La Autoridad en la Biblia
By Pastor Hal Mayer
Queridos amigos:
Gracias por permitirme estar junto a ustedes para estudiar un candente asunto en las iglesias de hoy en día. Muchas iglesias están siendo atormentadas con el tema de la ordenación homosexual y el matrimonio del mismo sexo, a tal punto que parece ser que la cultura secular las está arrasando, las está desgarrando y los destrozos están quedando por todos lados. Juntamente con el movimiento ecuménico, esto también está jugando a favor de Roma, reduciendo así su habilidad para oponerse a sus enseñanzas. Pero también juega su papel para que los conservadores se interesen en la autoridad de Roma y en la así llamada unidad bajo el Papa.
Antes de comenzar, tengo algunas cosas para decirles. Nuestros dos libros titulados “El Santuario Hecho Fácil” y “El Anticristo”, están ahora disponibles en formato de e-book (en formato digital). Para leerlos, todo lo que ustedes necesitan es ir a nuestra página web KTFNews.com/audiobooks. Ambos libros merecen ser leídos. Les ayudarán a entender grandes asuntos de una manera muy simple. Son especialmente útiles para el pueblo de Dios en sus propias vidas, y también para vuestra obra misionera.
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Y ahora para comenzar, inclinemos nuestras cabezas en oración. Padre celestial, estamos viviendo en un tiempo asombroso. El enemigo está trabajando muy duro para sacarle ventaja a Tú pueblo. Al estudiar hoy, por favor danos Tu Espíritu Santo, para que podamos ser iluminados en este importante tema del liderazgo en la iglesia, el cual se está desarrollando en nuestros tiempos. Ayúdanos a ver claramente la voluntad de Dios. Oro en el precioso nombre de Jesús, amén.
Vayan conmigo en sus Biblias a Efesios 4:14. Este pasaje se refiere a falsas doctrinas. Pero también se refiere a algunos en la iglesia que durante mucho tiempo han estado luchando para ser leales a la Biblia. Escuchen atentamente. Aquí está: “Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por cualquier viento de doctrina, por estratagema de hombres, que para engañar emplean con astucia los artificios del error”.
Ustedes pueden ver, que existen aquellos que están esperando una oportunidad para hacer un juego de manos y arrancar astutamente de las Escrituras algo que los haga conseguir un camino en la iglesia. Y así muchos andan juntamente con cualquier viento de doctrina que aparece.
Amigos, si ustedes están estudiando seriamente sus Biblias en estos días, sabrán que la Biblia y su autoridad están siendo atacadas. La Biblia, o la Palabra de Dios, siempre ha estado en el centro de la controversia entre Cristo y Satanás, el pueblo de Dios y el pueblo del enemigo. ¿Se mantendrá el pueblo de Dios firme a las Escrituras? ¿O serán empujados por cada viento de vanas doctrinas, las cuales surgen para dar lugar a cualquier corriente cultural?
Cuando ustedes piensan en esto, verán que la mayoría de las iglesias ya han sucumbido a la cultura, con la música danzante, servicios del tipo celebración, iglesia emergente, formación espiritual y sus programas relacionados, sermones livianos que evitan asuntos que pueden ofender a algunas personas, y otros acomodamientos que incluyen deportes competitivos, teorías evolucionistas e iglesias amigables con los homosexuales. ¿Adónde terminará todo esto? ¿No se levantará nadie que se ponga firmemente del lado de la verdad? ¿Permanecerán juntas las iglesias si adoptan estas nuevas innovaciones?
Y hoy, el asunto del liderazgo en la iglesia es más poderoso que nunca. Ustedes probablemente habrán escuchado acerca de esto, pero es importante entender la enseñanza de la Biblia sobre este asunto, lo que Dios estableció para Su iglesia en todas las eras.
Mientras que algunas personas enseñan que el asunto de la ordenación de mujeres realmente no tiene importancia y que proclaman persistentemente, que “es tiempo” para ordenar mujeres en la iglesia de Dios, la pregunta permanece: ¿Autoriza la Biblia un cambio en el plan de Dios respecto de la autoridad? Mientras algunos afirman que la Biblia no apoya una autoridad masculina en la iglesia, es importante entender lo que las Escrituras enseñan. A pesar de las confusas afirmaciones acerca de las que Pablo y otros escritores inspirados estaban escribiendo en el contexto y en la cultura de sus propios tiempos, y que la cultura de nuestros tiempos también debiera influenciarnos, así como los influenció a ellos, la evidencia de las Escrituras aun permanece como un testimonio contra las normas culturales. La Biblia nos enseña cómo serán los últimos días. Amigos, permítanme compartir con ustedes algo en lo que realmente vale la pena pensar cuidadosamente. Las chispas de nuestro propio fuego muy pronto nos dejarán en tinieblas. Eso es lo que ha sucedido en el mundo, y es lo que les está sucediendo a aquellos que no quieren conocer la mente de Dios, o entender Sus caminos. Ellos quieren andar por sus propios caminos. Ellos quieren lo que Dios no ha ordenado. Ellos piensan que es tiempo de ordenar mujeres al ministerio evangélico; pero es tiempo para otra cosa, mis amigos. Es tiempo de conocer a Dios y saber por qué Dios ha ordenado que estas cosas sean como son.
2ª Timoteo 3:1-5 deja bien claro que hemos llegado a tiempos peligrosos. ¿Cuál es el peligro? Es el peligro de abandonar la Palabra de Dios. He aquí lo que dice: “Esto ten en cuenta, que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos. Habrá hombres amantes de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, desleales, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, arrebatados, infatuados, amantes de los placeres más que de Dios, tendrán apariencia de piedad, pero negarán su eficacia. A éstos evita”.
Amigos, no tenemos nada que ver con las personas que no son leales a las Escrituras. Tenemos que alejarnos de esas personas. Observen que la Biblia nos advierte respecto de nuestros tiempos, con detalles, explicando exactamente lo que podemos esperar de nuestros miembros de iglesia. Oh si, miembros de iglesia. Ellos tienen una forma de piedad, pero niegan su poder. Sí, ellos pueden tener poder, pero es un poder que no es de arriba, sino de abajo. Ellos tienen entusiasmo. Ellos tienen luz, ¿pero, qué tipo de luz?
Escuchen esta descripción de las condiciones de nuestros tiempos. Esto está en Primeros Escritos pág. 274.
“Vi que desde que Jesús dejó el lugar santo del santuario celestial y entró detrás del segundo velo, las iglesias han estado llenándose de toda ave inmunda y aborrecible. Vi gran iniquidad y vileza en las iglesias; sin embargo sus miembros profesan ser cristianos. La profesión que hacen sus oraciones y sus exhortaciones, son abominación a la vista de Dios. Dijo el ángel: ‘Dios no halla agrado en sus asambleas. Practican el egoísmo, el fraude y el engaño sin reprensión de su conciencia. Sobre todos estos malos rasgos arrojan el manto de la religión”.
