Edward Snowden y el Tercer Elías
Por Pastor Hal Mayer
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Gracias por estar junto a mí hoy mientras exploramos otro importante y fascinante desarrollo de nues-tros tiempos que está basado en la profecía bíblica. Les agradezco sinceramente por vuestras oraciones y apoyo al Ministerio Guardad la Fe. Vuestro apoyo, con la bendición del Señor, es lo que provee el alimento espiritual a su debido tiempo a miles por todo el mundo. Vuestras donaciones hacen que Guardad la Fe pueda continuar su importante obra de mantener informado al pueblo de Dios acerca de los desarrollos proféticos y las tendencias en estos últimos días.
Sin un cuidadoso estudio y entendimiento espiritual, no se podrá entender la crisis venidera. Será una abrumadora sorpresa para muchos. Pero aquellos que prestan atención a la Biblia y a sus revelaciones proféticas, encontrarán abundante información acerca de las cosas que están sucediendo en nuestros días. La Biblia no dice en palabras modernas que el Presidente de los Estados Unidos va a hacer esto o aquello, o que la Unión Europea asumirá el control Papal. La Biblia nos enseña acerca de nuestros tiempos mediante historias de lo que ha sucedido en el pasado. El pasado es instructivo porque la histo-ria se repite. Nos dice cómo pensar respecto de los eventos a nuestro alrededor en un lenguaje que no puede ser entendido por alguien que no es espiritual, o por aquellos que se rehúsan a estudiar las lec-ciones de las Escrituras.
Para aquellos que sí pasan tiempo en la Palabra de Dios y que prestan atención y aplican los principios de la Biblia, y que se rinden a sí mismos a sus verdades, hay una cantidad de información que los ayuda a descifrar y encontrarle sentido a las acciones aparentemente irracionales de los líderes mundiales. Lo que parece estúpido y tonto para algunos, es realmente el resultado de principios diseñados para condu-cir al mundo a su conflicto final entre el bien y el mal. Lo que algunas personas señalan como ignorantes e idiotas acciones de los líderes mundiales, son en realidad el resultado de planes inspirados satáni-camente y propósitos que cumplen algunas de las profecías más asombrosas de la Biblia. Los líderes mundiales no son estúpidos, ni ignorantes ni idiotas. Son manejados. Son manipulados por poderes su-periores. Si ustedes piensan políticamente, no van a ver todo el cuadro completo. Pero, si en cambio piensan proféticamente, podrán ver más fácilmente cómo todas las piezas del rompecabezas se ajustan unas con las otras.
La Biblia abre a nuestra visión una amplia gama de detalles que decodifican estos eventos normales de tal manera que le dan al estudiante un entendimiento que trasciende aun el de aquellos que están invo-lucrados en estos eventos.
Lo mejor de todo, es que a medida que ustedes estudian la Biblia y piensan cómo va a terminar este mundo, se están dando la oportunidad de desarrollar lealtad a la ley de Dios y vivir Sus principios en vuestra vida cotidiana. Mientras más profundamente entendamos la conexión entre la ley de Dios y Su protección durante el caótico futuro, mejor veremos la urgencia de ponernos de lado del Todopoderoso y ser leales a Su ley. A medida que el mundo se va oscureciendo, ustedes tienen que tener la luz de Cristo brillando abundantemente en sus vidas como un luminoso contraste a las tinieblas prevalecientes.
Para los próximos meses, mi deseo es compartir una serie de sermones sobre la vida de algunos perso-najes de la Biblia y eventos que muestran cómo la historia explica el presente y el futuro. Espero que sean una gran bendición para ustedes.
Antes de entrar en el mensaje de hoy, quiero mencionar solamente que nos estamos acercando al tiempo en que vamos a comenzar nuestro proyecto de remodelación en el Centro de Calidad de Vida de Highwood en Victoria, Australia. Si ustedes están interesados en participar como voluntarios en ese proyecto, por favor pónganse en contacto conmigo inmediatamente. Estamos tratando de reunir un equipo internacional de personas, sean entrenados o no, para ayudar en la remodelación del departa-mento de terapia. Al parecer va a ser una maravillosa oportunidad para ayudar en un trabajo ganador de almas muy importante para el Señor. Por favor, envíe un correo electrónico a nuestra oficina (la direc-ción aparece en el CD) o llámenos al 540-672-3553.
Ahora inclinemos nuestras cabezas en oración para pedir la guía del cielo en nuestro estudio. Nuestro Padre celestial, somos tan privilegiados de poder llamarte nuestro Padre. Tú eres el Dios Todopoderoso. Y debido a eso no tenemos nada que temer, aun de los hombres más temibles y controladores. No tenemos nada que temer de los sistemas humanos que se están desarrollando para impedir que Tu pue-blo cumpla la misión que Tú les has encomendado para los últimos días. Por favor, ayúdanos a entender nuestros tiempos. Envía Tu Espíritu Santo para que nos muestre lo que tenemos que comprender, para que no seamos atrapados en la tremenda sorpresa que sobrevendrá al mundo. Gracias por Tu Palabra que nos revela tanto. En el nombre de Jesús oramos, amén.
Debido a que estamos viviendo en los últimos días, la Biblia nos da claves para entender cómo funcio-nan los gobiernos y cómo construyen un sistema para perseguir al pueblo de Dios y silenciar su voz de reprensión. Tenemos un ejemplo clásico sobre esta manera de pensar en la historia de Elías.
Vayamos a 1ª Reyes 18:10. Escuchen cuidadosamente estas palabras de Abdías, el mayordomo del pa-lacio de Acab: “Vive Jehová tu Dios, que no ha habido nación ni reino adonde mi señor no haya envia-do a buscarte, y todos han respondido: No está aquí; y a reinos y a naciones él ha hecho jurar que no te han hallado.”
Elías fue privado de toda la ayuda terrenal y mantenido bajo la directa intervención de Dios. El gober-nante dictador hizo todo lo que pudo para quitarle todos los medios humanos y legales de defensa. Él estaba aislado y no tenía ningún lugar adonde ir sin estar fuera de peligro.
La misma mentalidad existe hoy. El sistema que está siendo desarrollado usa excusas y eventos no re-lacionados para justificar su construcción. Pero finalmente va a ser usado para apoyar un falso sistema de adoración, y para perseguir a aquellos que defienden y guardan la santa ley de Dios en los últimos momentos de la historia terrenal. De hecho, Dios está permitiendo que los líderes mundiales desarrollen esa vigilancia total y ese sistema de control porque quiere desbaratarlo totalmente. ¿No es esto maravi-lloso?
Para que los asuntos en la gran controversia entre Cristo y Satanás sean expuestos completamente, tiene que permitir que los líderes terrenales controlen a las personas de una manera que a los ojos de los seres humanos parezca como una red inexpugnable con una estructura y coordinación global, para que si fuese posible, el pueblo de Dios no pueda esconderse o encontrar refugio en ninguna parte de la tierra. Les será quitada toda ayuda terrenal. Él va a permitir esto para que se demuestre públicamente la com-pleta y absoluta dependencia de Él. De modo que ustedes no tienen nada que temer. En vez de ello, te-man a Dios. Estas amenazas y este creciente escenario son permitidos por Dios para que Él pueda pro-teger a Su pueblo a Su manera – bajo la sombra del Omnipotente. Salmo 91:1.
