El Espíritu Santo: ¿Una Personalidad o Meramente una Influencia?
By Pastor Hal Mayer
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Mi tema de hoy es un asunto que realmente no había querido tocar. No me gusta entrar en un debate doctrinal, porque tiende a distanciar a las personas. Y yo soy un obrero a través de los medios. Sin embargo, ha habido tantas personas que me han estado preguntando, una y otra vez, qué es lo que yo creo acerca de la así llamada “Trinidad”, que he llegado al punto en que creo que tengo que decir lo que las fuentes inspiradas dicen al respecto. Soy muy leal a las fuentes inspiradas. No importa lo que otros puedan decir acerca de cualquier asunto. Yo quiero conocer un “así dice el Señor”. Tampoco importa lo que los falibles “pioneros” han dicho o han creído, aun cuando se nos anima a leer sus escritos, porque poseen mucho valor. Pero aun los pioneros están sujetos a las fuentes inspiradas. El hecho es que ellos son falibles.
Al comenzar nuestro estudio de hoy, vamos a orar y vamos a pedir a nuestro amante Padre que envíe Su Espíritu Santo para que nos enseñe. Nuestro Padre celestial, no queremos ser engañados. No queremos que nuestras vidas sean desordenadas por la confusión y el mal entendido sobre las cosas que debieran ser nuestra clara guía – la Palabra de Dios. La Palabra es el ancla del alma. La Palabra es el fundamento de nuestra fe. Pero el enemigo, tú enemigo y el nuestro, está trabajando para crear una falsa doctrina, la cual nos quiere distraer. Por favor envíanos Tu Espíritu Santo ahora, mientras estudiamos acerca de Su poderosa obra. En el nombre de Jesús, amén.
Comencemos con un texto bíblico. Por favor, vayan conmigo en sus Biblias, si les es posible, a 1ª Timoteo 4:1. Escuchen cuidadosamente. “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;”
Amigos, esta advertencia nos es dada a nosotros que estamos viviendo en los tiempos finales. Sugiere que si no somos cuidadosos, habrá intentos engañosos por parte de Satanás para alejarnos de la verdadera doctrina. ¿Qué es un espíritu seductor? Es un tentador que está tratando de que dejemos el camino de la rectitud. Y una doctrina de demonios es una doctrina que no se encuentra en la Biblia. A menudo el enemigo tuerce la verdadera interpretación de la Biblia, o la representa mal, para que ustedes piensen que sus doctrinas son realmente las doctrinas de Dios. Pero esto es muy peligroso.
He aquí otra advertencia. Efesios 4:14-15. “para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”.
Amigos, les estoy enviando este sermón a ustedes hoy, porque tengo que decir la verdad con amor. Entiendo que no voy a cambiar la mente de muchos que están en el error sobre estos puntos. Pero aun así tengo que elevar mi voz y hacer lo mejor que pueda, en ayudarlos a ustedes y a todos los suscriptores, oyentes y lectores, para que entiendan el principio que está involucrado. Ustedes necesitan las defensas que tantos que no conocen muy bien la palabra, o que nunca han estudiado este asunto, no las tienen. Ustedes las van a necesitar para mantenerse en terreno sólido.
El asunto que vamos a estudiar hoy es realmente muy simple de ser entendido, por lo menos en principio. Sin embargo, hay muchos que están confundidos por lo que escuchan. Aquellos que son débiles en la fe, a menudo sienten que si no aceptan el punto de vista alternativo a la verdad del texto inspirado, de alguna manera se van a perder eternamente. Y hay algunos líderes en el movimiento anti-Trinitario que juegan juegos psicológicos con las mentes de las personas, de tal manera que estén listos para aceptar aquello que es falso, como si fuese una luz especial enviada desde el cielo. Pero, ¿no es esa la manera que a Satanás le gusta… tan seductora que puede engañar incluso a los mismos escogidos?
Yo no tomo este asunto livianamente. Tiene un lugar importante en los eventos del tiempo del fin, porque soplará todo viento de doctrina. Ni tampoco comparto estas cosas con ustedes para entrar en un debate. Quiero ayudarlos a entender lo que está detrás del engaño concerniente al Espíritu Santo y también el lugar chocante al que está conduciendo. Oro para que ustedes estén dispuestos a escuchar y a ver la verdad, porque si lo hacen, la falsedad no los alcanzará, o el conflicto para abandonar vuestro orgullo, si es que ya lo han aceptado. Además, otra razón que he elegido para finalmente hacer un sermón sobre este tema, después de mucha duda y de lucha personal, es porque quiero realmente ver almas salvas en el reino. Yo creo que puede haber alguien, en algún lugar, que quiera salir de su error y que quiera unirse a la verdad. Además quiero ayudar a cualquiera que no esté en ese error, a resistir al enemigo y no ingresar en esa doctrina. Finalmente, llamo a cualquiera que haya aceptado las falsas doctrinas de aquellos que enseñan que el Espíritu Santo es apenas una influencia de Cristo, a liberarse de este peligroso error.
Pero antes de continuar, quiero que piensen en esto. En toda falsa doctrina, hay principios claves que siempre conducen al desastre. Y esos principios claves son las razones por las cuales los engaños colocan un pie dentro de cada alma. El principio subyacente en cualquier doctrina falsa es la interpretación bíblica. Si ustedes están preparados para interpretar la Biblia de acuerdo a vuestra propia mente, serán engañados. Si están preparados para seguir solamente un claro “así dice el Señor”, ustedes no serán engañados. El enemigo posee una trampa aun para los sinceros. Él sabe cómo darle vueltas a una enseñanza de tal manera que sea atractiva para aquellos que no van a ser entrampados con ninguna otra doctrina falsa. Él estimula la mente con un “¿y qué sucede si?” y con un “pudiera ser”. El error siempre aleja de la salvación. Tenemos que mantenernos alejados del error, si es que vamos a sobrevivir espiritualmente. Esto significa que vamos a seguir el conocimiento de Dios con principios correctos.
He aquí otro texto que debiera ser familiar para todos nosotros. Está en Lucas 10:27. Escuchen cuidadosamente. “El respondió: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y todo tu entendimiento; y a tu prójimo como a ti mismo”.