Imaginen ser tan fríos como piedras para con el Espíritu Santo, que no tienen reprensión de su conciencia. Ustedes saben que la reprensión es muy importante. Nos ayuda a permanecer en el camino del Señor. Las reprensiones nos ayudan a permanecer cerca del consejo de Dios y nos ayudan a volver si nos alejamos. Pero si ustedes han sofocado tanto la voz del Espíritu Santo, que no pueden escuchar ninguna reprensión de conciencia, entonces están en problemas. ¿Creen ustedes que hay personas así hoy en día?
Voy a continuar leyendo: “Me fue mostrado el orgullo de las iglesias nominales. Dios no cabe en sus pensamientos; sus ánimos carnales se espacian en sí mismos; adornan sus pobres cuerpos mortales, y luego se miran con satisfacción y placer. Jesús y los ángeles los miran con enojo. Dijo el ángel: ‘Sus pecados y su orgullo han subido hasta el cielo. Su porción está preparada. La justicia y el juicio han dormitado largo tiempo, pero pronto despertarán. La venganza es mía, yo pagaré, dice el Señor’. Las terribles amenazas del tercer ángel van a ser realizadas, y todos los impíos han de beber de la ira de Dios. Una hueste innumerable de malos ángeles está dispersándose por toda la tierra y llena las iglesias. Estos agentes de Satanás consideran con regocijo las agrupaciones religiosas, porque el manto de la religión cubre los mayores crímenes e iniquidades”.
Amigos, estamos cerca de este tiempo. ¿Escucharon aquello de los malos ángeles que llenan las iglesias? Podemos ver por qué está sucediendo esto, cuando vemos como Dios ve, y entonces comenzamos a entender lo que está sucediendo bajo el manto de la religión.
Cuando abandonamos el plan que Dios ha revelado en Su Palabra, podemos esperar que todo tipo de pecado y de cosas sin valor se amontonen en nuestras vidas y en la iglesia de Dios.
Y ahora estamos siendo golpeados con argumentos sobre la autoridad. Algunos quieren desvalorizar las claras enseñanzas de la Biblia. Aun cuando la Biblia no siempre enseña todo a través de una revelación directa, ciertamente hace afirmaciones positivas y claras delineaciones, y a veces, lo hace por implicación.
Vayan conmigo en sus Biblias a Génesis 2. A menudo he dicho que si ustedes quieren entender los tiempos finales más claramente, estudien el libro de Génesis. Sus lecciones son muy claras. El estudio de hoy se basa en lo que Dios estableció para la raza humana y cómo el pecado lo cambió. Parte del material que voy a compartir con ustedes hoy, está en un nuevo libro de Clinton y Gina Wahlen, titulado La Ordenación de Mujeres, ¿Importa? Este excelente libro está disponible en Amazon y tal vez también en vuestras librerías adventistas.
Veamos el versículo siete: “Entonces Dios el Eterno modeló al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre llegó a ser un ser viviente”.
Hay muchas cosas en este versículo, pero quiero que observen que Dios hizo al hombre, la corona de la creación, del polvo común de la tierra. No fue hecho de polvo de oro ni de diamante, sino de polvo común. Noten, no hay nada más común que el polvo de la tierra. De ese polvo, el gran Hacedor hizo la más fina pieza de la creación. Dios, la gran fuente del ser y del poder, el cual hizo el mundo a partir de la nada, hizo al hombre del polvo que Él mismo había creado. Y le dio al hombre una mente para pensar y crear y un corazón para amar. Las otras criaturas fueron “creadas y hechas”, dice la Biblia, pero el hombre fue “formado” del polvo de la tierra. No fue tan solo dicho y existió. La palabra “formado” sugiere un proceso. Dios se tomó Su tiempo y lo hizo todo a mano con gran precisión y exactitud.
Y observemos también que si ustedes quieren ser restaurados a la imagen de Dios, tienen que entender que fueron hechos del polvo. Entonces Dios puede tomarlos, formarlos y hacerlos lo que Él quiere que sean.
No es de extrañarse que existiese esa conexión especial entre Dios y Adán. Este acto fue la corona de la creación. Escuchen esto de Vida Sana pág.10. “El hombre fue el acto coronador de la creación de Dios, hecho a la imagen de Dios, y diseñado para ser un complemento de Dios…”. ¿Qué significa esto de ser complemento? Esto significa que tenía que ser el correspondiente gobernante de Dios en la tierra, así como Dios era el gobernante del universo. Se le delegaría dominio y participaría en los planes y objetivos que Dios llevaría a cabo.
Hay algo más acerca del hombre que es importante observar. Y esta es la razón por la cual Satanás estaba tan decidido a destruir al hombre si hubiera podido hacerlo. He aquí esta cita de Reflejemos a Jesús pág. 293.
“Dios creó al hombre como un ser superior; sólo él está formado a la imagen de Dios y es capaz de participar de la naturaleza divina, de cooperar con su Creador en la ejecución de sus planes”.
¿Escucharon eso? Solamente el hombre está formado a la imagen de Dios. Ninguna otra criatura es como el hombre. Él fue hecho a la imagen de Dios y tenía muchas capacidades que eran semejantes a Dios.
Lucifer había sido expulsado del cielo porque quería una posición que no le pertenecía. Él quería ser “como el Altísimo”. Isaías 14:14. Ser “como el Altísimo” era ser igual a Él. Lucifer quería estar en los concilios internos de Dios, aun cuando Dios no lo había ordenado para ese papel. La igualdad era tan importante para Lucifer, que insinuó que Dios no estaba siendo justo al darle todos esos increíbles talentos e intelecto, y no incluirlo en el círculo íntimo en el cielo. Él llegó a la conclusión que Dios era injusto. Y fue la igualdad y la “justicia” lo que él buscó en su rebelión.
Sin duda que Satanás vio la creación de Adán hecho a la imagen de Dios, y lo vio como un insulto directo hacia él. A Adán se le dio talentos e intelecto que se asemejaban a Cristo. Y la relación entre Adán y Dios era tal, que ya estaban haciendo sus planes para la tierra tal vez, y él estaba celoso de ellos. Adán estaba en el círculo interno como un ser creado. Él tenía dominio y autoridad. ¿Cómo podía ser esto? ¿Cómo podía Adán ser para Cristo lo que Lucifer pensaba que él tenía que ser para Cristo en el cielo? Su ira no tenía límites. Decidió destruir a Adán, si pudiera, y así dañar a Cristo.