Nosotros vemos evidencia de esta amplia coordinación en la forma en que los gobiernos y sus colabo-radores manejan un rango de asuntos no relacionados, tales como investigaciones de impuestos de las organizaciones políticas conservadoras. ¿Se acuerdan de haber escuchado sobre el escándalo del Servi-cio de Recaudación de Impuestos de los Estados Unidos (IRS) que alcanzó a los oponentes políticos del Presidente Obama durante la campaña presidencial en que resultó reelecto? Las Organizaciones Conservadoras que se oponían a que el Presidente Obama aplicara la exención de impuestos, lograron retrasarlas innecesariamente y estuvieron sujetas a cuestionamientos intrusivos. El IRS está ahora siendo usado para propósitos políticos (aun cuando el resultado del escándalo aún tiene que desarrollarse). Se puede ver fácilmente cómo un día el IRS también podrá ser usado para propósitos religiosos.
Otra manera en que el sistema está siendo desarrollado es atrapando informantes que filtran los secretos del estado a la prensa. Los denunciantes son esencialmente la voz de reprobación, ¿no es verdad? Cuando ellos revelan los actos secretos de los oficiales gubernamentales u organizaciones, tales como el espionaje ilegal o inconstitucional de la Agencia Nacional de Seguridad de los Estados Unidos (NSA), están en esencia reprobando públicamente al gobierno por su intromisión no autorizada en lo privado.
Escuchen esta declaración del libro El Conflicto de los Siglos p.693. “Cuando los que honran la ley de Dios hayan sido privados de la protección de las leyes humanas, empezará en varios países un movi-miento simultáneo para destruirlos. Conforme vaya acercándose el tiempo señalado en el decreto, el pueblo conspirará para extirpar la secta aborrecida. Se convendrá en dar una noche el golpe decisivo, que reducirá completamente al silencio la voz disidente y reprensora”.
Esto no puede suceder sin una organización global bien coordinada que controlará todo en la sociedad. Solamente entonces pueden ser impuestas las leyes dominicales. Cuando el pueblo de Dios tenga que defender Su ley y sostener Su santo Sábado enfrentando leyes controladoras diseñadas para que todos adoren a la bestia y para que exalten el domingo papal, la total rebelión de la raza humana estará en su punto máximo. El pueblo de Dios va a ser tratado con hostilidad y odio porque representan la voz de disensión y reprobación, especialmente cuando señalan que los juicios de Dios sobre la raza humana son el resultado de los que se oponen a la ley de Dios. Serán sometidos a las penas más severas. No podrán comprar ni vender. Sus negocios serán cerrados. No podrán comprar alimento, ni podrán pagar las cuentas de electricidad ni de teléfono. Serán eliminados totalmente del sistema. Serán perseguidos de estado en estado, de nación en nación. Se harán intentos globales para extirparlos.
Escuchen esta declaración del Deseado de Todas las Gentes p.97. “En el último gran conflicto de la controversia con Satanás, los que sean leales a Dios se verán privados de todo apoyo terrenal. Porque se niegan a violar su ley en obediencia a las potencias terrenales, se les prohibirá comprar o vender. Fi-nalmente será decretado que se les dé muerte. Pero al obediente se le hace la promesa: ‘Habitará en las alturas: fortalezas de rocas serán su lugar de acogimiento; se le dará su pan, y sus aguas serán ciertas’”. Isaías 33:16.
Esto es virtualmente lo que le sucedió a Edward Snowden, el “informante” de la NSA. Él fue privado de todo apoyo terrenal por parte de la nación de la cual es ciudadano y de muchas otras. Él fue muy cuidadoso y se aseguró que estaba fuera de los Estados Unidos cuando reveló el superespionaje que la NSA estaba haciendo y que almacenaba información de los ciudadanos Norteamericanos. Los Estados Unidos cancelaron su pasaporte y trataron que las naciones lo extraditaran. Él ahora se está “escon-diendo” bajo la protección de Rusia, mientras busca asilo y se asegura un pasaje hacia otra nación. Los Estados Unidos han colocado mucha presión sobre Rusia y sobre otras naciones que podrían proveerle asilo a este fugitivo. Han trabajado por detrás de las escenas para estrechar sus opciones y para impedir que salga de Rusia y para lograr que Rusia lo devuelva a los Estados Unidos.
La NSA ha involucrado a organizaciones de otras naciones que han colaborado en esto para recibir y compartir información. Estas naciones incluyen aun hasta los amigos de los Estados Unidos, tales como Inglaterra y Alemania. El escándalo de la NSA también ha agitado a estas naciones.
La manera en que los Estados Unidos, las Naciones Unidas y otros han tratado a Edward Snowden, quien reprobó el extremo espionaje sobre sus ciudadanos, revela lo que los gobiernos harán para desa-rrollar un método global de espionaje invasivo para espiar y controlar la información y las personas. También muestra cuáles serán las medidas que serán tomadas para rastrear y detener a aquellos que su-puestamente son enemigos del estado.
La era digital ha permitido a los gobiernos desarrollar herramientas de vigilancia para controlar las po-blaciones. Estas están siendo probadas para así detectar las posibles fallas, y resolver también los pro-blemas legales. Todo el sistema está siendo ajustado y sellado de tal manera que nadie pueda escapar.
La vigilancia es una característica que está en crecimiento y que es perturbadora en la sociedad moder-na. Hay más vigilancia hoy que nunca antes. Las cámaras están por todas partes. Las escuchas electró-nicas han llegado al punto en que billones de terabits de información detallada de ciudadanos indivi-duales es recolectada y almacenada en gigantescas bases de datos y en lugares especiales de almace-namiento, las cuales pueden ser buscados y usados cuando surja la “necesidad”. También, suceden he-chos que muestran dónde hay fallas o puntos vulnerables en el sistema que necesitan ser solucionados. Sin lugar a dudas que los ajustes futuros van a hacer que sea mucho más difícil para las personas hacer lo que hizo Snowden.
Para comenzar nuestra serie, tenemos que ir a la Biblia. El Antiguo Testamento muestra una historia convincente que nos explica los alcances que van a tener los líderes de gobiernos totalitarios y apóstatas para buscar y destruir al pueblo de Dios cuando ellos reprueben y expongan los pecados de las naciones y la malvada colaboración entre iglesia y estado y tengan que defender la ley de Dios. Esta historia está hablando del tiempo que muy pronto llegará sobre todo el planeta. Pero sus lecciones son especialmente útiles hoy en día, a la luz de recientes revelaciones del espionaje global de la NSA. Estos eventos suceden de tal manera que el pueblo de Dios, que conoce sus Biblias, pueda entender lo que depara el futuro. Dios quiere que ellos estén preparados. No quiere que sean sorprendidos.
Esta interesante historia se encuentra en 1ª Reyes. La nación de Israel estaba en grandes problemas con Dios. El gobernante era Acab, del cual se nos dice que hizo más mal que todos los que le antecedieron. 1ª Reyes 16:30-33. Acab pertenecía a una serie de gobernantes apóstatas en Israel. Primero estuvo Je-roboam, quien trabajó para impedir que el pueblo de Israel fuese a Jerusalén a adorar a Dios estable-ciendo lugares y estilos alternativos de adoración. Él colocó becerros de oro en dos lugares del reino. Después de Jeroboam vino Baasa, Ela, Zimri y Omri. Todos ellos se desviaron de la palabra de Dios y presionaron cada vez más a la nación de Israel a abandonar la verdadera adoración a Dios.