Amigos, somos llamados a amar a Dios con todo lo que tenemos. Tenemos que tener un corazón, una mente y un alma para amar a Dios y tenemos que hacerlo con toda nuestra fuerza. ¿Qué significa esto? Significa, amigos, que no podemos tener solamente un amor superficial por Dios. No podemos únicamente ir a la iglesia cada semana, devolver nuestro diezmo y ofrendas, y pensar que eso es todo lo que tenemos que hacer. Muchos de nosotros somos espiritualmente flojos. Nuestra vida espiritual tiene que arraigarse profundamente, ir hasta el fondo de nuestros corazones, a los más profundos rincones de la mente, con cada respiración que damos. Esto es la clase de amor, ¿no es verdad?
Muchos que enseñan falsas doctrinas, a menudo me cuentan cómo su doctrina favorita ha aumentado su relación amorosa con Cristo. Pero amigos, ¿qué es esto realmente? Mientras ellos están encegueciendo sus mentes a los verdaderos principios del carácter de Dios, ¿cómo pueden amarlo con todas sus mentes? Si le están dando la espalda a lo que Dios les ha dicho acerca de Sí mismo, para tomar asuntos que Él no ha revelado claramente, ¿cómo pueden amarlo con todos sus corazones y con todas sus almas? Pueden haber tenido un buen sentimiento, pero todo error aleja a la persona de la verdadera relación con Cristo.
De hecho, para algunos, sino muchos, que enseñan el así llamado “punto de vista de los pioneros” con respecto al Espíritu Santo, se ha convertido en la pasión de sus vidas. No saben hablar de ninguna otra cosa. Lo sacan a relucir en cualquier conversación. Se ha convertido en su afirmación de poseer una luz especial, su oportunidad de poseer algo que la mayoría del pueblo de Dios no posee, y que los separa del resto. Y a algunas personas les gusta eso. Sin embargo, no se olviden que la verdad nos separa de la mayoría. No necesitamos que el error haga eso. En esta época, tenemos tantos errores que están ingresando en la iglesia de Dios, que aquellos que se aferran solamente a la verdad, van a ser realmente distintos.
Muchos años atrás, mucho antes que aceptara la dirección del Ministerio Guardad la Fe, uno de los líderes del así llamado “movimiento anti-Trinitario” me contactó y me instó a leer sus puntos de vista de un libro que trataba el asunto. Yo estaba dispuesto, en aquel tiempo, a considerar los puntos de vista de esas enseñanzas sobre este tema porque quería estar seguro que estaba en el camino correcto. No quería ser engañado. Decidí que iba escuchar lo que este líder anti-Trinitario tenía para decir. Pero yo tengo un principio que uso para juzgar toda doctrina nueva, y toda luz nueva que llega a mi camino. Es simple. Nada complejo. Pero es infalible. Me dije a mí mismo y al Señor, que revisaría su material y ver si se contradecía con cualquier declaración clara de la Biblia o del Espíritu de Profecía.
Afortunadamente, en mi vida he estado asociado con algunos mentores que me han dado su sana lealtad con respecto a las claras enseñanzas de las Escrituras, y un claro y bien pensado proceso, a través del cual puedo distinguir la diferencia entre la verdad y el error. Esto me dio un conjunto de las claves más importantes para destrabar y entender si alguna enseñanza es de Dios o del enemigo. Quiero compartir ese principio clave con ustedes hoy. Además, soy una persona que investiga los asuntos y no salto muy fácilmente a ningún vagón teológico excitante. Yo solo me uno a algo, cuando puedo ver que armoniza con las verdades del sagrado e inspirado Libro.
Mis muchos años en el ministerio me han enseñado que la lealtad a estas fuentes del inspirado Libro, es lo único seguro. Un claro “así dice el Señor” tiene que ser el fundamento de todo lo que creo, y de todo lo que ustedes creen, si es quieren ser salvos. Observen que dije un CLARO “así dice el Señor”. No dije cualquier declaración de un escrito inspirado. Esto se debe a que hay muchas declaraciones NO CLARAS que pueden ser interpretadas de muy distintas maneras y que conducen a la verdad o a la falsedad. Toda la experiencia con este líder anti-Trinitario terminó siendo muy reveladora.
Invité al líder anti-Trinitario a mi oficina para analizar el asunto. Él vino, sin duda esperando conseguir otro converso. Una de las cosas que me dijo fue que la doctrina Trinitaria era una invención de la Iglesia Católica Romana. Yo ya sabía eso. También había decidido no referirme a la Deidad como la Trinidad en mis clases y sermones, porque esto solo confundiría a las personas acerca de lo que yo creo. Yo creo que todos nosotros tenemos que ser muy cuidadosos con nuestras expresiones. Si usamos una palabra errada, podemos dar una impresión errada. Así que sean cuidadosos, para que no les den a las personas la idea de que ustedes creen en la Trinidad al usar esas palabras.
Yo realmente no había entendido el concepto Católico Romano de la Trinidad tan bien como debiera haberlo entendido. El líder anti-Trinitario me dio una buena visión sobre eso. Él me explicó que la Iglesia Romana enseña que la Trinidad son tres personas en una sustancia – algo así como un monstruo con tres cabezas. Esa visión realmente me ayudó a entender eventualmente cómo operan los “anti-Trinitarios” entre nosotros hoy. Ellos usan una falsa doctrina de la Iglesia Romana para atacar la verdadera doctrina de las Escrituras como si fuese la misma cosa. Ellos hacen que la verdad suene como una enseñanza Católica Romana. Ellos terminan cayendo en otro error, el cual les impide aceptar la verdad, porque en sus mentes creen que esto los conduce de regreso hacia el Catolicismo. Existe una gran diferencia entre la enseñanza de las Escrituras y la enseñanza Católica concerniente al Espíritu Santo. Pero estos así llamados “anti-Trinitarios” han confundido ambos conceptos y han hecho que la distinción no tenga ningún efecto.
Pero exploremos durante algunos minutos la historia del concepto Católico de la Trinidad. Nos ayudará a entender mejor este asunto. La doctrina Católica de la Trinidad proviene del paganismo. En muchas religiones paganas había siempre, al parecer, una tríada de dioses. Los Babilonios ciertamente entendieron a sus dioses de esta manera. Su religión incluía a un padre, a una madre y a un niño varón. Los Egipcios también tenían deidades triples – Isis, Horus, Set (IHS). Esta en particular, ha sido incorporada al concepto Católico Romano de la Trinidad. Los Griegos y los Asirios también tenían un concepto de un dios de tres personas. Así también los Hindúes, los Brahmanes, los Krishna, y muchos otros. Muchos de ellos enseñan sobre un dios de tres cabezas. De hecho, Alexander Hislop en su famoso libro “Las Dos Babilonias”, que explica la antigua y la moderna Babilonia, hace la siguiente declaración:
“Aun cuando estaban mezclados con la idolatría, el reconocimiento de una trinidad era universal en todas las antiguas naciones del mundo, lo cual comprobaba cuán profundamente arraigada estaba en la raza humana la doctrina primordial sobre este asunto….” Página: ****** y edición.
