La Fiebre Mundial por Tierras
Por Pastor Hal Mayer
Queridos amigos,
Cordiales saludos y bienvenidos una vez más al Ministerio Guarda la Fe. Es un honor tener este tiempo con ustedes. A medida que nos acercamos al fin del tiempo de gracia para la humanidad, necesitamos cada vez más el poder de Dios en nuestras vidas. Confío en que están suplicando a Dios por ayuda para vencer el pecado y que pasen tiempo con Jesús cada día. No podemos ser triunfadores a menos que caminemos con Cristo cada instante. La victoria será en proporción al deseo que tengamos por Cristo. Si desean saber cómo caminar con Cristo, vean nuestro sermón de enero sobre la vida de Enoc.
Queremos agradecerles por vuestras oraciones y vuestro apoyo financiero. Son muy importantes para nosotros. Vuestros donativos son muy preciados en esta época del año. Estamos orando para que Dios bendiga vuestro sacrificio.
Además, visiten nuestra página Web y lean las informaciones con significado profético. Continuamente estamos publicando nuevas noticias porque no hay suficiente espacio para ellas en los CDs. Esta sección está disponible ahora en español y es actualizada regularmente. Pueden ir allí y seleccionar con un clic el idioma deseado.
Hace un par de meses, publicamos un mensaje sobre el Imperio de Nimrod, allí debatimos el futuro profético del globalismo y su impacto en sus vidas y en la mía. También en ese mensaje anunciamos que las naciones y ciudades-estado comprarían grandes extensiones de terreno agrícola fuera de su territorio con el fin de producir alimentos y agua. En este momento la prensa está llena de noticias sobre este proceso. Hay una guerra secreta de la que muy poca gente tiene conocimiento. Hay un “frenesí alimenticio” en algunas partes del mundo, por campos baratos y fuentes de agua. Y está sucediendo a gran escala detrás de los telones, silenciosamente, mientras las naciones se colocan en posición de controlar las fuentes vitales de los recursos. Este desarrollo sin precedentes, fortalece la veracidad del argumento que la Biblia predice acerca del globalismo. El mundo se dirige hacia la crisis final. El globalismo se está expandiendo a cada área de la sociedad.
Me gustaría recordar un pasaje familiar del libro de San Mateo. Son palabras de Jesús, en el capítulo 24, verso 7. “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares”.
Vayamos ahora a la primera epístola de San Pablo a los Tesalonicenses, capítulo 5, verso 3. La Biblia dice: “Cuando digan: ‘¡Paz y seguridad!’, entonces vendrá sobre ellos repentina destrucción, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán”.
De modo que será cuando las naciones y los líderes del mundo hayan hecho lo imposible por conseguir paz y seguridad; cuando la paz y la seguridad sean grandemente deseadas, cuando la paz y la seguridad estén ya a la vista, entonces destrucción repentina vendrá sobre la tierra. Se supone que la globalización traerá la paz y la seguridad… que es para prevenir crisis económicas, crisis políticas, guerras y muchos otros problemas. Pero en realidad la globalización es engañosa. Hace exactamente lo opuesto, de acuerdo a la Biblia, y crea inestabilidad y conflicto.
Vean esta fascinante declaración. Es de Testimonios para la Iglesia vol. 8 p. 34-35: “El mundo es un teatro; los actores, ‘sus habitantes’, se están preparando para desempeñar su parte en el gran drama final. Dios no está en sus planes. Las grandes masas humanas carecen de unidad, excepto cuando los hombres se confederan con fines egoístas. Dios está observando. Los propósitos concernientes a sus súbditos rebeldes se han de cumplir. El mundo no ha sido puesto al cuidado de los hombres, a pesar de que Dios está permitiendo que los elementos de confusión y desorden dominen por una temporada. Un poder inferior está obrando para llevar a cabo las grandes escenas del drama: la venida de Satanás como si fuera Cristo, y su actuación con todo el engaño de la injusticia en aquellos que se están uniendo en sociedades secretas. Los que ceden a la pasión de una confederación están desarrollando los planes del enemigo. El efecto seguirá a la causa”.
