cuando la tierra era una esfera estable, y que no oscilaba en sus ejes, y cuando todo estaba en equilibrio, este campo magnético ayudaba a mantener el equilibrio de un maravilloso clima, una tierra estable, una protección del sol, y no existían variaciones extremas o violentas. Existía una gran armonía entre el sistema solar y la actividad geofísica, un equilibrio en toda la naturaleza, la cual proveía las más agradables condiciones para vivir, y para la productividad de la tierra.
Estudio muestra que el campo magnético impacta en el clima
Ahora que entendemos cómo Dios creó un perfecto medioambiente atmosférico equilibrado para sostener la vida del hombre y de todos los animales, aves, plantas y otras criaturas vivientes, estamos listos para entender lo que sucedió en el tiempo del diluvio.
Dios le dijo a Noé que construyera un arca y que la prepara cuidadosamente para que flotara en el agua y para que pudiera navegar a través de la futura tormenta y diluvio. Noé advirtió sinceramente a las personas acerca del diluvio próximo. Pero los científicos de los tiempos de Noé dijeron que todo eso era un engaño, y que las predicciones de Noé jamás se cumplirían. Nada se había cambiado en la atmósfera durante muchos siglos. ¿Qué evidencia podría existir de que esos cambios predichos por Noé sucederían ahora? Vean ustedes, los científicos no creen en nada que no se pueda medir o cuantificar. No aceptaban la idea de que Dios pudiese cambiar la manera en que la naturaleza interactúa, o cambiar la magnitud de dicha interacción. Ni tampoco pensaron en la posibilidad de que algunos elementos que hacían que todo se mantuviese en equilibrio, pudiesen cambiar tanto que originasen una perturbación, una violenta erupción que destruyese todo el planeta.
Noé advirtió una y otra vez durante 120 años. Les suplicó. Les rogó. Les señaló las ventajas de entrar en el arca. Al principio, algunos temblaron con el poderoso testimonio de Noé. Pero a medida que pasó el tiempo sus temores fueron mitigados, y al continuar en transgresión, se volvieron atrevidos y en su osadía se burlaron y lo ridiculizaron. Hicieron que su vida fuese miserable a veces, supongo. Imaginen tener que soportar todo el ridículo, risas y bromas durante 120 años. Pero ese es el resultado de la postergación. Dios retrasó el cumplimiento de sus promesas de tal manera que el hombre no tomara la decisión de seguirlo por temor. Él postergó sus juicios para probar y revelar el carácter de su verdadero pueblo. Él posterga para que se revelen las verdaderas motivaciones de nuestros corazones.
Dios le dijo a Noé en Génesis 7:1. “Entra tú y toda tu familia en el arca, porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación”.
Por favor, piensen en lo que Dios hizo aquí. Después que Noé trabajó fielmente durante 120 años; después que hubo dado el mensaje de advertencia y que éste hubo sido rechazado por todos; después que Noé estaba cansado debido al intenso rechazo de su proyecto y al duro trabajo requerido para terminar el arca, Dios dijo: “Noé, entra en el arca. Es tiempo que pares de hacer tu obra. Tu obra evangelística está completa. Haz hecho todo lo que podías. Me has obedecido completamente. Las personas del mundo me han rechazado totalmente, y ahora la misericordia ya no puede alcanzar sus corazones, porque han cerrado la puerta al Espíritu Santo. Ahora es tiempo para que tú entres en el arca y yo voy a cerrar la puerta. Todas las promesas que te he hecho a ti, van a cumplirse. Todas las advertencias que he enviado al mundo, acerca de la destrucción con el diluvio, también se van a cumplir prontamente. Entra tú y toda tu familia en el arca”.
Dios le habló a Noé en términos cariñosos. Él lo amaba, así como nos ama a usted y a mí. Dios reafirmó la justicia y la fidelidad de Noé a pesar de todo lo que había tenido que soportar. La puerta de la gracia está a punto de cerrarse y Dios va a encerrar a Noé en el arca. Él lo va a proteger de los elementos que van a desencadenarse sobre los impíos de la tierra.