Algunos de estos que enseñan que no hay tres personas en la verdadera Divinidad, sugieren que como todas las religiones paganas provienen del enemigo, el concepto de tres personas en una Divinidad en el cristianismo también se originó en Satanás. Esto no puede estar más lejos de la verdad.
Permítanme preguntarles. ¿De dónde consiguió el diablo la idea de tres personas en una divinidad? Piensen en la posición de Lucifer en el Cielo. Antes de su caída, Lucifer, el “hijo de la mañana”, era un querubín cubridor, santo e incontaminado, vestido con preciosas joyas. Él permanecía en la presencia del gran Creador, “sobre la santa montaña de Dios”, donde él ministraba “en medio de las piedras de fuego”. Debido a que él ministraba en la misma presencia de Dios, la gloria de Dios descansaba sobre él. Véase Isaías 14:12; Ezequiel 28:13–15.
Como querubín protector, ¿no conocía él a la Divinidad: al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo? El hecho es que sería imposible que él no los conociera. Él mantenía una conversación y una asociación diaria con ellos. Él los conocía tan íntimamente como cualquier criatura creada conoce a su creador.
Así, he aquí otra manera anecdótica a través de la cual podemos saber que existen tres personas en la Divinidad. Lucifer sabía de esto, porque él lo falsificó en toda falsa religión que él controla en la tierra. ¡Satanás ha falsificado todo lo que Dios es o ha hecho! ¿Los falsificadores, producen semejanzas de cosas que no existen? ¿Han escuchado alguna vez sobre un billete falso de $3? ¿No indica la existencia de una falsificación, la existencia de lo genuino?
Dios posee un Sábado; Satanás posee una falsificación, el domingo. Dios posee un bautismo por inmersión; Satanás posee una falsificación, el bautismo por aspersión. Dios posee profetas; Satanás posee falsos profetas. Dios posee el don de lenguas; Satanás posee un falso don de lenguas, un lenguaje inentendible. Dios posee una sanación divina; Satanás posee una sanación fingida. Dios posee fe; Satanás posee presunción. Dios posee inmortalidad condicional para los fieles; Satanás posee inmortalidad natural para todos. Dios posee fuego que va a destruir a los impíos; Satanás posee una falsa doctrina de fuego que nunca va a dejar de quemar a los impíos, y así la lista continúa. Satanás es un maestro en el engaño. Teniendo en vista estas realidades y su íntimo conocimiento de estas tres personas de la Divinidad, ¿no falsificaría él también su relacionamiento celestial? Es obvio que lo hizo cuando vemos estas religiones paganas, incluyendo su sutil mezcla de verdad y de error, sobre el asunto más enseñado por los cristianos.
1ª Juan 5:7 dice: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, la Palabra y el Espíritu Santo. Y estos tres son uno”. El concepto bíblico de la divinidad combina la unidad con la individualidad de una manera que ninguna mente humana puede explicarlo. Es lo que se nos ha “dado”.
He aquí una pequeña historia ficticia que ilustra mi punto de vista. Suponga que yo voy a su iglesia a predicar, y usted y una adorable dama están sentados en la fila de adelante. Yo voy y le hablo antes que comience el servicio.
“Señor”, le digo a usted, “¿quién es esa dama que está a su lado?”
Usted responde: “Ella es mi esposa”.
Entonces yo le digo: “Usted debe pensar que yo soy muy tonto. Yo he ido a la escuela y sé contar. La Biblia dice claramente en Génesis 2:24 y en Efesios 5:31 que cuando un hombre y una mujer se casan, ellos se convierten en uno. Pero ustedes dos ciertamente no son uno. Son dos. Yo no soy ciego. No me van a decir que ustedes son casados, porque no son uno”.
Cualquiera que escuche esto diría: “Pastor Mayer, ¡usted se está haciendo el tonto!” ¡Y usted estaría en lo correcto! ¿Pero cuántas veces las personas han usado la misma idea cuando se toca el tema de la Trinidad? ¿Cómo pueden ser estos tres individuos independientes en la Divinidad y al mismo tiempo ser uno? Bien, es en la misma manera que un hombre y una mujer se vuelven uno. Y esto no es algo que pueda ser explicado fácilmente, si es que puede ser explicado.
Las Escrituras dicen: “¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? ” Job 11:7. La unidad de la Divinidad es una verdad declarada y que nosotros entendemos vagamente, y que no puede ser explicada, especialmente en forma perfecta. Se nos ha dicho tanto como necesitamos.
Somos aconsejados a aceptarlo y a seguir adelante, sin perder tiempo en conjeturas ni especulaciones acerca de la naturaleza de la Divinidad de tres personas. Se nos ha dado lo que necesitamos saber, y eso es todo. Dios de alguna manera no ha dejado muy claro este concepto en la Biblia, y hay una razón para eso. Podemos no entender la razón, pero tenemos que aceptar por fe que es verdad. Hay muchas cosas en las Escrituras que tenemos que aceptarlas por fe. Tratar de definir esto más de lo que ya las Escrituras o el Espíritu de Profecía lo hacen, va a conducir a controversias y a confusión y a la pérdida de almas. Además, va a hacer algo muy serio, y lo voy a explicar en unos minutos.
El concepto de la Trinidad, tal como ha sido explicado en el mundo cristiano por la Iglesia Católica Romana, no fue manufacturado de la nada. El enemigo ha falsificado lo que él vio en las cortes celestiales. Ellos consiguieron sus monstruos de tres cabezas del paganismo, al igual que muchas otras cosas. Por lo tanto han distorsionado la verdad acerca de la Divinidad.
Debido a que el término trinidad no se encuentra en la Biblia y debido a que su preciso significado ha engendrado mucha lucha a lo largo de la historia cristiana, nosotros hemos escogido usar la expresión “las tres personas de la Divinidad”, o más simple, la “Divinidad”.