Ahora pensemos por unos momentos en esta cita. ¿Han notado el comentario de la confederación? La globalización es el proceso de confederar todos los aspectos de la sociedad bajo un gobierno global. La única forma de formar una confederación es mediante tratados como el NAFTA, CAFTA, La Unión Europea, La Unión Norteamericana, El Mercosur en Latino América, y otros acuerdos que consolidan el poder. Es la única forma de hacer que todos vayan en la misma dirección, y finalmente alcanzar sus metas geopolíticas. ¿Cuáles metas? Éstos están en rebelión con Dios y su Ley, y están globalizando el planeta para desafiar esa Ley en el último gran conflicto antes que Jesús vuelva otra vez. Éstas son las metas descritas aquí. No es lo que los globalistas nos dicen. Esto es lo que la Biblia dice acerca de ellos. Son los “reyes y los mercaderes” de la tierra. Y están haciendo todo lo posible para controlar al mundo entero. De esto se trata el globalismo y el Nuevo Orden Mundial.
También noten que Dios está permitiendo que elementos de confusión y desorden controlen la situación por algún tiempo. ¿Qué elementos de confusión y desorden permite que actúen? Es el poder de Satanás, el poder oculto que está armando cosas en este mundo. Está usando agente humanos para alcanzar sus propósitos. Los hombres se están uniendo en sociedades secretas y consolidando el poder. ¿Han oído de las sociedades secretas? Hay muchas de ellas. Tal vez ha oído de los Bilderberger, La Comisión Trilateral, El Consejo de Relaciones Exteriores, Los Masones, etc. La lista podría continuar. Estas confederaciones secretas están uniendo a “los reyes de la tierra” y a “los mercaderes de la tierra” en grupos, pero también están detrás de la gente común con el fin de controlarlos. Están buscando conseguir todo el poder que puedan, pero este proceso los preparará para la destrucción. La globalización realmente trae confusión y desorden, lo cual Jesús llamó “angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas”. Esto está en Lucas 21:25. En otras palabras, la globalización finalmente traerá guerras, que es desorden masivo.
He aquí otra declaración de Testimonios para la Iglesia vol.7 p.164 “La política de la consolidación, dondequiera que se lleve a cabo, tenderá a la exaltación de lo humano en lugar de lo divino. Los que deben llevar las responsabilidades en las diferentes instituciones dependen de la autoridad central para recibir dirección y apoyo…”. Luego la autora dice que el efecto de esto debilita el sentido de responsabilidad personal. En este contexto, la globalización hace que los hombres abandonen su individualidad y actúen de acuerdo a la sociedad. Es una alianza de lealtad. El nuevo sentido de responsabilidad no es más un sentido de convicción personal y deber, sino que es transferido y aliado al sistema social, el bien común; en otras palabras, El Nuevo Orden Mundial. Cuando esto sucede, la víctima es incapaz de ir contra la corriente, aún cuando la Ley de Dios así lo requiera.
Hoy día todo está siendo globalizado. Junto a alianzas geopolíticas, colaboración militar, centralización económica, y la internacionalización de la educación de los niños y los jóvenes, también hay ahora una consolidación de los recursos naturales como la agricultura y el agua. Eventualmente la fe y la adoración serán globalizadas, de acuerdo a la Biblia, aunque éste puede ser el último paso del Nuevo Orden Mundial. Cuando venga el momento de las leyes religiosas que globalizan la fe y la adoración, este reordenamiento de la responsabilidad para apoyar el bien común o el nuevo orden social global, será realmente mortífero. No podremos sobrevivir espiritualmente si somos parte de esto.
Y no se olvide de esto. Las Naciones Unidas están muy preocupadas con la “sustentabilidad” que es una palabra de moda para referirse al control global de los recursos, incluyendo el agua y los territorios agrícolas. Al mismo tiempo que muchas naciones están apresuradamente conspirando para controlar estos recursos vitales, los globalistas están astutamente tomando control de estas naciones y ciudades, logrando así también controlar las fuentes naturales de recursos. Los globalistas saben lo que hacen. Y está llevando a cabo su plan tal como lo planearon, y están implementándolo tan rápido como los ángeles que retienen los vientos les permiten.
Aquí hay otra declaración. Es de Testimonios para los Ministros p. 295-296: “Todo lo que ha sido planeado con respecto a la consolidación, manifiesta que los hombres están tratando de obtener el cetro del poder y sostener su gobierno sobre las mentes humanas”. ¿Entonces hacia dónde se dirige esto? Ellos quieren controlar nuestras mentes. En otras palabras, quieren controlar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestro carácter, y por lo tanto controlarán a quién debemos adorar.