Entonces el hijo de Omri, Acab, tomó el trono de Israel. Acab reinó durante 22 años, tiempo suficiente como para hacer mucho daño. Él fue tan rebelde que hizo algo que sus padres no hicieron. Tomó una esposa de los Sidonios, que eran antiguos fenicios adoradores de los dioses de la naturaleza, especial-mente Baal, el dios de la tormenta. Jezabel era una impía mujer Fenicia y una fanática e incansable proponente de la adoración a Baal. Acab sabía que ella iba a traer la adoración de Baal a la iglesia y a la nación y al parecer la Biblia nos está diciendo que él se casó con ella teniendo eso en mente. Jezabel era la hija de Et-baal, el sumo sacerdote de Baal y rey de los Sidonios.
1ª Reyes 16:31 dice: “Porque le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró.”
Ustedes tienen que entender el significado de esto. Este arrogante atrevimiento por parte de Acab colo-có el escenario para sobrepasar en impiedad a todos sus predecesores. Él era débil y vacilante y no tenía un concepto correcto del bien y del mal. La personalidad fuerte y decidida de Jezabel consiguió manipularlo fácilmente. 1ª Reyes 16:30 dice que él “hizo lo malo ante los ojos del Eterno, más que todos los que reinaron antes de él”. Acab tenía una especial enemistad contra Dios y Su ley, y se decidió a alejar a la nación para que no siguiera al Señor. Y lo hizo agresivamente. Bajo la instigación de Jezabel usó el poder del estado para apoyar a la falsa iglesia y persiguió a aquellos que se rehusaron a aceptar la religión de Baal.
El matrimonio con Jezabel creó una alianza política entre Israel y Fenicia. Esto resultó conveniente, porque le dio acceso a las rutas comerciales que harían que él y su reino fuesen más ricos. Acab pensó que lo que había hecho Jeroboam para introducir la idolatría era muy superficial. Él haría que esta obra fuese mucho, mucho más lejos y más profunda, si fuese posible aun hasta las últimas consecuencias, para derribar completamente la adoración a Dios, y la remoción de cualquiera que se opusiera al nuevo orden “progresivo” en Israel. Pero para hacer eso tenía que darle un patrocinio real a la religión de Baal. Y al unir la iglesia con el estado, podría obligar la falsa adoración en todo Israel.
Jezebel”:http://es.wikipedia.org/wiki/Jezabel_(Biblia)
El casarse con Jezabel mostró que Acab había quebrantado deliberadamente su sagrada comisión, y que estaba decidido a usar su liderazgo para alejar a la nación del comando de Dios. Su naturaleza egoísta no le permitió comprender lo que Dios esperaba de él como líder y guardián de Su pueblo. No le im-portó quebrantar el segundo mandamiento de la adoración de imágenes. Tampoco dudó en introducir otros dioses y quebrantar el primer mandamiento. Acab pensó que sus predecesores no habían hecho lo suficiente para eliminar la justicia en Israel. El hacer que los pecados pequeños sean ignorados, abre el camino para que grandes pecados sean cometidos, y Acab se distinguió en cometer grandes pecados, no solo él mismo, sino que presionó a otros a seguir su ejemplo.
Baal fue visto como el Dios supremo que controlaba los elementos de la naturaleza, tales como el tiem-po, especialmente las tormentas de lluvia. La adoración de Baal era un rito para la fertilidad que invo-lucraba los mayores libertinajes como parte de la noción que la participación en el culto sensual traería la bendición de la fertilidad a la tierra. Cuando Dios creó al hombre, lo bendijo con la sexualidad y es-tableció protecciones a su alrededor para que pudiera permanecer puro e incontaminado. Pero el paga-nismo se exaltó en actos de sensualidad de todos los tipos. Al traer la adoración de Baal a Israel, Acab y Jezabel también trajeron consigo toda la parafernalia y la grave inmoralidad de sus ritos.
Mientras Dios le había enseñado a Su pueblo, Israel, a guardar el santo Sábado que Dios había desig-nado en la creación, Jezabel, cuya religión envolvía la adoración del sol, la luna y las estrellas y otros elementos de la naturaleza, trató de alejar a Israel de la verdadera adoración a Dios en Su santo día Sá-bado.
Recuerden que Jezabel era una liberal progresiva al igual que muchos hoy en día. Ella no solo estaba decidida a introducir una falsa adoración, sino a cambiar también la sociedad con estilos de vida dife-rentes. Cuando un líder va contra la ley de Dios en relación con la adoración, se convierte en un defen-sor de alternativas de cualquier otra cosa que Dios haya ordenado.
De acuerdo con el capítulo 16:32, Acab construyó un templo para conmemorar la adoración a Baal en Samaria, la ciudad real, como un lugar rival de adoración al templo en Jerusalén, la ciudad real del reino del Sur. También levantó un altar para Baal en el templo. Al usar el altar a Baal, Acab reconoció que Israel era dependiente de él y buscó su favor. ¡Acab estaba decidido! Y Jezabel lo fortaleció en su resolución.
La caída de Israel en una plena idolatría fue facilitada por el control de Jezabel sobre Acab. Ella era despiadada, e hizo saber que Israel no iba a seguir al Señor Dios. La Biblia dice que Acab (ayudado por Jezabel), hizo “más para provocar al Señor Dios de Israel a la ira que todos los reyes de Israel que hubo antes de él”, 1ª Reyes 16:33. Acab no solo se rebeló contra Dios, sino que deliberadamente hizo cosas para provocar al Señor. Él tenía la historia de sus predecesores. Él había visto la ruina de sus padres que estuvieron antes que él. Pero aun así se rebeló desafiantemente contra el Señor.
Ustedes saben como es. Cuando alguien decide salir y rebelarse, no tiene ningún temor a Dios. Se vuelve airado contra Dios y se atreve a hacer todo tipo de impiedades y desestima todo trazo de restric-ción que exista en ellos. Y tratan de lograr que otros se unan a ellos en su rebelión. ¿Han conocido a al-guien así? Así fue con Acab. Su corazón estaba endurecido y estaba enojado con Dios.
Siendo Jezabel una pagana idólatra, era naturalmente una perseguidora, como son todos los gobernantes paganos. Y ella hizo que Acab también lo fuera. Ellos no iban a tolerar ninguna oposición contra su agenda. Comenzaron sistemáticamente a perseguir a aquellos que se les oponían. Se nos dice que Jeza-bel persiguió a los profetas de Dios y los mató.
Permítanme explicarles lo que sucedió. La historia de la Biblia es muy clara. Cuando Jeroboam gobernó a Israel, él colocó lugares alternativos de adoración en Jerusalén y dijo a las personas que vayan a esos lugares. Él estaba preocupado que las personas lo fuesen a abandonar y que volviesen a Jerusalén y entonces su reino sería derrocado. Escuchen lo que las Escrituras dicen acerca de lo que hizo. En 2ª Crónicas 11:13-14 hablando de Roboam, el hijo de Salomón que gobernó en el reino del Sur de Judá, la Biblia dice que: “Los sacerdotes y levitas de todo Israel se juntaron a él. Los levitas dejaron sus ejidos y posesiones, y se fueron a Judá y a Jerusalén; porque Jeroboam y sus hijos los echaban del ministerio del Eterno”.
En otras palabras, los sacerdotes y Levitas que fueron dispersados por todo Israel, el reino del Norte, dejaron sus hogares, propiedades y posesiones y fueron a Judá para vivir con Roboam. He aquí la razón. Se encuentra en el resto del versículo 14 y 15. “porque Jeroboam [gobernador de Israel, el reino del Norte] y sus hijos los echaban del ministerio del Eterno. Y Jeroboam designó sacerdotes para los lugares altos, y para el culto a los demonios y los becerros que él había hecho”. En otras palabras, él destituyó a los sacerdotes y Levitas que estaban dedicados a la adoración de Dios, y los reemplazó por hombres que él escogió para que guiaran a las personas hacia la adoración pagana. Él los ordenó y los hizo pastores del rebaño. Jeroboam levantó un sistema contrario de adoración, el cual estaba en conflicto con la adoración del verdadero Dios.