La Iglesia Católica no solo adoptó el concepto de trinidad, sino que adoptó las características de las deidades paganas y las aplicó a su enseñanza concerniente a la Trinidad. Muchos conceptos místicos surgieron en el concepto Católico de la Divinidad. Por ejemplo, el airado dios de la enseñanza pagana se convirtió en alguien que lo quemaría a usted en el infierno debido a sus pecados. Esto condujo a un gran conjunto de errores teológicos, incluyendo la Mariología y la Mariolatría. Después de todo, alguien tenía que apaciguar al airado dios, y María fue la elegida para hacer eso. También, surgieron otras falsas doctrinas en un desarrollo lógico de la teoría del dios airado, tales como el purgatorio, el bautismo infantil, y una serie de otros errores papales.
El entender esto me ayudó a entender por qué los pioneros fueron tan reticentes para aceptar una divinidad de tres personas. Los primeros pioneros que salieron de las diversas iglesias Protestantes también tenían una fuerte aversión contra la enseñanza Católica Romana. Era muy diferente de lo que los Protestantes, o evangélicos, como les gusta ser llamados, creen hoy. Ellos han aceptado la enseñanza Católica Romana sobre la Trinidad, en su mayor parte. Pero desde entonces, entendieron que Roma estaba desviando al mundo, y vieron la Trinidad – un “monstruo de tres cabezas” de tres personas en una sustancia – como el fundamento de la falsa doctrina Católica.
Yo no creo que debiéramos usar el término Trinidad. Solo confunde a aquellos que no entienden la verdad para este tiempo y los hace pensar que una de las enseñanzas más importantes de la Biblia es la idea Católica Romana de la Trinidad, cuando en realidad la Biblia enseña algo muy diferente.
Muchos de los que sostienen la doctrina anti-Trinitaria parecen ser muy sinceros. Ellos les dirán a ustedes que solo quieren conocer la verdad y que solo quieren una respuesta a sus preguntas. Y ellos esperan que les respondan sus preguntas. Y para aquellos que realmente no conocen sus Biblias, esto se convierte en una trampa. Ellos no le están diciendo a usted la verdad. Sus preguntas ya están respondidas para ellos. Sus mentes no solo están satisfechas con las respuestas a las cuales han llegado, sino que están convencidos con ellas y se han convertido en celosos promotores, y ellos le predican a personas no preparadas en vuestra iglesia, que son vulnerables a sus artificiosas sugerencias.
Lo que ellos realmente están diciendo es que quieren que ustedes les respondan sus preguntas, de tal manera que puedan conducirlos hasta una falsa premisa y a una falsa conclusión. Sus preguntas a menudo conducen hacia una oportunidad para que ellos infundan sus premisas y sus conclusiones en vuestra mente. Ellos son maestros en dar vueltas las cosas. Dan vuelta las declaraciones que no están claras para que digan algo que no puede ser claramente establecido a través de las declaraciones que usan. Esto les permite dar vuelta las declaraciones claras de tal manera que apoyen su falsa doctrina. Diré más sobre esto mismo, un poco más adelante.
Si ustedes no tienen una fuerte lealtad para con un CLARO “así dice el Señor” como base para toda doctrina que sostienen, ustedes pueden ser fácilmente conducidos hacia el camino de la falsa enseñanza a través de declaraciones no claras. Estos anti-Trinitarios usan esas preguntas para hacer caer a su desprevenida víctima en el debate. Amigos, estas personas no se consideran como siendo del diablo, pero es exactamente él quien los está usando. Y ustedes no pueden entrar jamás en un debate con el enemigo de las almas y ganar.
Muchas personas han caído con las falsas interpretaciones de declaraciones NO CLARAS de la inspiración, que estas enseñanzas han diseminado por todas partes. Si ustedes no entienden cómo interpretar correctamente las Escrituras, no solo van a ser conducidos por el camino errado de un falso concepto del Espíritu Santo, sino que también van ser conducidos por el camino errado de la eterna pre-existencia de Cristo y de los días de fiesta, del “Sábado lunar” y muchas otras doctrinas falsas. Si aceptan un viento de falsa doctrina, entonces van a caer en otro y en otro y en otro. Algunos de ellos están conectados y se ajustan lógicamente los unos con los otros.
Por cierto, prácticamente todo error es lógico. Se basa en una falsa premisa. Una vez que ustedes aceptan esa falsa premisa, es muy fácil conducirlos lógicamente hacia una falsa conclusión.
Escuchen esta declaración del Tomo 4 de Testimonios para la Iglesia pág. 78. “Hay en la iglesia algunos que necesitan aferrarse a las columnas de nuestra fe, asentarse y hallar roca firme para su fundamento en vez de flotar sobre la superficie de la emoción y moverse gracias a los impulsos. Hay en la iglesia dispépticos espirituales. Se han convertido en inválidos y su debilidad espiritual es el resultado de su propia conducta vacilante. Son arrastrados de un lado a otro por los variables vientos de doctrina, y con frecuencia se ven confundidos y sumidos en la incertidumbre porque se dejan llevar enteramente por los sentimientos. Son cristianos ávidos de sensaciones y que siempre tienen hambre de algo nuevo y distinto. Las doctrinas extrañas confunden su fe, y son inútiles para la causa de la verdad”.
Aun cuando no todos los puntos aquí son aplicables a todos los promotores de falsas doctrinas, muchos de ellos están, de hecho, yendo de una falsa enseñanza a la siguiente, y esta es la consecuencia de todo esto.
El líder anti-Trinitario me dio su material para que lo estudie. Me pareció que él estaba enseñando que el Espíritu Santo no es una persona separada y distinta, así como Jesús es una persona separada y distinta de Dios. Él estaba enseñando que el Espíritu Santo es tan solo la influencia de Cristo o el espíritu de Cristo. En otras palabras, el Espíritu Santo es realmente solo una parte de Cristo; no es un ser separado ni distinto.
Al revisar su material, algo me chocó. Él estaba usando muchas declaraciones diferentes de la Biblia y del Espíritu de Profecía, siendo que ninguna de ellas declaraba lo que él estaba proponiendo como una doctrina correcta concerniente a la Divinidad. TODAS eran declaraciones no claras. Él me hacía preguntas como: “podría esta declaración estar diciendo…” esto y aquello. O “podría ser que… esta declaración estuviera diciendo…” esto y lo otro. Pude ver muy claramente que estaba tratando de construir una doctrina que se ajustara a su propia idea de lo que él pensaba que la declaración DEBERÍA decir.
Mis principios de interpretación de la Biblia están bien colocados en mi mente. Yo sé que no debo basar mi entendimiento de la verdad sobre declaraciones no claras de las fuentes inspiradas. Sino que debo basar mi fe sobre las declaraciones claras y después armonizar las declaraciones no claras con las que son claras para establecer y madurar mi entendimiento sobre la doctrina.