Dios hizo todas las provisiones para la felicidad del hombre en la tierra. Proveyó un palacio en el jardín para el nuevo príncipe de la tierra, para que él viviese ahí. Proveyó alimento que sería una delicia para el paladar. El clima era perfecto. La belleza era inigualable. Nada quedó sin hacer para la felicidad del hombre, excepto una cosa. Dios sabía que Adán necesitaba una compañera de su misma especie, que pudiese entrar en su obra y lo ayudara a ser creador y que compartiera la alegría de conocer a Dios. Pero Dios se propuso desarrollar concientemente esa necesidad en la mente de Adán, de tal manera que apreciara lo que Dios iba a hacer por su amigo en el acto final de la creación.
Oh si, aun había otra cosa que Dios tenía que hacer para la felicidad del hombre. Tenía que establecer el sábado, separar una porción de tiempo para la adoración y para una comunión muy especial con Dios.
Pero volvamos por algunos momentos a reflexionar sobre el estado de Adán antes que fuese creada la mujer.
Observen el versículo 8. “Dios el Eterno había plantado un huerto en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado”.
Así, Dios le dio a Adán un lugar para vivir, aun antes que hiciese a Eva. Dios estaba construyendo ese lazo especial y quería que Adán apreciara el valor que Dios le había dado a él. Él estuvo en comunión con Dios antes que Eva existiese. No sabemos durante cuanto tiempo, pero sabemos que fue lo suficiente como para llevar a cabo algunas cosas importantes.
Vean lo que sucede en el versículo 15. “Tomó, pues, Dios el Eterno al hombre y lo puso en el huerto de Edén, para que lo cultivara y lo guardara”.
Así, ahora Adán tenía una ocupación, un negocio, un trabajo para realizar. Su trabajo consistía en cuidar el jardín. Tenía que “cultivarlo”. Eso significa que tenía que hacer algo para que fuera aun más bello y especialmente más útil para él. Tenía que convertirlo en una muestra para la gloria de Dios. Era una ocupación que lo haría feliz y completo y cooperaría con Dios. Le dio un sentido de responsabilidad y de obligación. Si a ustedes les gustan las flores, como a mí me gustan, estoy seguro que fue asombroso. Estoy seguro que fue fabulosamente decorado, con una belleza más allá de nuestra imaginación. Y mientras las manos de Adán estaban trabajando con los árboles y las flores, sin duda que su corazón estaba unido a Dios en comunión.
Pero vean que también tenía que “guardarlo”. En otras palabras, tenía que protegerlo y preservarlo. Él era el responsable ante Dios de lo que allí sucediera. Dios hizo a Adán, el que fue “formado” del polvo, el mayordomo de la creación. Él tenía que ser el administrador de todo eso. Y tenía que recibir instrucciones de Dios y tenía que ejecutarlas. Además tenía que usar su propia creatividad para asistir al Creador para llevar a buen término Sus propósitos. Así, a Adán se le dio su ocupación y su papel protector antes que fuese creada la mujer.
Pero eso no fue todo. Observen los versículos 16-17: “Y Dios el Eterno mandó al hombre: «Puedes comer de todo árbol del huerto, pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, morirás”.
Dios ahora aparece ante Adán como el gobernador y el legislador. Adán es colocado bajo un gobierno para su propia felicidad y ese gobierno se extendería a los demás miembros de su familia, a través de Adán. Él tenía que guiarlos en el camino del Señor y en la ley del Señor. Él tenía que protegerlos y guardarlos fieles a Dios. También tenía que responderle a Dios por su lealtad. Él era el gobernante del mundo. Aun cuando Eva iba a ser su igual en todas las demás cosas, él era aun el jefe del hogar. Él era el patriarca de los patriarcas. Ahora era una persona pública, por así decirlo. Era el padre de toda la humanidad. Y como su representante, tenía que recibir la ley y explicársela a su familia. A los padres de todas partes se les daría la responsabilidad de explicar el gobierno de Dios a sus esposas y también a sus hijos. Adán era también la cabeza de la iglesia del Edén.
Toda la naturaleza estaba gobernada por leyes naturales. Y Adán no era la excepción. Pero Dios capacitó a Adán para poder entender la ley moral y su justicia. La ley que Dios le dio a Adán en el Jardín del Edén era simple. “Pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás, porque el día que comas de él, morirás”. Él no necesitó pronunciar todos los Diez Mandamientos. Adán ya estaba en armonía con ellos por naturaleza. Debido a que el pecado ya había entrado en el universo, Dios necesitaba que Adán demostrase una obediencia por sí mismo.
La simple regla fue diseñada para demostrar delante de Satanás y de su hueste caída, que la ley puede ser obedecida sin coerción, sino con libertad de voluntad y con libertad de elección, basado en el amor y en el conocimiento de la voluntad de Dios. Y Satanás sabía que tenía que derribar esta ley, si pudiera. Pero tendría que engañar a la mujer si es que iba a tener éxito. Su hostilidad hacia esta ley no conocía límites. Tenía que hacer que Adán pecara, si fuese posible.
Dios ya estaba creando un orden, una cadena de comandos, y una estructura espiritual de autoridad. Fuera del amor, Adán tenía que ser la cabeza de la familia humana. El plan era que él tenía que representar al mundo y a toda la gama de criaturas inferiores a las huestes celestiales, como uno de los hijos de Dios, un delegado de las cortes celestiales (Ver Job 1:6). Y como consecuencia él tenía que llevar la imagen de Dios y representarlo ante la raza humana y ante todas las criaturas de la tierra. Todo esto estaba involucrado con Adán antes que la mujer viniese a la existencia.
Pero desafortunadamente ese gobierno no iba a durar mucho. Cuando Adán pecó, perdió esa exaltada posición y Satanás tomó su lugar como el príncipe de este mundo y cabeza de la familia humana. Pero Cristo entró y a través de Su sacrificio en la cruz recuperó lo que Adán había perdido. Cristo está ahora a la cabeza de la familia humana.
La autoridad era algo muy importante para Dios en el perfecto Edén. Y cuando Dios hizo de Adán la cabeza de toda la tierra y de la familia humana, Eva no estaba ni a la vista. Ella aun no había sido creada. Ella no estaba involucrada en el círculo íntimo ni en el señorío que le fue dado a Adán. Ella no sabía nada de aquella íntima comunión que existía entre Adán y Dios en esta etapa inicial.
Ahora, resumamos lo que hemos aprendido. Adán tenía un hogar, el jardín, antes que hubiese una mujer. Tenía una ocupación, cultivar y guardar el jardín, antes que Dios hiciera a la mujer. Se le dio a él el gobierno o el dominio y la autoridad sobre todo lo que había en el jardín y en la tierra, antes que la mujer fuese creada. Él ya era responsable ante Dios por lo que sucediera allí, para el tiempo en que ella apareció. Su relación con Dios fue bien establecida en el tiempo en que Dios le dio una compañera. Adán también estaba bajo un gobierno antes que se le diese la mujer. Ese gobierno incluía una prohibición para probar y establecer su lealtad a su Hacedor.
