El Llamado Final de Dios al Hombre
By Pastor Hal Mayer
Queridos amigos:
Bienvenidos una vez más al Ministerio Guardad la Fe. Es tan bueno saber que ustedes y sus familias a menudo están orando por nosotros, y que muchos de ustedes están compartiendo los CDs con sus familiares, amigos y con otros miembros de la iglesia. Tenemos que alcanzar a aquellos que no entienden los tiempos en que vivimos y ayudarles a entender cuán importantísimo es saber la época en que estamos viviendo. Cada día nos trae frescas revelaciones de alguna profecía cumplida y cada día nos trae frescas urgencias para que nos preparemos para encontrarnos con nuestro Dios. Gracias por vuestras oraciones y por vuestras donaciones. Eso significa mucho para nosotros mientras tratamos de hacer la voluntad de Dios y tratamos de glorificar Su nombre a través de Guardad la Fe.
Al comenzar ahora a estudiar juntos, vamos a orar. Nuestro Padre celestial, gracias por darnos estas claras expresiones con respecto al futuro que aparecen en la Biblia. Gracias por proveer nuestra salvación, tan libre y completamente, pero también tan costosa para Ti. Hoy, oramos para que tu Santo Espíritu nos enseñe cómo vivir para Ti un poco mejor, y así poder estar preparados para las dificultades del fin del tiempo. A medida que abramos Tu Palabra hoy, por favor envía Tu Santo Espíritu a nuestros corazones, para que podamos escuchar Tu voz y podamos abrir nuestros corazones para poder responderle. En el nombre de Jesús, amén.
Vayan conmigo en sus Biblias, mis amigos, al libro de Apocalipsis, capítulo 14, versículo 14. Al comenzar este estudio hoy, es importante que entendamos que este versículo representa la culminación de siglos de historia sobre la segunda venida de Cristo. Escuchen cuidadosamente.
“Entonces miré, y vi una nube blanca, y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, con una corona de oro en su cabeza, y en su mano una hoz aguda”.
Esta nube es una nube viviente. Es una nube de ángeles que adoran a Cristo su rey y le asisten mientras Él desciende hacia la tierra en Su segunda venida. Apocalipsis 13 nos cuenta sobre el final y más exitoso esfuerzo de Satanás, para controlar al mundo a través del globalismo, incluyendo el globalismo religioso. Los siete versículos previos en Apocalipsis 14 presentan una terrible advertencia a aquellos que se niegan a resistir las tendencias populares de los últimos días, especialmente la adoración en domingo. Este es el último mensaje antes del segundo Advenimiento de nuestro Señor Jesús.
Este versículo describe el retorno de Cristo como Rey de reyes y Señor de señores. Los versículos 6-12 describen la advertencia final que va a hacer que todos, bajo la poderosa influencia del Espíritu Santo en la lluvia tardía, tomen decisiones y decidan si es que van a seguir a Cristo y si van a guardar todos Sus mandamientos, incluyendo la observancia del sagrado séptimo día Sábado, establecido por Dios en la creación, o si van a seguir la alternativa del día del Papa, también conocida como domingo.
El Señor promete a Su pueblo algo muy especial. Se encuentra en Amós 3:7. “Ciertamente, el Señor, el Eterno, no hace nada sin revelar su secreto a sus siervos los profetas”. Observen que la Biblia dice: “ciertamente”. Esto significa que es seguro que Dios le revelará a Sus siervos los profetas, lo que Él va a hacer. En otras palabras, Él va a revelar a Sus profetas los eventos que sobrevengan al mundo, y nosotros podemos confiar en los profetas, para que nos den un entendimiento sobre nuestros tiempos. ¿No es esto maravilloso? Dios nos ama tanto, que Él nos ha dicho lo que debemos esperar, para que podamos estar preparados.
Piensen por un momento en estas palabras de El Conflicto de los Siglos pág. 698-699. “Pronto aparece en el este una pequeña nube negra, de un tamaño como la mitad de la palma de la mano. Es la nube que envuelve al Salvador y que a la distancia parece rodeada de oscuridad. El pueblo de Dios sabe que es la señal del Hijo del hombre. En silencio solemne la contemplan mientras va acercándose a la tierra, volviéndose más luminosa y más gloriosa hasta convertirse en una gran nube blanca, cuya base es como fuego consumidor, y sobre ella el arco iris del pacto. Jesús marcha al frente como un gran conquistador. Ya no es «varón de dolores,» que haya de beber el amargo cáliz de la ignominia y de la maldición; victorioso en el cielo y en la tierra, viene a juzgar a vivos y muertos. «Fiel y veraz», «en justicia juzga y hace guerra». «Y los ejércitos que están en el cielo le seguían». (Apoc. 19:11, 14, V.M.) Con cantos celestiales los santos ángeles, en inmensa e Innumerable muchedumbre, le acompañan en el descenso. El firmamento parece lleno de formas radiantes,- «millones de millones, y millares de millares.» Ninguna pluma humana puede describir la escena, ni mente mortal alguna es capaz de concebir su esplendor. «Su gloria cubre los cielos, y la tierra se llena de su alabanza. También su resplandor es como el fuego». (Habacuc 3:3-4, V.M.) A medida que va acercándose la nube viviente, todos los ojos ven al Príncipe de la vida. Ninguna corona de espinas hiere ya sus sagradas sienes, ceñidas ahora por gloriosa diadema. Su rostro brilla más que la luz deslumbradora del sol de mediodía. «Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores». (Apoc. 19:16).
Viendo que este tremendo y magnífico evento del segundo advenimiento de Cristo va a suceder muy pronto, Dios, en Su misericordiosa justicia, tiene que hacer un anuncio especial. Tiene que hacerle entender a Su pueblo que Él es real y que ellos tienen que vencer sus pecados, para que puedan ser parte de aquellos que lo esperan sinceramente y que van a presenciar esa escena deslumbrante de gloria. Él nos ha dicho que podemos tener confianza que Él, de hecho, va a venir en las nubes un día, tal como lo prometió.
El Mensaje de los Tres Ángeles, está conectado con los 144000 santos, que son trasladados cuando Jesús venga. En Apocalipsis 14:1-5 los 144000 nos son mostrados con un considerable detalle. El número representa el producto final del Mensaje de los Tres Ángeles, y nos dice qué representan. Así que, consideremos el Mensaje de los Tres Ángeles y tratemos de entender su misión y su mensaje, comenzando con Apocalipsis 14:6. El apóstol está en visión.
“Entonces vi a otro ángel que volaba por el cielo, con el evangelio eterno para predicarlo a los que habitan en la tierra, a toda nación y tribu, lengua y pueblo”.