Por lo tanto, hice una pequeña investigación en el consejo inspirado. He aquí algunas de las declaraciones claras que encontré en relación a la naturaleza del Espíritu Santo.
Observen Juan 14:16. Jesús está hablando acerca del futuro Consolador que él va a enviarles a Sus discípulos después que haya regresado al Cielo. “Y yo voy a orar al Padre, y él os dará otro Consolador, que pueda habitar con vosotros para siempre”.
¿Observaron que Jesús dijo que le diría al Padre que enviara “otro Consolador?” En otras palabras, el Padre enviaría a alguien que es diferente del Padre y de Cristo.
En Juan 15:26 Jesús dice algo similar: “Pero cuando venga el Consolador, que yo voy a enviarles a ustedes del Padre…, él testificará de mí”.
¿Observaron que Juan aclara de dónde procede el Espíritu Santo? Él viene del Padre, no de Cristo. Por lo tanto, el Espíritu Santo no puede ser tan solo una influencia de Cristo.
Lo que sucede a menudo, es que los maestros que enseñan falsas doctrinas, crean confusión inclusive con las claras declaraciones de la inspiración. Ellos las dan vuelta y hacen preguntas que están diseñadas para desestabilizar vuestra fe en el significado más claro y más obvio de la declaración.
No hay necesidad de confusión, mis amigos. El Espíritu Santo es un ser separado y distinto, sin forma corporal. Él posee el mismo entendimiento que Cristo y el Padre. Y todos trabajan juntos.
He aquí otra declaración bíblica que nos dice que el Espíritu Santo no es meramente una influencia de Cristo, sino que es la tercera persona de la Divinidad. Vayan conmigo en sus Biblias a Mateo 3:15-17.
“Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.”
Este pasaje familiar es en realidad una poderosa confirmación, de que el Espíritu Santo es la tercera entidad o persona en la Divinidad. Antes que nada, el apóstol Mateo testifica que el Espíritu Santo estaba presente en el bautismo de Cristo. Pero hay más. Algunas personas se atreven a sugerir que el “Espíritu de Dios”, que es uno de los nombres del Espíritu Santo en la Biblia, era realmente el Espíritu del Padre, en vez de ser la tercera persona de la Divinidad. Pero si ustedes se guían por las Escrituras, este concepto es insostenible.
Nadie en su sano juicio afirmaría que el nombre de Cristo, el “Hijo de Dios”, está diciendo que Cristo es una parte de Dios el Padre. Pero ellos tratan de sugerir que el nombre del Espíritu Santo, el cual es expresado de la misma manera, se refiere a la influencia del Padre. No tiene ningún sentido decir que el “Hijo de Dios” es un individuo separado y distinto, y decir que el “Espíritu de Dios” no es un individuo separado y distinto.
Esta conclusión ilógica es mencionada más adelante por el apóstol Pablo en su carta de su visita a Éfeso. En Hechos 19:1-5 leemos lo siguiente:
“Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos, les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús”.
El hecho que bautizamos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, deja bien claro que el Espíritu Santo es una parte importante e inconfundible de la Divinidad. Si no fuese así, Cristo no les habría dado esta instrucción específica a Sus discípulos.
Pero Pablo va más allá. El hecho que estos de Éfeso no habían sido bautizados en el nombre del Espíritu Santo, nos dice que esto es muy importante. Juan el Bautista estaba bautizando en el nombre del Padre. Si la paloma que descendió sobre Cristo era la “influencia del Padre”, y no un tercer ser separado de la Divinidad, entonces, ¿por qué sería tan importante para los de Éfeso el ser rebautizados? Nuevamente, la idea de que solo hay dos personas en la Divinidad es ilógica. Es imposible concluir que la paloma que descendió sobre Cristo es la “influencia del Padre”, porque si fuese así, no habría habido ninguna necesidad de que estos creyentes de Éfeso fuesen rebautizados. Juan trata este punto más adelante, cuando dice claramente en Mateo 3:11 que él no bautizaba con el Espíritu Santo. Escuchen cuidadosamente:
“Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego”.
Marcos, en su evangelio registra el testimonio de Juan usando un lenguaje similar para describir la diferencia entre el bautismo de Juan y el bautismo de Cristo.
“‘Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo. Aconteció en aquellos días, que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y luego, cuando subía del agua, vio abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma que descendía sobre él. Y vino una voz de los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.” Marcos 1:8-11.
Estas palabras nos dicen nuevamente que Juan no bautizaba en el nombre del Espíritu Santo. Lucas también se refiere al Espíritu Santo en su evangelio. Escuchen cómo él describe la escena.
“Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.’”. Lucas 3:21-22.
Queda claro a partir de estas escrituras que en el bautismo de Cristo había tres personas presentes de la Divinidad, Cristo en forma humana, el Espíritu Santo en la forma de una paloma, y el Padre, a través de Su voz desde el cielo.
Cómo alguien puede suponer y especular que había solamente dos, no tiene absolutamente ningún sentido común. Observen que estos versículos bíblicos no dicen que el Espíritu Santo no es una persona distinta y separada de los otros dos seres divinos de la Divinidad. Pero, basado en la preponderancia de la evidencia que muestra claramente que ninguno de los escritores de los evangelios, Mateo, Marcos, Lucas y Juan, entendieron que la Divinidad no era otra cosa que tres personas separadas y distintas, entonces tenemos que concluir que ellos estaban en lo correcto, y que los pioneros estaban errados.
He aquí otro testimonio concerniente a las tres personas de la Divinidad en el libro de Hechos, escrito por el Dr. Lucas. Nuevamente el buen doctor deja claro que tenemos que entender que el Espíritu Santo es alguien separado y distinto de los otros dos miembros de la Divinidad.
“En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”. Hechos 1:1-5.
Observen que Lucas menciona a las tres personas en forma separada una de la otra. Primero él menciona las cosas que Jesús comenzó a hacer. Entonces dice que el Espíritu Santo les había dado mandamientos a los discípulos a quien Él había escogido. Él distingue claramente entre Cristo y el Espíritu Santo. Entonces él menciona a Jesús “que se mostró vivo a sí mismo después de la pasión”. Luego menciona que Jesús les habló del reino de Dios durante aquellos 40 días que permaneció con los discípulos.