Piensen en el término “esta generación”. Dios se estaba refiriendo a la generación cuyos pensamientos e imaginaciones “eran continuamente malos”, la generación en la cual “toda carne había corrompido su camino sobre la tierra”; la generación que había llenado la tierra con violencia; la generación cuya impiedad eran tan grande, que Dios dijo: “Me arrepiento de haber creado al hombre en la tierra y le pesó en su corazón”; la generación en que solo un hombre y su familia encontraron gracia a los ojos del Señor. ¿Creen ustedes que nuestra generación hoy se está acercando a una situación similar? Dios se está proponiendo tener más de ocho personas en esta última generación, pero las condiciones serán las mismas.
Cuando Dios le dijo a Noé: “porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación”, estaba haciendo una declaración muy importante. Haz sido justo Noé, a pesar de la impiedad prevaleciente, de la licenciosidad, de la violencia y del mal. Haz sido justo Noé, aun cuando el mundo a tu alrededor te presionó muchísimo para que desistas y te comprometieras. Haz sido justo, aun cuando has enfrentado una increíble hostilidad y abuso. Haz sido justo, aun cuando no convenciste a nadie sino sólo a tu familia para que entraran en el arca. Por lo tanto, “entra tú y toda tu casa en el arca, y Yo te salvaré”. ¿Creen ustedes que Dios está buscando a personas como esas hoy? Yo creo que sí, usted y yo vamos a tener que permanecer en pie contra las mismas cosas que le hicieron a Noé.
“Noé, tus obras no fallaron solo porque nadie más entró en el arca a no ser tú y tu familia. Tu trabajo no fue una desilusión porque no hubo ningún bautismo. Tu trabajo no fue una pérdida porque pareció ser imprudente. Tu trabajo no es un engaño porque haya estado ligado con profecía, la cual siempre se cumple. “Entra tú y toda tu casa en el arca”.
Piensen en el contraste. Piensen en la distancia espiritual entre Noé y el mundo impío. Piensen en la rebeldía contra la ley de Dios en contraste con la clara y simple lealtad de Noé y su clara y simple vida. El contraste fue fuerte; la simple fe de Noé versus las especulaciones complejas de los científicos; el humilde llamado de Noé, versus las arrogantes afirmaciones de los líderes religiosos; el leal servicio de Noé versus la influencia corruptora de los que le rodeaban. Al decir que Noé era justo en su generación, Dios estaba señalando el contraste, de tal manera que pudiéramos percibir la distinción entre Noé y el mundo.
Pero esta historia, mis amigos, es profética. Noé fue justo en su generación; en una generación impía. En el fin del tiempo, la impiedad será similar, y la proporción de personas que se salvarán también será similar. Solo unos pocos serán protegidos por Dios. Solo unos pocos sobrevivirán a la crisis venidera y no abandonarán su fe. Aun cuando la invitación a ser justos está abierta para todos, solo unos pocos la aceptarán. Solo unos pocos aceptarán el poder de Cristo para vivir una vida justa sin pecar, en esta última generación. Y solo unos pocos serán protegidos durante los grandes levantamientos sociales y naturales que sobrevendrán a la tierra.
Piensen en cuántos eran justos. Como máximo, en todo el mundo, solo había ocho personas justas y tal vez Cam y su esposa no estaban realmente ahí. Piense en las proporciones. De los millones que probablemente habitaban el mundo en aquel tiempo, solo hubo ocho que entraron en el arca y que fueron protegidos por Dios.
Así también en los últimos días, aun entre el pueblo de Dios, siendo que son tan pocos en comparación con toda la población del mundo, se nos dice que muy pocos de ellos se están preparando para entrar en el arca de la seguridad para poder ser protegidos por Dios en la crisis venidera. Espero que usted y su familia estén viviendo en forma justa delante de Dios hoy y que estén haciendo la preparación para aquel tiempo, construyendo vuestro propio carácter para poder entrar en el arca de la seguridad, tal como lo mencionamos en un sermón anterior. Espero que Dios pueda mirarme y decir: “Porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación”.
Cuando Noé entró en el arca y la puerta se cerró, no tenía ninguna idea de cómo iba ser el mundo cuando él saliese del arca. No tenía ninguna idea de la violencia que iba a sufrir la tierra durante el diluvio. Pero entró confiando en que Dios lo cuidaría. Las personas no tenían ninguna idea de lo que les iba a suceder. Tengan en mente que todo el mundo conocía a Noé y su proyecto. Y todos tuvieron una oportunidad para entrar en el arca. De la misma manera, el mensaje de los fieles en los últimos días llegará a “toda nación, tribu, lengua y pueblo”. Apocalipsis 14:6.