La prueba le fue dada a Adán del amor de Dios por todo el universo. Él trató de refutar la aseveración de Satanás de que nadie podía guardar la ley de Dios, fuera de la libertad de elección. Dios quería demostrar la obediencia voluntaria, la cual surge del amor. ¿No es verdad?
Todas estas cosas Adán las tuvo ANTES que tuviese su esposa. Existía una relación especial entre Dios y Adán, la cual beneficiaría también a la mujer, una vez que ella viniera a la existencia. Y sin esto, no habría autoridad ni sumisión que le trajese felicidad a la raza humana. Ustedes ven, mis amigos, que la humildad y el amor son dos de los principios más importantes del cielo. Sumisión al orden y al plan de Dios, era el único camino para una real y duradera felicidad. La mujer podía beneficiarse y regocijarse de la relación entre Dios y Adán, pero esa relación existía entre ellos dos. La mujer podía tener su propia relación maravillosa e íntima con Dios. Pero nunca sería como la de Adán. Adán era la cabeza designada del mundo. En ese sentido, él tenía un papel diferente al de la mujer. Ella tenía que asistirlo o ayudarlo en su gobierno. Ella tenía que ser su compañera, pero no la cabeza.
El problema que nosotros enfrentamos hoy, es que muchas personas no entienden el significado de lo que Dios hizo en el Edén. O no quieren entender, tal vez. Las cosas espirituales se disciernen espiritualmente y a menudo la parte más importante de la palabra está debajo de la superficie. A menudo los misterios están escondidos de los ojos superficiales. La mente carnal no los puede ver. Esta es una prueba para ver quién es el que va a tratar de entender la mente de Dios y quién no. Aquellos que quieren presionar cosas que Dios no ha autorizado, y aquellos que presionan para efectuar cambios distorsionando las Escrituras para justificar sus objetivos, serán dejados en tinieblas. En este caso, tenemos la historia acerca de los detalles prácticos de lo que sucedió, pero debajo de la superficie, está la historia de las intenciones de Dios. Dios efectúa todo con algún propósito. Había una razón para hacer las cosas de la manera en que Él las hizo.
Ahora Dios le plantea un problema a Adán para que pensara al respecto. El versículo 18 dice: “Y dijo Dios el Eterno: «No es bueno que el hombre esté solo. Le haré una ayuda idónea para él”.
Pero Dios no creó inmediatamente a Eva. Él desarrolló el problema en la mente de Adán. Le dio a Adán una tarea. Adán tuvo que poner nombres a los animales.
El versículo 19 dice: “Dios el Eterno, que había formado de la tierra a todo animal del campo y a toda ave del cielo, los había traído a Adán, para que viera cómo los había de llamar. Y el nombre que Adán les dio, ése fue su nombre”.
En la Biblia, el colocar un nombre es un acto de autoridad. Ustedes pueden encontrar esto en Daniel 1:7, por ejemplo, cuando el príncipe de los eunucos le dio nuevos nombres babilónicos a Daniel y a sus tres amigos. Eran nombres que involucraban a los dioses babilónicos y al hacer esto, los babilonios querían mostrar su autoridad sobre estos hombres. De la misma manera, al darle a Adán el trabajo de poner nombres a los animales, Dios le estaba dando dominio sobre las criaturas que Él había hecho.
Ahora, piensen en esto. Dios le había dado nombre al día y a la noche; le había dado nombre al firmamento, a la tierra y al mar. Él “llamó [a las estrellas] por sus nombres”, Salmo 147:4. Esto muestra Su suprema autoridad sobre estas cosas. Pero para Adán, Él le confía el gobierno de las criaturas inferiores que había creado en la tierra. Adán era el señor subordinado, un hijo de Dios. Y así, Adán les dio nombres a todos y Dios aceptó todos los nombres que él les dio. Ustedes pueden ver que Dios estaba estableciendo la autoridad de Adán sobre toda la tierra y todo lo que en ella había, no solo de la raza humana. Aun cuando la mujer sería la madre de todos los seres humanos vivientes, ella no era la madre de Adán. Esta es la única vez en que una mujer salió de un hombre. Y fue a través de una cirugía, no a través de algún nacimiento natural. Ella no iba a ser la cabeza en términos de autoridad. Esto queda claro a través del hecho de que ella apareció después que todas las cosas relacionadas con la autoridad ya habían sido establecidas. Ella iba a ser alguien igual en todas las demás cosas, pero en autoridad y en responsabilidad para con Dios, Adán era el patriarca. Eva iba a ser su “ayuda idónea”. Iban a ser compañeros el uno para con el otro. Se iban a complementar el uno con el otro. Ambos se iban a amar.
Ahora lean el versículo 20. “Y Adán puso nombre a todo animal doméstico, ave del cielo y a todo animal del campo. Pero no se halló ayuda idónea para Adán”.
Esto tomó a Adán por sorpresa, que no hubiese una compañera para él. Él observó toda la abundancia de criaturas que pasaron delante de él, ya sea a través de un instinto especial que Dios colocó en ellas, o por la guía de los ángeles (la Biblia no lo dice), pero todas tenían compañeros. Pero él no. “Qué es esto”, debe haber pensado. “No hay nadie como yo”. Cada especie de criatura estaba acompañada por otra de su misma especie. Sin embargo, nada de lo que apareció delante de él se parecía a Adán. “¿Adónde hay una compañera para mí?, se debe haber preguntado.
¿Creen ustedes que Dios lo planificó de esa manera? ¿Creen que Dios organizó todo esto para que Adán entendiera algo acerca de su naturaleza que no había observado antes? ¿Es posible que al darles nombres a las bestias brutas, Dios estuviese creando una especie de hambre en el alma de Adán por una compañera complementaria? Ahora él vio que necesitaba algo que el bello jardín no le proveía. Él necesitaba algo que la comunión con Dios, maravillosa y satisfactoria como era, no podía ofrecerle. Necesitaba una compañía humana que fuese semejante a él; alguien que fuese una extensión de él mismo. Dios en su sabiduría sabía que no era bueno que el hombre estuviese solo.
Y cuántos hoy sufren bajo la carga de estar solos. Sus matrimonios se destruyeron debido al egoísmo y Satanás exalta que una vez más destruyó la bella experiencia de la compañía del alma con Dios. Oh, la tristeza de este mundo, debido al pecado. Oh, la dolorosa soledad y el anhelo que tantos sufren. Oh hermano o hermana, si ustedes están lidiando con ese problema, por favor cobren ánimo en el Señor. Si le son fieles a Él, Él va ser vuestro compañero, un mejor compañero que cualquier amigo terrenal. Deuteronomio 4:31 es para ustedes: “Porque el Eterno, vuestro Dios es misericordioso. No te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto que juró a tus padres”. Y he aquí otra maravillosa promesa. El Salmo 94:14 dice: “Porque el Eterno, no abandona a su pueblo, ni desampara su heredad”.
