Reclaim The Net, por Didi Rankovic: Se ha presentado una demanda colectiva contra el estado estadounidense de Massachusetts por lo que, según los demandantes, es un caso de vigilancia masiva encubierta llevada a cabo mediante el «software espía Covid» instalado en más de un millón de teléfonos.
La demanda solicita medidas declaratorias y cautelares (un intento de obligar legalmente a los demandados a cumplir sus obligaciones) y daños nominativos, y fue presentada el 14 de noviembre de 2022 por la organización sin ánimo de lucro New Civil Liberties Alliance (NCLA).
Nombra como demandados al Departamento de Salud Pública de Massachusetts (DPH) y a la comisaria Margret Cooke.
El Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito de Massachusetts examinará el caso.
La demanda consta de nueve cargos contra el DPH, citando violaciones de los derechos de la Cuarta y la Quinta Enmienda (protecciones contra registros ilegales y derechos relativos a procedimientos judiciales penales y civiles). Además, las actividades del DPH/Google habrían violado los artículos X y XIV de la Declaración de Derechos de Massachusetts.
Según la demanda, el DPH se asoció con Google y procedió a instalar programas espía en más de un millón de teléfonos en modo de «autoinstalación», sin dar a los usuarios la oportunidad de consentir esta acción, e incluso sin informarles de ello.
La justificación fue combatir la pandemia introduciendo la app de rastreo Covid, de una forma que según la NCLA viola no sólo la Constitución del Estado sino también la de los Estados Unidos, tachándola de un desprecio descarado a las libertades civiles que «no puede sostenerse».
La afirmación es que esta forma de rastrear y vigilar a las personas sin orden judicial y de acceder a su ubicación y contactos personales por parte de una agencia gubernamental representa una violación del derecho a la intimidad y a la propiedad.
La demanda, Wright contra el Departamento de Salud Pública de Massachusetts, y otros, alega que la polémica aplicación rastreó y grabó los movimientos de los propietarios de los teléfonos y sus contactos, manteniéndolos en la oscuridad, «sin su permiso ni conocimiento».
Según la demanda colectiva, que cita como demandantes a los residentes de Massachusetts y usuarios de teléfonos Android Robert Wright y Johnny Kula, el DPH y Google comenzaron a realizar esta actividad secreta en julio de 2021.
La presentación explica además cómo se comportaba la aplicación encubierta, una vez que se «autoinstalaba» sin el consentimiento o el conocimiento del propietario del dispositivo: no aparecía -como suele ocurrir con las aplicaciones de Android recién instaladas- en una de las pantallas de inicio.
En su lugar, un usuario sólo podría darse cuenta de su existencia si entra en los «ajustes»: primero accediendo a ella, luego yendo a la función «ver todas las aplicaciones», y encontrándola allí. En otras palabras, alegan los demandantes, no es algo que haga un usuario típico.
Las alegaciones empeoran, afirmando que si un usuario se tomara la molestia de revisar todas sus aplicaciones instaladas, y decidiera eliminar la de rastreo de Covid instalada en colaboración con Google, el DPH de Massachusetts «simplemente la volvería a instalar».
Al parecer, inicialmente, el DPH ofreció la aplicación a los residentes de Massachusetts abiertamente, y «unos pocos» decidieron instalarla, sabiendo lo que era y lo que implicaba. Y luego, esto aparentemente llevó a la agencia por el camino de instalarla secretamente en los teléfonos de más de un millón de personas más.
En un comunicado de prensa en el que se anuncia la demanda colectiva, la NCLA subraya la importancia de obtener el consentimiento y de asegurarse de que las aplicaciones de rastreo de Covid sólo se instalan de forma voluntaria, lo cual es «necesario en una sociedad libre», aunque pueda ser la forma menos fácil de hacerlo, señaló la consejera de litigios de la NCLA, Sheng Li.
Peggy Little, de la organización sin ánimo de lucro, que actúa como asesora principal de litigios, señaló que el DPH de Massachusetts, al ser una agencia gubernamental, está legalmente limitado en sus acciones tanto por la Constitución de los Estados Unidos como por las normas estatales.
Little describe además la situación con la aplicación instalada en secreto como un «ataque a Android» que fue diseñado deliberadamente para superar los derechos de los ciudadanos, incluyendo el de la privacidad y el de la libertad de la intrusión gubernamental. Y, según el abogado, no sólo «parece ciencia ficción distópica», sino que debe ser «rápidamente invalidada» por el tribunal.
Se acusa al DPH de carecer de autoridad legal para hacer lo que ha hecho, sobre todo teniendo en cuenta que, entretanto, Massachusetts ha puesto fin a su plan de localización de contactos.
La demanda también señala que «parece» que se pidió el consentimiento a los usuarios de iPhone antes de instalar la misma aplicación en sus dispositivos.
En cualquier caso, «ninguna ley o reglamento autoriza al DPH a instalar en secreto ningún tipo de software -y mucho menos lo que equivale a un programa espía diseñado específicamente para obtener información privada sobre la ubicación y la salud- en los dispositivos Android de los residentes de Massachusetts», se lee en un comunicado enviado a Reclaim The Net.
Nuestro comentario:
¿Podría utilizarse un sistema como éste para rastrear a los que entran en conflicto con las próximas leyes religiosas?
Conexión Profética:
“Y hacía que a todos, a los pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se pusiese una marca en su mano derecha, ó en sus frentes: Y que ninguno pudiese comprar o vender, sino el que tuviera la señal, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.” Apocalipsis 13: 16-17.
Comments