A menudo el Papa Francisco ha hablado sobre la persecución de los cristianos por parte de los extremistas musulmanes e incluso lo ha llamado un «ecumenismo de sangre». Pero ha guardado silencio sobre la persecución a los protestantes por parte de los católicos [en Chiapas] a pesar de haber viajado recientemente a México.
Por dos años, 27 familias protestantes en Chiapas no han tenido servicio de agua ni energía debido a que se negaron a donar dinero o participar de celebraciones y eventos católicos. A pesar de que en México existe una garantía constitucional para la libertad religiosa, los protestantes tuvieron que negociar un acuerdo con las autoridades locales.
Al mismo tiempo, en otro pueblo de Chiapas, un oficial católico se negó a permitir que un hombre protestante de edad avanzada fuera sepultado allí. El hombre era parte de las 12 familias protestantes que en el 2012 fueron expulsadas del pueblo por su fe. Desde entonces han estado viviendo en un refugio para personas sin hogar en las cercanías de San Cristóbal de las Casas. El Papa celebró una misa allí pero no se refirió a la persecución católica que se ha levantado contra los protestantes.
«Los protestantes de Chiapas han sido expulsados de sus hogares y tierras. No solo se les priva de sus servicios sino que a veces también reciben amenazas de linchamiento. Justo un día antes de la visita de Francisco, una iglesia evangélica fue atacada y quemada.
A menudo, las leyes tienen el propósito de «preservar su cultura». Por ejemplo, «las autoridades locales proclaman que su pueblo o municipio debe ser exclusivo en la tenencia de una religión en particular y que por lo tanto, debe prohibir la entrada de miembros de otras religiones, hacer obligatorio la participación en actividades relacionadas con la religión “oficial” e intentar forzar a los habitantes que practican otras religiones para se conviertan a tal religión”.
Debido a que siguen ocurriendo violaciones graves de la libertad religiosa y continúan las tensiones entre las religiones, John Allen Jr., editor asociado de Crux, expresó que el silencio del Papa sobre la persecución católica a los protestantes es «una omisión sorprendente».
Las persecuciones sectarias revelan la existencia de un espíritu subyacente con los principios del Papado, los cuales serán resucitados en una escala global cuando sea el momento adecuado.
«Y téngase presente que Roma se jacta de no variar jamás”. El Conflicto de los Siglos, página 638.
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