¿Pueden ustedes imaginarse a un líder de la iglesia de Dios reemplazando a los buenos y dedicados hombres que amaban y predicaban la verdad, por aquellos que predicaban falsedades y que llevaban la “infernal tea satánica” a los púlpitos? Yo me imagino. He visto suceder esto en nuestros días en más de una ocasión.
Observen 2ª Crónicas 11:16. “Pero tras los levitas acudieron también de todas las tribus de Israel, los que habían puesto su corazón en buscar al Eterno, el Dios de Israel. Vinieron a Jerusalén para sacrificar al Eterno, el Dios de sus padres”.
Roboam siguió al Señor cerca de tres años al comienzo de su reinado de 17 años, pero luego abandonó al Señor y comenzó a hacer el mal. Durante sus primeros años, almas fieles siguieron a los sacerdotes y Levitas y dejaron Israel en el Norte y se fueron a Judá, en el Sur, porque aun podían adorar al Dios de sus padres.
Algunos años después, cuando el buen rey Asa estaba gobernando en Judá, esto sucedió nuevamente. Las almas fieles en Israel entendieron que si iban a adorar al verdadero Dios, no tenían otra alternativa sino seguir el ejemplo de los fieles sacerdotes y Levitas que habían perdido sus trabajos y se habían ido a Judá. Asa, de paso, fue contemporáneo con Omri y Acab. He aquí lo que dice 2ª Crónicas 15:9 acerca del buen rey Asa, el cual hizo todo lo que pudo para restaurar la adoración a Dios en el reino de Judá. “Después reunió a todo Judá y Benjamín, y a los extranjeros de Efraín, Manasés y Simeón… ¿De dón-de habían venido estos extranjeros? Vinieron de las tribus del Norte de Israel, de Efraín, Manasés y Simeón. Luego la Biblia dice: “porque muchos de Israel se habían pasado a él, al ver que el Eterno su Dios estaba con él.” Así, el reino del Norte perdió estas almas fieles a pesar de los intentos para mante-nerlos allí. Ellos siguieron la verdad. Las cosas estaban tan mal en Israel que ellos sabían que no tenían ninguna otra posibilidad de adorar, a no ser adonde el Señor era honrado. La Biblia dice en el versículo 11 que ofrecieron sacrificios al Señor. Y entonces escuchen el versículo 12. Ellos estaban tan cansados de la apostasía que “Y pactaron en buscar al Eterno, el Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma”.
Amigos, cuando ven apostasía en la nación y en la iglesia, ¿deciden en su corazón buscar al Señor Dios de sus padres espirituales con todo su corazón y con toda su alma? Ciertamente debiera ser así. Esa es la única manera para que ustedes se fortalezcan a sí mismos para la batalla que se aproxima. Y se viene una batalla, mis amigos. Su relación con Cristo va a decidir si ustedes sobreviven o no. La fuerza y la profundidad de vuestra preocupación por las almas que han sido atrapadas por la apostasía, es la medi-da de vuestra unidad con el corazón de Dios.
En medio de la apostasía y la rebelión, Dios siempre posee Sus agencias entre los hombres, las cuales están especialmente preparadas para la emergencia. Cuando los sacerdotes y Levitas dejaron Israel, no había más influencia contra el mal. De manera que Dios levantó profetas en Israel para defender la ley de Jehová. Estos profetas no poseían el don del Espíritu de Profecía, como lo tuvo Elías. Ellos eran lo que hoy conocemos como obreros bíblicos, instructores religiosos, como aquellos que entrenó Samuel en las escuelas de los profetas muchos años antes. Y ellos levantaron la ley de Dios y el Espíritu de Profecía delante del pueblo, que en ese tiempo, eran los escritos de Moisés. Les enseñaron a las personas los sagrados oráculos que Dios les había dado a través de él.
Pero Jezabel odiaba estos testimonios de la verdad. En 1ª Reyes 18:4, dice que: “Jezabel destruía a los profetas del Eterno”. ¿Qué significa “destruir”? Abdías lo dice más claramente en el versículo 13: “¿No ha sido dicho a mi Señor lo que hice? Cuando Jezabel mataba a los profetas del Eterno…”. ¡Podemos ver que Jezabel mató a muchos profetas del Señor! Ella no tenía consciencia. Jezabel trabajó muy duro para eliminar toda voz disidente, cualquier voz de reprobación, cualquier voz de justicia. Abdías salvó a algunos. Pero no pudo salvarlos a todos.
Estos hombres fieles trabajaron cuidadosamente, quieta y sigilosamente entre el pueblo. ¿Cómo lo sa-bemos? Bien, piensen en esto. Sabemos que Abdías escondió a 100 profetas del Señor y los mantuvo en una cueva durante el tiempo de sequía. ¿Por qué? Porque sus vidas estaban amenazadas por Jezabel. Estos fueron los que sobrevivieron a la persecución de Jezabel. Era peligroso levantar la ley de Dios en aquellos días, de la misma manera que será en el fin del tiempo, cuando los gobernantes van a perseguir a aquellos que levanten el sábado de la ley de Dios ante las naciones apóstatas.
También, en aquellos días no había sinagogas u otros lugares de adoración en Israel. No leemos acerca de altares o sacrificios al Señor. No leemos tampoco que alguien estuviese ofreciendo incienso al Señor. Ustedes ven que la adoración pública estaba restringida a la adoración de Baal. No se podía adorar abiertamente al Dios del cielo; porque si lo hacían iban a estar en problemas con el gobierno dictatorial sediento de sangre. Para un judío esto debe haber sido un tremendo cambio. Los judíos adoraban a Dios en Su Sábado, el séptimo día de la semana. Pero la adoración a Baal era bien diferente de la adoración a Dios. Acab y sus predecesores sin lugar a dudas habían cambiado el día y el objetivo de la adoración. El sábado fue olvidado. A Satanás le encanta que el pueblo de Dios le dé las espaldas al sábado, porque siempre ha sido una señal especial entre Dios y Su pueblo.
Pero los profetas del Señor trabajaron entre el pueblo para recordarles la ley de Dios y el santo Sábado. Tenían que trabajar de casa en casa, de puerta en puerta, en reuniones privadas con las familias en sus hogares, instruyendo y animando a las personas a que permanecieran fieles a Dios. Fue probablemente debido a estos profetas que hubo 7.000 que no habían doblado sus rodillas ante Baal. ¡No nos debiera sorprender que Jezabel quisiera matarlos!
