Otra vez el Papa Francisco ha dicho que “el proselitismo entre los cristianos”, es un grave pecado”. El Papa fue entrevistado por Stefania Falasca de Avvenire, el periódico oficial de la conferencia de obispos italianos. Ella le hizo preguntas sobre la oposición que ha recibido su documento Amoris Laetitia por parte de algunos de sus cardenales. Cuatro cardenales formalmente han presentado notificaciones de sus “dubia” o dudas sobre las conclusiones del Papa por cuanto parece que deja una puerta abierta para que los católicos divorciados que se han vuelto a casar por lo civil puedan tomar la comunión. Ellos buscan un “acto formal de corrección” por parte del Pontífice Romano. El Papa Francisco les contestó sugiriendo que eran unos legalistas.
El Papa dijo que la unidad cristiana es un “camino”, el cual a pesar de las diferencias teológicas debe encontrar un “ecumenismo práctico” en el que cristianos puedan trabajar juntos en los problemas sociales. La unidad, afirmó, es un caminar juntos y por esta razón “cada forma de proselitismo entre los cristianos es pecaminoso”.
En otras palabras, da a entender que es ofensiva para Dios la invitación de Apocalipsis 18:4: “Salid de ella, pueblo mío”; la cual debe ser dada por el verdadero pueblo de Dios. Si usted trata de ganar a un católico, no sólo está rechazando el espíritu del ecumenismo sino pecando en contra de Dios. El Papa sabe que puede decir esto porque finalmente el ecumenismo recibirá el apoyo de todas las iglesias en favor del romanismo. Esto aislará al verdadero pueblo de Dios quienes serán menospreciados debido a su separación del romanismo y del movimiento ecuménico.
El Papa citó a Benedicto XVI quien también afirmó que “el proselitismo entre cristianos es, en sí, un grave pecado”.
“¿Por qué?”, preguntó la periodista.
“Porque contradice la propia dinámica de ser y permanecer como cristiano”, respondió Francisco.
En otras palabras, una persona no es cristiana si trata de ganar a otros cristianos para su fe.
El Papa está atacando a los ganadores de almas. Desea evitar que el pueblo de Dios realice la obra que se le ha asignado. Esto va en contra de las Escrituras, las cuales describen la iglesia católica como la bestia y la mujer impía. Los que permanezcan en ella, serán partícipes de sus pecados y castigo. Por lo tanto, es necesario invitarlos a salir y encontrar la verdad de Dios.
“Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”. Apocalipsis 18:4.
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