Después de siete días que se hubo cerrado la puerta, todos estaban esperando. Las personas que estaban fuera del arca continuaban en su rebelión, festejando y haciendo bromas contra el Dios del cielo. Dentro del arca, había una reunión de oración cada día, tal como Noé lo había hecho toda su vida. Él no cambió su forma de comunión con Dios dentro del arca. Él caminó con Dios dentro del arca tal como lo había hecho antes. Pero había mucho que hacer para cuidar los animales. Noé y su familia colocaron su confianza en Cristo. Oraron para que fueran protegidos de la venganza divina que iba a ser derramada sobre la tierra. Oraron para que el arca pudiera navegar segura a través de la tormenta.
A medida que pasaban los días, tal vez se preguntaron si todo eso iba a suceder. A medida que las personas que estaban fuera del arca se volvían más atrevidas, exigieron que Noé saliera para poder burlarse de él. “Ves”, dijeron ellos, “no va a suceder nada. Ya han pasado siete días Noé, y aun no llueve. Eres un falso profeta. ¡Ha!, estás tan engañado como cualquier otro”.
“Pero al octavo día obscuros nubarrones cubrieron los cielos. Y comenzó el estallido de los truenos y el centellear de los relámpagos. Pronto grandes gotas de agua comenzaron a caer. Nunca había presenciado el mundo cosa semejante y el temor se apoderó del corazón de los hombres. Todos se preguntaban secretamente: “¿Será posible que Noé tuviera razón y que el mundo se halle condenado a la destrucción?” El cielo se obscurecía cada vez más y la lluvia caía más aprisa. Las bestias rondaban presas de terror, y sus discordantes aullidos parecían lamentar su propio destino y la suerte del hombre”. Eso está en Patriarcas y Profetas p. 87.
Observe que la declaración dice que “todos se preguntaban secretamente”. Usted puede ver que no era políticamente correcto cuestionar a los líderes. Aun cuando vino la tormenta, el apoyo hacia los líderes era tan fuerte que ni las nubes ni la lluvia hizo que ellos manifestaran abiertamente lo que pensaban., Sin embargo, eventualmente no hubo cómo negar que esto era lo que Noé había estando diciendo durante 120 años. Pero ahora era demasiado tarde.
En Génesis 7:11 la Biblia dice que: “En el año 600 de la vida de Noé, el 17 del segundo mes, en ese día fueron rotas todas las fuentes del gran abismo, y fueron abiertas las compuertas del cielo”.
¿Qué significa esto que las fuentes del abismo fueron rotas y que las ventanas del cielo fueron abiertas? Significa que todos aquellos elementos de la naturaleza que están unidos en un gran conjunto geofísico y solar, fue fragmentado y separado. ¿Pero cómo sucedió? La Biblia nos cuenta cómo sucedió, en términos que no dejan duda de que fue un cambio dramático en aquella armonía que existía entre lo terrenal y lo celestial. Esta es la herida de la cual se hace mención en Isaías 30.
El apóstol Pedro hace un paralelo con los últimos días y el diluvio, así como también lo hizo Jesús. Escuchen 2ª Pedro 3:3-7: “sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación. Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste, por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua; pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.”
Observen que los impíos son ignorantes de las cosas de Dios, y de lo que Dios ha planificado para el juicio final. Ellos niegan que Dios vaya a hacer un juicio. Dicen que Dios, que solo es amor, jamás destruirá a Su propia creación. Muchos van más allá y dicen que no hay Dios. Pero las catástrofes y los desastres venideros serán tan grandes, que las personas llegarán a la conclusión de que hay un Dios en el cielo. Pero se volverán contra los guardadores de Su ley y los culparán por los trastornos.
Observen también, que en los días de Noé hubo burladores – o aquellos que se rieron de la Palabra de Dios y de aquellos que trataron de vivirla fielmente. Observen que ellos siguieron sus propios deseos pecaminosos mientras se burlaban y se reían de las advertencias que Dios les había enviado a través de sus siervos. En estos versículos hay tremendos pensamientos para los últimos días.