Yo puedo añadir que estos hermanos eran misioneros de sostén propio. Ellos no recibieron un estipendio de la iglesia, porque no había una estructura que les pagara. Ésta había colapsado con la huida de los sacerdotes y Levitas al reino del Sur. ¿Creen ustedes que esto volverá a suceder en los últimos días justo antes que Jesús venga? ¿Qué sucedería si el gobierno remueve el estatus de exención de impuestos de ciertas iglesias que promueven y sostienen el verdadero sábado? ¿Qué sucedería si se aprueban leyes que prohíban predicar o que prohíban llevar a cabo funciones ministeriales sin una licencia gu-bernamental, de tal manera que el gobierno pueda controlar cuáles son los predicadores que pueden predicar? Esto ha sucedido en algunos países en el pasado, ¿no es verdad? Presionar a las iglesias para que se ajusten a las órdenes del gobierno es una característica muy común en los gobiernos dictatoriales. Y cuando las iglesias no se ajustan, pierden su estatus reconocido como iglesias. Ya no pueden realizar reuniones públicas. Sus pastores ya no pueden trabajar como ministros normales. Tienen que trabajar en secreto, o en forma privada. Es muy interesante que la Biblia nos diga claramente lo que va a suceder con las estructuras eclesiásticas guardadoras del sábado bajo la persecución de los últimos días. Ellas van a colapsar, así como sucedió en los días de Acab, cuando la falsa adoración fue obligatoria por una ley gubernamental. Pero el Señor siempre tiene Su iglesia, aun si tiene que ser organizada directamente por el Espíritu Santo.
Estos profetas del Señor eran parte de eso. Fueron obligados a trabajar en forma “oculta”. Las cosas debieron haber sido tan peligrosas, que ni siquiera podían ir abiertamente al mercado a comprar o ven-der. Deben haber existido otros, compradores sustitutos, que compraron para ellos. Pero lo más proba-ble, es que hayan sobrevivido por la generosidad de las personas a las cuales les llevaron la verdad de Dios en el tiempo en que la verdad estaba siendo aniquilada por un rey impío y por una profetisa após-tata.
Ellos estaban tan preocupados por la salvación de las personas, que arriesgaron sus vidas para encontrar a aquellos que tenían los corazones abiertos. Trabajaron a escondidas del sistema político y religioso que Acab y Jezabel habían levantado. No les pidieron permiso. No buscaron su consejo. No trataron de oponerse abiertamente en rebeldía. Ellos sabían que eso sería inútil. Por lo tanto, fueron de hogar en hogar, tal como lo hicieron los buenos Valdenses muchos siglos más tarde en Europa, para animar a las personas a vivir la verdadera fe.
¿Creen ustedes que a Acab y a Jezabel les gustaba lo que estos profetas estaban haciendo? Oh no… Yo creo que no. Ellos tenían sus propios profetas; 450 profetas de Baal y 400 profetas de Asera, 1ª Reyes 18:19. Estos profetas del Señor eran una molestia.
Cuando descubrieron que estos profetas iban a socavar sus planes y que le iban a mostrar al pueblo las verdades de la palabra de Dios, se enojaron mucho. Decidieron que tenían que hacer algo. De lo contra-rio, las personas perderían la confianza en el gobierno. Tenían que establecer algo para controlar a estos elementos “rebeldes” de la sociedad. Finalmente, decidieron matarlos. Pero esta no era una tarea fácil. ¿Cómo encontrarlos? ¿Cómo detectarlos cuando son como el viento? Acab y Jezabel y sus subordina-dos no sabían de dónde venían y tampoco sabían hacia dónde iban, pero podían ver que había algunos persuadidos a no doblar la rodilla ante Baal, a pesar de sus mejores esfuerzos para que lo hicieran.
Asique todo se volvió aún más peligroso; mortal, de hecho. ¿Qué creen ustedes que hicieron Acab y Jezabel para prender a estos fieles seguidores de Dios? ¿Qué habrían hecho ustedes si hubiesen sido Acab? Voy a decirles lo que creo que hicieron. Todo lo que tenemos que hacer es ver lo que los go-biernos de hoy hacen para eliminar a aquellos que representan una amenaza. Acab era un poderoso dic-tador, tal como lo eran todos los reyes. Cuanto más dictatorial sea un gobierno, más herramientas usan para controlar a las personas.
Aunque la Biblia no lo dice, Acab y Jezabel tuvieron que establecer alguna especie de vigilancia para espiar a su propio pueblo. Tal vez, hasta organizaron una “Agencia de Seguridad Nacional” para escu-char disimuladamente las conversaciones de los hogares. Ellos no tenían todas esas cámaras, ni la tec-nología digital, ni detectores ni otros aparatos de alta tecnología que los gobiernos poseen hoy. Pero trabajaron con los mismos principios. Serían enviados agentes para descubrir si existían reuniones se-cretas en los hogares. Cualquiera que fuere sospechoso de ser simpatizante con la verdadera adoración, estaría bajo vigilancia y sería seguido. Los vecinos y los amigos serían sutilmente entrevistados para saber si habían observado cualquier actividad inusual o sospechosa, cualquier reunión secreta, o cual-quier extranjero en el pueblo. Hasta pueden haber promovido la mantra: “Si ves algo, di algo”, como lo hacen algunos gobiernos hoy en día. Ellos hicieron todo lo que pudieron para saber dónde estaban estos profetas. Los pintaron como traidores y los hicieron parecer como si estuviesen socavando la seguridad nacional.
Bajo esta sociedad vigilada, se volvió muy peligroso para estos profetas hacer lo que sabían que tenían que hacer. Tuvieron que esconderse o disfrazarse. Tenían que ser muy cuidadosos con lo que decían hasta que supiesen que estaban en un ambiente amigable.
Y Acab y Jezabel no dudaron en matar a todos los profetas que pudieron encontrar. Esto creó miedo. El miedo es siempre la herramienta de los dictadores para controlar la población. Jezabel era especialmente celosa en ejecutar a cualquiera que permaneciera leal a la ley de Dios. No había nada parecido a un juicio justo. Si alguien era sospechoso de ser uno de los profetas y era apresado por los espías o por los agentes de seguridad de estos gobernantes impíos, ciertamente iba a perder su vida. Y si alguien se rehusaba a informar al gobierno sobre estos profetas, también podía sufrir.
Piensen en esto ahora… Dios permitió que algunos de sus mensajeros sufrieran como mártires por causa de la verdad. Sin lugar a dudas esto causó una gran impresión en las almas que estaban prestando atención. Cuando estos profetas fueron perseguidos y fueron sacados de la vida social de la nación, y fueron obligados a salir de circulación, sin duda que sus amigos y aquellos que los protegieron, también sufrieron severamente. Tal vez ellos también perdieron sus vidas por haber simpatizado con la verdad. Esa es la naturaleza de la persecución. Y toda sociedad que rechaza la Biblia y la ley de Dios, inevita-blemente va a convertirse en una sociedad perseguidora. ¿Por qué sucede eso? Es porque no quieren escuchar a ningún testigo que vaya en contra de su comportamiento, ninguna reprobación o disidencia.
Cuando uno de los profetas era capturado, sin lugar a dudas era investigado en relación a quiénes eran sus amigos, adónde había encontrado habitación y comida, y hacia dónde pretendía ir después. Perdían todos sus derechos como ciudadanos de Israel. Tal vez algunos aun fueron torturados en prisiones se-cretas, o permanecían detenidos indefinidamente sin un juicio. Tal vez fueron colocados en situaciones estresantes, o fueron sometidos a ataques de perros para que tuvieran miedo y se humillaran. La situa-ción era tan mala que las personas estaban con miedo de hablar, por temor a convertirse en sospechosos de traición.
¿Creen ustedes que esto es lo que va a suceder con el fiel pueblo de Dios que en los últimos días será enviado con el mensaje de reforma a las personas? ¡Ciertamente! Esta historia es profética en el sentido que nos revela los principios que hoy vemos se están desarrollando para eventualmente perseguir al pueblo de Dios. Estos principios no están siendo usados de esa manera ahora. Están siendo usados con-tra el terrorismo. Pero un día, una vez que estén bien desarrollados, que hayan madurado y que estén bien probados de diferentes maneras, entonces serán dirigidos sobre nuevos blancos. Serán usados con-tra aquellos que sean acusados de traer los juicios de Dios sobre el país debido a su impiedad.