Observen que Apocalipsis 8:13 dice que el apóstol vio a un ángel volando en medio del cielo, el cual pronunció tres ayes sobre la humanidad. El Apocalipsis usa a menudo el principio de “repetir y aumentar”. Los ayes están conectados con el Mensaje de los Tres Ángeles y son dirigidos a aquellos que lo rechazan. Ellos van a tener un problema muy serio.
Los ángeles que vuelan por en medio del cielo, vuelan muy rápidamente. Esto sugiere urgencia. Él está proclamando el evangelio eterno. Los ángeles en la profecía bíblica son un símbolo de personas que son llamadas para dar el mensaje que el ángel tiene para proclamar. El evangelio eterno es un término interesante. Es la única vez en toda la Biblia, donde el evangelio es descrito como siendo eterno. La verdad de la Palabra de Dios, Su evangelio, ha sobrevivido los siglos a pesar de los intentos para destruirlo, pervertirlo o perseguir a sus seguidores. Ha sobrevivido intacto. Aún es el evangelio. Aun cuando han existido aquellos que han tratado de cambiar la Biblia y pervertir su significado, permanece como una roca sólida en la playa del mar, golpeada por las olas.
El evangelio también puede ser eterno debido a que el fruto que produce en las vidas de los seguidores de Jesús también es eterno y produce vida eterna. Y también puede ser eterno debido a las tremendas verdades y principios del evangelio, tales como el amor de Dios por el hombre, los sufrimientos de Cristo para salvarlo, y el plan de salvación, va a ser el tema de nuestro estudio por toda la eternidad.
Pero en un sentido especial, el “evangelio eterno” es un término que resume el Mensaje del Tercer Ángel de Apocalipsis 14. Es el gran mensaje mundial para el fin del tiempo. Va dirigido a “toda nación, tribu, lengua y pueblo”. Es la expresión más completa y avanzada del evangelio que jamás ha sido dado a la humanidad. A lo largo de los siglos, el evangelio de salvación ha sido proclamado, pero nunca ha habido un tiempo en que haya sido proclamado en forma tan completa y total, y de una forma tan madura como en nuestros días. Recuerden que en la Edad Media del gobierno papal, mucho de la verdad se perdió debido a los engaños y a las falsas representaciones del Catolicismo. Muchas de las características principales fueron restauradas durante la Reforma Protestante. Y a medida que el tiempo avanzó, otras características y principios fueron restaurados cuando la luz fue derramada sobre el camino de los seguidores de Jesucristo.
Pero ahora, en los últimos días, bajo la expresión del evangelio en los Mensajes de los Tres Ángeles, todo se junta y es presentado en su madurez y en su totalidad. Esto incluye elementos nunca antes entendidos tan completamente, tales como el ministerio de Cristo en el Lugar Santísimo, por ejemplo. Aun cuando algunas de las características del mensaje fueron entendidas solo parcialmente por algunas generaciones previas o individuos, no fueron entendidas a lo largo de los siglos por todos. Pero en el fin del tiempo, todas las personas de la tierra, en todas partes, van a tener el más completo ejemplo y expresión de la totalidad del evangelio, en la totalidad del tiempo, tal como dicen las Escrituras. Estos artículos perdidos de la fe son traídos al evangelio eterno de los Mensajes de los Tres Ángeles y son magnificados para que el mundo los oiga.
Observen que el evangelio eterno llama al pueblo de Dios para que le de gloria en el versículo 7. “Decía a gran voz: ‘¡Temed a Dios y dadle honra, porque ha llegado la hora de su juicio! Y adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas’”.
Darle gloria a Dios no quiere decir que ustedes solo lo hagan con la boca. Sino que quiere decir con vuestras acciones y con vuestro carácter. “Gloria” en la Biblia, se refiere al carácter (Ver Éxodo 33 y 34). Tenemos que vivir el carácter de Dios en nuestras propias vidas. En otras palabras, tenemos que tener a Jesús habitando en nuestros corazones todo el tiempo, 24-7-365.
Y eso incluye el vivir en forma sana. Piensen en el profeta Daniel por un momento. Él que es un prototipo profético de la última generación, era muy consciente con su dieta, porque sabía que había sido llamado para glorificar a Dios en su cuerpo, mente y alma, por lo tanto su dieta era muy importante para él, porque afectaba las tres áreas. No era simplemente que él quería simbolizar una fidelidad a un dios extraño, comiendo alimentos dedicados a esos dioses, aun cuando esa era realmente una de las razones. Él sabía que si Dios iba a usar su mente para alcanzar al rey y a los que lo rodeaban, él tenía que tener claridad de pensamiento y un canal libre para que el Espíritu Santo le hablara abiertamente. Por lo tanto, hoy, si es que vamos a proclamar la lluvia tardía, tenemos que ser un vaso puro a través del cual el Espíritu Santo pueda actuar.
Ustedes son responsables por su salud. Su mente y cuerpo son afectados debido a su dieta. No es solo aquello que sale de su boca lo que importa, sino también las cosas que ustedes ponen en su boca. Eso afecta sus mentes y afecta la habilidad para oír al Espíritu Santo. Si ustedes quieren realmente una aguda sensibilidad para con el Espíritu Santo, y quieren una vida pura, tienen que prestar atención a la alimentación y a las bebidas que consumen. Ahí hay una relación directa.
El apóstol Juan dijo: “Amado, deseo que prosperes en todo, y tengas salud, así como prosperas espiritualmente”. 3ª Juan 2. Si ustedes no tienen salud, ¿cómo van a ministrar para el Señor? Si están enfermos y lisiados, debido a la dieta, ¿cómo pueden glorificar al Señor en sus cuerpos? Si ustedes quieren vencerse a sí mismos y al enemigo, tienen que tomar este asunto seriamente y tienen que disciplinarse a sí mismos para comer solamente aquello que va a edificar el cuerpo y que va a prevenir las enfermedades.
El apóstol Pablo dijo en 1ª Corintios 9:25-27, “Y todo hombre que se esfuerza para ser maestro, es temperante en todas las cosas”.
Amigos, si ustedes aún están comiendo alimentos cárneos, por ejemplo, o dulces, los cuales sabemos que producen enfermedades, no van a estar dispuestos a abrir su mente y corazón a todas las cosas que el Espíritu Santo tiene para compartir con ustedes. Además, va a tener dificultades para vencer al enemigo, porque el enemigo sabe que si están comiendo carne, se están debilitando en su poder físico y mental para vencerlo.