Pero quiero que observen especialmente que Pedro dice que hay una relación entre los cielos y la tierra, y que la tierra fue inundada con agua y las personas entonces perecieron. Algo le sucedió a la relación entre los cielos y la tierra, e hizo que todas las fuentes del abismo se rompieran, y que las aguas descendieran del cielo. ¿Qué pudo haber sido eso?
Lo asombroso de las Escrituras es que al estudiar la Biblia, encontramos un poquito aquí y otro poquito allá, y podemos unir todos los pedazos. “Un poquito aquí y un poquito allí”, dice Isaías 28:10. Ahora veamos lo que dice nuestro primer texto y entonces juntémoslo todo.
Isaías 30:26 dice: “La luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que el Eterno sane la herida de su pueblo, y cure la llaga de su herida”.
Así que, cuando el Señor “sane la herida” y “cure la llaga de su herida”, habrá un cambio en el sol y en la luna. En otras palabras, cuando todas las cosas sean colocadas de vuelta en su lugar, tal como estaban en la creación, el sol brillará siete veces más y calentará siete veces más que ahora, y la luna será como el sol es ahora. En otras palabras, la luna será un cuerpo ardiente, así como lo es el sol. Y el sol será más intenso. La atmósfera en la nueva tierra contendrá mucho más agua que la que tiene ahora. Y la presión barométrica será significativamente mayor que lo que lo es ahora – tal vez siete veces más. La densidad de la atmósfera y la cantidad de vapor de agua que será mantenida en la atmósfera, será sostenida por un sol siete veces más caliente que el de ahora. Ese vapor de agua disipará el calor y la luz, de tal manera que no haya mucho calor ni mucha luz en la superficie de la tierra, sino que haya lo justo para la vida de los seres humanos, las plantas y los animales. Yo creo que el eje de la tierra también será corregido y que va a ser colocado de vuelta en su posición original, en aquel gran día, y la temperatura va a estar ecualizada desde el Norte hasta el Sur en toda la superficie del planeta. Cuando todas las cosas sean colocadas de vuelta en su posición original de armonía geofísica y solar, que existía antes del diluvio, qué maravilloso lugar va a ser el planeta tierra para vivir en él nuevamente.
Pero lo que Isaías y Pedro nos están diciendo, es que en el diluvio hubo un cambio en las relaciones entre el sol, la luna y la tierra, la cual causó una gran perturbación de “todas las fuentes del abismo”, y las “ventanas del cielo fueron abiertas”. El sol fue reducido en su brillo y en su temperatura a un séptimo de lo que era antes del diluvio y la luna se extinguió. ¿Pueden imaginar lo que eso debe haberle ocasionado al denso vapor de agua suspendido en la atmósfera? No es de extrañarse que en Patriarcas y Profetas p. 87 diga: “El agua se veía caer de las nubes cual enormes cataratas”. A veces hemos experimentado esto en pequeña escala hoy, cuando cae una intensa lluvia. Decimos que caía “lluvia a cántaros” desde el cielo. Algunas veces es tan densa, que si estamos conduciendo un auto, nos vemos obligados a salir de la carretera, porque no se consigue ver nada, y hay que esperar hasta que pase la tormenta para volver a la carretera y continuar el viaje. Cuando ustedes han estado en esta situación, ¿han pensado alguna vez en esta declaración de cómo caía el agua durante el diluvio? Imaginen esa cantidad de agua cayendo, y aun peor, muchísimo peor, durante más de 40 días. La atmósfera se enfrió y tenía que liberar el vapor de agua que contenía. Sucedió tan rápido y el agua cayó tan velozmente, que todo quedó inundado en pocos días, aun las más altas montañas.
Ahora imaginen lo que le sucedió al campo magnético cuando el sol y la luna cambiaron. Rápidamente, el campo magnético que está conectado con el sol y con el hierro y el níquel que están en el núcleo de la tierra, fue significativamente reducido en su potencia. Como resultado, de repente hubo tremendos terremotos y levantamientos desde las profundidades de la tierra, lo cual hizo que la tierra se quebrara en pedazos. Grandes presiones hicieron que el agua contenida en los enormes acuíferos subterráneos saliese a increíble presión, el agua salía como géiseres a la superficie de la tierra, o “chorros de agua” con “indescriptible fuerza, arrojando rocas gigantescas tan alto en la atmósfera, que cuando descendieron, hicieron grandes hoyos en la tierra. Grandes volcanes hicieron erupción y arrojaron fuego a gran altura, solo para explotar al entrar en contacto con el agua del cielo y de la tierra. La tierra, sin duda, se sacudió y se movió tremendamente. Esto es lo que quiere decir que las fuentes del abismo se rompieron.