¿Pueden imaginarse el regocijo diabólico que esto le causa a Satanás cuando ve a Israel en sequía espi-ritual? ¿Pueden imaginarse la tristeza que esto le causa a Cristo? Escuchen esto de Patriarcas y Profetas p.84-85.
“Durante muchos años, había estado perdiendo su sentido de reverencia y piadoso temor; y ahora pare-cía que no hubiese nadie capaz de exponer la vida en una oposición destacada a las blasfemias prevale-cientes. La obscura sombra de la apostasía cubría todo el país. Por todas partes podían verse imágenes de Baal y Astarté. Se multiplicaban los templos y los bosquecillos consagrados a los ídolos, y en ellos se adoraban las obras de manos humanas. El aire estaba contaminado por el humo de los sacrificios ofrecidos a los dioses falsos. Las colinas y los valles repercutían con los clamores de embriaguez emi-tidos por un sacerdocio pagano que ofrecía sacrificios al sol, la luna y las estrellas”.
Imaginen lo que debe haber sido todo esto para los 7.000 que no habían doblado sus rodillas ante Baal. Ellos temían hablar, porque podían perder sus vidas. No podían creer lo que le estaba sucediendo a su querida nación e iglesia… Sin duda había mucho de “suspirar y llorar” con respecto a la apostasía entre estos 7.000.
A medida que las personas adoraban los dioses del sol, la luna las estrellas, la tierra, el fuego y la tor-menta, le estaban dando las espaldas a la verdadera fuente de estas bendiciones. Se olvidaron que estos elementos estaban en la tierra de Dios y que eran controlados por la divina omnipotencia. Nunca antes habían caído en una apostasía tan profunda. Solamente la poderosa intervención de Dios podía salvar a la nación de una total destrucción. Pero Dios aun amaba a Israel y tenía compasión de aquellos que ha-bían sido conducidos al pecado. Él estaba a punto de levantar a uno de Sus más poderosos profetas en el reino y pueblo apóstata. A través de él serían conducidos de regreso a la lealtad al Dios de sus padres en un poderoso suceso.
Es muy triste ver los caracteres de los príncipes y del pueblo de Israel en el tiempo de Acab. Podría es-perarse que Dios fuera a eliminar a las personas que tan evidente y desafiantemente se olvidaron de Él. Pero esa no es la manera en que Dios trabaja. En vez de eliminar a Israel, Dios les envió una enorme bendición. Nunca Israel fue tan bendecido con un buen profeta como cuando estaba tan maldecido por un rey malo. Acab fue muy atrevido para pecar. Pero Elías fue muy atrevido para reprenderlo.
La historia sagrada no registra ningún tiempo tan oscuro para el pueblo de Dios como cuando estuvo bajo el espíritu y poder del rey Acab. Pero tampoco la historia sagrada ha brillado más que cuando es-tuvo bajo el espíritu y poder de Elías. Elías fue un hombre que amaba a Dios más que a su vida. Elías vio la obstinada apostasía de Israel y su corazón fue desgarrado por la audacia y presunción de Acab para guiar al pueblo a darle la espalda a Dios. Su corazón justo fue fastidiado por el impío corazón del rey. La mejor manera de describir la cercana comunión de Elías con Cristo, es diciendo que después que hubo terminado su obra aquí en la tierra, fue trasladado sin ver la muerte. Este es un privilegio que él compartió solamente con otro profeta, el profeta Enoc. Ver Judas 14.
Tal vez, debido a su lealtad para con Dios y Su ley, como representante de los fieles de los últimos días que van a hacer lo mismo, él fue invitado a estar con Moisés cuando Cristo fue transfigurado en el monte. Elías es el gran símbolo de reforma y transformación. Pero también es un gran símbolo de ora-ción intercesora. Elías es el gran representante de aquellos que van a hacer una obra similar en los últi-mos días de la reforma del Sábado. Al restaurar la verdadera adoración a Dios, Elías fue el gran tipo del pueblo de Dios del tiempo del fin, el cual va a restaurar la verdadera adoración en un mundo impío y apóstata.
Escuchen esto de Malaquías 4:5-6. “Mirad, yo os envío al profeta Elías, antes que venga el grande y te-rrible día del Eterno. Él convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres. No sea que yo venga, y hiera el país con maldición”.
Otros profetas profetizaron y escribieron, pero Elías profetizó y actuó. Él no escribió nada, pero sus ac-ciones resaltan más notoriamente su nombre y su carácter que cualquier libro escrito jamás podría haber hecho. Cuando ustedes piensan en los milagros que Elías hizo durante su ministerio terrenal, pueden ver que Elías fue un hombre que, más que cualquier otro, excepto el propio Cristo, tuvo el Espíritu y el poder de Dios. Él prefiguró a Juan el Bautista, que fue el segundo Elías. Juan trajo una severa reprensión y también una reforma, y preparó el camino para el Mesías. Dios trata de hacer una obra así una vez más antes del cierre del tiempo de gracia. Él quiere usarlos a ustedes y a mí para exponer los pecados de Babi-lonia y para defender y levantar el Sábado de Su ley, y preparar el camino para la segunda venida de Cristo. El verdadero pueblo de Dios en estos últimos días es el tercer Elías.
En vista de la miserable apostasía de Israel, Dios llamó a Elías para que hiciera una gran y poderosa obra de reforma. La apostasía fue tan mala que su corazón fue agitado por el Espíritu Santo por el honor de Dios y Su ley.
La Biblia no nos cuenta nada acerca de los padres de Elías, de su familia, o de su tribu. Todo lo que sa-bemos es que era de un lugar conocido como Tisbe en Galaad, un área montañosa al Este de Samaria al otro lado del río Jordán. La tribu de Gad y la mitad de la tribu de Manasés dividieron esa región. Pero no sabemos si era nativo de alguna de esas dos tribus.
Elías estaba acostumbrado al medio ambiente natural y puro de las montañas. Parece ser obvio que sus padres amaban y honraban a Dios en su hogar. La palabra de Dios en aquellos días era el Pentateuco, o los libros de Moisés. Ellos creían que la obediencia a la ley de Dios era la única manera para obtener la bendición de Dios. En aquellos días, no había lugares de adoración adonde valiese la pena ir. Jeroboam había establecido dos lugares de adoración en Dan y Betel, pero estaban tan corrompidos que era impo-sible asistir sin escuchar todo tipo de tonterías especulativas, entretenimiento, abierta idolatría y liberti-naje. Sin duda que tenían que realizar servicios de adoración en sus propios hogares, porque no había otro lugar para hacerlo. Tal vez invitaban a unos pocos amigos para adorar juntos.
Elías no era una persona egresada de las escuelas de aquellos días. Ellas podrían haber contaminado su fe y haber socavado su lealtad a Dios y Su ley. Las escuelas de los días de Elías entrenaban a la juven-tud en el escepticismo en relación con la fe Judía. Los profesores que eran empleados allí, sin duda simpatizaban con la adoración pagana a Baal que prevalecía bajo Acab y Jezabel. Ellos enseñaban los místicos conceptos paganos de los orígenes de la tierra y de la humanidad y se burlaban de aquellos que creían en el registro del Génesis en los libros de Moisés. Exaltaban la razón humana por sobre la palabra de Dios al igual que muchos hoy en día.