Permítanme continuar leyendo de 1ª Corintios. “Ellos lo hacen para obtener una corona perecible; pero nosotros una inmortal”.
Si un atleta disciplina su cuerpo de una forma adecuada para una victoria temporal en alguna carrera terrenal, cuanto más debiéramos hacer nosotros, que estamos viviendo en el fin de los tiempos, y que buscamos una corona eterna, tenemos que hacer todo lo posible para alcanzar la pureza de santidad en el temor de Dios, y estar seguros de que estamos en la mejor forma física y mental.
Ahora veamos los versículos 26-27. “Así de esta manera corro, no como a cosa incierta; de esta manera peleo, no como quien golpea al aire. Trato severamente a mi cuerpo, y lo someto a disciplina, no sea que, habiendo predicado a otros, yo mismo sea descalificado”.
Ustedes ven, mis amigos, que hasta el más espiritual de nosotros tiene que tratar de alcanzar una excelente salud, porque es una parte muy importante de la madurez espiritual. Esto da gloria a Dios, porque da evidencia de que Él posee vuestro cuerpo y también vuestro corazón y mente. También da gloria a Dios porque hace de vosotros un sacrificio más aceptable para ser usado a Su servicio. ¿No quieren tener la mejor salud que puedan conseguir? La enfermedad es miserable. La enfermedad no es placentera. La mejor vida es aquella que es disciplinada en un estilo de vida, incluyendo lo que se come, cómo es tomado el ejercicio y cómo son aplicados los ocho principios de la salud en vuestra vida. Es la constante búsqueda de la pureza del corazón.
Otra importante verdad que ha sido levantada por los fieles seguidores de Jesús a lo largo de los siglos, es el séptimo día sábado. No fue totalmente aceptado por el mundo cristiano desde el tiempo de Constantino, hasta el comienzo del siglo XIX. Piensen en eso. El sábado solo fue guardado por individuos aislados aquí y allí y nunca fue realmente entendido por las mayorías. Ahora en el tiempo del fin, cuando el evangelio eterno debe ser dado, el sábado conlleva una prominencia y una gran importancia, como ustedes luego verán.
Esto está en contraste con la manera en que piensa el mundo. En Apocalipsis 13:8 vemos el contraste. “Todos los que habitan sobre la tierra la adorarán (a la bestia)”. El pueblo de Dios va a adorar a Jesús en Su día señalado – el séptimo día sábado, mientras que el mundo va a adorar al papado en su día señalado – el domingo. El versículo 7 nos dice que la bestia va a vencer al pueblo de Dios durante un periodo de tiempo. En otras palabras, los va a perseguir. Por lo tanto, en los últimos días, en vez de temer a la bestia y darle gloria a ella y al dragón (o Satanás), tenemos que temer a Dios y darle nuestros caracteres a Él, para que Él derrote al enemigo y a la bestia en nuestras vidas.
Hebreos 12:28-29 dice: “Tengamos gracia, con la cual podemos servir a Dios en forma aceptable, con reverencia y santo temor: porque nuestro Dios es un fuego consumidor”.
Hoy existe un gran problema en el mundo. No existe el temor de Dios en el corazón carnal, porque no está bajo el control de Cristo. Muchas personas ven a Dios como alguien severo y cruel, especialmente en las sociedades seculares. Satanás esencialmente le echa la culpa a Dios por el mal que él ha traído al mundo. Y en contraste con aquellos ministerios cristianos que a menudo pintan a Dios como un ser tan amoroso y perdonador sobre nuestros pecados pasados, presentes y futuros, que Él va a cerrar sus ojos a casi todo y que no va a castigar a los impíos debido a su rebelión. Ellos enseñan que no importa lo que una persona haga, mientras que sea sincera y ame a Dios.
Si ustedes van a estar listos para ser trasladados en la segunda venida, tienen que tener una actitud correcta hacia Dios y hacia Su ley. Esta es la enseñanza de las Escrituras.
“Temed a Dios y guarda sus mandamientos: porque este es todo el deber del hombre”. Eclesiastés 12:13.
La expresión “dadle gloria” en Apocalipsis 14:7 es un llamado hacia el alma sincera para que represente en forma simpática el carácter de Dios en sus propios caracteres. Esto no puede ser hecho sin que Cristo viva dentro de cada persona. Esto significa que ellos tienen que estar tan unidos con Jesús, que Él haya formado una residencia en sus corazones a través de Su Espíritu Santo. Significa obediencia de corazón hacia Cristo, y no debido a una compulsión.
¿Pero por qué tiene que ser visto el carácter de Cristo en las vidas de Sus seguidores? Entre paréntesis, es el verdadero carácter de Cristo el que es impuesto sobre la vida del verdadero creyente. Su propio carácter nunca va a reflejarlo a Él. Aun lo que es bueno, en realidad no es bueno. Ellos tienen que llevar Su carácter a través de Su gracia transformadora. ¡Y qué transformación es esa!
La razón por la cual ellos tienen que tener el carácter de Cristo en vez de su propio carácter, es porque “ha llegado la hora de su juicio”. ¿Qué juicio es este? Finalmente, lo que está en juego es el carácter de Dios. Lucifer, a través de su engaño, levantó serias preguntas en todo el universo no caído con respecto a la justicia de Dios y Su carácter, pero estas preguntas fueron todas contestadas a los seres no caídos en el Calvario. Todas sus simpatías con el enemigo fueron cortadas.
Pero Satanás ha representado mal el carácter de Dios al hombre, al punto que las personas piensan que las maldades en el mundo, son por la manera en que se cree en Dios. Por lo tanto, cuando el pueblo de Dios refleja correctamente el carácter de Cristo, lo están vindicando y están exponiendo las mentiras de Satanás. Cuando ustedes son piadosos y no se enojan cuando son severamente provocados, están diciendo: “Así es Cristo, mi Señor”. Cuando guardan la ley de Dios, y no cometen adulterio, aun en su mente, le están mostrando al mundo que aun cuando la tentación sea muy grande, así es como Cristo actúa. Él no ve a los seres humanos como objetos sexuales. Él los ve como tesoros preciosos y respeta su dignidad. Y así sigue todo adelante. El juicio se refiere en realidad al carácter de Dios.
Pero la hora de su juicio, en el versículo 7, no se está refiriendo tanto a la vindicación del carácter de Dios, como si ese fuese el asunto principal. Se refiere a nuestro juicio. Tiene que ver con nosotros. Eso queda muy claro en el contexto del versículo. Dice que el mensaje acerca del juicio tiene que llegar a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Si no se refiriese a nosotros, no se nos daría un mensaje para dárselo al mundo.