Aún en este preciso instante, si ustedes viven en una ciudad grande, no tienen otra opción sino vivir de acuerdo a las leyes de gobernantes a quien no votaron, y que no son confiables para usted y otras personas comunes. No estoy hablando de los gobernantes locales que a menudo tienen que ir a las urnas. Me refiero a la gente que está detrás de las escenas, gradualmente creando y tomando el control de los procedimientos y las organizaciones que llevarán a vuestra ciudad al Nuevo Orden Mundial. Ellos les dirán lo que pueden comer, cuánto pagar por ello, y dónde lo pueden conseguir.
No debería sorprendernos, la mensajera de Dios advirtió al pueblo de Dios de la Iglesia Remanente a vivir en el campo en lugares rurales donde se pueda ser libre y cultivar vegetales y frutas, vivir allí en el tiempo de angustia y adorar a Dios de acuerdo a su Ley. Si lo hacen, vivirán con mayor libertad por un período más largo que la gente que vive en las ciudades.
Los líderes globales no nos dicen que finalmente se pondrá la fe y la adoración bajo una religión global. El Vaticano no nos dice que este es su objetivo y que está trabajando con los “reyes” y “mercaderes de la tierra” para lograrlo. Pero la segura palabra de Dios dice que el Papado se sentará como una reina (Apocalipsis 18:7) y junto a los “reyes y mercaderes de la tierra” obligará a los habitantes de la tierra a adorarla, especialmente al domingo, y en particular nosotros. Podemos saber con anticipación hacia dónde se dirige esto, si confiamos en la Biblia, y si prestamos la debida atención.
En este preciso instante las naciones de la tierra y otras organizaciones están compitiendo por controlar las fuentes de recursos y asegurarse suficiente alimento para comer y suficiente agua para beber para toda su gente. ¡Y la competencia es feroz! Las naciones están gastando billones de dólares, Euros y otras monedas en poner un fundamento protector contra la habilidad de otras naciones, como así también una defensa contra los desastres naturales. Esta es una silenciosa pero agitada guerra. En estos instantes, no son armas, no son tanques de guerra, bombas u otra maquinaria bélica. En cambio la guerra es conducida por detrás de las escenas mediante negociaciones y dinero.
He aquí el entorno. En 2010 Rusia prohibió las exportaciones de trigo por las malas cosechas. Hubo una mega-sequía con una ola de calor que batió todos los récords. Veintidós millones de acres, o sea un quinto de la cosecha de trigo falló, y mucho del resto se dañó. Un estado de emergencia tomó lugar en 16 regiones del país. Sus ancestros ya experimentaron una situación similar en 1921, los agricultores de Rusia están muy preocupados por la próxima cosecha, porque ésta depende de las lluvias de 2010. Pero las lluvias en 2010 fueron escasas. Aunque el gobierno ruso tiene reservas de grano para suplir las necesidades de este año, si la cosecha de 2011 fracasa, podría haber serias consecuencias, no solo para Rusia, sino en los suministros mundiales. El precio del trigo está subiendo a nivel mundial con mucha anticipación.
Además se pensó que la cosecha de trigo en EEUU sería suficiente, pero a fines de octubre, solo el 47% de la cosecha resultó buena o excelente. Hay una tensión creciente por las cosechas de trigo desde Colorado hasta Ohio. El maíz y la soja están en baja también.
China también está sufriendo la peor sequía en casi un siglo. “La sequía ha dejado reseca una superficie mayor a 16 millones de acres cultivables en más de 4 provincias, amenazando la vida de más de 50 millones de agricultores, según las estadísticas del gobierno. El ejército chino y los paramilitares han sido desplegados en las áreas afectadas para suministrar agua…” La gente ni siquiera se puede higienizar regularmente.
En el caso de China, la razón de la sequía se está discutiendo. Algunos dicen que no es solo capricho de la naturaleza, sino el resultado de la contaminación del hombre, la desforestación y otros factores causados por el hombre.
Para solucionar el problema, “el gobierno chino ha desplegado un poderoso arsenal que llaman “Departamento de Modificación del Tiempo”, y usan cohetes y aviones para lanzar más de 6.000 cápsulas a las nubes con la esperanza de inducir lluvias”.
Imaginemos esto amigos. El gobierno de China está tratando de manipular el tiempo y “sembrar” lluvias enviando cohetes a las nubes, presumiblemente con químicos para estimular la condensación.
Debido a las represas chinas, los recursos de agua de Camboya, Vietnam, Laos y Tailandia están disminuyendo, acrecentando condiciones de sequía en estos países.
Los precios de los granos a nivel mundial han subido de precio cuando los mercados entraron en pánico. Y a medida que la población mundial crece, la demanda global de alimentos tensiona a los mercados y los precios van a subir. Y los que controlan el mercado de granos van a ganar fortunas.