Así, Dios hizo que Adán se durmiera en el primer uso de anestesia y de cirugía. Y esta no fue una cirugía para reparar algo, sino para crear a alguien nuevo.
Escuchen los versículos 21-22. “Entonces Dios el Eterno hizo caer un profundo sueño sobre Adán, y mientras dormía tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Dios el Eterno tomó del hombre, formó una mujer, y la trajo al hombre”.
Dios no tomó una parte del cráneo de Adán, para significar que la mujer tenía que gobernar sobre él. No la hizo de un hueso del pie para significar que ella iba a ser sirviente para “obedecerle incuestionablemente”. Ella no iba a estar subyugada ni iba a ser menos importante que él. Ella era igualmente importante como él, aun cuando tenía un papel diferente. Dios pudo haberla hecho del polvo del suelo, para indicar que ella era exactamente igual al hombre. Pero Dios la hizo de una costilla, para mostrar que ella iba a ser una extensión de él mismo, que iba ser respetada como una igual en naturaleza, no en su rol. Ella era igual en comparación a él. Ella se identificaba con él. Pero no eran iguales en autoridad. Lo que sucedía entre Dios y Adán antes que Eva fuese creada, nos muestra que Dios quería que Adán tuviese la responsabilidad primaria del liderazgo en su familia y en la iglesia. Porque Adán y Eva también formaron la primera iglesia, ¿lo sabían? La mujer tenía que ser una compañera, una con Adán en amor y simpatía. Después de todo, ella era parte de su carne. Aun cuando era una con él en el matrimonio y en el trabajo, ella estaba sujeta a su liderazgo; a sujetarse a su cariñosa y amante autoridad en Dios.
Pablo menciona este principio en Efesios 5:22-24 cuando dice: “Casadas, estad sujetas a vuestros esposos, como al Señor, porque el esposo es la cabeza de la mujer, así como Cristo es la cabeza de la iglesia y Salvador del cuerpo. Así, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus esposos en todo”.
Pablo no está diciendo que las esposas tengan que estar bajo el dominio o el control de sus esposos como esclavas, sino que en amor, tienen que ceder delante de él como la cabeza de la familia. No tienen que pelear con él, sino animarlo y ayudarlo en su trabajo, en su ministerio y en sus problemas y dificultades.
¿Cuál fue la respuesta de Adán cuando Dios le trajo su compañera? El versículo 23 dice: “Entonces Adán exclamó: ‘¡Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne! Será llamada ‘mujer’, porque del varón fue tomada’”.
No se pierdan esto; Adán fue comisionado para que le pusiera nombre a esta bella criatura que Dios le estaba dando. Ella se parecía mucho a él, pero era maravillosamente diferente. Poseía muchas de las mismas características, pero era distinta y poseía sus propias características. Ella era como él, pero no exactamente como él. Pero como Dios la tomó de él, él la llamó mujer. Al darle nombre nos está mostrando su rol primario como líder del hogar. Ella salió de él, y no de otra manera. Él tenía que alimentarla y protegerla. Ella tenía que asistirlo para que cumpliera su misión como líder del planeta y como representante de la raza humana delante de Dios.
Escuchen esta importante declaración de Patriarcas y Profetas pág. 26-27. “Dios mismo dio a Adán una compañera. Le proveyó de una ‘ayuda idónea para él’, alguien que realmente le correspondía, una persona digna y apropiada para ser su compañera y que podría ser una sola cosa con él en amor y simpatía. Eva fue creada de una costilla tomada del costado de Adán; este hecho significa que ella no debía dominarle como cabeza, ni tampoco debía ser humillada y hollada bajo sus plantas como un ser inferior, sino que más bien debía estar a su lado como su igual, para ser amada y protegida por él. Siendo parte del hombre, hueso de sus huesos y carne de su carne, era ella su segundo yo; y quedaba en evidencia la unión íntima y afectuosa que debía existir en esta relación. ‘Porque ninguno aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y regala’. ‘Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y allegarse ha a su mujer, y serán una sola carne’. (Efe. 5:29; Gén. 2:24)”.
De paso, tal vez debiera señalar que hay muchas maneras a través de las cuales Dios nos revela Su voluntad, en relación con la autoridad masculina. Él no necesita dar instrucciones, o algún mandamiento, o una ley. Él a menudo revela cosas a través de ilustraciones o a través de cosas que hace o que no hace.
Veamos esta declaración de Historia de la Redención pág. 21. “Eva no era tan alta como Adán. Su cabeza se alzaba algo más arriba de los hombros de él”. Su menor estatura también era una ilustración de que era su compañera y que era igual en naturaleza, pero que no era igual en autoridad.
Dios ordenó la autoridad masculina. Hasta en el versículo 24 el concepto es repetido nuevamente. “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre, se unirá a su esposa, y serán una sola carne”.
Observen que es el hombre quien tiene que tomar la iniciativa de dejar a su padre y a su madre, y partir, o aferrarse de su esposa. Tiene que hacerse responsable de ella y tiene que protegerla. Como Adán estaba bajo el gobierno, así la mujer también estaba bajo un gobierno.
Satanás vio y entendió el significado de este feliz y armonioso plan. Él sabía que si conseguía arruinarlo, traería incontable pena sobre la raza humana y torcería el nuevo planeta y al acto coronador de la creación de Cristo, su archienemigo. Y se propuso hacer eso. La triste historia está registrada en Génesis tres.
Obviamente, Adán no está presente cuando la serpiente le habla a Eva, porque sino, probablemente habría intervenido. Escuchen lo que hace Satanás a través de la serpiente, para colocar el fundamento del feminismo en los versículos uno al tres.
“La serpiente, el más astuto de todos los animales del campo que Dios el Eterno había hecho, dijo a la mujer: ‘¿Así que Dios os dijo que no comáis de ningún árbol del huerto?’ La mujer respondió a la serpiente: ‘Del fruto de los árboles del huerto podemos comer, pero del fruto del árbol que está en medio del huerto Dios dijo: ‘No comáis de él, ni lo toquéis, para que no muráis’”.
Noten que Satanás no le dijo todo a ella. Él le hizo la pregunta, pero no incluyó la prohibición del árbol delante del cual ella está parada. Ella entonces cita la prohibición, la cual él confronta directamente con una mentira. Y al hacerlo, él insinúa que Dios le ha mentido. “Ciertamente no moriréis”, dice él en el versículo 4. “Dios no te está diciendo todo lo que necesitas saber. Él está ocultando algo importante”.