Así que, ¿cuál es este mensaje? Algunas veces en las Escrituras, el juicio es usado para describir una visita de la justicia de Dios o un castigo, y entonces significa una recompensa. Las siete últimas plagas que caerán sobre este mundo, son llamadas los juicios de Dios, tal como está revelado en Apocalipsis 18:10 donde los reyes de la tierra se distancian de Roma, debido a su castigo o plagas. Este juicio de castigo también va a ocurrir sobre todos los impíos al final del milenio. A eso se le llama el juicio ejecutivo.
Juan 5:28-29 dice: “No os maravilléis de esto, porque vendrá la hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz. Y los que hicieron bien, resucitarán para vivir, pero los que hicieron el mal, resucitarán para ser condenados (ajusticiados)”.
Otro significado de juicio es investigación, o un examen para determinar culpabilidad o inocencia. Y el mensaje de Apocalipsis 14:7 dice que el juicio “ha” llegado. Está aquí ahora, antes que Jesús venga. Sin duda, este es un juicio investigador.
Pero permítanme preguntarles. ¿Será que Dios, que conoce todo, incluyendo todos nuestros pensamientos y hasta nuestras intenciones, necesita una investigación para determinar si usted es culpable o inocente? ¡De ninguna manera! Eso no es lo que el versículo está diciendo. Nada está escondido de Dios. Él ni siquiera necesita un juicio durante el milenio.
Ustedes pueden ver, mis amigos, que el juicio investigador es para nuestro beneficio y por amor a nosotros. También es por amor del universo, para asegurarse que el pecado no va a surgir nuevamente. Dios tiene que revelarle Su justicia a todos los que están confundidos con respecto a Dios y Su ley aquí en la tierra. Dios no solo tiene que SER justo, sino que tiene que ser VISTO justo. Esta es la razón por la cual existe más de un tipo de juicio; primero viene el juicio, y después viene la ejecución de la sentencia. Esto es igual a lo que sucede aquí en la tierra. La justicia tiene que ser VISTA actuando cuando un crimen ha sido cometido. Dios tiene que ser VISTO dándoles a todos un juicio justo.
Algunos afirman que los creyentes no van a juicio; que no hay juicio, o examen para aquellos que están “en Cristo”. Ellos dicen que si una persona es justificada, no debe ser juzgada. Aun cuando es verdad que cuando un hombre acepta a Cristo como su Salvador, él está judicialmente absuelto. Él es visto por Dios como justo. Pero entonces es hecha la afirmación, y por cristianos muy sinceros a veces, de que no existe ninguna necesidad de un juicio. Ellos usan los siguientes versículos para apoyar su punto de vista.
Juan 3:18 dice: “El que cree en él, [Cristo] no es condenado”.
Y también Juan 5:24 que dice: “El que cree en él no entra en condenación”.
Pero este no es el cuadro completo. Los que están verdaderamente en Cristo nunca serán condenados. Ellos serán vindicados. El problema es que muchos cristianos son enseñados con una falsa idea con respecto a lo que significa estar “en Cristo”. Si usted está en Cristo, usted va a luchar para ser como Él. Ustedes no pueden continuar en su antiguo estilo de vida. No pueden meterse en fornicación, perversión, robo, asesinato, transgredir el Sábado o cualquier otro mandamiento. Si aman a Jesús, no van a querer continuar haciendo esas cosas. Pero, los ministros de la iglesia les dicen a sus congregaciones que realmente no tienen que preocuparse con vivir en forma justa de acuerdo a los mandamientos, porque están justificados. Ellos pueden amar a Cristo, en otras palabras, sin obedecerle a Él. Pero, mis amigos, esto no es amar realmente a Jesús, quien dice claramente: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”.
Pero el juicio traído a nuestro entendimiento en Apocalipsis 14:7 es uno de los grandes y poderosos caminos en el cual Dios tiene que tratar con las mentiras de Satanás. Leamos lo que dicen las Escrituras acerca de si los creyentes van a ser juzgados en el gran juicio final. ¿Nacerán de nuevo las personas que sean juzgadas?
He aquí un versículo de Eclesiastés 3:17. “Dios juzgará a los justos y a los impíos”. He aquí otro en 2ª Corintios 5:10. “Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho cuando estuvo en el cuerpo, sea bueno o malo”. Y he aquí otro, en el cual Pablo se incluye a sí mismo. Y él era un hombre justificado. Romanos 14:10-12. “Porque todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo… De manera que cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de sí”. Y he aquí otra declaración concerniente a la norma del juicio a ser usada en las cortes celestiales. Esto está en Santiago 2:12. Pablo les está hablando a los creyentes cuando dice: “Así hablad y así obrad, como los que habéis de ser juzgados por la Ley de la libertad”. Pero el siguiente versículo de 1ª Pedro 4:17 debiera aclarar para siempre el problema. “Porque es tiempo de que el juicio empiece por la casa de Dios. Y si empieza primero por nosotros, ¿cuál será el fin de los que no obedecen al evangelio de Dios?”.
Amigos, estas son palabras muy solemnes. Toda persona inteligente y responsable va a comparecer delante del juicio de Dios.
Así que, ¿existe un examen de los santos para decidir si son culpables o inocentes? Leamos al respecto algo en Daniel 7. La palabra Daniel significa “Dios es mi juez”. Así que el libro de Daniel posee un énfasis especial sobre el juicio. Daniel 7 describe el surgimiento del “cuerno pequeño”, el cual es el papado, y que gobernaría 1260 años después que terminaran los cuatro reinos universales. Este periodo de 1260 años terminó en 1798. Todo esto provee el contexto y las raíces históricas para el juicio durante el tiempo del fin. Estos hechos históricos nos conducen al mensaje de la hora del juicio. Y entonces es presentada esta escena del juicio. Daniel está en una visión santa y describe el juicio de la Corte Suprema del universo en los versículos 9-10.
“Mientras yo miraba fueron puestos tronos, y un Anciano de muchos días se sentó. Su vestido era blanco como la nieve, y el cabello de su cabeza como lana pura. Su trono llama de fuego, y sus ruedas fuego ardiente. Un río de fuego salía delante de él. Millares de millares le servían, y millones de millones asistían ante él. El tribunal se sentó en juicio, y los libros fueron abiertos”.
Aquí, sin duda, está hablando de una corte que está en sesión. Y está en el cielo. Está sesionando en el Lugar Santísimo del templo celestial. Esta es una gran corte religiosa. Y abarca a los santos. Escuchen lo que sucede con ellos en el versículo 18. “Después los santos del Altísimo recibirán el reino, y lo poseerán eternamente, por los siglos de los siglos”.