Rusia y Ucrania han propuesto hacer una unión productora de granos que incluya las naciones del Mar Negro como Turquía, Moldavia, Bulgaria y Rumania.
¿Qué es una unión productora de granos? Es una consolidación de intereses del mercado de granos para controlar y manipular el suministro y la demanda en estos mercados. Está diseñado para monopolizar la industria, todo para proteger este importante recurso.
Veamos esta declaración profética escrita hace más de cien años atrás. “La obra del pueblo de Dios consiste en prepararse para los acontecimientos del futuro, los que pronto lo sobrecogerán con fuerza abrumadora. En el mundo se formarán monopolios gigantescos. Los hombres se asociarán en gremios que los encerrarán en el redil del enemigo. Unos pocos hombres se unirán para apoderarse de todos los medios que puedan obtenerse en ciertos tipos de negocios. Se formarán gremios de obreros y los que rehúsen unirse a ellos serán hombres marcados”. Eso está en Maranata p.180.
De modo que una unión de productores de granos en el Mar Negro daría cumplimiento a esta profecía en aquella región del mundo, al menos en parte.
Hablando de uniones comerciales, es importante mencionar que esto no solo habla de uniones gremiales. También puede referirse a acuerdos de comercio y tratados que son parte de la consolidación y confederación. Este es el fundamento del globalismo.
Muchas naciones están verdaderamente preocupadas por el futuro. ¡Y deberían estarlo! Estamos cerca del fin cuando los juicios de Dios comenzarán a caer sobre los hombres. Pero estas naciones están ocupadas en protegerse de los juicios divinos. Quieren tener la seguridad de poder alimentar a su gente no importa cuán pecaminosos sean, y defenderse de la ira de Dios. Están percibiendo que habrá escases de combustible, alimento, agua, y otras necesidades. Temen que no podrán producir suficiente alimento, o que el desastre les impedirá producir alimento para las gigantescas ciudades y la creciente población en su territorio. Temen que desastres naturales como las sequías, inundaciones y guerras, les impedirán obtener los recursos para sus florecientes poblaciones.
De modo que están decididos a hacer algo si pueden. ¿No esperarán a que las condiciones mejoren? De ninguna manera. Están actuando, y lo están haciendo ahora. Hay un movimiento agresivo sin precedentes entre las naciones-estado del mundo, y también en ciudades-estado como Singapur, cuya demanda de alimentos y agua potable no alcanza a ser provista por sus recursos internos. Tienen que recurrir a las opciones externas.
Por ejemplo, las naciones del Medio Oriente están comprando grandes superficies de tierra en África para producir alimentos para las súper ciudades del Medio Oriente.
En Australia “más de 9 mil millones de dólares de valiosos bienes agrícolas fueron vendidos a intereses extranjeros en los dos últimos años solamente”, informó The Daily Telegraph. “Las naciones que lideran esto son predominantemente Asia y Medio Oriente e incluyen la poderosa economía china”.
Además de tierra agrícola, los EEUU y Gran Bretaña están entrando al mercado doméstico del agua en un momento que hay mucha tensión por este recurso vital.
Y estas naciones no se conforman con solo ser dueños del negocio; quieren también controlar los recursos adquiriendo los campos y los negocios. Es una inversión estratégica de sobrevivencia. Saben que el futuro estará lleno de peligros en relación al alimento y al agua, de manera que están tratando de ubicarse en una posición donde la cadena agrícola completa, y cada sector de la misma esté bajo su control directo. No quieren ser atrapados en la incapacidad de proveer alimentos a sus crecientes y demandantes mega-ciudades, y comprar alimentos en el libre mercado a precios muy elevados. Ya han visto como esto funciona.
Desde 2008, China ha estado expandiendo un concepto comercial conocido como “política externa” para granjas y tierras agrícolas por primera vez. China está insegura respecto del alimento, de modo que está abandonando el concepto de autosuficiencia. China posee solo el 8% del terreno cultivable del mundo, y tiene que alimentar a un quinto de la población del mundo.
China con Arabia Saudita y otras naciones del Medio Oriente, están comprando tierras agrícolas en África, Australia y Sudamérica para reforzar su producción de alimentos, y están enviando trabajadores chinos a estas tierras.
