Malasia abrió una embajada en el Vaticano la cual «llevará las relaciones entre Malasia y la Santa Sede a mayores alturas», dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Datuk Seri Anifah Aman, quien abrió oficialmente la embajada el 9 de mayo.
Durante la visita, Anifah se reunió con su homólogo, el reverendo arzobispo Paul Gallagher y el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin. Ambas partes están interesadas en colaborar en los esfuerzos para promover el diálogo y la comprensión interreligiosa.
Los lazos diplomáticos entre Malasia y la Santa Sede se establecieron el 27 de julio de 2011. «El 25 de noviembre de 2015, tomamos la decisión de establecer una embajada de Malasia en la Santa Sede, con residencia en Roma. Se nombró a su Excelencia Bernard Giluk Dompok como primer Embajador residente en la Santa Sede», dijo Anifah.
En el discurso de apertura de la embajada, Anifah dijo que «el establecimiento de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede evidencia el compromiso del país para mejorar los lazos existentes entre ambas naciones, particularmente en lo que refiere a los asuntos religiosos así como promover una mejor comprensión en la religión”.
Con el establecimiento de una embajada residente con sede en Roma, Malasia estará ahora en posición de «participar y contribuir en los diálogos mundiales sobre diversos temas regionales e internacionales, en particular sobre la promoción de la comprensión religiosa, la educación, la erradicación de la pobreza, la migración, así como el cambio climático”, agregó.
Además dijo que Malasia cree firmemente en la necesidad de practicar la moderación como elemento fundamental para fomentar una mayor integración, asegurando la coexistencia pacífica a través del rechazo del extremismo que socava los valores universales de la religión.
«Uno de los mayores desafíos en el mundo actual es la lucha contra los grupos extremistas que están creciendo regionalmente e internacionalmente.» El extremismo es un cáncer para el mundo, ya que crea el caos y la inestabilidad política en un país».
Anifah dijo que Malasia también recibió con beneplácito la futura colaboración con los diversos consejos pontificios, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales en la celebración de diálogos y seminarios encaminados a promover una mejor comprensión religiosa en un futuro próximo. «Estoy seguro de que habrá mucha colaboración con Malasia en las diversas cuestiones políticas, económicas y de desarrollo social de interés mutuo», añadió.
Aparentemente, el Embajador de Malasia ante la Santa Sede, Su Excelencia Bernard Giluk Dompok es amigo de los jesuitas. El año pasado, el 8 de agosto de 2016, visitó la Comunidad Jesuita de San Pedro Canisio en el Vaticano y los acompañó para el almuerzo. Los objetivos de la visita fueron obtener una mejor comprensión de las diversas iniciativas emprendidas por la Orden de los Jesuitas en la red católica, estar en contacto e introducir la recién establecida Embajada de Malasia en la Santa Sede. La visita también fue parte de la muestra de apreciación que siente Malasia por las contribuciones de la Iglesia Católica en el desarrollo de la educación en ese país, las cuales han beneficiado las generaciones de malayos desde sus inicios hasta ahora. Antes de la visita a la comunidad jesuita, el Embajador había visitado a los Hermanos de La Salle y los Hermanos de San Gabriel y pronto visitará a los Padres de Mill Hill en Roma. Dompok expresó su sincera gratitud a la Comunidad Jesuita por su dedicación al proveer servicio comunitario…
«Todo el mundo se maravilló en pos de…» Apocalipsis 13: 3.
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