Los santos que viven para Jesús, consagrando totalmente sus corazones, toda su mente, toda su alma, y toda su fuerza para servir a Dios, no son condenados. El juicio es hecho a favor de los santos. Escuchen lo siguiente de Daniel 7:22. “Hasta que vino el Anciano de días, y pronunció juicio en favor de los santos del Altísimo. Y vino el tiempo, y los santos poseyeron el reino”. Diversas traducciones de la Biblia dejan esto más claro que la Versión King James, en este caso. La NKJV dice: “El juicio fue hecho a favor de los santos”. ¿Por qué es así? Es porque Jesús es nuestro Abogado, mis amigos. Él posee argumentos más poderosos que los del enemigo. Él es capaz de derrotar el procesamiento mostrando simplemente sus manos y diciéndole al juez que esta persona ha sido perdonada de sus pecados debido a Su poder. “Él es mío”, dice Jesús. “Yo no voy a permitir que se pierda. Él me ama, y Yo lo amo a él. Yo di mi vida por él y él ha vencido al enemigo así como Yo lo vencí”.
Amigos, si ustedes están decididos a vivir para Cristo, Él va a sostener vuestra decisión y va a abrir la puerta del éxito a través de Su gracia y poder. Ustedes no pueden vencer sus pecados. Solamente Cristo puede hacerlo. Pero, Él ha prometido hacerlo por ustedes si cooperan con Él.
Daniel está hablando acerca del gran juicio investigador, y eso involucra un examen de las vidas de los santos así como de otros profesos cristianos que no le han sido fieles a Cristo. Y el resultado final está bien claro. Los verdaderos seguidores de Jesús serán vindicados y exonerados. Después de todo, Satanás los acusa de pecado y de impiedad, pero como han vivido en Cristo y han confesado sus pecados, y se han alejado de ellos, la sangre de Cristo los limpia de todo pecado.
Este juicio también abarca al “cuerno pequeño”, el cual viene sobre la bestia que devora y quiebra todo en pedazos. Este es su archienemigo en la tierra. El cuerno representa un poder, y este poder es descrito como hablando grandes cosas contra Dios (ver los versículos 7-8). No existe ninguna entidad calificada para adecuarse exactamente a esta descripción, como la Iglesia Católica Romana, con su Misa idolátrica y su adoración blasfema.
Después de 1798 comenzó la sesión de la corte en el cielo. El mensaje del primer ángel, el cual se hizo prominente después de 1798, le declara a todo el mundo que “la hora de su juicio ha llegado”.
La fecha exacta del comienzo de ese juicio es explicada en Daniel 8:14. “Hasta 2300 días, y el santuario será purificado”.
Estos 2300 días [o años] terminaron concluyentemente en el año 1844, el cual también es el comienzo de la sesión de la corte, de la cual hemos estado hablando. El comienzo del mensaje del primer ángel comenzó entonces también en el año 1844.
¿Por qué es tan importante conducir un juicio, o un examen, del registro de la vida de los santos? Es para mostrarle públicamente al universo que aquellos que van a ser salvos en el reino eterno de Dios, han cumplido con las condiciones exigidas por el cielo. Para mostrar que los santos no solo comenzaron como santos, sino que terminaron como santos. Hay millones de personas que comenzaron a andar por el camino cristiano, pero que se alejaron de Cristo. Multitudes comenzaron, pero no continuaron. Muchos afirman ser cristianos, pero no han nacido de nuevo. Por lo tanto, se hace esencial un examen, una auditoria pública, por decirlo así, para poder revelar a quién se le puede, en justicia, otorgar la vida eterna en el segundo Advenimiento.
¿Pero no es un don la vida eterna? Oh, sí lo es; pero el don se puede perder, porque el don de la vida eterna es condicional. El creyente tiene que continuar en la fe. Algunos creen en lo que normalmente se llama “una vez salvo, salvo para siempre”, pero las Escrituras enseñan lo contrario.
Mateo 24:13 dice: “Pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo”. Apocalipsis 3:5 dice: “El que venza, será vestido de ropa blanca. No borraré su nombre del Libro de la Vida, y confesaré su nombre ante mi padre y ante sus ángeles”.
Así que, es posible que nuestros nombres sean borrados del Libro de la Vida, si no vencemos en Cristo. La vida eterna es condicional. Tenemos que ser fieles, aun hasta la muerte. Después de todo, Cristo, nuestro ejemplo, promete que Su gracia es suficiente.
“Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. Apocalipsis 2:10.
Se nos dice que “no améis el mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que está en el mundo, los malos deseos de la carne, la codicia de los ojos y la soberbia de la vida- no procede del Padre, sino del mundo. Y el mundo y sus deseos se pasan. En cambio, el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre”. 1ª Juan 2:15-17.
Y “Porque todo lo que nace de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe. 1ª Juan 5:4.
Vencer el mundo por la fe significa mucho más que lo que la mayoría de las personas piensan o creen. Este no es un concepto superficial. Aquí se está refiriendo al verdadero vencer por el poder de Cristo a través de nuestra fe en Su habilidad para arrojar fuera a Satanás de nuestras vidas.
Escuchen cómo esto es expresado en el libro El Conflicto de los Siglos pág. 400-401. “En el sistema típico -que era sombra del sacrificio y del sacerdocio de Cristo, la purificación del santuario era el último servicio efectuado por el sumo sacerdote en el ciclo anual de su ministerio. Era el acto final de la obra de expiación- una remoción o apartamiento del pecado de Israel. Prefiguraba la obra final en el ministerio de nuestro Sumo Sacerdote en el cielo, en el acto de borrar los pecados de su pueblo, que están consignados en los libros celestiales. Este servicio envuelve una obra de investigación, una obra de juicio, y precede inmediatamente la venida de Cristo en las nubes del cielo con gran poder y gloria, pues cuando él venga, la causa de cada uno habrá sido fallada. Jesús dice: ‘Mi galardón está conmigo, para dar la recompensa a cada uno según sea su obra’. (Apoc. 22:12, V.M.) Esta obra de juicio, que precede inmediatamente al segundo advenimiento, es la que se anuncia en el primer mensaje angelical de Apocalipsis 14:7: ‘¡Temed a Dios y dadle honra; porque ha llegado la hora de su juicio!’ (V.M.)”.
¿Qué tipo de experiencia es esta? Amigos, esta es la experiencia de regocijo en Jesús que vive en los corazones de los santos a través del Espíritu Santo y que les da la victoria sobre toda tentación y pecado. Representa la totalidad del poder vencedor. Y habilita a los santos para vivir en el tiempo en que no hay mediador.
