El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tiene una relación simbiótica con los líderes religiosos evangélicos conservadores. Aunque Trump no sabe mucho sobre la Biblia y es un neoyorquino secular, el 60% de los evangélicos blancos lo apoyan.
«Trump se ha enfocado como un rayo láser en el voto evangélico desde el día en que ingresó a la carrera presidencial en junio de 2015, y eso nunca ha cambiado», dijo Ralph Reed, fundador y presidente de la Coalición para la Fe y la Libertad, quien afirmó que Trump frecuentemente convocó a líderes religiosos durante la campaña.
Varias personas que conocen a Trump dicen que él aprecia la lealtad que los evangélicos le mostraron y por lo tanto, desea mantenerlos en el redil, casi tanto como lo haría con los clientes comerciales que considera valiosos.
Reed y otros expresan que los cristianos evangélicos se han sentido complacidos con varias de las decisiones del señor Trump como por ejemplo, la nominación de Neil Gorsuch para el Tribunal Supremo, su voluntad de luchar contra el aborto, su orden ejecutiva de libertad religiosa y su postura sobre Israel. También lo alaban por oponerse a Planned Parenthood y por su promesa de ejercer presión para que los líderes religiosos puedan apoyar las carreras políticas. Varios líderes religiosos afirmaron que lo más sobresaliente es la lucha que Trump está liderando a favor de ellos en la guerra cultural que había tomado otra dirección.
«Ellos creen que tienen un comandante en jefe que usa efectivamente el púlpito intimidatorio para avanzar en un marco judío cristiano que había sido minimizado, puesto a prueba y excluido durante las últimas décadas», dijo David Brody, quien ha disfrutado de un tremendo acceso a la Casa Blanca como corresponsal de [la red televisiva] Christian Broadcasting Network. Él agregó que sus televidentes apoyan abrumadoramente a Trump y consideran que se lo ataca injustamente.
Trump precisamente se refirió al respecto en un reciente discurso mientras prometía estar «deteniendo los ataques contra los valores judeocristianos» y declarando que la guerra contra la Navidad había terminado. «No usan la palabra ‘Navidad’ porque no es políticamente correcto», dijo Trump con un gran aplauso. «Bueno, ¿adivinen qué? Vamos a volver a decir «Feliz Navidad». Y luego agregó: ”Los tiempos habían cambiado pero ahora vuelven a ser como antes”.
Aquellos que han conocido a Trump se burlan por su acercamiento con los evangélicos y dicen que creen que él solo está tratando de ser complaciente. Incluso algunos de los líderes religiosos que elogian a Trump en público, dicen en privado que no creen que el autodenominado presbiteriano sea religioso.
Barbara Res, una ejecutiva de Trump desde hace mucho tiempo, dijo que estaba «asombrada» por el mandato que él había dado sobre la anti concepción, en el cual prácticamente permite que cualquier empleador reclame una objeción religiosa o moral al mandato de cobertura de control de natalidad del Obamacare… “A él no le importa eso”, dijo Res. «Él no tiene idea de lo que firmó. Simplemente se lo dieron para que lo firmara».
Timothy O’Brien, quien ha sido biógrafo de Trump por mucho tiempo, dijo que la familia del presidente no era observadora de la religión y que a lo largo de los años, Trump había asistido a la iglesia solo ocasionalmente. «Nunca, nunca, se lo ha visto practicando valores cristianos clásicos como ‘ama a tu prójimo’ o ‘trata a los demás como quieres que te traten'», dijo O’Brien. «Él nunca ha tratado de vivir según los valores de la Biblia. Él es completamente cínico al respecto».
Pero Trump y su equipo han prestado especial atención a su relación con la comunidad evangélica. La Casa Blanca ha llamado a los líderes cristianos para que aporten información sobre una variedad de temas, incluidos asuntos de economía y política exterior, temas no asociados estrechamente con la comunidad religiosa, dijo Johnnie Moore, un líder religioso cercano a Trump. «Él habla con nosotros constantemente», dijo Moore.
El vicepresidente Mike Pence es muy querido por muchos evangélicos, y Reed dijo que desde enero muchos de sus amigos han visitado la Casa Blanca con mayor frecuencia, como no lo habían hecho en décadas. En varias ocasiones, Trump ha traído pastores a la Oficina Oval para fotos. Un consejero dijo que Trump tiene una Biblia familiar en la residencia y le ha dicho a la gente que la ha abierto de vez en cuando.
Trump le ha concedido entrevistas a Brody, Pat Robertson y otros de la Christian Broadcasting Network. Los funcionarios de la Casa Blanca le han dicho a Brody que ellos consideran importante la red y que esta les brinda un trato más justo al formular preguntas que a menudo se centran en cuestiones menos polémicas que la investigación de Rusia, las fallas legislativas de su administración y el caos en la Casa Blanca.
Brody dice: «¿Tenemos un acceso fenomenal? Sí, absolutamente lo tenemos». El señor Trump ha dejado impresionados a muchos de los pastores con la promesa de cumplir con su agenda y Trump sabe a menudo cómo encantar.
Para el cumplimiento de Apocalipsis 13:11-12, Estados Unidos debe ser mucho más poderoso y mucho más religioso. Estamos por buen camino.
“En el último conflicto el sábado será el punto especialmente controvertido en toda la cristiandad. Los gobernantes seculares y dirigentes religiosos se unirán para imponer la observancia del domingo, y al fracasar medidas más benignas, se promulgarán leyes sumamente opresivas”. Maranata, pág. 193.
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