“Sino que Dios sabe que el día que comáis de él serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal”.
Satanás habló con Eva como si ella fuese tan responsable por la raza humana como lo era Adán. Él le habló como si ella fuese igual a Adán, como cabeza y representante de la raza humana, cosa que ella no era. Esto la aduló. Y en esto, él coloca la semilla del descontento, no solamente con Dios, sino también con el orden que Dios había establecido. Este es el fundamento del movimiento feminista de hoy. Él hasta sugiere que Dios no era justo al mantenerlos en las tinieblas, por así decirlo, y que ellos necesitaban ser liberados de esta terrible opresión, de tal manera que pudieran obtener este conocimiento oculto tan especial. Él sugirió que ella podría conducir a Adán hasta la luz del conocimiento y del poder y que ella podría ser instigadora de una nueva era de iluminación. Tal vez, ella hasta podría conducir este movimiento.
Ahora Eva estaba en problemas. Ella asumió que lo que Satanás le había dicho era verdad y comenzó a razonar por sí misma. Fue la consideración de Satanás lo que la condujo a pecar. Ella se consultó a sí misma sobre este asunto. Ella no huyó del espíritu familiar que se le apareció en la forma de una serpiente, para inquirir sobre la multitud de consejos espirituales que Adán tenía, para ver si estas cosas eran realmente así. Ni siquiera consultó a Dios sobre este asunto. Al igual que muchos hoy en día, tanto ancianos como jóvenes, ella aceptó las presunciones de los hechiceros que gimen y murmuran, y eso tuvo desastrosas consecuencias.
Vamos al versículo 6. “Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, agradable a los ojos y codiciable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. Y también dio a su esposo, que comió igual que ella”.
Ahora observen lo que sucedió. Hay un cambio completo en los roles y una inversión en la autoridad. Presten atención. Es un punto importante el que acontece ahora. En el capítulo dos, versículo 24, cuando el orden de Dios de la autoridad masculina está en su lugar y Dios le trae a Adán una mujer, ella es llamada “su esposa”. Ella le pertenece a él. Él es la cabeza del hogar y ella es su ayuda idónea, o compañera en la vida. Ahora en el capítulo tres, versículo seis, Adán es ahora llamado “su esposo” [de ella]. Parece ser que ahora ella está a cargo de la situación. Ella ha tomado el papel de la autoridad. Ella posee su propia agenda, y ya no está sujeta a Adán. Los roles se han invertido. Ahora ella lo está conduciendo a él. Él ha cedido y ahora está sujeto a ella. Él debió haberle enseñado a ella, pero en vez de eso, ella le enseña a él. Lo conduce a una nueva manera de ver, lo cual ocasionaría una nueva forma de adoración. Ella lo condujo al pecado. Ahora quién iba a gobernar sobre Adán, ¿Dios o su esposa?
¿Creen ustedes que tenemos este mismo problema hoy? ¿Cuán a menudo las mujeres toman el papel de la autoridad en el hogar y en la iglesia? ¿Cuán a menudo gobiernan sobre los hombres en este mundo de pecado? ¿Sabían ustedes que la Biblia deja muy claro esto? Escuchen Isaías. 3:12. “Muchachos oprimen a mi pueblo, y mujeres lo gobiernan. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos”.
Amigos, aquí está hablando de los líderes de la iglesia. Ellos hacen errar al pueblo de Dios y destruyen los antiguos caminos, y que es el buen camino. El argumento de la igualdad destruye la verdadera autoridad y conduce al pueblo de Dios al camino del error.
¿Existen hombres que piensan que es tiempo de hacer lo que Dios ha dicho claramente que no debemos hacer? ¿Han levantado excusas los hombres para los papeles de autoridad de las mujeres en la iglesia de hoy? Para mí es asombroso, que los hombres en el liderazgo, hombres a los cuales se les han otorgado grandes responsabilidades en la iglesia de Dios, puedan estar tan culturalmente condicionados, que no consiguen entender la Palabra de Dios, y no se colocan contra el feminismo que está tan desenfrenado hoy en día.
Si los hombres en roles de liderazgo, no se colocan contra estas Evas modernas, ¿contra qué se van a colocar? ¿Será que algunas de estas mujeres también los conducirán a justificar el matrimonio entre el mismo sexo o a ordenar homosexuales? ¿Será que algunas de estas mujeres los van a animar a apoyar también la observancia del domingo? ¿Adónde va a terminar todo esto? Si los hombres en el liderazgo no consiguen aguantar la presión para comprometer la Palabra de Dios en autoridad, ¿cómo va la iglesia de Dios a resistir la guerra cultural que ciertamente se va a intensificar en su seno?
¿Y qué sucederá con otras invasiones culturales? Ya hemos visto entrar música no santa bajo el liderazgo masculino. Ya hemos visto entrar el movimiento de la iglesia emergente bajo el insípido liderazgo masculino. Ya hemos visto entrar la Formación Espiritual bajo líderes masculinos comprometidos. Y ahora algunas mujeres han convencido a los líderes masculinos de la iglesia de Dios, a que se comprometan nuevamente para presionar a favor de la ordenación de mujeres al rol de autoridad. Muchos de los líderes y ex líderes de la iglesia de Dios debieran estar avergonzados de su anémico liderazgo y por promover algo que es patente y obviamente contrario a la voluntad revelada de Dios. Ellos han permitido que una contra-cultura eche raíces en las iglesias. Y esto está ganando popularidad.
Observen también que Satanás llegó a Adán a través de Eva. Ese es su patrón. Él a menudo usa a aquellos menos sospechosos para llegar hasta nosotros, aquellos que se interesan y tienen influencia sobre nosotros. Él usó a la mujer de Job para tratar de llegar hasta Job. Él tentó a Cristo a través de Pedro. Eva condujo la rebelión. Ella fue la primera en fallar. Fue la cabecilla. Pero, cuando Dios llegó al jardín, Él no llamó a Eva, sino que llamó a Adán, ya que Adán es el responsable delante de Dios. Versículo 9. “Pero Dios el Eterno, llamó al hombre y le dijo: ‘¿Dónde estás?’”
Dios cuestiona primero al hombre por haber comido del árbol. Adán culpa a Dios diciendo: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y comí”. Esto está en el versículo 12. Solamente entonces Dios le pregunta a Eva lo que había sucedido. Ella dijo: “La serpiente me engañó, y comí”. Ella también le echó la culpa a Dios. Después de todo, él creó a la serpiente y permitió que estuviera en el paraíso.