Ustedes pueden ver, la única razón por la cual necesitamos un mediador es porque pecamos. Y porque hemos pecado, necesitamos un Salvador. Pero estos son dos papeles diferentes. Cuando Jesús deja el Lugar Santísimo del santuario celestial, y cesa en Su obra mediadora, habrá un corto periodo de tiempo antes que vuelva a la tierra. Los verdaderos seguidores de Cristo estarán libres de pecado, y serán sellados en sus corazones y mentes, de tal manera que no pecarán nuevamente, para siempre. Cristo no los abandona. Él permanece al lado de ellos y continua proveyéndoles Su poder vencedor y Su gracia en sus vidas, para que no pequen, aun ante las más grandes y más intensas tentaciones que les serán arrojadas durante el tiempo de angustia. Y este es Su propósito. Dios tiene que demostrarle a todo el universo que puede tener un grupo de personas que reflejan Su carácter tan plena, clara y fuertemente, que están más preocupados acerca de su testimonio del carácter de Dios que por sus propias vidas. Ellos no le van a ceder JAMÁS, bajo ninguna circunstancia, ni un milímetro al enemigo. Esto realmente glorifica a Dios. Cuando esto sucede, Cristo puede completar Su obra en el santuario celestial. Él puede dejar el Lugar Santísimo y Su obra mediadora por ellos, porque ellos ya no la necesitan.
Amigos, esto es poderoso. Es asombroso, cuando ustedes piensan en esto. El propósito de Dios es colocar toda Su totalidad en vuestras vidas, de tal manera que podamos vivir a la vista de un Dios santo sin un mediador. Yo quiero eso, ¿y ustedes?
Ahora escuchen esta solemne advertencia que se encuentra en Primeros Escritos, página 71. “Vi que muchos descuidaban la preparación necesaria, esperando que el tiempo del ‘refrigerio’ y la ‘lluvia tardía’ los preparase para sostenerse en el día del Señor y vivir en su presencia. ¡Oh! ¡Y a cuántos vi sin amparo en el tiempo de angustia! Habían descuidado la preparación necesaria, y por lo tanto no podían recibir el refrigerio indispensable para sobrevivir a la vista de un Dios santo. Quienes se nieguen a ser tallados por los profetas y a purificar sus almas obedeciendo a toda la verdad, quienes presuman estar en condición mucho mejor de lo que están en realidad, llegarán al tiempo en que caigan las plagas y verán que les hubiera sido necesario que los tallasen y escuadrasen para la edificación. Pero ya no habrá tiempo para ello ni tampoco Mediador que abogue por ellos ante el Padre. Antes de ese tiempo se promulgó la solemne declaración: ‘El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía’. Vi que nadie podrá participar del ‘refrigerio’ a menos que haya vencido todas las tentaciones y triunfado del orgullo, el egoísmo, el amor al mundo y toda palabra y obra malas. Por lo tanto, debemos acercarnos más y más al Señor y buscar anhelosamente la preparación necesaria que nos habilite para permanecer firmes en la batalla, en el día del Señor. Recuerden todos que Dios es santo y que únicamente seres santos podrán morar alguna vez en su presencia”.
Ustedes pueden ver, mis amigos. Jesús está listo para darles la victoria. Tenemos que acercarnos sinceramente a Él. Esa preparación tiene que desarrollar la experiencia de tener a Jesús viviendo en nuestros corazones todo el tiempo, no apenas algún tiempo. Porque cuando Jesús vive en nuestros corazones, el pecado es eliminado. Satanás es dejado afuera. Y nosotros no pecamos, porque Jesús reina sobre todo nuestro ser. Nuestros pensamientos y nuestras imaginaciones serán las de Él. Nuestras palabras serán las de Él. Nuestras acciones serán las de Él. La corte en el cielo está en sesión ahora. No tenemos que descuidar la preparación para unirnos con Cristo en una experiencia vencedora que nos va a conducir fuera de nuestro letargo y que nos va a inspirar con el amor de Cristo.
He aquí otras sentencias muy prácticas de Primeros Escritos pág. 72. “He observado frecuentemente que los hijos del Señor descuidan la oración, y sobre todo la oración secreta; la descuidan demasiado. Muchos no ejercitan la fe que es su privilegio y deber ejercitar, y a menudo aguardan aquel sentimiento íntimo que sólo la fe puede dar. El sentimiento de por sí no es fe. Son dos cosas distintas. A nosotros nos toca ejercitar la fe; pero el sentimiento gozoso y sus beneficios han de sernos dados por Dios. La gracia de Dios llega al alma por el canal de la fe viva, que está en nuestro poder ejercitar.
La fe verdadera demanda la bendición prometida y se aferra a ella antes de saberla realizada y de sentirla. Debemos elevar nuestras peticiones al lugar santísimo con una fe que dé por recibidos los prometidos beneficios y los considere ya suyos. Hemos de creer, pues, que recibiremos la bendición, porque nuestra fe ya se apropió de ella, y, según la Palabra, es nuestra. ‘Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá’. (Mar. 11:24) Esto es fe sincera y pura: creer que recibiremos la bendición aun antes de recibirla en realidad”.
¿Cuándo termina su trabajo esta corte? Mientras Jesús esté en el Lugar Santísimo del santuario celestial, la corte continua trabajando. Pero cuando ese trabajo termina, Jesús va a hacer una declaración y la corte dejará de sesionar.
Por lo tanto, cuando Jesús vuelva a la tierra, Él ya habrá decidido quién ha sido un fiel seguidor de Jesús y quién no lo ha sido. Todo eso sucede antes de la segunda venida. Por lo tanto, antes que Jesús venga, tenemos que ser fieles seguidores suyos. Porque viene un tiempo cuando habrá un fin, y ese es el tiempo del cierre de la puerta de la gracia. Cuando eso suceda, todos habrá tomado una decisión final y no cambiarán esa decisión.
Jesús declara un fin del tiempo de gracia, y eso se encuentra en Apocalipsis 22:11-12. “El que es injusto siga siendo injusto, y el sucio siga ensuciándose. El justo siga siendo justo, y el santo siga santificándose. Yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para dar a cada uno según su obra”.
Desde 1844, de acuerdo con las profecías de tiempo de Daniel, el juicio investigador ha estado sesionando y el primer mensaje angélico ha estado siendo proclamado al mundo. Ahora vemos que eso va a terminar con el cierre de la gracia, cuando ya no va a existir ninguna posibilidad de que el que es leal se vuelva desleal, y tampoco que el desleal se vuelva leal.