Imaginen el silbido del viento, que nunca antes había sido escuchado por oídos humanos, al soplar con violenta fuerza, tan violenta, que derribó árboles, los desgarró de sus raíces y los arrojó lejos. Esto fue más que una tormenta de categoría 5. Tal vez fue una tormenta categoría 10 o 20 o aun más, en términos de la escala que usamos hoy para determinar estas cosas. Grandes rayos golpeaban rápida y furiosamente la tierra, ocasionando gran daño y destrucción a los edificios, a los bosques y a otras maravillosas arquitecturas. Los ríos crecieron rápidamente e inundaron todas las tierras adyacentes. Los lagos pronto recibieron tanta agua que inundaron las lindas casas, campos y huertas que estaban a su alrededor.
Las personas estaban horrorizadas. Los animales estaban aterrorizados. ¡Ningún científico estaba ahora ridiculizando a Noé! Ningún líder religioso estaba acusando a Noé de ser un falso profeta. Todos estaban observando horrorizados como su mundo estaba siendo destruido en pedazos delante de sus ojos. Escuchen esto de Patriarcas y Profetas p. 87-88.
“La gente presenció primeramente la destrucción de las obras de sus manos. Sus espléndidos edificios, sus bellos jardines y alamedas donde habían colocado sus ídolos, fueron destruidos por los rayos, y sus escombros fueron diseminados. Los altares donde habían ofrecido sacrificios humanos fueron destruidos, y los adoradores temblaron ante el poder del Dios viviente, y comprendieron que había sido su corrupción e idolatría lo que había provocado su destrucción.
A medida que la violencia de la tempestad aumentaba, árboles, edificios, rocas y tierra eran lanzados en todas direcciones. El terror de los hombres y los animales era indescriptible. Por encima del rugido de la tempestad podían escucharse los lamentos de un pueblo que había despreciado la autoridad de Dios”.
¡Tan sólo imaginen lo que eso debe haber sido! ¿Adónde se podrían haber escondido? ¿Cómo se puede escapar de una destrucción y de un desastre de esa magnitud? Los desastres naturales que nosotros tenemos ahora, se convierten en insignificantes comparados con lo que sucedió en el diluvio. Dios dijo que la tierra estaba llena de violencia. Pero entonces Dios les dio violencia como ellos nunca habían visto antes. Esta era una violencia completamente abrumadora.
Las personas estaban desesperadas por el miedo. Le suplicaron a Noé para que los dejara entrar en el arca, pero sus gritos y súplicas fueron en vano. Ellos sabían por qué estaban siendo destruidos. Era debido a su pecado y a su rebelión contra la ley de Dios. Esa era la causa de su aflicción. Sus corazones se habían cerrado a la voz de Dios que les suplicaba que se volvieran de sus caminos impíos, y ahora el oído de Dios no estaba abierto hacia sus lamentos. No estaban verdaderamente arrepentidos. Solo estaban apenados debido a las consecuencias del pecado.
“Así también cuando los juicios de Dios caigan sobre la tierra antes del diluvio de fuego, los impíos sabrán exactamente en qué consiste su pecado: en haber menospreciado su santa ley. Sin embargo, su arrepentimiento no será más genuino que el de los pecadores del mundo antiguo”. Esto está en Patriarcas y Profetas p. 88.
Algunas personas trataron de escalar hacia el arca o aferrarse a cualquier cosa que estuviera a su alcance. Pero cuando el arca se vio rodeada de agua, se liberó eventualmente de sus amarras y comenzó a flotar en el mar abierto. El viento y las olas golpeaban el arca y todos aquellos que habían tratado de colgarse de ella, ahora habían sido arrojados de ella por los elementos o fueron aplastados y despedazados debido a las colisiones con las rocas y los árboles y se ahogaron.