Solo en Etiopía, más de 3 millones de hectáreas han sido ofrecidas en arrendamiento a naciones ricas e intereses comerciales. Etiopía ha aprobado 815 proyectos agrícolas financiados desde el exterior desde 2007. Uno de los 50 hombres más ricos del planeta, un Jeque de Arabia Saudita ha planeado comprar 500.000 hectáreas, más de 1,2 millones de acres de tierras cultivables en Etiopía para desarrollar mercados en Arabia Saudita. Tal vez él sabe algo que la gente no sabe. ¿Podría haber un serio problema de alimentar grandes números de poblaciones que viven en ciudades en el Desierto Árabe?
El Jeque Saudita usa ingenieros españoles para construir las estructuras de acero para sus invernaderos, tecnología holandesa para optimizar el consumo del agua, y piensa en emplear a 10.000 trabajadores para una eventual operación agrícola intensiva a gran escala para proveer alimentos a las grandes ciudades del Medio Oriente.
He aquí el plan. Mujeres africanas ya están juntando y empacando 50 toneladas de alimentos por día. En 24 horas son trasladados 320 kilómetros a Addis Ababa y llevados en avión 1.600 kilómetros a mercados y restaurantes en Dubái, Jeddah y otros lugares del Medio Oriente.
Esto es un negocio inmenso, y probablemente se incremente con las 20 naciones Africanas que están vendiendo o arrendando tierras para la agricultura intensiva a una escala gigantesca que casi no se puede imaginar. El UK Telegraph “estima que 50 millones de hectáreas, más del doble del tamaño del Reino Unido, ha sido adquirido en los últimos años o está en proceso de negociación entre gobiernos e inversores ricos que trabajan con subsidios del estado. En otras palabras, naciones-estado están usando su capital soberano para ayudar a financiar la industria. De este modo obviamente pueden controlar el resultado.
“La fiebre por tierras, que está aún tomando velocidad, ha sido disparada por la escases de alimentos a nivel mundial que siguieron a los grandes aumentos del petróleo en 2008, junto con la creciente escases de agua, y la Unión Europea insiste en que el 10% del combustible para transporte debe provenir de plantas de biodiesel para 2015”.
Gobiernos, inversores, bancos, y fondos compensatorios están peleándose por tierras en Sudán, Kenia, Nigeria, Tanzania, Malawi, Etiopía, El Congo, Zambia, Uganda, Madagascar, Zimbawe, Mali, Sierra Leona, Ghana y otros lugares, buscando las mejores tierras para suplir las necesidades de las grandes y crecientes poblaciones de las ciudades.
“Arabia Saudita y otras naciones árabes de Medio Oriente como Qatar, Kuwait, y Abu Dhabi, serán los mayores compradores. En 2008 el gobierno Saudita, que era uno de los más grandes productores de trigo, anunció que reduciría su producción de cereal en un 12% para ahorrar agua. Reservó 5 mil millones de dólares para préstamos a tasas preferenciales a compañías Sauditas que quisieran invertir en países con fuerte producción agrícola.
“Al trasladarse a África para sus cultivos básicos, Arabia Saudita no solo está adquiriendo tierras sino que se está asegurando el equivalente a cientos de millones de litros de agua cada año. El agua, dicen las Naciones Unidas, será el recurso definitorio de los próximos 100 años”.
“Compañías Indias, respaldadas por préstamos del gobierno, han comprado o arrendado cientos de miles de hectáreas en Etiopía, Kenia, Madagascar, Senegal y Mozambique, donde están cultivando arroz, caña de azúcar, maíz, y lentejas para suplir su mercado interno”.
Hasta firmas británicas han entrado en acción y se han asegurado tierras en Angola, Etiopía, Mozambique, Nigeria y Tanzania para cultivar flores y vegetales.
Sudán está llamando mucho la atención ahora que ha terminado la guerra civil. Compañías de Corea del Sur han comprado el año pasado unas 700.000 hectáreas para cultivar trigo; los Emiratos Árabes Unidos han comprado 750.000 hectáreas y Arabia Saudita recientemente culminó una operación por 42.000 hectáreas en la provincia del Nilo. Estas son grandes extensiones de tierras, y proveerán grandes cantidades de alimentos al cultivarlas. Dos grupos holandeses están negociando con Sudán para usar tierras cerca del Nilo.
El pensamiento entre las naciones que están desesperadamente comprando tierras, es que la agricultura es no solo un desarrollo sustentable, sino que es importantísimo para el futuro. Sin inversión en agricultura y fuentes de agua, en el año 2050 las naciones y las ciudades tendrán serios problemas de agua y alimentos. Pero la escasez puede comenzar mucho antes de eso. Las severas sequías pueden acelerar el problema.