Pero existe otra parte muy importante del primer mensaje angélico que tenemos que entender. Leamos la última parte del versículo 7. “Y adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”.
El llamado para adorar posee algunas instrucciones importantes. Tenemos que adorar a Aquel que hizo todas las cosas. Es una invitación especial del cielo para que adoremos al Creador en los últimos días. ¿Por qué se hace esta invitación? Existen varias razones.
Primero, el mundo en general ha perdido su creencia en la creación. La filosofía de la evolución domina el pensamiento de los científicos, académicos y filósofos. El ateísmo, la creencia de que no existe un Dios, es desenfrenada, especialmente entre los intelectuales. Es muy interesante que la forma moderna de la evolución enseñada por Charles Darwin, comenzara en el año 1844. Es irónico que en el mismo año en que el enemigo presenta una falsa teoría diseñada para hacer que el hombre se olvide de Dios, y viva en las tinieblas, Dios haya levantado el último mensaje que elevaría a la creación ante todo el mundo y que traería una gran luz. ¿Cuán perfecto es el tiempo de Dios?
Pero ambos lados de la controversia continúan compitiendo por la lealtad de la raza humana. Los hijos de los hombres viven para sí mismos y rechazan los misericordiosos llamados que le son enviados por Dios. Los otros llamados se dirigen hacia los corazones de la raza humana, para restaurar lo que se había perdido, y la adoración del Creador, en quien habita toda plenitud.
La segunda razón por la cual se pide que adoremos al Creador, es porque el mundo está siendo atraído a que adore a la bestia. Apocalipsis 13:8 dice: “Y la adorarán todos los habitantes de la tierra, cuyos nombres no están escritos en el Libro de la Vida…”.
Inconscientemente y sin querer, la humanidad está siendo atraída y engañada para adorar a la bestia y a su imagen. Por lo tanto, ¿cómo sabemos qué es la adoración al Creador? Después de todo, algunas formas de adoración, dijo Cristo, son vanas y sin valor. Por lo tanto, ¿cómo reconocemos a alguien que adora al Creador y a alguien que no lo adora? He aquí un versículo importante de Mateo 15:9.
“En vano me adoran”, dijo Él, “enseñando como doctrinas mandamientos de hombres”.
Por lo tanto, aquí vemos otro conjunto de mandamientos – los mandamientos de los hombres. Ellos se oponen a los mandamientos de Dios. Si es que vamos a estar eternamente en el reino celestial, tenemos que ser leales a los mandamientos de Dios, y tenemos que rechazar los mandamientos de los hombres. Jesús nos ordena a adorarlo a Él correctamente, no de cualquier forma. La norma de la verdadera adoración son los primeros cuatro mandamientos de los diez mandamientos que Dios le reveló a Israel en el Sinaí. Estos cuatro colocan los principios de la verdadera adoración. Están en la primera tabla y comprenden el deber completo de todo hombre para con Dios. La segunda tabla comprende el deber del hombre para con sus semejantes.
Existen ocho condiciones para la verdadera adoración en la primera tabla. La primera dice: “No tendrás otros dioses delante de mí”. Éxodo 20:3.
Este versículo deja muy claro que tenemos que adorar al Dios del cielo, al Dios de la Biblia. Dios creó la raza humana para que Lo adorase. Si no van a adorar a Dios, el Creador, se van a adorar a sí mismos, o a algún aspecto de sí mismos. Los evolucionistas y los ateos, por ejemplo, adoran su intelecto. Los hedonistas adoran su sexualidad. Los materialistas adoran su habilidad para conseguir dinero. Algunas personas adoran su religiosidad. Y así sigue la lista.
También, un dios es algo o alguien en lo cual usted coloca su confianza. En Mateo 4:10 durante Su tentación en el desierto, Jesús le dijo a su enemigo: “Debes adorar al Señor tu Dios y solamente a Él servirás”. Y en Mateo 6:33 Él dijo: “Buscad primero el reino de Dios y su justicia”. Si tenemos que buscar primero la justicia de Dios, eso no significa que después podamos hacer lo que se nos dé la gana, después de haber buscado la justicia de Dios. Buscar la justicia de Dios significa que eso tiene que ser lo primero en nuestra mente y durante todo el tiempo. Buscar la justicia de Dios es algo que dura toda la vida. No es algo que usted hace durante un corto lapso de tiempo cada día, y entonces, durante el resto del día, hace lo que se le ocurra. Tenemos que darle a la justicia de Dios la primera prioridad, primero en precedencia. Debe ser nuestro principal interés y preocupación en todo lo que hagamos.
Dios requiere una lealtad exclusiva. Él no comparte la adoración con nadie ni con nada. Esto es obvio a partir de las palabras de estos versículos. El Creador es el único en el cual tenemos que colocar nuestra completa confianza.
El segundo mandamiento coloca por lo menos tres principios sobre la verdadera adoración. Escuchen cuidadosamente: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que hay arriba en el cielo, ni abajo en la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás. Porque el Eterno tu Dios soy yo, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y la cuarta generación, a los que me aborrecen”. Éxodo 20:4-5.
Este mandamiento prohíbe el uso de cualquier objeto material como una ayuda en la adoración. Dios prohíbe el uso de cualquier estatua, pintura, reliquia, cruz, altar, ángel, crucifijo, o cualquier otra cosa, como una manera de visualizar a Dios en nuestra adoración. ¿Por qué es así? Porque el usar esas cosas envuelve los sentidos, y la verdadera adoración tiene que ser espiritual.
Juan 4:24 dice: “Dios es espíritu: y los que lo adoran tienen que adorarlo en espíritu y en verdad”.
¿Cómo adoramos a Dios en espíritu? Es a través del ejercicio de la mente, con la ayuda del Espíritu Santo. Por lo tanto, el segundo mandamiento se refiere a nuestro método de adoración. ¿Por qué Dios es tan específico?
La falsa adoración es perjudicial porque afecta el carácter; mientras que la verdadera adoración levanta y ennoblece; la falsa adoración degrada. Esa es la razón por la cual Dios insiste en la verdadera adoración. Él ama a Su creación, y Él sabe adónde va a terminar la falsa adoración. Una de las grandes lecciones de la historia es que cada nación, cada grupo de personas que han persistido en la falsa adoración, finalmente se han hundido en la degradación y generalmente se han extinguido.
