El presidente Donald Trump escogió a Callista Gingrich, esposa del antiguo portavoz de la Cámara, Newt Gingrich, para ser la próxima embajadora de los Estados Unidos ante el Vaticano.
Gingrich es la presidenta de Producciones Gingrich en Arlington, Virginia y la Fundación Gingrich, una organización de caridad y sin fines de lucro. Además fue asistente del Congreso.
Ella también ha sido miembro del coro de la Basílica del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción (católica romana) en Washington, D.C.
Su influencia permitió que Newt se convirtiera al catolicismo en el 2009. Ella “creó un ambiente en el cual pude gradualmente pensar y evolucionar en el tema de la fe”, dijo él durante una entrevista. Newt recuerda que cuando el Papa Benedicto XVI visitó los Estados Unidos en el 2008, Callista cantó en el Coro del Santuario y él se dijo así mismo: “Aquí es donde pertenezco”.
Callista trabajó con Newt en un documental publicado en el 2010 con el título: “Nueve Días que Cambiaron el Mundo”. El documental se centra en el peregrinaje del Papa San Juan Pablo II a Polonia en el año 1979 cuando el antiguo bloque soviético estaba bajo un gobierno comunista. Explica cómo el Papa llenó de ánimo la fe católica de los polacos… y cómo la visita precipitó la caída del comunismo.
Gingrich ocuparía el cargo de Ken Hackett, el anterior jefe de los Servicios Católicos de Ayuda, quién había sido designado por el presidente Obama. Gingrich liderará las diferencias entre la Casa Blanca y el Vaticano sobre varios temas tales como la tensión sobre inmigración y los refugiados.
Mientras tanto, habrá áreas de posible colaboración entre los Estados Unidos y la Santa Sede, incluyendo el tráfico humano, la paz en el Medio Oriente, una solución para la agravante situación de Venezuela y esfuerzos para aliviar la pobreza en el mundo.
La administración Trump, apoyada por los evangélicos, no pierde tiempo en disminuir el abismo y poder estrechar sus manos con el poder romano.
“Los protestantes de los Estados Unidos serán los primeros en tender las manos a través de un doble abismo al espiritismo y al poder romano; y bajo la influencia de esta triple alianza ese país marchará en las huellas de Roma, pisoteando los derechos de la conciencia”. El Conflicto de los Siglos, pág. 645.
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