Vean lo que Satanás consiguió. Él consiguió que se iniciara el “juego de las culpas”. Los hizo temerosos y sospechosos de Dios. Desordenó la relación establecida en el primer hogar. Colocó la semilla del feminismo y aun de la ordenación de mujeres en las iglesias. He aquí la semilla de la falta de modestia, licenciosidad y hasta la confusión de género. Creó un espíritu de competencia y de divorcio. La lista podría ser muy larga. Arruinó todo el mundo. Ahora por todas partes las mujeres, aun cuando no son todas las mujeres, son a menudo ambiciosas para tener los mismos roles que los hombres. Y hoy, ha penetrado hasta la iglesia. Las mujeres muy a menudo quieren tomar responsabilidades que no pueden cumplir, por lo menos no en forma correcta, y descuidan responsabilidades para las cuales están perfectamente acondicionadas. Ya no hay paz ni felicidad en multitudes de familias, sino que luchas y guerras que continúan enturbiando nuestro planeta.
Dios maldijo a la serpiente. Ya no podría volar, sino que se arrastraría sobre su vientre. Y hasta hoy es una criatura universalmente odiada. Satanás no puede sino pensar en su propia condenación cada vez que ve una serpiente.
Las palabras de Dios hacia Eva son muy interesantes. Observen cuidadosamente lo que Él dice en el versículo 16. “A la mujer le dijo: ‘Multiplicaré en gran manera los dolores de tus embarazos. Con dolor tendrás tus hijos. Ansiarás a tu esposo, y él te dominará’”.
“Tu deseo será para tu esposo, y él gobernará sobre ti”. Presten atención aquí. Dios sabía que Satanás había distorsionado la jerarquía de la creación. Ahora las mujeres estarían descontentas con el rol que Dios les había dado. Vendría la confusión sobre la autoridad y las mujeres desearían la igualdad con los hombres en el papel de la autoridad. Al decirle estas palabras a Eva, Dios sabiamente restableció el principio masculino de la autoridad y aclaró el principio en términos más fuertes, de tal manera que la relación restablecida fuese bien entendida. Nuevamente, Dios hace una distinción entre aquel que lidera al pecado y aquel que fue inducido a pecar. “Él gobernará sobre ti”. Dios no está justificando el abuso y la opresión masculina sobre las mujeres. Los hombres aun tienen que amar a sus esposas. Los esposos aun tienen que respetar a sus esposas y tratarlas como iguales en naturaleza. Ella aun tiene que ceder ante él y no debe pelear contra él. Pero Dios tenía que decirlo más claramente.
Y hay algo más en esto. Dios pronunció esta sentencia como una bendición, no como una maldición. Fue un castigo el traer arrepentimiento y humildad y restaurar el orden perdido. Si el hombre no hubiese pecado, habría gobernado siempre con sabiduría y con amor; y, si la mujer no hubiese pecado, habría sido siempre humildemente obediente y cariñosa; y bajo esas circunstancias, el dominio no habría sido ninguna carga o motivo de queja. Es el pecado y la tontería lo que hace pesadas nuestras cargas y rudos nuestros temperamentos y hace que nuestro amor se enfríe. Pero si Eva no hubiese pecado nunca ni le hubiese dado el fruto prohibido a su esposo, jamás se habría quejado de su subyugación. Pero ahora su corazón fue cambiado y comenzó a competir con él e invirtió los papeles que Dios les había señalado. Ahora, está todo desordenado, y aquellas mujeres que tratan de conseguir la autoridad, no parecen considerar que están violando el orden divino y que están frustrando una sentencia divina hecha para el bien de la raza humana.
Escuchen esto de Patriarcas y Profetas pág. 42. “Eva había sido la primera en pecar, había caído en tentación por haberse separado de su compañero, contrariando la instrucción divina. Adán pecó a sus instancias, y ahora ella fue puesta en sujeción a su marido. Si los principios prescritos por la ley de Dios hubieran sido apreciados por la humanidad caída, esta sentencia, aunque era consecuencia del pecado, hubiera resultado en bendición para ellos; pero el abuso de parte del hombre de la supremacía que se le dio, a menudo ha hecho muy amarga la suerte de la mujer y ha convertido su vida en una carga”.
¡Oh, qué terriblemente triste! Me hace doler el corazón cuando veo y escucho de las pesadas y amargas cargas que algunas mujeres enfrentan cada día. Oh, ¿no odian ustedes al pecado? ¿No desean que Jesús venga y le ponga un fin a esta pesadilla? Oh amigos, sospecho que una de las razones claves para que las mujeres presionen a favor de la autoridad femenina, tanto en el hogar como en la iglesia, es porque los hombres han sido remisos en su deber de amar y nutrir a sus esposas. Dios estaba tratando de restaurar y aclarar la relación entre Adán y Eva, incluyendo el rol de la autoridad masculina.
Veamos lo que Dios le dice a Adán. Versículo 17. “Y al hombre le dijo: ‘Por cuanto obedeciste a la voz de tu esposa y comiste del árbol que te había prohibido…’”.
Detengámonos aquí por un momento y analicemos esto. Dios reprendió a Adán por haber escuchado la voz de su ambiciosa esposa. Él señaló que Adán había entregado la responsabilidad de su autoridad y de su liderazgo y que esto lo había conducido a pecar. Él sabía que habría poderosas luchas, y para prevenirlas, por lo menos en los hogares de Su pueblo, tiene que existir un claro entendimiento acerca de la autoridad.
Amigos, ¿hacia adónde nos va a conducir toda esta presión por la autoridad femenina en la familia y en la iglesia de Dios? Piensen en ello. ¿Por qué hay tantas personas confundidas al respecto? Amigos, es porque muchos de nosotros no estudiamos nuestras Biblias para saber lo que la Biblia dice.
“Y al hombre le dijo: «Por cuanto obedeciste a la voz de tu esposa y comiste del árbol que te había prohibido, maldita será la tierra por tu causa. Con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás las plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra de donde fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”. Estos son los versículos 17-19.
Pablo escribe en el Nuevo Testamento, porque la iglesia del Nuevo Testamento reitera el hecho que Adán fue responsable por la caída. Demos una mirada a 1ª Corintios 15:22. “Porque en Adán todos mueren”. Observen que no es en Eva que todos mueren, sino en Adán. Esto es pesado. Adán debe haber inclinado su cabeza en pena con cada cordero que fue muerto como sacrificio. Debe haberse apenado debido a su único paso errado cada vez que vio marchitarse una flor. Y tuvo que vivir durante 930 años y ver desarrollarse la iniquidad; el crimen, la inmoralidad y el derramamiento de sangre. Debe haber llorado y llorado sobre su hijo Abel y sobre la maldición hacia su hijo Caín. Él tenía todo el peso de la responsabilidad por cada pecado cometido. Debe haber sido igualmente doloroso para Cristo, o tal vez aun peor. ¿Y qué de Eva? ¿Qué humillación y dolor debe haberle sobrevenido? Me hace doler el corazón pensar al respecto de lo que les debe haber sucedido.