En resumen, el segundo mandamiento coloca tres principios importantes de adoración. Primero tiene que ser espiritual, también tiene que ser directa, y finalmente, tiene que ser simple. Esto está en un exacto contraste con la adoración de Roma. El ritual no es espiritual. Las imágenes no son una forma directa de adoración. Ni tampoco hay que confesarse con un sacerdote. Todo el sistema de la Misa coloca a un hombre entre el alma y Cristo. Y finalmente, definitivamente no es simple. Uno mira hacia el Vaticano en Roma, y se ve claramente que la adoración de Roma no es simple. Hasta los pequeños países con iglesias católicas no son simples, con todas sus estatuas, íconos y otras parafernalias.
La verdadera adoración también se preocupa con nuestra actitud. Y este es el énfasis del tercer mandamiento. “No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano”. Éxodo 20:7.
Tenemos que reverenciar y respetar a nuestro Creador. Aun cuando yo no pienso que tenga que repetir varias palabras de memoria en este sermón, la santa ley de Dios prohíbe el uso del nombre de Dios en forma liviana o innecesariamente. Recuerden que el nombre de Dios refleja Su carácter, el cual es muy santo. Aun las palabras derivadas de un juramento, como ¡cielos, Dios! Y ¡caramba!, son formas suaves de jurar y se están refiriendo al nombre de Dios. “Oh mi Dios”, también es una expresión que toma el nombre de Dios en vano. Muchas personas usan estas palabras sin siquiera pensar en ellas.
Cuando usamos el nombre de Dios en vano, no lo estamos respetando. Acuérdense de este versículo: “Sirvamos a Dios en forma aceptable, con reverencia y con santo temor: porque nuestro Dios es un fuego consumidor”. Hebreos 12:28-29. Amigos, ¿se acuerdan de alguna instancia de la Biblia, en que personas que no respetaron a Dios fueron destruidas? Yo me acuerdo. ¿Se acuerdan de Ofni y de Fines, los dos hijos de Elí? Estos dos hombres no respetaron la adoración del Señor y fueron eliminados por la espada en un día, ambos.
Hasta quejarse, lo que casi todos nosotros hacemos alguna vez, es una ofensa a Dios. Dios permite dificultades y pruebas, que se interpongan en nuestro camino, para que podamos aprender a regocijarnos en ellas. Hasta las inconveniencias son ordenadas por Dios para ayudarnos a desarrollar un corazón cariñoso que no esté impávido con estas cosas. Aquí me estoy predicando también a mí mismo.
Escuchen este versículo de Números 11:1. Dios tuvo que detener la rebelión de la queja… “Un día el pueblo se quejó a oídos del Eterno. Cuando él los oyó se enardeció su enojo, y se encendió en ellos un fuego del Eterno, y consumió un cabo del campamento”.
¿Y se acuerdan lo que sucedió cuando el pueblo murmuró contra Moisés y contra Josué y Caleb después que los 12 espías volvieron de espiar Canaán? ¿Qué es murmurar? Amigos, murmurar es quejarse. Y todo el pueblo tuvo que permanecer en el desierto 40 años más, y los únicos que permanecieron vivos fueron Josué y Caleb.
Ustedes pueden ver, mis amigos, que el quejarse muestra una falta de confianza en Dios. Él quiere desarrollar en nosotros la confianza en Él. Así que, no podemos quejarnos cuando surgen las dificultades. Tenemos que mirar a Dios para calmar nuestro espíritu, de tal manera que podamos enfrentar la dificultad hasta el final. Pregúntense a sí mismos: ¿qué es lo que Dios quiere hacer con esta inconveniencia? ¿Qué es lo que Dios quiere conseguir en mi vida con esta prueba? Entonces pidan un corazón cariñoso y el Señor se los va a dar. Vuestra actitud tiene mucho que ver con vuestro carácter. En verdad, lo afecta mucho. Si tenemos una actitud piadosa, vamos a desarrollar un carácter piadoso. Oh, mis amigos, esto es realmente grande, y está directamente relacionado con los Diez Mandamientos.
¿Y qué ocurre con las críticas? ¿Nos hacen más piadosos las críticas contra otra persona? Piensen en eso. Cuán fácil es encontrar faltas en otras personas, que son hijos de Dios. Me duele ver esto, mis amigos. ¿Cómo vamos a ser como Cristo, si tenemos que construir nuestro carácter a expensas de otra persona? O cuán a menudo maldecimos a otros, cuando tenemos responsabilidad en ese asunto. Los que criticamos han sido comprados con la sangre de Dios. ¿No criticamos a Dios cuando criticamos a nuestro colega, o a nuestra esposa, o a nuestros asociados? ¿No es entonces la crítica una forma de tomar el nombre de Dios en vano (Su carácter)? ¿No esperamos que Dios sea misericordioso con nosotros? ¿Y cómo, entonces, podemos ser tan faltos de misericordia con los demás?
Si es que vamos realmente a adorar a Dios, tenemos que ser conscientes de Su grandeza y de Su santidad. Somos apenas polvo ante el poderoso Dios de la Creación, pero Él condescendió en levantar la humanidad caída y sufrió en la cruz, para que podamos vivir eternamente con Él. ¿Cómo podemos entonces tratar a un Dios tan grande con falta de respeto, aun en las cosas pequeñas?
Si estamos conscientes de la grandeza y de la santidad de nuestro Creador, vamos a entender que “el Señor está en Su santo templo: que toda la tierra guarde silencio delante de Él”. Habacuc 2:20. Nuestra reverencia y amor por Él, va a silenciar el alma y la lengua. Va a ser elevado el lenguaje que usamos y van a ser removidas las palabras con falta de respeto.
Eso nos conduce a un buen punto, porque nuestro tiempo se ha terminado por hoy, mis amigos. Vamos a continuar esta serie del Mensaje de los Tres Ángeles en un mensaje futuro. Así que, permanezcan en sintonía.
Oremos. Nuestro Padre celestial, gracias por el menaje del primer ángel de Apocalipsis 14. Nos conduce a entender la soberanía y el amor de nuestro Creador. Nos muestra que el fin de todas las cosas está a las puertas, y que tenemos que tomar seriamente nuestra salvación. Nos muestra que todos vamos a pasar por el juicio de Dios, y aun cuando no estemos presentes, aun así, tendremos investigadas nuestras vidas. Gracias por Jesús, el cual permanece como nuestro Abogado y Mediador, nuestro representante. Su sangre permanece para nuestro propio beneficio. Ahora, oramos para que Tú vivas en nosotros, de tal manera que podamos reflejar totalmente Tu carácter, y por Tu gracia, podamos glorificar a Dios en nuestros cuerpos, y a través de nuestra adoración y lealtad. En el nombre de Jesús, amén.
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