La tragedia es que la moderna “apropiación de tierras” no beneficia al pueblo local. De hecho, los gobiernos africanos ansiosos de obtener dinero efectivo están haciendo negocios secretamente, y expropian las tierras de su propio pueblo en muchos casos sin compensación a cambio. La tierra es barata, siendo que el costo del arriendo es más o menos un dólar por año por hectárea. El alimento es transportado al exterior y no beneficia al pueblo local que a menudo lo necesita imperiosamente, probablemente porque los márgenes de ganancia no son buenos. Irónicamente, a causa de esto, el número de personas que pasarán hambre se incrementará según los analistas.
A medida que la consolidación de los recursos agrícolas se intensifica, la profecía de Jesús acerca de las hambrunas se convierte en realidad al menos en dos formas diferentes. Hay una seria consecuencia por la monopolización y globalización de la industria agrícola. Estos grandes acuerdos eventualmente no producirán suficiente alimento para suplir las demandas de las poblaciones… al menos de acuerdo a la Biblia.
Pensemos unos minutos en esto. Las actuales mega-ciudades, o súper-ciudades como se las llama, tienen enormes demandas de agua y alimento. Y se están construyendo más. Los gobiernos y los empresarios piensan que están en proceso de asegurarse el futuro al comprar tierras. Sin embargo la centralización y la globalización de la agricultura están haciendo realmente vulnerables a la angustia a estas ciudades y sus poblaciones. Si hay una gran sequía, una interrupción en la provisión de combustible, o enfermedades; si un volcán interrumpe los vuelos, o cualquier evento catastrófico, la distribución de los alimentos se podría ver amenazada, aún al punto de interrumpirse, lo cual podría desestabilizar los mecanismos que estas naciones están levantando. Un serio problema en la producción de alimentos podría causar grandes hambrunas y desnutrición donde ya hay problemas. La hambruna podría extenderse a las grandes súper ciudades con sus viviendas, barrios marginales, suburbios y favelas.
Un inversor que está colocando su dinero en las tierras agrícolas en África dijo que “cuando escasee el alimento, el inversor necesita un estado débil que no lo obligue a respetar ninguna ley”.
Y África tiene muchos estados débiles con legisladores dispuestos a negociar sus tierras para llenar sus bolsillos. En otras palabras, probablemente habrá mucho fraude. ¿Al no ser obligados a acatar ninguna ley, significa que estos inversionistas pueden pagar sueldos irrazonablemente bajos? ¿Podría ser que se exija excesivas horas de trabajo? ¿Significa que pueden sobornar a las aduanas y evadir otros costos de exportación?
El significado de esta declaración es que el inversor sugiere que el alimento realmente va a escasear. Si aumenta la demanda de alimentos, y la provisión disminuye, los primeros en perder acceso a los alimentos serán los trabajadores locales. El segundo grupo que perderá el acceso a los alimentos serán las ciudades a las que se llevaba los alimentos producidos.
Los inversores, los gobernantes, y otros, están obviamente preocupados por la escasez de alimento y agua. Esperan que venga tensión sobre ellos y su población. Esperan tiempos difíciles. Esperan hambrunas. ¿Qué saben ellos que la población del mundo no conoce? Sólo los estudiosos de la profecía realmente saben lo que pasará. La Biblia nos lo explica en un claro lenguaje. Jesús mismo dijo que habrá hambres y pestilencia. ¿Qué pasará si ciudades enteras son afectadas por estas cosas? Imaginemos el horror de una ciudad entera que no puede conseguir alimentos o sea destruida por un virus pestilente. Los edificios permanecen intactos y la gente ha desaparecido.
Muy pocas personas están felices con el globalismo y sus consecuencias, excepto los que realmente lo controlan, y tal vez los que tienen un poco de control, sobre su nación o ciudad. Pero aún eso desaparecerá con el tiempo. La globalización incrementa el descontento también entre los gobiernos. Tan solo observen la forma en que China y los EEUU disputan entre sí sobre temas comerciales. Bajo el globalismo, no les gustará que los controlen porque esto limitaría sus armas políticas.
Vean esta declaración de la pluma de la mensajera de Dios para los últimos días. Es de Mensajes Selectos vol. 2 p. 259, 260: “Estamos en el umbral de grandes y solemnes acontecimientos. Las profecías se están cumpliendo. Se está registrando en los libros del cielo una historia extraña y significativa; acontecimientos que, como se declaró, sucederían poco antes del gran día de Dios. Todo en el mundo está alterado. Las naciones se han airado y se realizan grandes preparativos para la guerra. Una nación conspira contra otra y un reino contra otro. El gran día de Dios se apresura rápidamente. Pero aunque las naciones alistan sus fuerzas para la guerra y el derramamiento de sangre, todavía está en vigencia la orden dada a los ángeles de que retengan los cuatro vientos hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes”.