Entonces nuevamente en el capítulo 10:36-38, él nombra a los tres miembros de la Divinidad. “Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. Vosotros sabéis lo que se divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”
Observen cómo él incorpora a las tres personas en su descripción. Dios (el Padre) ungió a Jesús de Nazaret (el Hijo) con el Espíritu Santo (el Espíritu). ¿Cómo podría Dios ungir a Jesucristo con el Espíritu Santo, si el Espíritu Santo era tan solo la influencia de Cristo? Y si el Espíritu Santo era meramente la influencia de Cristo, ¿cómo pudo Lucas colocarlo de esa manera? ¿Estaba Lucas errado en su testimonio? Yo creo que Lucas sabía más de la Divinidad que lo que yo sé. También creo que Lucas sabía más acerca de la Divinidad que estos maestros anti-Trinitarios, porque ellos usan fuentes no inspiradas, como los pioneros, para decidir sobre su doctrina, mientras desprecian las claras enseñanzas de las Escrituras concernientes a la Divinidad.
Observemos ahora el testimonio del apóstol Juan. Vayan conmigo al capítulo 1:32-34. “También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios”.
Juan el Bautista no sabía quién era Cristo. El Espíritu Santo o un ángel le fue enviado de Dios el Padre, el cual lo instruyó para que bautizara con agua, explicándole que cuando Cristo viniera a bautizarse, él debería bautizarlo confirmándolo como el Mesías, cuando descendiera el Espíritu Santo sobre él, en la forma de una paloma.
Todas las tres personas de la Divinidad estuvieron involucradas en el ministerio de Juan y en la identificación del Mesías. He aquí otra clara declaración sobre la distinción entre Cristo y el Espíritu, como dos seres separados. Vamos a Juan 3:33-34.
“El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz. Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida.”
Primero, observen que Juan no dice: “Dios no da SU Espíritu con medida”. Él dijo: “Dios no da EL Espíritu con medida”, distinguiendo claramente al Espíritu de los otros dos miembros de la Divinidad.
Este no es el único testimonio de Juan concerniente a las tres personas del trío celestial. Juan 14, 15 y 16 poseen por lo menos seis versículos que definen claramente las tres personas de la Divinidad. Pablo y Pedro, cada uno, dan un testimonio similar de las tres personas de la Divinidad.
Para llegar a la conclusión que la Divinidad consta solamente de dos personas, los anti-Trinitarios tienen que hacer una considerable gimnasia intelectual y tienen que dejar a un lado las claras declaraciones de las Escrituras. Estos anti-Trinitarios no pueden colocar su gimnasia intelectual sobre aquellos que conocen el secreto acerca de la inspiración de la interpretación. Ustedes siempre tomen las declaraciones claras de la inspiración como el fundamento de vuestro entendimiento de la verdad. Jamás basen su entendimiento de la verdad en una evidencia endeble de declaraciones no claras.
Nadie puede decir que el Espíritu Santo no es la tercera persona de la Divinidad, diciendo simplemente que eso es un error, no importa cuántas resmas de declaraciones no claras les ponga delante de ustedes, y no importa cuántos argumentos diseñados sean hechos para confundir, no importa cuántas noches de estudio de la Biblia sean requeridas para que ustedes acepten sus ideas, eso no hace que las ideas de ellos se conviertan en algo correcto, o que las claras declaraciones del libro sagrado se conviertan en un error. Ellos simplemente no poseen la autoridad para desechar las claras enseñanzas de la Palabra de Dios.
Pero algunas personas, que quieren mostrar teorías que no son sanas, se rehúsan a reconocer estos hechos de las Escrituras. Debido a que se han convencido a sí mismos sobre su interpretación humana de la Divinidad, tratan de mostrar que la preponderancia de la evidencia está apoyando totalmente sus puntos de vista, a pesar del hecho que las declaraciones que ellos usan de las fuentes inspiradas son solo declaraciones que se infieren y que no son claras, y pueden ser interpretadas de varias maneras diferentes.
Pero para hacer eso, ellos tienen que encontrar una manera para eliminar el testimonio de las claras declaraciones de las fuentes inspiradas. Entonces dicen que ellas no tienen que ser interpretadas tal como están escritas. O entonces tienen que eliminarlas diciendo que ellas fueron manipuladas, y que las declaraciones no claras del registro inspirado no son en realidad parte del registro inspirado y que fueron añadidas por autores no inspirados a los cuales ellos no pueden identificar. Para mantener su especulación concerniente a la tercera persona de la Divinidad, ellos tienen que abusar las Escrituras para poder llegar a la conclusión de que sus puntos de vista poseen más valor que las claras declaraciones del registro inspirado.
Pero amigos, se nos dice que, “una sentencia de las Escrituras es de mayor valor que diez mil ideas o argumentos humanos”. Tomo 7 de Testimonios para la Iglesia pág. 71. Ya hemos revisado varias de ellas.
Amigos, si fuese tan importante para nosotros entender que el Espíritu Santo no es la tercera persona de la Divinidad, y que él era tan solo la “influencia de Cristo”, como los maestros anti-Trinitarios quieren que nosotros aceptemos, ¿no sería lógico que por lo menos uno de estos escritores de las Santas Escrituras nos lo hubiera dicho en términos claros e inequívocos? ¿No habría alguna evidencia de que estaban errados en lo que habían escrito? ¿No habrían dicho estas cosas un poco diferentes si es que hubiesen entendido que solo había dos miembros en la Divinidad? Ciertamente tendríamos una abundante y clara evidencia de que tal vez, al comienzo, ellos no entendieron bien sus puntos de vista, y que fueron corregidos por Pablo o por el apóstol Juan, o un ángel, o alguna otra persona. ¿No habría Dios identificado el problema y no habría señalado que ellos no habían entendido bien la verdad sobre ese asunto?
Cuando un hombre y una mujer colocan sus propias falsas teorías en oposición al consejo inspirado, y las mantienen, aun cuando el registro inspirado es claro y no ambiguo, entonces ellos son muy arrogantes. Pero peor aun, ellos se están colocando como jueces de la Palabra de Dios. En este caso, ellos colocan los escritos de los pioneros por sobre el texto inspirado y tratan de hacer de los pioneros jueces del mensaje de las Escrituras. Esto, mis amigos, es dar vuelta las Escrituras. Ellos le dan las espaldas a la Divinidad, y en particular al Espíritu Santo, el cual dijo a través del apóstol Timoteo: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” 2ª Timoteo 3:16-17.