Durante estas circunstancias el Espíritu de Dios vino sobre Elías y lo movió para que dejara su hogar en la montaña y que fuera a Samaria y enfrentara al impío rey. Imaginen la escena. Elías no pidió permiso para ver Acab. Simplemente entró en el palacio e ingresó a la sala del trono sin ser invitado y sin ser asistido, como si tuviese todo el derecho a estar allí, y pronunció la terrible sentencia de condenación: “Vive el Eterno Dios de Israel, a quien sirvo, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi pa-labra”. 1ª Reyes 17:1. Luego se dio vuelta y desapareció, dejando al rey sorprendido y balbuceando en desconcierto.
La sorpresiva aparición de Elías y su sorpresiva desaparición dejaron asombrado a Acab. Él era arro-gante y orgulloso. ¿Cómo se atrevía este extranjero a entrar al palacio del poderoso monarca y pronun-ciar una reprensión y un juicio sobre él? Sin duda que sintió que este era verdaderamente un mensaje de Dios. Pero sabía que si lo reconocía, perdería la confianza de su pueblo, y estaría bajo la severa presión de Jezabel. “¿De dónde salió este hombre?” debe haber preguntado exigentemente Acab. ¿Quién es él, y con qué autoridad habla de esta manera?
No es tan importante de donde viene un hombre sino quién es. Tengan en mente que Elías no tenía una reputación establecida en Israel. Pero su reprobación lo iba a catapultar hasta la infamia. Él nunca había sido orador, o escritor o ninguna otra especie de persona prominente. Dios lo había mantenido escondi-do en las montañas, esperando este preciso momento. Dios a menudo usa lo oscuro, lo escondido, y lo misterioso para sorprender a sus enemigos.
Elías era un hombre de carácter y de acción decidida. Tal vez fue un granjero no refinado que no estaba familiarizado con las formalidades de la corte ni de las políticas nacionales. Pero los tiempos eran difí-ciles. Era una hora de crisis. Grandes pecados y la rebelión habían invadido al pueblo de Dios. Era tiempo de acción para señalar la apostasía, para que toda la nación no fuese arrastrada a una terrible ruina. Los espíritus rudos son llamados para servicios rudos. Al igual que en la Reforma, que necesitó de un hombre como Martín Lutero para quebrar el yugo de Roma sobre el pueblo, así, Dios escogió a Elías para asustar a Acab y lidiar con las difíciles y reales circunstancias de sus tiempos. Elías manejó la situación como un valiente guerrero. Su nombre refleja su celo. Significa “Jehová es mi Dios”.
Santiago 5:17 nos dice que Elías era un hombre con las mismas pasiones que nosotros, lo cual sugiere que no solo era un ser humano, sino que era más agresivo y sincero que muchos de nosotros. Él no iba a jugar el correcto juego político que la mayoría de las personas estaban jugando en aquellos días.
Elías fue movido por una fuerte fuerza de carácter, inspirado por el Espíritu Santo. El apóstol Santiago nos dice que él oró para que Dios retuviera la lluvia. Escuchen al apóstol: “Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.” “Otra vez oró”, versículo 18, “y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto”.
Claramente Elías fue un hombre de sincera oración. Tuvo una conexión con Dios que era fuerte y pura. Conocía a Dios, y Dios lo conocía. Le abrió su corazón al Señor. Él estaba turbado con la gran impiedad y malos actos del rey y de la nación, y le suplicó a Dios por una solución. Estaba indignado que el pueblo en quien Dios había depositado Su bendición especial le diera las espaldas y adorara a los dioses imaginarios Fenicios de la naturaleza. Era apasionado por el honor de Dios y le pidió a Dios que hiciera algo drástico, si fuese necesario. Vio la confusión en los corazones y mentes del pueblo y ansió que volvieran sus corazones a Dios.
Permítanme hacerles una pregunta. Cuando ustedes ven a miembros de iglesia en rebelión contra Dios y Su ley, ¿son movidos con pasión por la ley de Dios? ¿O permanecen imperturbables con respecto a ellos? O peor aún, ¿los catalogan como casos sin esperanza? ¿Oran ustedes, como lo hizo Elías, para que suceda algo que pueda detener la apostasía? El profeta Ezequiel dijo que la marca de protección de Dios es colocada solamente sobre aquellos “que gimen y claman a causa de todas las abominaciones que se cometen en ella [en la iglesia]”. Esto está en Ezequiel 9:4.
Entiendan este pensamiento. Elías fue un hombre apasionado, pero esas pasiones no fueron dirigidas hacia una auto-indulgencia. Fueron dirigidas hacia el honor de Dios, y Dios lo pudo usar poderosamen-te.
Es como si Elías estuviese en su casa un día, suplicándole sinceramente a Dios por los pecados de Israel. Dios desciende sobre él y al día siguiente está en el lugar de Acab pronunciando un juicio del cielo sobre Israel por su impiedad. Su abrupta llegada hace parecer que acaba de llegar del cielo, tal vez en un adecuado símbolo de los cielos ofendidos. Él no le susurró la sentencia divina al pueblo. Sin temor se dirigió directamente hacia Acab, quien tenía el poder y la responsabilidad de reformar a la nación. La declaración de que no iba a llover fue una reprensión de los pecados de Acab, los cuales, como ustedes deben acordarse, eran peores que todos los cometidos por sus padres antes que él hasta el tiempo de Je-roboam.
Elías le dijo a Acab que él era el mensajero de Dios, “en cuya presencia estoy”. Él representaba al Dios vivo, que no es como los dioses que Acab adoraba. “Yo estoy en el lugar de Dios”, dijo Elías. “Soy Su mensajero, y estoy aquí para intervenir en tu decidida impiedad y rebelión. A pesar de lo que pueda pa-recer ahora, la nación va a sufrir el castigo de Dios”. Elías le recordó a Acab que sus dioses no traían la bendición de la lluvia; es el Dios del cielo el que lo hace, y a quien Acab le debía lealtad.
¿Creen ustedes que a Acab le gustó escuchar lo que Elías tenía para decirle? Piensen en cuán política-mente incorrecto sería esto en nuestro mundo hoy. Hablar de los juicios de Dios es como ser un temible alarmista. Si ustedes predican un sermón sobre el desagrado de Dios hacia los impíos, ustedes van a ser calificados como lunáticos. Al parecer, nadie quiere escuchar lo que Dios dice en estos días. Estamos nuevamente en un tiempo cuando parece ser que todos quieren andar en sus propios caminos, y darle la espalda al Dios del cielo. Quieren vivir el estilo de vida que ellos quieren. Quieren casarse con la per-sona que ellos quieren. Quieren vivir en pecado a pesar del desagrado de Dios. Quieren comer lo que ellos quieren. Quieren ver o escuchar lo que ellos quieren. A la mayoría de las personas hoy no les im-portan lo que Dios dice, aun entre los cristianos.
¿Creen ustedes que estamos en un tiempo de apostasía similar al de Israel en los días de Acab y Jeza-bel? ¡Claro que sí! Estamos viviendo en los últimos días. Los mismos pecados y rebelión existen en nuestra generación y existían en los días de Elías. Quiera Dios ayudarnos a suplicarle sinceramente por una solución.