Pero Cristo no los abandonó. Ciertamente les explicó el plan de salvación. Y les dio esperanza.
Adán toma nuevamente el rol de autoridad en el versículo 20. “Y Adán llamó a su esposa «Eva», porque ella sería la madre de todos los vivientes”. Él le cambió el nombre para restablecer su liderazgo.
Y vean lo que dice el versículo 21. El propio Dios vuelve a establecer el principio y llama a la mujer “su esposa”. “Y Dios el Eterno hizo al hombre y a su esposa túnicas de pieles, y los vistió”.
Y Moisés se refiere a esto en el versículo 24. “Dios echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino al árbol de la vida”. Me da mucha tristeza los querubines que tuvieron que llevar a cabo esta tarea. Ellos también deben haberse apenado cada vez que vieron a Adán trayendo un cordero para un sacrificio, con su esposa Eva. Pero, en ese sacrificio, vieron la promesa de un Redentor, que tomaría el lugar de estos pobres pecadores y recobraría su perdido hogar.
Vayamos a Génesis capítulo 5. Ahí lo vemos nuevamente. En este capítulo se nos dice, que son las generaciones de Adán” en el versículo uno, y no las “generaciones de Eva”, ni tampoco las “generaciones de Adán y Eva.” Son las “generaciones de Adán”.
El versículo 2 dice que Dios “los llamó Adán”. En otras palabras, tanto a Adán como a Eva juntos, el nombre familiar fue Adán. Y así fue como Dios los llamó en la creación.
Amigos, es tan obvio, que no puedo imaginarme cómo alguien puede confundirse, a menos, que por supuesto no quiera caminar en el camino del Señor.
Ahora escuchen lo que está escrito en Patriarcas y Profetas pág. 42-43. “Junto a su esposo, Eva había sido perfectamente feliz en su hogar edénico; pero, a semejanza de las inquietas Evas modernas, se lisonjeaba con ascender a una esfera superior a la que Dios le había designado. En su afán de subir más allá de su posición original, descendió a un nivel más bajo. Resultado similar alcanzarán las mujeres que no están dispuestas a cumplir alegremente los deberes de su vida de acuerdo al plan de Dios. En su esfuerzo por alcanzar posiciones para las cuales Dios no las ha preparado, muchas están dejando vacío el lugar donde podrían ser una bendición. En su deseo de lograr una posición más elevada, muchas han sacrificado su verdadera dignidad femenina y la nobleza de su carácter, y han dejado sin hacer la obra misma que el Cielo les señaló”.
Aun cuando existen muchas preguntas acerca de algunas declaraciones curiosas hechas por el apóstol Pablo, que algunos tratan de usar para apoyar un cambio en el principio del liderazgo en la iglesia, la mayoría de ellas, cuando son examinadas cuidadosa y honestamente, no lo apoyan. Sin embargo, existen aquellos que aun tratan de exigir una igualdad. Ellos argumentan que la autoridad masculina no es justa o que es discriminatoria. Ellos juegan con las emociones de las personas para agitar su sentido de justicia.
Pero es un falso sentido de justicia el que presiona por la ordenación de mujeres, y que está en conflicto con la voluntad revelada de Dios. El propio Dios creó la autoridad y Él lo restableció después de la caída. Aun cuando como seres humanos, debiéramos estar preocupados acerca de la imparcialidad con respecto a la manera en que cada uno trata al otro, no podemos torcer los principios de la Palabra de Dios solo para crear nuestra propia realidad.
El problema es que a menudo las palabras de las Escrituras son tomadas fuera de contexto, o son mal aplicadas, o mal interpretadas, para poder apoyar alguna teoría personal o agenda. El apoyo para un cambio en la autoridad, deforma los textos de las Escrituras, para que digan lo que ellos quieren que digan, en vez de aceptar lo que realmente dicen. El asunto de la ordenación de mujeres ha sido introducido en las diversas denominaciones e iglesias alrededor de todo el mundo en el nombre de la justicia (imparcialidad), de la anti-discriminación y de la igualdad.
Amigos, por favor, no permitan que la cultura guíe vuestro raciocinio. Solamente la Palabra de Dios puede ser el fundamento de vuestra fe. Como el pueblo de la Biblia, tenemos que estar dispuestos a aceptar las claras declaraciones y principios de las Escrituras para que gobiernen nuestras vidas, hogares e iglesias de acuerdo con ellas.
Permítanme hacerles algunas preguntas antes de terminar. ¿Ha ayudado la ordenación de mujeres a que la iglesia crezca? La respuesta es un resonante no. Todas las iglesias que han descendido por este camino, han perdido grandes cantidades de miembros. Desde luego que existen también otras razones para el alejamiento de miembros, pero el rechazo de la Biblia, tal como se evidencia a través de la ordenación de mujeres y de la ordenación de homosexuales, han sido citadas como una de las razones claves para la decadencia. Esto ha sido muy bien documentado.
¿Debiera la iglesia de Dios ser dividida con respecto al asunto de la ordenación de mujeres? realmente, no debiera. Debiera haber una sólida unidad en el entendimiento de la Biblia. Recuerden que la Biblia está en el centro del problema. Si pueden tomar claros pasajes de las Escrituras, acerca de cómo deben ser los obispos o ministros o ancianos, “esposo de una mujer”, (1ª Timoteo 3:2), la cual es una declaración muy clara y hacerle decir algo que el texto no dice, entonces, ¿qué otra escritura no puede ser cambiada también? No hay límite para eso.
A medida que nos acercamos al fin del tiempo, el cierre del tiempo de gracia y la crisis del fin del tiempo, entreguémonos sin reservas a Cristo, mis amigos. Mantengamos una lealtad clara a la autoridad de las Escrituras. Inclinémonos siempre hacia el significado obvio de las Escrituras y evitemos raciocinios que nos van a conducir hacia abajo, hacia el camino de la decadencia, en la cual otros ya han andado. Si nosotros aprendemos de sus errores, y si mantenemos la fe una vez concedida a los santos, tendremos a Dios guiándonos y manteniéndonos para que no caigamos en grandes errores. El enemigo no quiere nada más que descarrilar a la iglesia de Dios del fin del tiempo, ¿no es verdad? Y eso es exactamente lo que está tratando de hacer. Que Dios los bendiga. Oremos.
Nuestro Padre celestial, por favor ayúdanos a ser leales a las Escrituras. Ayúdanos a entender sus principios en nuestras vidas diarias. Danos Tu amor y cariño con respecto a aquellos que no concuerdan con nosotros, y que Tú poder sostenga a Tu iglesia y proteja a Tu pueblo. En el nombre de Jesús, amén.
Pr. Hal Mayer
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