La extraordinaria competencia por tierras agrícolas está llevando a una sorprendente, inesperada y no intencionada problemática que desestabilizará al mundo. Preparará a las naciones para la guerra, tal como Jesús predijo en Mateo 24. La apropiación internacional de tierras agrícolas y fuentes de aguas está enfrentando a “nación contra nación”, y “reino contra reino”. Eventualmente llevará a la guerra abierta. Este es el propósito de la globalización. Realmente crea las circunstancias para la guerra, todo en nombre de la paz y seguridad. Y de paso, las naciones y ciudades-estado no solo están compitiendo por tierras y agua. También lo están haciendo por minerales, petróleo, y otros recursos naturales. La competencia se volverá tan fuerte que probablemente se disputarán el control mediante la guerra.
Jesús quería que supiéramos que al fin del tiempo habrá gran tribulación en millones de personas. De hecho, también dijo que el corazón de los hombres desfallecerá por temor. Ahora vemos cómo esto puede suceder. La consolidación y la confederación de la sociedad llevarán a circunstancias tan serias, una crisis tan avasallante, que muchos líderes religiosos dirán que la gente está siendo castigada porque no obedece a Dios. Muchas naciones eventualmente establecerán leyes religiosas, como las leyes dominicales, para que sus ciudadanos y sus ciudades vuelvan a tener la gracia del favor de Dios.
La mayoría del pueblo de Dios no tiene en cuenta las conexiones entre el auge del globalismo y sus consecuencias proféticas. Pero los dolorosos resultados son reales. Mientras que el actual intento de resucitar el globalismo tal vez no está completamente maduro como el modernismo lo quiere, igualmente tendrá un gran impacto en la sociedad y colocará el fundamento para una religión global como lo predice el apóstol Juan en Apocalipsis 13:8. “Y la adoraron todos los moradores de la tierra”. Esto nos afectará a nosotros y a toda nuestra familia. Afectará a nuestro vecindario. Afectará a nuestros parientes. Todos tendrán que hacer una decisión. ¿Vamos a seguir al Señor Jesús y sus Diez Mandamientos, o seguiremos las leyes hechas por los hombres y el anti-Cristo, o la bestia de Apocalipsis? El Papado se está colocando en una posición que le permitirá presionar a las naciones a establecer leyes que requieran que aceptemos la marca de la bestia.
La urbanización es una de las armas de Satanás para incrementar la maldad y la rebelión contra la perfecta ley de libertad de Dios, y esclavizar a millones con sus engaños. Los fieles seguidores de Cristo son objeto de burla en la ciudad. No disfrutan el vivir allí, y se sienten fuera de lugar en la ciudad porque donde quiera que vayan ven evidencia del poder de Satanás. Mientras que muchos del pueblo de Dios tienen que ir a las ciudades para rescatar y salvar almas, nunca hay un lugar placentero para estar. Algunos quizás se acostumbren a vivir en una gran ciudad, y tal vez puedan evitar ser víctimas del crimen, y tal vez se consideran protegidos por la gracia de Dios.
Pero tan a menudo, quienes pretenden ser hijos de Dios son entrampados en la vida de la ciudad. Las ciudades de la tierra no proveen paz y felicidad. Solo proveen diversiones para que la gente no se dé cuenta de que no están en paz. Nadie puede cambiar las ciudades porque son incambiables. La gente que vive allí depende totalmente de lo que sus líderes deciden. Fuentes de agua, sistemas cloacales, distribución de alimentos, rutas, veredas, electricidad, centros comerciales, todos están bajo el control de los que planifican y gobiernan. Esto significa que los que viven en las ciudades dependen completamente de sus líderes para sobrevivir.
Solamente hay una ciudad que es placentera, un lugar seguro para vivir. Y esa ciudad es la Nueva Jerusalén, la súper ciudad que será el hogar de millones de millones. De hecho, no habrá censos de población en aquella ciudad porque es el hogar de una gran multitud que nadie puede contar. Sin embargo, es una ciudad limpia, santa y no contaminada, no hay barrios pobres, basura, lotes baldíos, ratas y otras pestes, pandillas, turbas, y huelgas sindicales. No hay codicia, no hay mercado de valores, no hay estadios deportivos, no hay casinos, no hay baches en las calles, no hay jungla de cemento y no hay crimen. Yo quiero vivir allí. ¿Quisieran ustedes?