Elías desafió a Acab y Jezabel y expuso abiertamente la impiedad del rey con claras palabras. Sin duda que le advirtió que se arrepintiera. Él declaró que no iba a haber ni rocío ni lluvia indefinidamente hasta que Dios estuviese listo para restaurarla. La tierra productiva tan bendecida con una rica abundancia se convertiría en un lugar árido y estéril. Baal era adorado como si fuese la fuente de la vida y de la bendi-ción. Era el gran dios de la tormenta que traía la lluvia y la humedad a la tierra para que las plantas pu-dieran crecer. La declaración de Elías era una afrenta a Baal, y para los profetas de Baal, y para los pro-fetas de los bosques. “No esperes lluvia hasta que oigas nuevamente hablar de mí”.
Después que Elías dio su mensaje, se volvió y dejó el palacio antes que el rey pudiese recobrarse y lo detuviera. El Señor vino a él y le dijo: “Vete de aquí al oriente, y escóndete en el arroyo Querit, que está al este del Jordán. Beberás del arroyo, y yo he mandado a los cuervos que te den de comer”. 1ª Reyes 17:3-4.
El largo y penoso periodo de sequía comenzó tan pronto como las palabras salieron de la boca de Elías. Desde ese momento en adelante no hubo ni rocío ni lluvia. Los cielos se volvieron como bronce. La tie-rra se secó y se quemó. El sol brilló intensamente, el calor marchitó cada hoja de pasto y cada árbol y flor. Se secaron y murieron como un exacto símbolo de lo que le había sucedido a Israel espiritualmente.
Mientras tanto, Elías estaba en el arroyo de Querit. Hizo lo que el Señor le había ordenado. Dios sabía cómo proteger a su siervo. Lo envió a esconderse sabiendo que Acab trataría de encontrarlo, arrestarlo y matarlo.
La Biblia dice en el versículo seis: “Los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde. Y bebía del arroyo”.
Acab estaba enojado con Elías. Creía que Elías era la causa de todos los problemas que él enfrentaba. No entendió que era Dios el que había ordenado la sequía para hacer que Israel volviese a sus sentidos espirituales. El desastre natural era un llamado a despertar, así como lo son a menudo los desastres na-turales de hoy.
Pero Acab no pensaba en todo eso. Estaba enojado con Elías por haberlo reprobado, y para él la sequía se debía a Elías, no a Dios. Reconocer que la sequía se debía a Dios hubiera significado destruir todo lo que había tratado de construir. Acab veía a Elías como un problema de seguridad nacional. Él era la causa del desastre natural que estaba destruyendo la tierra. Elías tenía una sentencia de muerte sobre su cabeza. En el último conflicto final que muy pronto va a venir, el fiel pueblo de Dios será visto como la causa de los desastres naturales que van a hacer estragos en las naciones. Serán acusados de estar soca-vando la seguridad nacional, y serán sentenciados a muerte.
Escuchen esto del libro El Conflicto de los Siglos p.648-649. “Bajo el reinado de Roma, los que sufrie-ron la muerte por causa de su fidelidad al Evangelio fueron denunciados como malhechores; se los de-claró en liga con Satanás, y se emplearon cuantos medios se pudo para cubrirlos de oprobio y hacerlos pasar ante los ojos del pueblo y ante ellos mismos por los más viles criminales. Otro tanto sucederá ahora. Mientras Satanás trata de destruir a los que honran la ley de Dios, los hará acusar como transgre-sores de la ley, como hombres que están deshonrando a Dios y atrayendo sus castigos sobre el mundo”.
Acab hizo lo que los gobernantes modernos hacen con sus supuestos enemigos. Los persiguió por todo Israel. También usó su red de vigilancia para encontrarlos. La Biblia nos dice que envió a sus espías por todas partes. Ellos, sin duda, lo buscaron en todo pueblo y aldea. Le preguntaron a aquellos que vivían cerca y a aquellos que casi ni lo conocían. Si hubiesen podido tener la tecnología que nosotros tenemos hoy, tal vez habrían usado cámaras de vigilancia, celulares recolectores de metadatos, monitorear conversaciones telefónicas, examinar el tráfico por Internet, y almacenar billones de terabits de in-formación en instalaciones como la que existe en Utah. Podrían haber usado aviones no tripulados para encontrarlo y liquidarlo si hubiesen podido. Habrían cancelado su pasaporte, como lo hicieron con Ed-ward Snowden, el informante de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de los Estados Unidos.
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Ellos enviaron a sus diplomáticos a todos los países vecinos para presionarlos a que encuentren a Elías y lo extraditen a Israel. Abdías le dijo esto a Elías. Escuchen esto de 1ª Reyes 18:10. Abdías dijo: “Vive el Eterno tu Dios, que no hubo nación ni reino donde mi señor no haya enviado a buscarte. Y cuando respondían: ‘No está aquí’, hacía jurar a ese reino y a esa nación que en verdad no te habían hallado”.
¡Imaginen esto! Ellos presionaron diplomáticamente a las naciones para asegurarse que no le estaban dando asilo a Elías. Mientras tanto, Elías estaba en el arroyo de Querit en Israel, y después en el pueblo Fenicio de Sarepta con la viuda. Elías fue ocultado de todos los ojos humanos que espiaban. Dios sabe cómo esconder a Sus siervos, cuando Él los puede usar.
Elías representa a aquellos que van a restaurar la verdadera adoración a Dios en los últimos días. Ellos van a tener que hacerlo en medio de una apostasía internacional y rebelión contra la Ley de Dios. Sus vidas estarán en peligro. Van a ser perseguidos de nación en nación y tratados como criminales y trai-dores. Serán usados todos los medios humanos para seguirlos y detenerlos. Solamente las protectoras manos de Dios los salvarán. Su dependencia y confianza en Dios será un ejemplo de la maravillosa pro-tección de Dios para el mundo impío a su alrededor, aun de la alta tecnología de vigilancia digital y de otras herramientas que actualmente están siendo desarrolladas. Ellos van a levantar el séptimo día sá-bado de la ley de Dios que se encuentra en el cuarto mandamiento, aun cuando habrá leyes con severos castigos contra ellos.
El asunto principal en los días de Elías fue la lealtad al Dios del cielo, la cual se manifiesta en la fideli-dad y obediencia a Su ley versus la lealtad a las leyes alternativas de Satanás. El último conflicto se centralizará en la adoración, tal como lo fue en los días de Elías. Satanás siempre ha querido la adora-ción debida a Cristo, y siempre se ha empeñado con todo esfuerzo para que los seres humanos lo ado-ren, en vez de adorar al Señor Dios.
Amigos, ustedes necesitan la protección de Dios como Elías. Necesitan la presencia del Espíritu Santo. Vuestra lealtad a Dios está en juego en la gran controversia entre Cristo y Satanás. Ahora es el tiempo para levantar la norma. Ahora es el tiempo para aprender cómo guardar totalmente la ley de Dios, y re-flejar a Cristo en vuestro carácter, para que tengan experiencia en depender de Jesús para todo. Los po-deres de la tierra son inofensivos contra el todopoderoso Dios. Todas las herramientas que están siendo desarrolladas hoy para restringir y controlar al pueblo de Dios se convertirán en nada cuando Dios pro-teja a Su pueblo. Ahora es el tiempo para colocarse bajo Su protección.
Oremos. Nuestro Padre celestial, gracias por la historia de Elías. Nos ayuda a entender nuestros tiem-pos. Nos ayuda a comprender lo que va a venir sobre Tu pueblo fiel, el tercer Elías en los últimos días. Que podamos ser cada vez más fieles a tí. Que aprendamos a vivir por fe. Y que andemos con Jesús de tal manera que estemos bajo Su protección cuando la protección terrenal sea removida. En el nombre de Jesús, Amén.
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