Los Angeles Times: los huracanes pueden producir todo tipo de problemas: vientos, lluvias e inundaciones. Los primeros datos de pérdidas del huracán Florence en las Carolinas sugieren que estar en un automóvil, en la carretera, después de que la tormenta toca tierra ha sido especialmente letal.
Un análisis del diario Los Ángeles Times, de 35 muertes relacionadas con la tormenta hasta el momento, mostró que más de la mitad – 20 víctimas – murieron cuando aparentemente fueron atrapados en sus automóviles por las inundaciones o estuvieron involucrados en accidentes automovilísticos durante las inclemencias del tiempo.
Una de las tragedias más desgarradoras de la tormenta, es la de un niño de 1 año que falleció en el condado de Union en el centro sur de Carolina del Norte después de que su madre manejara alrededor de barricadas que bloqueaban una carretera inundada y el agua arrastró su vehículo, dijeron las autoridades. La madre, Dazia Lee, sobrevivió, pero perdió el control sobre el niño, Kaiden Lee-Welch, mientras intentaba liberarse, dijeron las autoridades.
Otras muertes relacionadas con Florence incluyen las causadas por la caída de árboles sobre las casas, el monóxido de carbono de un generador y la electrocución.
La mayoría de las muertes se produjeron en Carolina del Norte, el estado más afectado por la tormenta, donde al menos 27 personas murieron desde que Florence tocó tierra como huracán de categoría 1 la madrugada del viernes.
Al menos seis personas perdieron la vida en Carolina del Sur, y dos en Virginia, incluido un hombre que murió el lunes cuando un aparente tornado ligado a Florence llegó a un almacén donde trabajaba.
De las víctimas cuyas edades y géneros han sido informados, cuatro quintas partes han sido hombres, y dos tercios han sido mayores de 55 años, de acuerdo con los informes de fallecidos recabados por los funcionarios locales y los informes de los medios. Al menos tres víctimas eran bebés.
Cuatro personas murieron a causa de la caída de árboles, según los informes, entre ellos una mujer de 46 años mientras conducía el martes en el condado de Rutherford, Carolina del Norte. Dos de los muertos eran niños que perdieron su vida cuando los árboles cayeron sobre sus casas.
Tres muertes se han relacionado con el uso del generador, incluyendo una pareja en Longs, S.C., por monóxido de carbono de un generador dentro de su hogar, y un hombre del condado de Lenoir, Carolina del Norte, electrocutado mientras instalaba un generador.
Los huracanes tienden a desencadenar una amplia gama de caos mortal, y es común que las muertes ocurran después de que las personas creen que el mayor peligro ha pasado. Los más vulnerables suelen ser los ancianos y los residentes de áreas pobres.
Un estudio de 2016 publicado en la revista de la American Meteorological Society, escrito por funcionarios del Centro Nacional de Huracanes y la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, encontró que el número de muertes después de un huracán es casi tan alto como el número de personas fallecidas por la fuerza de las tormentas.
En las 16 tormentas que estudiaron entre 1985 y 2008, el 43% de las muertes ocurrieron justo antes o después de que una tormenta terminara de pasar por completo.
Los infartos y las fallas cardiovasculares son la principal causa de las llamadas muertes «indirectas», que no son directamente atribuibles a una de las fuerzas físicas de un ciclón tropical, así como los accidentes vehiculares, los incendios y las electrocuciones, según el estudio…
Conexión profética
El Espíritu refrenador de Dios se está retirando ahora mismo del mundo. Los huracanes, las tormentas, las tempestades, los incendios y las inundaciones, los desastres por tierra y mar, se siguen en rápida sucesión.
La ciencia procura explicar todo esto. Menudean en derredor nuestro las señales que nos dicen que se acerca el Hijo de Dios, pero son atribuidas a cualquier causa menos la verdadera. Los hombres no pueden discernir a los ángeles que como centinelas refrenan los cuatro vientos para que no soplen hasta que estén sellados los siervos de Dios; pero cuando Dios ordene a sus ángeles que suelten los vientos, habrá una escena de contienda que ninguna pluma podrá describir. Testimonios para la Iglesia, Vol. 6 pág.408.
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