A causa de su maldad, Dios destruirá las ciudades. La globalización terminará en la nada tal como terminó la torre de Babel. Vean esta declaración de El Evangelismo p. 24, 25: “El Señor no desechará repentinamente a los transgresores o destruirá a naciones enteras; sino que castigará a ciudades y lugares donde los hombres se han prestado para ser poseídos por los agentes satánicos. Las ciudades de las naciones serán tratadas con estrictez, y sin embargo, no serán visitadas con la extrema indignación de Dios, porque algunas almas renunciarán a los engaños del enemigo, y se arrepentirán y convertirán, mientras que las masas estarán atesorando ira para el día de la ira”.
Aún a Satanás se le permitirá destruir ciudades y matar a cientos de miles, y así llevar a sus desprevenidos y no preparados cautivos, entrampados en el pecado, a la destrucción eterna. Noten lo que dice Isaías 14:16, 17: “…los que te vean, te contemplarán diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?”.
Si un desastre mayor sucede en una ciudad, la gente está atrapada. No pueden salir fácilmente. Tal vez recuerden a la gente tratando de escapar de Nueva Orleáns justo antes del huracán Katrina. Todas las rutas estaban llenas de automóviles. Fue un atascamiento mucho mayor que los atascamientos diarios. La policía cerró las rutas de acceso para que más autos puedan escapar de la ciudad, y aún así permanecía atascada.
Si la policía o los militares cierran la ciudad para evitar que la gente entre y salga a causa de una epidemia virulenta, una pestilencia, una guerra biológica, el problema solo se agrava. Habría pánico, disturbios y violencia, mientras las personas buscan desesperadamente alimentos y agua.
Pero hay otro tipo de desastres que afectan a las ciudades. Hay escasez de combustibles, escasez de alimentos y otras interrupciones que afectan la vida normal. La mayoría de los mercados normalmente tienen reservas para vender a la gente durante tres días. Si hay pánico, estas reservas desaparecen en cuestión de horas. Amigos, ahora es el tiempo de seguir el consejo de Dios y vivir por Su palabra. Aprendamos a depender de Él, y no de la sociedad. Para escapar de la guerra secreta por tierras y agua, debemos tener a Jesús a nuestro lado todo el tiempo.
Antes de terminar, permítanme leer el relato de una visión de la mensajera de Dios al Remanente. Está en Primeros Escritos p. 263: “Se me mostró un tren de vagones que marchaban con la velocidad del rayo. El ángel me mandó que observara cuidadosamente. Fijé la vista en el tren. Parecía que en él iba el mundo entero. Después el ángel me mostró al jefe del tren, un hermoso e imponente personaje a quien todos los pasajeros admiraban y reverenciaban. Quedé perpleja y le pregunté a mi ángel acompañante quién era aquel jefe. Me respondió: ‘Es Satanás, disfrazado de ángel de luz. Ha cautivado al mundo. Este ha sido entregado a formidables engaños para creer en una mentira a fin de que se condene. Su agente, el que le sigue en categoría, es el maquinista, y otros agentes suyos están empleados en diversos cargos, según los va necesitando, y todos marchan con relampagueante velocidad a la perdición’”.
“Le pregunté al ángel si no había quedado nadie sin subir en el tren, y él me mandó que mirase en dirección opuesta, donde vi una pequeña compañía que caminaba por un sendero angosto. Todos parecían firmemente unidos por la verdad. Aquella pequeña compañía daba muestras de fatiga, como si hubiese pasado por muchas pruebas y conflictos. Parecía como si el sol acabara de levantarse detrás de una nube y brillara sobre sus rostros, dándoles aire de triunfo, cual si estuvieran próximos a ganar la victoria”.
¿Dónde están ustedes mis amigos? ¿Están en el tren que va a perdición? ¿O están en la senda angosta con el pueblo de Dios? Ahora es el tiempo de asegurarnos de estar en el camino angosto, no en el tren. Los agentes de Satanás son seres humanos (como también fuerzas invisibles) que trabajan para capturar al mundo y obligarlo a reverenciar y adorar a su jefe. Yo no quiero estar en ese tren. Debo estar seguro que estoy siguiendo a Jesús y aceptando cada rayo de luz que me envía. Y así deben hacer ustedes. Denle hoy a Jesús toda vuestra vida.
Que Dios los bendiga.
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