“Todas las fibras de la maciza arca temblaban cuando era golpeada por los vientos inmisericordes, y una ola la arrojaba a la otra. Los rugidos de los animales que estaban dentro del arca expresaban su miedo y dolor. Pero en medio de los revueltos elementos el arca continuaba flotando con toda seguridad. Ángeles muy poderosos habían sido enviados para protegerla”. Patriarcas y Profetas p. 88-89.
Fuera del arca, “los animales expuestos a la tempestad corrían hacia los hombres, como si esperasen ayuda de ellos. Algunas personas se ataron, juntamente con sus hijos, en los lomos de poderosos animales, sabiendo que éstos eran tenaces para conservar la vida, y que subirían a los picos más altos para escapar de las crecientes aguas. Otros se ataron a altos árboles en la cumbre de las colinas o las montañas; pero los árboles fueron desarraigados, y juntamente con su cargamento de seres vivientes fueron lanzados a las bullentes olas. Sitio tras sitio que prometía seguridad era abandonado. A medida que las aguas subían más y más, la gente huía a las más elevadas montañas en busca de refugio. En muchos lugares podía verse a hombres y animales que luchaban por asentar pie en un mismo sitio hasta que al fin unos y otros eran barridos por la furia de los elementos”. Patriarcas y Profetas p. 89.
Si tan solo hubiesen escuchado la voz de Dios a través de Noé; si tan solo hubiesen ablandado sus corazones en obediencia a Dios, no habrían sido destinados a la destrucción. Una vez que la puerta del arca se cerró, no hubo más pruebas, ni una hora más de misericordia. Una vez que la voz de Noé cesó, su destino estaba sellado. “Las aguas vengadoras barrieron el último refugio, y los que habían despreciado a Dios perecieron finalmente en las obscuras profundidades”. Patriarcas y Profetas p. 89.
Imaginen lo que estaba sucediendo dentro del arca durante 40 días y 40 noches. Fue muy duro. El viento silbaba alrededor del arca y la empujaba de un lado a otro. Al mismo tiempo el inmenso barco se balanceaba de proa a popa al subir hasta la cresta de una inmensa ola y después descendía hasta la parte más baja, y después volvía a subir hasta la parte más alta. Algunas veces, las olas se estrellaban contra el enorme barco o lo hacían tambalearse de un lado a otro como si fuese un barco de juguete en la furiosa tormenta. Noé y su familia tenían que agarrase firmemente para no ser arrojados de un lado a otro. Los animales clamaban por un lugar de apoyo. Era un acto increíble de equilibrio. Pero eventualmente, ellos pudieron trabajar y alimentar a los animales y limpiar el arca.
“Otra tempestad se aproxima ahora. La tierra será otra vez barrida por la asoladora ira de Dios, y el pecado y los pecadores serán destruidos. Los pecados que acarrearon la venganza sobre el mundo antediluviano existen hoy. El temor de Dios ha desaparecido de los corazones de los hombres, y su ley se trata con indiferencia y desdén. La intensa mundanalidad de aquella generación es igualada por la de la presente… Lo que es lícito en sí es llevado al exceso. Se complace al apetito sin restricción. Hoy muchos de los que profesan ser cristianos comen y beben en compañía de los borrachos mientras sus nombres aparecen en las listas de honor de las iglesias. La intemperancia entorpece las facultades morales y espirituales, y prepara el dominio de las bajas pasiones. Multitudes de personas no sienten la obligación moral de dominar sus apetitos sensuales y se vuelven esclavos de la concupiscencia”. Patriarcas y Profetas p. 89-90.
Todo lo que ustedes tienen que hacer es leer los diarios todos los días, y verán que el mundo que existe hoy, se está aproximando rápidamente al tiempo de los juicios de Dios. Los hombres y las mujeres viven para el placer. La extravagancia y el mostrarse están en todos los niveles de la sociedad. La justicia está pervertida. El fraude, el soborno y el robo en los altos lugares pasan sin recibir un castigo. Los hombres están siendo hechos esclavos de otros. El asesinato a sangre fría es común. El espíritu de anarquía está en todas partes. Vean tan sólo lo que sucedió en el mundo Árabe, cuando las personas derribaron a sus gobernantes, o en el mundo occidental cuando los ciudadanos protestaron contra la codicia y la avaricia de Wall Street y de la Bolsa. Los fuegos reprimidos de la pasión están aumentando y un día se van a convertir en violencia irrestringible, y cuando la falta de ley escape al control, la tierra estará llena de aflicción y desolación.