Usted no puede corregir a muchas de estas personas mostrándoles estas escrituras. Ellos se aferran a sus enseñanzas por todo lo que ellas valen. Ellos no son capaces de admitir que están errados. ¿Pueden imaginarse el descubrir que ustedes están errados cuando sea demasiado tarde, y que han perdido su salvación debido a una doctrina que pensaron que era correcta, basada en su propia manera orgullosa de colocarse por sobre las fuentes inspiradas? Imaginen descubrir, demasiado tarde, que todo lo que ustedes habían enseñado a otros acerca de esto, estaba terriblemente errado, y que condujeron también a otros por el camino errado.
Cuando fui al Espíritu de Profecía para ver qué declaraciones eran esas y para ver si eran claras o no, concernientes a la naturaleza del Espíritu Santo, descubrí las siguientes:
“El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de la tercera persona de la Divinidad, que iba a venir no con energía modificada, sino en la plenitud del poder divino”. Deseado de Todas las Gentes, pág. 625.
Entonces, se volvió obvio para mí que el Espíritu de Profecía dice claramente que el Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Divinidad, y que no es la influencia de la segunda persona.
He aquí otra declaración que encontré: “El príncipe del poder del mal puede ser mantenido en jaque únicamente por el poder de Dios en la tercera persona de la Divinidad, el Espíritu Santo”. El Evangelismo, pág. 448.
Nuevamente, es obvio que el Espíritu Santo es la Tercera Persona de la Divinidad, y no meramente la influencia de la segunda persona.
También encontré esta declaración de un manuscrito de una charla dada en el Avondale College en Australia. “Necesitamos comprender que el Espíritu Santo, que es una persona así como Dios es persona, anda en estos terrenos”. El Evangelismo, pág. 447.
Después encontré otra declaración, que también describe claramente que el Espíritu Santo posee una personalidad. “El Espíritu Santo tiene una personalidad, de lo contrario no podría dar testimonio a nuestros espíritus y con nuestros espíritus de que somos hijos de Dios. Debe ser una persona divina, además, porque en caso contrario no podría escudriñar los secretos que están ocultos en la mente de Dios. ‘Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios’. (1ª Cor. 2:11) (Manuscrito 20, 1906)”. El Evangelismo, pág. 447-448.
Y aquí hay otra que descubrí. También se encuentra en El Evangelismo, pág. 448. “Debemos cooperar con los tres poderes más elevados del cielo: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y estos poderes trabajarán mediante nosotros convirtiéndonos en obreros juntamente con Dios”.
Este pasaje armoniza con 1ª Juan 5:7 que dice: “Porque hay tres que dan testimonio en el cielo: el Padre, la Palabra y el Espíritu Santo; y estos tres son uno”.
Aun cuando ha habido mucho debate en cuanto a si 1ª Juan 5:7 fue realmente escrito por el apóstol Juan, o si fue añadido al manuscrito para apoyar la idea de la Trinidad, hay evidencia que este versículo es realmente auténtico. En el siglo II, el Obispo de Antioquia hace una referencia a la “Trinidad” en una carta que él escribió. Este no es el concepto Católico Romano, porque la Iglesia Católica adoptó sus propios puntos de vista sobre la “Trinidad” en el Concilio de Constantinopla en el año 381 (en el siglo cuarto). La carta del Obispo de Antioquia es significativa porque fue escrita en la región Este del Cristianismo, la cual había protegido las cartas y manuscritos de los apóstoles de las corrupciones que estaban siendo incorporadas en ellas en Alejandría, Egipto.
Pero 1ª Juan 5:7 no es el único versículo en la Biblia que declara claramente la triple naturaleza de la Divinidad. Observen estos versículos.
“Por tanto, id y haced discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”. Mateo 28:19.
Si el Espíritu Santo fuese solamente la influencia de Cristo, ¿por qué Cristo nos dijo que bautizáramos en el nombre del Espíritu Santo? Eso sería como decir: “Por tanto, id y haced discípulos en todas las naciones, bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo y de la influencia del Hijo”. Esto no tiene ningún sentido.
He aquí otra declaración. “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros”. 2ª Corintios. 13:13.
Si aceptamos lo que estos maestros anti-Trinitarios nos están diciendo y lo aplicamos a este versículo, leeríamos algo así: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión de la influencia de Cristo, esté con todos vosotros. Amén”. Nuevamente, esto es mera redundancia, y no tiene ningún sentido.
Si tomamos 1ª Juan 5:7 y hacemos lo mismo, tendríamos: “Porque hay tres que dan testimonio en el Cielo, el Padre, la Palabra, y la influencia de la Palabra: y estos tres son uno”. Esto solo confunde la claridad del versículo.
Así que claramente, hay tres personas en la Divinidad, lo cual incluye al Espíritu Santo, y no dos en la Divinidad con uno de ellos siendo una influencia que Él derrama sobre la tierra, llamada el Espíritu Santo. ¿Por qué Dios le daría un nombre a una influencia o a una fuerza?
Pero, por alguna razón, nuestros primeros pioneros no estaban claros en su entendimiento sobre la Divinidad, y hubo cierta confusión. Ellos “arrojaron al bebé por la ventana juntamente con el agua”, como dice el dicho. Por lo menos por algunos momentos, ellos rechazaron la idea de una Divinidad de tres personas, debido a que la Iglesia Católica Romana había corrompido la verdad. Por lo tanto, ellos correctamente no quisieron usar el término Trinidad ni promover ese concepto. Ellos sabían que eso conduciría a un camino errado. Ellos no entendieron que hay, de hecho, tres personas en la Divinidad, a pesar de las falsas enseñanzas del Catolicismo Romano sobre este asunto.
Eventualmente, la mensajera de Dios aclaró el asunto y la controversia sobre la Trinidad cesó entre los pioneros. Y aun cuando algunos dicen que tenemos que ver lo que enseñan los pioneros, porque la mensajera de Dios dijo que tenemos que hacer eso, no podemos tomar su palabra en algo que ha sido claramente establecido por la inspiración.
Los pioneros eran, sin duda, personas muy maravillosas. Ellos eran sinceros, y eran piadosos, pero en este punto ellos estaban errados. Aun cuando la doctrina Católica Romana de la Trinidad no está basada en la verdad ni en las Escrituras, no debemos despreciar la personalidad del Espíritu Santo.
