El pasado 12 de febrero, el Papa Francisco se reunió con el Patriarca ruso Kirill. Ellos representan a dos iglesias que han estado separadas por más de 1000 años. Kirill es la cabeza de la Iglesia Ortodoxa Rusa, la cual está relacionada con la política rusa. Esta reunión involucra mucho más que un encuentro ecuménico. De hecho, tiene grandes implicaciones geopolíticas.
El Patriarca Ruso Kirill está profundamente involucrado con los Servicios de Seguridad Federal del Kremlin (FSB). Eso significa que el gobierno ruso y la iglesia ortodoxa están estrechamente unidos. Durante la crisis de Ucrania, muchos pensaron que el Papa Francisco ayudaría a los católicos ucranianos mientras los grupos pro-rusos y pro-occidentales se enfrentaban por el futuro de Ucrania. Pero el Papa guardó silencio a pesar de que los católicos ucranianos estaban siendo expulsados de sus hogares en Crimea. La constante del Vaticano fue negarse a defenderlos a pesar de que todos ellos estaban a favor del occidente.
El Vaticano mantuvo una postura similar a la de Rusia sobre la situación de Ucrania. No solo el Papa Francisco se ha reunido dos veces con el Presidente ruso, Vladimir Putin, durante el conflicto de Ucrania sino que quiere cambiar el clima político, y por ello está usando a la Iglesia Ortodoxa para que actúe como su agente de relaciones públicas. El Kremlin ve al Vaticano como un poder multidimensional mayor que el «Occidente», y necesita su ayuda para trabajar en temas delicados con Washington y otras potencias occidentales. Putin convenció al Patriarca para que se reuniera con el Papa.
En febrero de 2015, el Papa condenó la «violencia fratricida» en Ucrania, haciéndose eco de la posición de Rusia. Rusia siempre se ha referido al conflicto en Ucrania como una «guerra civil». El Papa también pidió a los obispos ucranianos que se mantuvieran por fuera de la política, expresando que «los últimos acontecimientos históricos que han marcado su tierra están todavía presentes en la memoria colectiva. Estas son preguntas que tienen, en parte, una base política a la cual ustedes no están llamados a dar una respuesta directa».
Más tarde, en febrero de 2015, el Patriarca Kirill agradeció públicamente al Vaticano por su postura sobre la situación en Ucrania. «Quiero expresar con satisfacción», dijo Kirill, «que la propia Santa Sede ha seguido siempre una postura equilibrada con respecto a la situación en Ucrania y se ha mantenido al margen de hacer cualquier evaluación desigual. Así mismo, ha pedido la realización de conversaciones de paz y el fin de los enfrentamientos armados».
A pesar de que el comportamiento del Papa con respecto a Ucrania enfureció a los católicos ucranianos puesto que se sintieron traicionados, sin duda jugó un papel clave para allanar el camino para el encuentro entre el patriarca Kirill y el Papa Francisco en Cuba. Él sabía que tendría que andar con mucho cuidado en Ucrania si quería tener alguna esperanza de acercamiento entre los ortodoxos rusos y la iglesia católica. Y por ello caminó en puntas de pie. Sus comentarios públicos fueron neutrales o alineados con la posición rusa.
Incluso el Papa puede estar pensando en desafíos mayores. ¿Podría estar tratando de allanar el camino para un acuerdo entre Alemania y Europa con Rusia?
El Papa Francisco sabe que la política y la religión están unidas en Rusia. Por lo tanto, si quiere tener influencia en el ámbito político, debe también hacer las paces con la Iglesia ortodoxa. Por su parte, Europa también está experimentando un cambio radical en lo que se refiere a su propia seguridad. Ya no es tan dependiente de los Estados Unidos para su defensa. De hecho, Alemania está incrementando su propio ejército, lo cual ha sido causa del choque actual entre la Canciller alemana, Ángela Merkel, y el Presidente ruso Putin. Ciertamente, el Vaticano ha tenido en cuenta estos problemas. Alemania también ha sido cuidadosa en su relación con Rusia al evitar que Georgia y Ucrania se unan a la OTAN y al no intervenir en Ucrania.
El encuentro entre el Papa y el Patriarca no podía llegar en un mejor momento tanto para Rusia como para Europa. Tener al Papa al lado del Patriarca ruso brinda un gran significado para las relaciones públicas de Rusia en un momento en el cual tiene que lidiar con los problemas económicos generados por los bajos precios del petróleo, la disminución dramática del rublo, las sanciones en curso y su implicación en el derramamiento de sangre en Siria. Rusia necesita al Vaticano para ayudar a resolver problemas con Europa.
Al mismo tiempo, el Papa está tratando de reunir todas sus ramas con Roma. Él sabe que si lo logra, será la forma de establecer el control papal sobre el orden político mundial. Ahora hay mucho en juego y el encuentro entre los dos hombres, fortalece la influencia papal en el Oriente, un elemento clave para el cumplimiento de la profecía de los últimos tiempos.
“Y todo el mundo se maravilló en pos de…” Apocalipsis 13:3.
http://adelantelafe.com/abrazo-francisco-kirill-cae-la-sombra-putin/
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