Esto está llegando, mis amigos. Presten atención. Salid de las ciudades de tal manera que no tengan que enfrentar la violencia y la pérdida de vidas. Pongan a cuenta su corazón con Dios para que puedan ser protegidos por Dios en el día de la venganza.
La mayoría no va a aceptar el mensaje de advertencia de Dios. Muy pocos van a renunciar a sus pecados y no van a acercarse a Cristo en arrepentimiento para hallar gracia ante los ojos del Señor. Están acostumbrados a sus diversiones y placeres. La era electrónica ha multiplicado las formas en las cuales ellos pueden vivir en pecado y placer. Pero todos son indiferentes para con Dios y para con las adver-tencias que Él envía.
Así como el diluvio vino repentinamente sobre los que despreciaban la ley de Dios, así se nos dice que: “Pero el día del Señor vendrá como ladrón. Entonces los cielos desaparecerán con gran estruendo; los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra y todas sus obras serán quemadas”. Esto está en 2ª Pedro 3:10.
“Cuando las razonamientos de la filosofía hayan desterrado el temor a los juicios de Dios; cuando los maestros de la religión nos hablen de los largos siglos de paz y prosperidad, y el mundo se dedique por completo a sus negocios y placeres, a plantar y edificar, fiestas y diversiones, y desechando las amonestaciones de Dios, se burle de sus mensajeros, ‘entonces vendrá sobre ellos destrucción de repente… y no escaparán’”. (1ª de Tesalonicenses 5:3)”. Patriarcas y Profetas p. 94.
Mis amigos, ¿de qué lado del arca quieren estar?, ¿del lado de afuera o del lado de adentro? Así como Noé fue protegido en el arca de los juicios de Dios, así en los últimos días el fiel pueblo de Dios será protegido de los impíos y de los levantamientos de la naturaleza por el poder divino. Necesitamos urgentemente de esa protección. Yo necesito desesperadamente de esa protección. Pero esa protección solo viene cuando ustedes han preparado su corazón en arrepentimiento hacia Dios y han rendido su alma a Jesús para vivir Su vida en ustedes.
A medida que nos acercamos al cierre de este mensaje, escuchen esta declaración de la pluma inspirada. Esto está en Testimonios para la Iglesia T 8 p. 329. “Cuando Jesús se levante del lugar Santísimo, y ponga a un lado sus vestimentas intercesoras y se vista de las ropas de venganza, se proclamará la orden: “El que es injusto, sea injusto todavía… y el que es justo, practique la justicia todavía. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apocalipsis 22:11-12).
Amigos, este es el cierre antitípico de la gracia prefigurado por el cierre de la puerta del arca. El que era justo estaba adentro. El que no era santo estaba fuera del arca. Observen también que después del cierre de la gracia hay un corto tiempo de espera. Así también, después del cierre de la gracia para la tierra, el pueblo de Dios será protegido, pero estará esperando.
Hoy es el día para escuchar el llamado de Dios. Por favor, no esperen hasta que exista un levantamiento popular de fidelidad hacia Dios y hacia Su ley. Eso jamás va a suceder. La piedad popular no es en verdad piedad. Solo hace parecer al pecado como algo religioso y excusable. Ustedes estarán solos en sus decisiones, pero tienen que tomarlas si es que quieren ser salvos. Sus vidas tienen que ser como la de Noé, de fe simple, una obediencia confiada, y una obra humilde por las almas. Construyan el arca en su alma, de tal manera que la tempestad no lo haga caer.
Oremos. Nuestro Padre celestial, hemos aprendido mucho de la historia del diluvio, tanto que estamos impresionados de estar viviendo exactamente en el tiempo predicho por la historia en el fin del mundo. Ayúdanos a ser ejemplos brillantes de fidelidad a Dios tal como lo fue Noé. Que podamos hacer todo lo que Dios nos ordena, y que Dios nos pueda decir: “Entra tú y toda tu casa en el arca, porque te he visto justo delante de mí en esta generación”. Gracias por enviarnos tu Espíritu Santo hoy, para que nos enseñe muchas cosas de tu Palabra. Mantennos fieles, te lo suplicamos en el nombre de Jesús, amén.
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