Cuando consideré el claro consejo inspirado concerniente a la Divinidad de tres personas, le envié un correo electrónico a mi amigo líder anti-Trinitario incluyéndole muchas de las claras declaraciones de la inspiración sobre el asunto. Le pedí que me enviara una más clara declaración que aquellas que yo le había enviado, y que apoyara su teoría. Le señalé que la declaración que yo le estaba pidiendo tenía que dejar suficientemente claro que yo no debía tomar mis declaraciones por su valor nominal, sino que las entendería en una forma diferente a lo que realmente estaban diciendo.
Él me respondió con más declaraciones no claras. “¿No podría ser que,…” él me preguntó, “que estas declaraciones significaran…” esto o aquello? “Tal vez este concepto quedaría más claro si entendiésemos esta otra declaración…”.
Yo le volví a escribir y le dije, yo no baso mi fe en un “si”, en un “pero” o en un “tal vez”. Yo necesito una clara declaración que deje claro que las que yo encontré y que le envié, no tenían que ser entendidas de la manera en que fueron escritas.
Él me respondió con más declaraciones no claras. Y yo le señalé que las declaraciones que él me presentaba, podían ser tomadas de las dos maneras.
Después de varios intercambios de correos, le pregunté si él entendía la naturaleza de la inspiración de la misma manera que yo. Específicamente, le pregunté si podíamos tomar lo escrito por el profeta como cosa de valor, o si teníamos la libertad de “interpretar” sus escritos de acuerdo con las declaraciones no claras y con lo que pensáramos que podían significar.
Su respuesta fue que no podemos tomar los escritos del profeta como cosa de valor y que tenemos que “entender” los comentarios inspirados de acuerdo con el “peso y la preponderancia de la evidencia”.
Yo le respondí diciéndole que “una sentencia de un claro así dice el Señor, para mí, es superior a todo el “peso de la evidencia” de todas las declaraciones no claras, de los si, de los pero, y de los tal vez, que puedan ser presentados. La “preponderancia” de la evidencia debe cerrar, primero y antes que nada, con las claras declaraciones de la inspiración. La apropiada interpretación de la Biblia siempre toma las declaraciones claras como el fundamento y hace que las declaraciones no claras armonicen con ellas. Con su método de interpretar la Biblia, uno puede hacer que la Biblia diga cualquier cosa que uno quiere que ella diga. No podemos basar nuestra fe sobre un fundamento endeble.
Yo le señalé a este líder del movimiento anti-Trinitario que él se había colocado a sí mismo en el lugar de Dios para corregir a los profetas. Y al hacerlo, yo le dije que, como no teníamos el mismo concepto sobre la autoridad de la inspiración, yo no podía continuar el análisis, a menos que llegásemos a una unidad sobre este asunto subyacente.
Y amigos, así es con todos los que enseñan falsas doctrinas. Ellos siempre van a tener que reinterpretar las claras declaraciones que no concuerdan con su especial doctrina falsa, que ha llegado a significar tanto para ellos. O tendrán que encontrar una manera de excusarse a sí mismos por entender las claras declaraciones tal como están escritas.
Muchos han escogido esta segunda táctica. Ellos tratan de decir que las declaraciones inspiradas fueron manipuladas por otras personas, algo similar al texto de 1ª Juan 5:7. Pero si ustedes les piden que vayan a los manuscritos originales, y que los lean en la forma manual en que fueron escritos, no lo harán. Ellos prefieren su engaño, y no quieren aceptar la evidencia que contradice sus acariciadas teorías.
Y esto nos conduce al devastador resultado de todo esto. Este método de interpretar las fuentes inspiradas deja sin ningún efecto la autoridad y el mensaje de los profetas. El espantoso destino, hacia el cual conduce esta falsa doctrina anti-Trinitaria, elimina todo lo que Dios ha hecho para la última generación de Su iglesia en la tierra. Socava todo lo que Dios está tratando de mostrarles acerca de Su verdad. Para demostrarles esto, quiero leerles de Mensajes Selectos, pág. 54-55. Escuchen atentamente.
“El último engaño de Satanás se hará para que no tenga efecto el testimonio del Espíritu de Dios. ‘Sin profecía el pueblo será disipado’ (Prov. 29:18, versión Valera antigua). Satanás trabajará hábilmente en diferentes formas y mediante diferentes instrumentos para perturbar la confianza del pueblo remanente de Dios en el testimonio verdadero. (Carta 12, 1890)”.
Amigos, rechazar la Divinidad de tres personas, conduce a dejar sin efecto el testimonio del Espíritu de Dios, porque coloca a los así llamados “anti-Trinitarios” por sobre el definido y autorizado rol del consejo inspirado del Señor. Esto es parte del último engaño de Satanás. Conduce a sus adherentes a bloquear en su mente cualquier declaración inspirada que ellos crean que no es válida en su razonamiento humano.
Esto también me dice que estamos muy cerca del cierre del tiempo de gracia, porque muchos entre nosotros desprecian el consejo del Señor. Al enemigo no le importa cómo esto se haga. A él solo le importa que sea llevado a cabo.
Amigos, ¿qué piensan ustedes sobre la autoridad de la inspiración? ¿Ustedes creen que puede existir una manera de rodear esa autoridad con vuestras propias ideas construidas a partir de declaraciones no claras de la inspiración? ¿O ustedes aceptan las Escrituras tal como se leen y que su significado sea claramente entendido, aun por las mentes más simples?
Oh amigos, no se dejen conducir por aquellos que afirman tener nueva luz del cielo, con relación a la naturaleza y personalidad de la Divinidad. Usen las claras declaraciones inspiradas para establecer vuestro entendimiento de la verdad. Entonces coloquen las declaraciones no claras en armonía con ellas. Las Escrituras no se contradicen. Así que, si alguien se les acerca, y les sugiere que hay contradicciones en las claras enseñanzas de la Biblia, pueden tener la certeza que esos están errados.
Romanos 1:20 dice: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.”
Oremos. Padre celestial, solo queremos aceptar las puras doctrinas de las Escrituras. Queremos ser capaces de enseñarlas a otros, de tal manera que obtengan un verdadero entendimiento de Dios. Por favor, Padre, en Jesucristo te pedimos que podamos estar listos para aceptar las claras declaraciones de los escritos inspirados y que rechacemos cualquier interpretación de las declaraciones no claras que entren en conflicto con las claras. Gracias por Jesús, quien perdona nuestros pecados y nos purifica de toda injusticia, orgullo o arrogancia, y por el Espíritu Santo, la tercera persona de la Divinidad, quien nos guía y nos da poder contra los engaños del enemigo. Rogamos para que Tú nos libres de cualquier falsa interpretación de Tu Palabra y de Tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.
Pr. Hal Mayer
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